Un fin de semana con mi prima
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Mi nombre es Gerardo, tengo 23 años, trabajo en una agencia de autos en Veracruz, mido 1.70, cabello negro, ojos oscuros, piel apiñonada, delgado, alto, y después de la experiencia que tuve con mi prima, no me quedó la menor duda de que estoy bien dotado.
Mi prima se llama Daniela, es una mujer, joven adulta de 20 años, delgada, con una cintura muy bien marcada, piel blanca, cabello largo, ondulado, un busto bien desarrollado y bien formado, un trasero enorme, redondo y delicioso. Ella es estudiante del último semestre de su carrera.
Mi prima siempre me había gustado, y ella era la protagonista de todas mis fantasías sexuales, y tenía ganas de cogermela, hasta que llegó el día que menos esperaba, pero que más deseaba.
Era viernes, en la mañana me fui al trabajo sabiendo que mis papás irían de viaje ese fin de semana, junto con mis tíos. Al regresar del trabajo, me encontré con la sorpresa de que estaba mi prima en la sala viendo la tele, ella me recibió con un abrazo y un beso casi en los labios, y me miraba muy provocativamente. Esa tarde salimos a dar un paseo por la ciudad, pues hacia muchísimo calor dentro de la casa, al regresar cenamos, cerramos ventanas puertas y cortinas; después fuimos a la sala y comenzamos a platicar de nuestras vidas, como nos llevábamos muy bien y nos teníamos mucha confianza platicamos de todos los temas y entonces salió el tema de nuestra vida sexual, ella dijo que tenía mucho tiempo que no tenia relaciones con nadie, y menciono que últimamente andaba con muchas ganas, y al decir eso me miraba fijamente a los ojos.
Después la abracé y la comencé a acariciar y ella a mi también, y me dijo que le gustaba, yo le respondí que igualmente ella me gustaba, en eso ella se levanto y fue al cuarto donde dormiría, mientras seguí veía la televisión, eran como las 11 p.m. ella regreso en un camisón ligeramente transparente, y alcancé a ver que no llevaba ropa interior, eso me excitó mucho, comenzamos a jugar haciéndonos cosquillas, entre tanto manoseo ella rozó mi pene y sintió que estaba erecto, y yo había rozado sus senos.
Nos quedamos quietos y mirándonos a los ojos, y de un momento a otro nos comenzamos a besar como dos locos desesperados, ella comenzó a quitarme toda la ropa hasta dejarme sin nada, y yo a ella, solo le quité el camisón y había quedado completamente desnuda. Daniela estaba muy excitada, tanto que se empezó a masturbar frente a mi mientras tocaba todo su cuerpo sediento de sexo, Daniela gemía suavemente y me pedía a gritos que la penetrara, me puse sobre ella mientras la penetraba suavemente, y nuestras caderas se movían para provocar un orgasmo.
Mi prima gemía del placer que sentía, ella me tocaba y yo a ella, tocaba y mamaba sus ricos senos y mientras la penetraba cada vez más rápido hasta que conseguía su orgasmo, y me pedía que me sentara, pues ella s sentaría sobre mí. Al momento en que la penetraba en esa posición ella lanzaba un grito y un gemido intenso de placer, mientras se acomodaba mi pene en su vagina gemía del placer que le daba mi pene. Ella comenzaba a darse de sentones, a brincar sobre mis piernas y sobre mi pene que estaba erecto y duro dentro de la lubricada vagina de mi prima, ella gemía y gritaba por lo rico que sentía, los dos disfrutábamos ese momento. Daniela me decía a gritos y gemidos
– Aaahhh que rico se siente tu pene dentro de mi, entiérramelo todo, eyaculame quiero toda tu leche caliente dentro de mi…así mas, mas no pares no pares.
Así estuvimos cogiendo durante media hora, mientras ella brincaba sobre mi pene, yo le tocaba sus ricos senos, y jugaba con sus pezones, y con otra mano le tocaba su clítoris para excitarla mucho más, y así hasta que los dos conseguimos el orgasmo el cual disfrutamos al máximo, fue tan intenso y placentero.
Después se enderezó, me tomó de la mano y me llevó hacia el cuarto y me aventó a la cama, y ella se montaba sobre mí, y me agarraba mi pene con sus manos y me lo masturbaba, después de un rato me se lo metía a la boca y lo comenzaba a chupar bien rico, ella tenia su culo sobre mi pecho y mientras ella me mamaba mi pene yo la masturbaba con mi mano, su vagina estaba muy húmeda y ella disfrutando de mi enorme pene, y me lo mamó hasta que eyacule todo en su boca; se tragaba toda mi leche caliente y otra parte le escurría desde su boca hasta sus ricos senos. Después ella se ponía sobre mi pene y lo acomodaba y la penetraba y de nueva vez cuando la penetraba ella gritaba y gemía de tan rico que sentía mi pene adentro de ella, y de nuevo ella brincaba y se movía rápidamente sobre mi pene. Ella me volvía a decir lo rico que sentía, lo enorme que lo sentía y lo rico que cogiamos.
