Un congreso de médicos
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Soy María, tengo 31 años, soy de la ciudad de Rosario, Argentina, no soy nacida aquí, sino que vine a estudiar desde una ciudad bastante cercana y me quedé. Soy médica y trabajo en un hospital y una maternidad. No soy una belleza, pero…, algún encanto debo tener como toda mujer. Soy rubia, pelo rizado, piel muy blanca, pechos pequeños con areolas grandes y rosadas y para mi gusto caderas grandecitas, aunque les gusta mucho a los hombres.
Como deben saber la vida dentro de los hospitales, cuando una hace guardias de 24 h. es bastante licenciosa, se pierde todo pudor y junto a la tensión que se vive se genera una confianza total con el resto de los colegas tanto sean hombres como mujeres. Conocemos todo de todos, desde intimidades, como con quien se acuestan o con quien se acostarían.
La historia que les voy a contar ocurrió en un congreso que se realizó en la ciudad de Mendoza hace unos años, desde acá viajamos 2 doctores, casados, los nombres los voy a cambiar un poquito, sepan comprender, Daniel y Marcelo, ambos de una camada más vieja, unos 37 años y Marcela y yo ambas de 28 en ese entonces. Mariela casada hacía poco y yo de novia pero con bastantes problemas.
Como fuimos becados, alquilamos un apart hotel, muy lindo, con 2 habitaciones donde dormiríamos separados por sexo, un viaje en auto de 900 Km, cansador pero eran casi como unas vacaciones para nosotros.
Con Marcelo no tenía tanta confianza pero si con Daniel y Mariela, a ella le pasaba al revés, no se llevaba mucho con Daniel y algo había tenido de soltera con Marcelo. Como verán la situación si bien daba para habladurías, era normal para nosotros y así lo entendieron nuestras parejas Al llegar nos encontramos con un apart de lujo, hasta hidromasajes tenía y las habitaciones amplias, pero con camas matrimoniales, no nos hicimos problemas y nos acomodamos con Mariela, nos cambiamos de ropa y salimos a conocer la ciudad.
Mendoza es famosa por sus vinos, están las mejores bodegas del país y por supuesto en todos los eventos del congreso había abundancia de este. La primera noche, durante la cena, los chicos nos proponen que aprovechemos a disfrutar la nieve y montañas y dejemos para asistir a las 2 ó 3 conferencias más importantes, a lo que enseguida nos acoplamos, y esa misma noche nos fuimos a bailar hasta las 4 de la mañana. Medio borrachas ya en la habitación, Mariela me confiesa todas las veces que había hecho el amor con Marcelo de soltera y que estaba excitada y su intención era cogérselo antes de volver, si bien me sorprendió un poco me excitó la idea, hacía 2 meses que no hacía el amor (se acuerdan que andaba con problemitas con mi novio)
Después de un día donde fuimos a esquiar terminamos con una cena donde una bodega hacía una degustación de vinos Malbec, característico de la zona para luego pasar a un pub con karaoke donde nos encontramos con otros colegas y bebimos más de la cuenta, al querer regresar habían desaparecido los tortolitos en cuestión, yo sin decir lo que sospechaba, junto a Daniel nos vamos para el apart.
Al llegar nos esperaban en el living y nos pidieron como favor y extremadamente secreto que querían dormir juntos, que no contaramos nada por sus respectivas parejas y que tendríamos que compartir cama. Ninguno de los dos hicimos problemas por que ya nos conocíamos en ropa interior de cambiarnos juntos en el hospital y había confianza suficiente. Tomamos la última copa los 4 para despedirnos y cuando los tórtolos empezaron con los besos y caricias nos fuimos con Daniel a nuestra habitación, sin saber yo hasta ese momento todo lo que iba a ocurrir.
Como no llevaba corpiño, me fui a cambiar al baño, me puse una remera de dormir y abajo bombacha y el bóxer nada más. Nos acostamos, charlamos sobre lo que estaba pasando, sobre Mariela, que no la teníamos tan zafada y la infidelidad, me empezó a ganar el sueño ayudada por mi estado de casi embriaguez. Al rato, calculo 1 hora empiezo a sentir ruidos desde la habitación de al lado, se estaban cogiendo todo y sin tenernos en cuenta, me re calentó y volví a dormitar boca abajo como siempre lo hago, pero con los gemidos de Mariela en mi cabeza.
