Un regalo muy especial
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El día de mi cumpleaños, lo celebramos en familia. Mi tía, mis dos hermanas con mis cuñados y yo. Cumplía 47 años. Como mi tía es una persona mayor y no puede apenas moverse, y vive con mi hermana mayor, fuimos a casa de ésta para celebrarlo. Pasamos una tarde muy amena en familia, pero como ya me habia pasado un poco de copas, mi hermana menos comentó que me quedara en casa de mi hermana mayor y no condijera bebido. Por dentro lo celebré, aunque comenté “Estoy bien, puedo conducir·, pero todos se negaron y decidieron que me quedara esa noche a dormir.
Cuando mi hermana menor y mi cuñado se fueron, sobre las 22:00 hrs, mi hermana mayor me trajo el pijama que siempre tengo en su casa para las veces que me quedo en su casa. Fui al servicio a cambiarme de ropa. Cenamos sobre las 22:30 hrs. Después de cenar, mi tía se fue a su habitación, ya que es una persona mayor, y mi cuñado también se fue a descansar, pues trabajaba aj día siguiente en una urbanización como Guarda Jurado.
Mi hermana mayor y yo, nos quedamos recogiendo loa cubiertos de la cena. Después de ayudarla a fregar, nos sentamos en el sofá para ver una peli.
.- ¿Como lo has pasado?… Me preguntó mi hermana.
.- Muy bien, en familia… Contesté… Lastima que mi hija no pudiese venir.
.- No te preocupes… Comentó mi hermana… Se que te tiene un regalo guardado.
.- Algo me comentó… Contesté… Pero hubiese preferido que estuviese hoy.
.- ¿Quieres un cubata?… Preguntó mi hermana.
.- Vale… Contesté… Mientras lo preparas voy al servicio.
.- Ante voy a cambiarme… Comentó mi hermana.
Cuano salí del servicio, me crucé en el pasillo con mi hermana que salia de cambiarse en su habitación.
.- Vamos a la cocina… Me dijo susurrando… Tu cuñado y la tita están dormidos, hagamos poco ruido.
Mi hermana vestía una camiseta de manga larga, con un escote de triangulo, que se le notaba el canalillo de sus tetas y un pantalón tan ajustado que no dejaba nada a la imaginación, pues resaltaba su delicioso culo y los labios del coño se les insinuaban, al no usar ropa interior en casa.
Fuimos al salón y mientras veíamos la peli tomábamos los cubatas. Por las cervezas que llevaba de más y el cubata, me empecé a sentir mareado.
.- Uf, creo que estoy algo mareado… Comenté… Hoy me he pasado con el alcohol.
.- Entonces te preparo la cama… Comentó mi hermana… Mientras échate un poco de agua, para espabilarte, mientras la preparo.
Fui al servicio a echarme agua en la cara y hacer depociciones. Cuando salí, mi hermana había preparado la cama y otro cubata. me lo tomé veíamos la peli y luego me acosté en el sofá cama. Mi hermana se echó en el otro sofá a verla terminar. Me quedé dormido casi al momento, debido al exceso de alcohol.
Al poco rato, aunque estaba dormido, creí soñar que me mamaban la polla, pero al despertar, mi hermana tenía su boca subiendo y bajando por toda mi polla.
.- Es mi regalo de cumpleaños, Comentó al ver que estaba despierto… Y luego será mejor.
Mi reacción fue agarrar su pelo moreno y largo y recogiéndolo ver como mamaba mi polla.
Al poco, dejó de mamarme la polla y quitándose el pantalón del pijama se colocó a horcajadas sobre mí, introduciéndose mi polla en su coño de una sentada y comenzando a cabalgar sobre la misma. Yo alargué la mano y comencé a acariciar sus tetas por debajo de su camiseta. Ella se la quitó, y me dejó ver sus desnudez. Volví a agarrar sus tetas y comencé a besarlas, lamerlas, chuparlas y mamar de sus pezones mientras ella seguía cabalgando sobre mi polla. Al poco, la hice poner de perrito y volví a insertarle mi polla en su coño, mientras agarraba sus deliciosas nalgas, tirando de ellas hacia mi, para que mi polla entrara hasta el fondo se su coño. Después de unos minutos bombeando, solté toda mi lechada en su interior, inundando su coño.
.- ¿Te ha gustado mi regalo especial?… Preguntó mientras se sentaba en el sofá.
.- Ha sido el mejor regalo… Contesté… Sentir tus labios en mi polla y luego como la recibías en tu coño, uff, ha sido lo mejor.
.- Pues he dejado lo mejor para el final… Comentó mientras agarraba de nuevo mi polla y la masajeaba y besaba… Cuando la tengas lista, te lo daré.
Con el masaje de sus manos y sus besos, mi polla no tardó mucho en volver a estar de nuevo empalmada.
.- Ya está de nuevo lista… Comentó mi hermana, colocándose de perrito… Aquí tienes mi culo. Métemela.