Ya eran las 2 de la mañana y no parábamos de coger, Daniela tenía todo su cuerpo mojado en sudor, y su vagina estaba súper empapada, durante mucho tiempo habíamos tenido varios orgasmos, en la misma posición, pues así nos excitaba mas, yo le tocaba sus enormes y riquísimos senos y ella me acariciaba y se movía muy rápido.
Después de unos minutos ella se inclinó y se puso en 4, y me pidió que la penetrara por atrás, y que le diera muy duro. Estábamos en el piso y ella apoyada en la orilla de la cama. La penetraba y la tomaba de su cadera y comenzábamos a hacer movimientos excitantes, mientras ella gemía y gritaba me decía:
– Aaahh así que rico no pares no te detengas así primito que pene tan delicioso tienes, así me encanta como me cojes, cogemos bien rico, así mas… tócame y métela hasta al fondo, lléname de tu leche, la quiero tener en el interior de mi vagina.
Yo la tocaba sus senos y su vagina, nos veíamos agotados, pero eran mas las ganas de coger que el cansancio, y así continuamos hasta las 4 de la mañana.
Finalmente nos dormimos desnudos y muy cansados. Al día siguiente nos despertamos con una sonrisa en nuestros rostros, mi prima me dijo que había sido la noche más increíble y placentera de su vida.
Era sábado, ella no tenía clases yo descansaba en el trabajo; desayunamos y ella se metió a bañar, después yo la alcancé y nos bañamos juntos, tomaba el jabón y lo recorría lentamente por todo su cuerpo, ella comenzaba a excitarse al igual que yo, ella al sentir mi erección me dijo:
– Estoy ardiendo en calentura, cógeme otra vez por favor, quiero que este fin de semana sea inolvidable para nuestras vidas
La penetraba por detrás, y ella gemía despacio, pues así era el movimiento de mi penetración, despacio pero cada vez mas y mas duro e intenso al igual que sus gemidos, y comenzamos a coger una vez mas, con el agua muy caliente mojando nuestros cuerpos sedientos de placer, Daniela se movía cada vez más y más rápido y sentíamos riquísimo y así duramos mucho tiempo, provocándonos muchos orgasmos, éramos unas maquinas de placer y sexo imparables.
Después de estar en el baño, nos salimos con nuestros cuerpos mojados de sudor y de agua, y nos fuimos a la cama, esta vez ella se acostaba de lado y yo por atrás la penetraba y le tocaba todo su cuerpo, sus senos enormes, ricos y excitados, su deliciosos trasero y su vagina mientras jugaba con su clítoris, y Daniela me pedía más y más, y gemía, gritaba y se retorcía de tantísimo placer que sentía con mi pene dentro de ella, y cada vez nos movíamos más rápido la agarraba de sus pronunciadas caderas y la pegaba a mi sexo mientras yo me movía y le daba duro, intenso y hasta el fondo hasta que me venía y sentíamos como mi leche caliente llenaba todo su interior, mientras eso sucedía, ella daba y lanzaba un grito y un gemido intenso de placer…y así terminamos.
Nos quedamos desnudos toda la tarde y nos dormimos nuevamente desnudos y juntos, pues estábamos muy agotados, al día siguiente nos despertamos con mas ganas de seguir cogiendo, ella me excitó y me masturbo, nos hicimos un 69, ella lubricaba como si fuera una manguera de agua fuera de control, mientras yo chorreaba de tanta leche que Daniela me sacaba y me succionaba con su dulce boca y tuvimos varios orgasmos.
Finalmente como a las 3 de la tarde nos bañamos, nos vestimos y nos preparamos para la llegada de nuestros padres, y por la tarde ella se fue, cuando se despidió de mi me dijo suavemente al oído:
– Que rico y enorme lo tienes, me encantó este fin de semana, nunca lo voy a olvidar y ojala algún día se pueda repetir, adiós primito
Yo me quedé paralizado por sus palabras e igualmente le dije:
– Si Daniela, con mucho gusto lo repetiremos algún día.
Esta fue una experiencia que nunca olvidaré, mi mayor fantasía hecha realidad, y por ahora ella tiene novio, pero siempre que me ve, me mira con ojos de pasión y de deseo por aquel recuerdo que quedo en nuestras mentes y que marco nuestras vidas para siempre.