Un beso robado hizo que me pusiera muy húmeda

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Soy una persona casada y nunca le habia sido infiel a mi marido, ni cuando éramos novios, tengo 30 años hace aproximadamente unos nueve meses entro a trabajar un chico 3 años menor que yo, el tambien es casado, empezamos una platica de trabajo, aunque no soy su jefe inmediato, pero si dependen de mi algunas cosas laborales que tiene que repórtame.

Un día paso por mi oficina empezamos a charlar de todo y de nada, aquí entre nosotros les diré que no me era tan indiferente el niño (él es delgado mide como 1.70, cabello negro y tez morena), pasada media hora se despidió acercándose a mi y dándome un beso en la boca al cual no hubo respuesta, en ese momento se disculpo y me dijo que deseaba tanto sentir mis labios ya que son muy carnosos. Cuando el salió de mi oficina me quede en shock, aunque les diré que el beso me encanto.

Un día estábamos en mi oficina chequeando algunas cosas de trabajo, ya había pasado algún tiempo de aquel beso robado, en ese momento me volvió a pedir disculpas a lo cual yo le respondí con un beso mucho más largo, él me abrazo y nuestros cuerpos se juntaron sentí su pene muy duro, yo seguia besándolo al igual que el a mí, cuando me di cuenta yo estaba acostada sobre mi escritorio y el besaba el cuello, la boca, y me tocaba de una manera que me hacia temblar, me desabrocho el pantalón y me quito la blusa asi como el brasier, me beso por todo el cuerpo hasta llegar a mi vagina, yo suelo usar tanga y ese día traía una blanca en ese momento me dijo “te ves muy sexy con eso” me la fue bajando poco a poco mientras me besaba y me acariciaba mi vagina en ese momento sentí un escalofrió, ya que sentí dos de sus dedos dentro de mí.

Nunca nadie más lo habia hecho, mas que mi marido, fue una sensación extraña pero rica el siguió besándome y yo me retorcía de placer, me besaba y me succionaba mi clítoris era maravilloso en ese momento tuve mi primer orgasmo. Yo empecé a quitarle la camisa y desabrocharle el pantalón tenía aquello duro empecé a acariciarlo y se empezó a poner más duro, recuerdo muy bien lo que me dijo;

– Quiero sentirte dentro de mi.

A lo cual yo le respondí…

– Si traes condón en este momento me coges rico.

Lo saco y se lo empecé a poner con la boca creo que fue algo muy placentero para él ya que empezó a gemir tuve que taparle la boca para que no se oyera ya que estábamos en mi oficina no tardamos mucho así, cuando me pido que me montara en él estaba sentado en una silla giratoria en donde lo hicimos un rato, a él le gustaba decirme cosas como “que rico te mueves”, “me encanta tu cuerpo”, “me encanta tu olor” (les diré que mido como 1.60, peso como 56 kilos, tez clara, y cabello castaño), el me ayudaba a mover mis caderas, me acariciaba el pecho, mis pezones estaban al por mayor los mordía, los succionaba se los quería comer, él estaba a punto de venirse y yo no quería parar por lo cual bajamos la intensidad del sube y baja, entonces le pedí que quería hacerlo sobre la alfombra a lo cual el accedió, ahí terminamos de quitarnos la ropa.

Yo deseaba que me penetrara, deseaba sentir nuevamente aquello dentro de mi que no era muy grueso pero si grande, nuevamente hubo besos por todo el cuerpo la espalda y algo que me hizo ponerme al 100%, fue cuando me mordió las nalgas lo hacia tan delicado y suave que me hacia perderme, los teléfonos en mi oficina no dejaban de sonar pero en ese momento lo que mas deseaba era que me cogiera y que lo hiciera despacio y rápido. Empezó a entrar suavemente y de repente sentí todo su pene dentro de mí empezamos con un movimiento suave y poco a poco fuimos aumentando el ritmo no podíamos gritar ni hacer mucho ruido ya que todo se oye, él me besaba en la boca, yo lo besaba en el cuello, en el pecho, él me besaba los pezones, me veía al rostro y me decía “tu si sabes como hacerlo”, “te deseaba desde hace tiempo”. Empezamos a gemir, yo estaba a punto de estallar pero no quería terminar porque era placentero sentir y saber que puedes provocar esto a alguien más que a tu marido, asi estuvimos un rato hasta que nos venimos juntos no pude contenerme más y gemí un poco fuerte y el también, el me beso en la boca muy delicadamente y me dijo;

– Gracias porque hace mucho no habia sentido este placer ” y “jamás olvidare que hice el amor con alguien tan linda como tú.

Tuvimos que levantarnos de inmediato y vestirnos porque ya pensábamos que probablemente alguien nos habia escuchado y además nos habíamos tardado un poco en mi oficina y no queríamos levantar sospechas. Aunque yo creo que alguien nos pudo haber escuchado aquella tarde.

Cuando el salió de mi oficina me dijo;

– Fue un placer poder servirle y atenderla como usted se merece.

Y eso fue el principio de otros encuentros muy placenteros que ya les contaré después.

NIÑA.

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