No lo dudé ni un segundo, y apuntando con mi polla a su ojete, la fui introduciendo poco a poco, sin pausa pero sin prisas, hasta que mis huevos chocaron con su piel. Mi hermana soltó un gemido apagado, para no despertar a nadie, y yo empecé un suave bombeo, escupiendo en su ojete para lubricarlo y que mi polla entrara y saliera mejor. Mientras la sodomizaba, jugaba con mi dedos en los pezones y ella se acariciaba el clítoris con otra de sus manos. Después de unos minutos bombeando, descargué mi lefa dentro de su culo, mientras ella llegaba al unisono al orgasmo. Se puso de pie y se dirigió al servicio mientras de su culo salían resto de mi lechada, que bajaban por sus piernas.
Cuando regresó, yo aun seguía desnudo en el sofá.
.- Feliz cumpleaños, Me dijo, mientras se vestía… Espero que te gustara mi regalo.
.- Ha sido el mejor, hermanita… Contesté, agarrándole el culo… Ya hacia tiempo que no te lo follaba.
.- Cuando tu cuñado se vaya mañana… Me indicó… Ven a mi habitación. Te estaré esperando.
Me empecé a vestir y me eché a dormir pensando en las palabras de mi hermana. Al día siguiente, sentí como mi cuñado se iba a trabajar. Esperé un tiempo , por si volvía. Me dirigí a la habitación de mi hermana y allí la encontré, totalmente desnuda sobre la cama.
Al entrar en la habitación y ver a mi hermana desnuda, no lo dudé y me desnudé yo también, acostándome a su lado. Estaba boca arriba por lo que empecé por besarle el cuello, bajando hasta sus tetas, que besé, lamí haciendo círculos en sus aureolas notando como sus pezones se erizaban, chupé y mamé como un bebe. Seguí bajando por su vientre, metiendo mi lengua en su ombligo, haciéndola soltar una risita, seguí bajando hasta encontrarme con su triangulo negro de pelos negros. Entre ellos estaban sus labios vaginales, que separé suavemente con mis dedos y los lamí de arriba a abajo y viceversa, hasta que encontré el botoncito del placer, que comencé a lamer dulcemente y dar mordisquitos con mis labios. Mi hermana soltaba unos gemiditos, hasta que despues de un rato chupando el clítoris, soltó sus jugos inundando mi boca. Sin darle tiempo a recuperarse, me coloqué sobre ella y poco a poco comencé a meterle mi polla en su coño, hasta que mis huevos chocaron con su piel.
Mientras bombeaba, volví a jugar con mi lengua en sus deliciosos y erectos pezones. Ella rodeaba mi cintura con sus piernas, haciendo que la penetración fuera más profunda. Después de un rato de mete y saca, llegamos los dos al orgasmo, soltando mi lechada en su interior y sintiendo sus fluidos en mi polla. Con su coño encharcado seguí bombeando hasta que mi polla se salió sola debido a la flaccidez después de la corrida, seguida de los flujos de mi hermana mezclados con mi lechada.
Me acosté a su lado, después de darnos un beso en los labios, mezclando nuestras lenguas. Cuando nos recuperamos un poco, fuimos juntos al servicio a lavarnos.
.– Ha sido genial… Comentó mi hermana… Hacia tiempo que no follabamos así.
.- Lo echaba de menos… Contesté, mientras acariciaba su culo.
Mientras nos duchábamos juntos, yo acariciaba el coño de mi hermana, metiéndole dos dedos, hasta que de nuevo sentí sus flujos en mi mano, mezclados con el agua que envolvía nuestros cuerpos. La hice apoyarse en la pared con las manos, dándome la espalda y apuntando a su ojete, se le inserté en el culo, mientras con mi mano jugaba en sus tetas pellizcandole los pezones.
Después de un buen rato bombeando, le inundé el culo con mi lechada. Ella se estremeció con otro orgasmo y nos abrazamos cubiertos por el agua de la ducha que resbalaba por nuestros cuerpos. Nos secamos y nos vestimos y desayunamos en el salón. Luego salimos a comprr cosas para la casa y tomar unas cervezas en el bar.
Al volver a casa, mi tía estaba sentada en su sillón. Mi hermana le hizo el desayuno, mientras yo acariciaba su culo, en la cocina. Mientras mi tía desayunaba, fuimos a su habitación y bajándome los pantalones, me hizo una mamada. Cuando noté que me iba a correr, le hice una seña y se quitó la camiseta y el sujetador, cubrió mi polla con sus tetas para hacerme una cubana, soltando mi leche entre ellas. Le di un beso en cada pezón y fue a lavarse al servicio, mientras yo volvía al salón y recogía el desayuno de mi tía.
Cuando mi hermana salió del servicio, nos despedimos dándonos un beso en los labios, sin que nos viera mi tía. Mientras salia por la puerta, me agarró la polla por el pantalón.
.- Espero que no tardemos en repetirlo… Susurró en mi oído.
.- Cuando quieras… Contesté agarrando su coño… Solo tienes que avisarme.
Volvimos a besarnos y me despedí con un cate en su culo.
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