No sé cuanto debe haber pasado que me despierto muy excitada, y Daniel acariciándome encima de mi bombachita, mi chochita y el culito. Que haces, fue mi primera reacción, a lo que me contestó que me calle y escuche Se oía a Mariela decir sí, cojeme, más, más. Mi mente iba a mil, no me había pasado nunca y Daniel ya jugaba con mi rajita, había corrido la bombacha y me acariciaba de arriba abajo, estaba muy mojada. Le pedía no, por favor, pero ya era tarde, el sabía lo que yo quería, ya que empecé a mover mis caderas siguiendo su mano.
Bajó con su boca y empezó a pasar su lengua por mi rajita, me mordía los labios para no gritar del placer que me producía el morbo de la infidelidad y mi amiga cogiendo y gritando en la habitación de al lado. De golpe empezó con mi culito, me metía y sacaba la lengua y estallé, fue mi primer orgasmo. Me metió un dedo en mi colita y yo me movía como poseída, arqueaba mi pelvis y le pedía más, era todo medio nuevo para mí, nunca lo había hecho por atrás y de repente me gustaba mucho.
Daniel, me dijo que me iba a coger como nunca lo habían hecho y que iba a gozar como puta y empezó a decirme cosas fuertes que más me excitaban, hasta que me adelantó que me la metía ya, le pedí que lo hiciera despacio y empezó a pasar su pija por mi conchita haciendo que me pusiera a mil, y de golpe me penetró de un solo movimiento, hasta el fondo, grité por un poquito de dolor y otro poco porque había llegado por segunda vez. Me olvidé de donde estábamos y empecé a gemir como nunca mientras entraba y salía, hasta que sentí como me llenaba de lechita todo mi chochito. Cuando salió de dentro de mí nos miramos como queriendo explicar lo que había pasado, y solo atiné a decir que quería más, me hacía falta, quería hacer todo lo que siempre había fantaseado y nunca me había animado.
Esto lo excitó instantáneamente ya que tenía su verga dura otra vez, me desnudó y empezó a acariciar mis pezones que estaban como piedra y me susurraba al oído que si quería que me coja de nuevo tenía que chuparle la pija hasta hacerlo acabar, me estaba extorsionando, jugaba con mi clítoris mientras guiaba mi mano a su verga, no era el Daniel que conocía, estaba sacado, me decía cosas como: estoy seguro que te gusta chupar mi verga, te voy a romper el orto, tu novio es un cornudo y vos mi puta, etc. Me tenía recaliente y cuando me metió 2 deditos en mi conchita no aguanté más y fui bajando hasta tomar esa gruesa verga con mis labios y empecé a succionar como poseída y él me tomó de la cabeza y empezó a moverse cogiéndome por la boca hasta que acabó, llenándome la boca y al no sacarla me obligó a tragar, nunca lo había hecho, no me gustó mucho el sabor, pero era una experiencia más en mi vida.
Nos fumamos nuestros puchos de rigor mientras nos contábamos nuestras fantasías sexuales, nuestras posiciones favoritas y lo mucho que yo lo calentaba cuando me cambiaba delante de él en el hospital pero nunca se animó a decirme nada y que era vox populi en el hospital mi gran culo y que todos querían estar un ratito con él. De repente me dijo, ponerte boca abajo que voy a preparar el terreno, y empezó a besarme despacio, metiendo la lengua hasta que me fui relajando y metió un dedo, ya estaba súper cachonda y me movía queriendo más, lo entendió y metió otro dedo más, entraba y salían y yo agarrada a la cama fuera de si le pedía más y más.
Me puso la almohada debajo de mi estómago y quedé totalmente abierta para él, arrimó su cabezota y empezó a empujar, sentí de golpe que me empezaba a doler le pedí por favor que no siguiera pero ya estaba adentro y el hijo de puta empujó más hasta que entró toda y la dejó quieta, yo gritaba que me la sacara, que me estaba rompiendo el culo, que no quería. El se fue moviendo despacio y me apretaba cada vez más fuerte mis pezones y de golpe cuando ya lagrimeaba empezó a irse mi dolor y empecé a gemir. Entendió al instante por que empezó a moverse más fuerte, sentía como me entraba hasta el fondo y empecé a moverme sola como cogiéndome con su verga, es maravilloso, cuando acabó yo iba por mi tercer orgasmo.
Nos fuimos a duchar juntos y recién ahí con la luz encendida le vi esa hermosa verga que tanto placer me había proporcionado y que tenía para mi toda una semana y no pude hacer otra cosa que besarla. Al salir nos topamos con los tortolitos que habían sido los culpables de mi locura y riéndose nos dijeron que los habíamos excitado mucho con nuestros gritos, nos empezamos a reír los 4 desnudos.
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