Mi nombre es marina a lo mejor ya han leído alguno de mis anteriores relatos. Es por eso que ya no hago hincapié en mi descripción o parte de mi vida.
Mi marido había sido enviado a monterrey por su trabajo (guardia de seguridad), yo había estado satisfaciendo mi calentura con su amigo Luis, cada 3 o cuatro días nos veíamos y teníamos sexo.😍💕
Un día mi marido me avisa que se tendrá que quedar más tiempo ya que no había relevos para regresarlo a dónde vivíamos, me sentí mal pues lo extrañaba y lo necesitaba en la cama. Cómo le pagaban el hospedaje y comidas al ser foráneo, me mandó dinero y entonces aproveché ese dinero para cambiarme a un lugar un poco más cómodo, además dónde vivía los vecinos ya habían visto en varias ocasiones a Luis entrar y los rumores de la vecina del 303 que andaba de golosa ya se esparcian por el edificio y no podía permitir que mi marido se enterará de mis infidelidades.
Así que manos a la obra tarde y unos dos o 3 días en encontrar un lugar nuevo, pero al final se encontraba un poco más cerca de donde mi marido trabajaba de base, decidí no contárselo a Luis pues yo ya quería cambiar de aires desde hace tiempo, recurría a el pues me cumplía como yo quería pero ya tenía unas ideas diferentes el en su cabeza y por muy puta que yo fuera mi prioridad era mi relación con mi marido.
Al llegar a la nueva vecindad me di cuenta que no estaba tan mal, nuevamente tercer piso pues es más barato, en fin nuevos aires.
Me acomode y por la tarde exhausta decidí continuar acomodando al día siguiente. Me bañe y me puse algo cómodo, blusa blanca tirantes, short de licra y mis chancletas, saque una silla al pasillo y me fume un cigarrillo.
El bullicio de los vecinos no era tan molesto se escuchaba algunas televisiones encendidas, uno que otro niño jugando o gritando, y lo mejor de todo que yo podia ver para abajo todo y casi nadie volteaba para arriba. Más pasada la noche y casi a oscuras me propuse a ir a dormir, me desnude y me puse una bata. Serían mas o menos las 10 pasadas cuando comencé a escuchar gemidos al otro lado de la pared, al principio no pude distinguir bien pero prestando atención me di cuenta que alguien del otro lado veía pornografía.
-quien en su sano juicio ve pornografía cundo puedes coger?- pensé yo, y yo misma me respondí alguien que está soltero o soltera.
Me exite un poco y pensé en llamar a Luis pero apenas acaba de verlo hace 3 días, no era posible que no pudiera aguantar almenos una semana?. Me masturbe pero quedé insatisfecha y así me dormí.
Al día siguiente me levanté temprano. Para continuar acomodando cosas me faltaba la ropa. Me volví a poner lo mismo de la tarde anterior mi licra y mi blusa de tirantes, y decidí no ponerme brassiere.
Al cabo de un rato decidí tomarme un descanso y salí a sentarme y agarrar aire fresco, el sonido de una puerta a mi derecha me hizo voltear instintivamente. Un hombre de unos cuarenta y tantos cerraba la puerta.
Al verme se sorprendió.
- Buenos días vecina eres nueva verdad?- preguntó muy amigable, no era mal parecido y olía muy bien.
- Hola me llamo marina, si llegué apenas ayer- respondí yo que de inmediato recordé y supe que el había estado viendo porno la noche anterior. Me dió un poco de risa?.y el se percató de mi.
- Ahh mucho gusto soy ricardo, vivo alado de ti- se detuvo enfrente de mi.
Me levanté para saludarlo de mano (así debe de ser no?) Y note como su vista se desviaba hacia mis senos, y recordé que no traía mi brasiere.
Me sentí avergonzada y no supe que decir, cuando terminó de tenerme la mano acomode mi blusa levantando un poco el escote, y el salió de trance.
- Hay muchacha disculpame, me distraje- dijo el apenado. Le sonreí coquetamente y le dije que no se preocupara.
Me exito un poco el ser observada de esa manera, pero aún podía controlar mis deseos.
Yo al ver que no se hiba le ofrecí un café y accedió de inmediato, entramos y se lo prepare, el husmeaba con la vista mis cosas y muebles y en el reflejo de una vitrina pude ver cómo me observaba el culo, mis pezones se endurecieron un poco, y sentí vergüenza de girarme, le di el café y nos sentamos a la mesa.
- Oye mija que bonita estás, te pareces a una novia que tuve hace muchos años- dijo el mientras movía el bigote.
- No está casado?- pregunté yo.
- Nombre mija yo fui muy enamorado de joven, mi ex esposa no pudo conmigo- me dijo soltando una carcajada.
Me sentí más tranquila puesto que noe gustaban los problemas. Entonces le pregunté atrevidamente si no tenía pareja, la verdad me daba curiosidad. No por otra cosa pero al final de cuentas éramos vecinos y debíamos conocernos. Me dijo que no tenía pareja ni novia ni nada, entonces comprendí porque por las noches veía porno solitaria mente en su cuarto.
Y como de costumbre me preguntó si yo era casada, y le platique que si pero el trabajo de mi marido por lo pronto lo tenía fueras de la ciudad.
- Nombre mija yo no te dejaría sola si fuera tu marido, semejante chamaca- dijo tirando la pedrada.
Diciéndome chamaca? A mis 30 y tantos.
Me imaginé por dónde iba estaba tirando el anzuelo y lo más probable es que picaria en un momento u otro.
