Una noche con mi hermana, dormida o despierta?

Por aquel entonces yo tenía 20 años y mi hermana 29 años. Era una calurosa noche de verano y yo no podía conciliar el sueño. Me levanté y fui al servicio a echarme un poco de agua fría, para mitigar la calor y cogí unas toallas húmedas porque seguro que mi hermana estaría durmiendo con poca ropa. Mi otra hermana estaba en el chalet de sus suegros, por lo que estaría sola en su habitación. Cerré la puerta de la mía y entré en la de mi hermana, cerrando la puerta tras de mi. La ventana estaba abierta y la tenue luz de las farolas de la calle entraba, dando un poco de claridad a la habitación.

Me acerqué a la cama de mi hermana y allí estaba, boca abajo, durmiendo solo con unas braguitas transparentes, pues se le notaba la raja de su hermoso culo a través de la tela. Después de observarla durante unos minutos, me acerqué a su lado y coloqué una mano sobre su culo, acariciándolo por encima de las braguitas. Como tenía una de sus piernas encogidas, pude meter la mano entre ellas y acariciar también su coño.

Al no ver reacción en ella, pues seguía dando suaves ronquidos, llevé mis dedos al elástico de sus braguitas y comencé a bajarlas hasta donde su postura me dejó, desnudando el hermoso culo de mi hermana. Volví a acariciarlo, haciendo círculos en cada una de sus nalgas, notando la suavidad de su piel en mis manos, metiendo mi mano entre sus piernas y volviendo a acariciar su coño desnudo, jugando con mi dedo entre sus labios vaginales. Cuando introduje el dedo en su orificio, comencé a sacarlo y meterlo, por lo que me pareció oír un pequeño gemidito por parte de mi hermana.

Como al parar volvió a dar un suave ronquido, seguí un poco más, hasta que dio otro pequeño suspirito. Entonces dejé de jugar en su coño, y al oírla roncar de nuevo seguí con su culo, de nuevo acariciándolo con mis manos y besándolo, pasando mi lengua por su ojete mientras separaba las nalgas. Así estuve un buen rato, hasta que mi hermana cambió de postura, estirando la pierna y colocándose boca abajo. Esperé un poco, y al volver a roncar, bajé más sus braguitas, hasta casi las rodillas, por lo que la tenía desnuda a mi disposición. Comencé a acariciarle la espalda, llegando al nacimiento de sus tetas, que al tenerlas grandes y estar boca abajo, le sobresalían por los lados de su cuerpo. bajé hasta su culo, acariciándolo como antes, y esta vez al meter mi mano para acariciar su coño, separó las piernas dejándome mejor el camino de mi mano. Esperé unos segundos y volví a oírla roncar, por lo que continué acariciando su coño unos minutos, volviéndola a follar con mi dedo.

Dejé de acariciarla y me saqué mi polla, que estaba dura como una estaca, pues me molestaba en el bóxer. Pensé si rozarla o no por su culo, como ya había hecho otras veces. Mientras lo pensaba, mi hermana se movió, colocándose boca arriba, dejándome ver sus hermosas tetas, con las aureolas rojas rodeando dos deliciosos pezones y su coño cubierto por un triangulo de vello negro. Me quedé unos minutos observándola, pues no la escuchaba dar ningún ronquido, hasta que sentí su respiración de dormir profundamente. Volví al ataque, esta vez en sus tetas, acariciándolas sintiendo su suave piel y jugando con sus pezones, que se iban poniendo cada vez más duros entre mis dedos.

Acerqué mi boca y con la lengua comencé a rodear los pezones, siguiendo el circulo de sus aureolas, para acto seguido, meterlos entre mis labios y mamar de ellos. Bajaba con mi mano sobre su vientre hasta llegar a su Monte de Venus, pasando mi dedo anular por sus labios vaginales, y al encontrar la entrada del placer, volver  a meterle un dedo y follarla suavemente. Esta vez no la escuché dar el gemidito, pero abrió las piernas un poco, dejándome más espacio para acariciarlo mejor.

Dejé sus tetas y separé sus labios vaginales con mis dedos y con mi lengua comencé a pasarlos entre ellos, hasta que encontré el botoncito del clítoris y succioné y lamí varias veces, notando como el coño se humedecía. Tiré de sus braguitas, dejándolas en los tobillos, y mientras seguía lamiendo el coño de mi hermana, sus piernas se separaban cada vez más.

Me incorporé y la observé desnuda, abierta de piernas, con sus labios vaginales húmedos y la entrada de su coño dilatada por mi dedo. Esta vez no lo pensé y colocándome sobre ella, apunté mi polla a la entrada y empujé metiendo un poco más de la punta y sentir el calorcito del interior de su coño en mi polla. Como no reaccionaba, empujé un poco más y metí hasta la mitad, comenzando un suave bombeo, hasta que me di cuenta que estaba entrando entera debido a la lubricación de su coño. Poco antes de correrme, la saqué y lo solté todo en su vientre. La limpié con las toallitas y le recompuse las bragas como pude. Le di un ultimo beso en sus pezones y en el coño, por encima de la ropa y salí de la habitación.

A la mañana siguiente, me levanté el ultimo, mis padres habían salido a dar un paseo por el parque cercano y mi hermana estaba en el sofá, sentada con una bata que dejaba ver sus grandes tetas por el escote. Al pasar por su lado, me miró con una sonrisa picarona y guiñándome un ojo, me dio los buenos días. Ese gesto me hizo pensar si de verdad estaba dormida o despierta.

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Sevilla1972
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