Le ofrecí más café pero no quiso más, se levantó y dijo que iría a hacer unas vueltas, me levanté para despedirlo y al darle la mano me levanto el brazo y me giro dándome una pirueta.
- Nombre mija estás bien chula – dile a tu marido que te voy a roba eh- me dijo sarcásticamente.
No pude evitar sonrojarme y solo le sonreí coquetamente. Y se fue no sin antes darme una barrida con lo ojos de arriba a abajo.
Entre a mi cuarto y de inmediato me masturbe
Hasta venirme. Y decidí que con el me satisfacería cuando lo necesitaré.
Los días pasaron y don ricardo buscaba cualquier excusa para hablarme o buscarme. Le pedí que por las mañanas no me buscará por qué no quería que nadie lo viera entrando a mi departamento, así que por las noches ya pasada la noche conversábamos un poco y yo aprovechaba a ponerme ropa insinuante corta o escotada.
Un día ya por la noche me dijo:
- Marinita mija si necesitas algo solo dimelo- yo entendía a la perfección lo que intentaba hacer, y aproveché el momento para responderle:
- Pues a mi marido don que venga a atenderme – Solté una risa, esperando.que pícara mi anzuelo.
- Hay mija pues la verdad si tú quieres pues-
No termino de decir la frase pero casi me desnuda con la mirada.
Yo me hice la santa.
- Hay no don como cree, si ando urgida pero que va a pensar de mi- no quería quedar expuesta tan rápido como la fácil.
El rápidamente se acercó a mi y ya en un tono más serio y con ojos de lujuria me dijo:
- Mija estás bien rica déjame aplacar tu calentura-
Mientras me dijo esto sentí su mano que me agarraba una de mis tetas, de inmediato me puso la piel de gallina. Lo único que le dije fue:
- Salgase y déjeme apagar la luz no quiero que nadie lo vea entrar-
El de inmediato salió y se fue a su departamento yo apague las luces y asome la cabeza por la ventana vigilando que nadie estuviera de fisgón.
Aproveché para asearme un poco me puse una bata. Y cuando salí nuevamente a la sala el ya venía casi de puntitas caminando le abrí la puey y lentamente la cerré, lo lleve al cuarto y de inmediato se quitó el pantalón, dejando ver si verga que colgaba entre sus piernas.
Don ricardo estaba bien dotado, y antes que yo reaccionara ya me estaba quitando la bata
Me sentía muy nerviosa de estar con otro hombre después de algo de tiempo, Luis había sido mi sexo ocasional por algunos meses casi un año pero la calentura me empujaba hacia don ricardo.
Me desnudo por completo tomándome de la cintura me giro enseguida sentí como husmeaba entre mi cuello y sus manos estrujaban mis tetas, me exite y con mi mano busque su verga, al encontrarla la estruje con mi mano y sentí como se hiba hinchando en la palma de mi mano.
- Hay mija sabía que eras una delicia- me dijo don ricardo.
Poco a poco fui perdiendo la tensión y nervios, a pesar de ser viejo tenía buena técnica, y aún se le paraba bien la verga.
Me recostó en la cama abriendo mis piernas hundió su cara en mi vagina su bigote me daba cosquillas, pero su lengua era rápida y cálida, mis senos se hincharon rápidamente y los pezones se me pusieron firmes y duros, cuando terminó de lamerme se recostó junto a mi y me acomode de lado dándole la espalda.
Abrí un poco las piernas para dejarle encontrar mi vagina con su verga, en segundos me tenía penetrada y me apretujaba con sus brazos, su verga era de bien tamaño y mi vagina se ensanchaba con cada penetración que me daba.
Recordé lo satisfactorio que era el sexo y ser cogida, y a pesar de su edad tenía buen ritmo y aguante.
- Te gusta mija?- me preguntaba seguido mientras me hacía suya.
- Aja….aja – respondía yo intentando ahogar mis gemidos.
- Quieres que yo te atienda mija mientras no está tu marido?- me preguntó y sin saberlo el eso es lo que yo buscaba.
- Aja… Si… Aja- le dije mientras movía mi cabeza asintiendo.
Al poco tiempo dejo de moversez yo no sentí nada dentro de mi, cuando me saco su verga se puso boca arriba.
- Subete mija, ándale – me dijo, y yo me subí a el.
Su verga se deslizo dentro de mi y comencé a moverme apoyando mis manos en su pecho, me mecía adelante y atrás y en ocasiones arriba y abajo, mis senos hinchados de placer se movían y brincaban al ritmo de mis movimientos, el los estrujaba y jalaba de mis pezones duros, yo tenía los.ojos cerrados y disfrutaba de don ricardo y en unos minutos después sentí un órgasmo y al mismo tiempo don ricardo me llenaba de su leche. Me deje de mover poco a poco, hasta que quedé inmóvil, abríis ojos y de inmediato me sentí avergonzada, me baje de el me tape con una sábana y le pedí una pastilla anticonceptiva.
Me dijo que hacía años que estaba operado que no me preocupara por eso.
Mire su verga que se veía aún un poco parada.
- Para la próxima me tomo una pastilla mija, quieres?- me sentía apenada y avergonzada,
pero satisfecha.
- Pastilla?- dije yo y recordé las pastillas azules que toman los señores grandes.
Se levantó y se puso su pantalón. Le abrí la puerta de la recamara y le dije que se asomara que nadie lo viera.
Y se fue. Me recosté en la cama y me metí los dedos en la vagina, el semen de don Ricardo me había llenado, me limpie con la sábana y me dormí.
By: Marina89 😘😂
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