Trio en el sauna, un buen masaje erotico
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La semana pasada mi esposa y yo decidimos ir a un baño sauna, a relajarnos y a que ella recibiera un buen masaje ( erótico ) que ya habíamos planeado desde hace tiempo, aunque mi principal fantasía era verla siendo penetrada por alguien más, y habíamos estado de acuerdo que fuera alguien desconocido, entramos al vapor y solicitamos un privado con cama de masaje y le solicitamos al empleado un masajista y nos dijo que tardaría en llegar unos 20 min, ya dentro de nuestro local nos dimos una pequeña ducha y descansamos con el calorcito del vapor, no pasaron más de 5 min. Cuando tocaron a la puerta y dijeron ” servicio de masaje”, me incorporé y abrí la puerta un joven de aprox 24 años normal no gordo ni flaco se presentó y lo hice pasar, le pedí a mi esposa que se levantara y que se recostara el la cama, ella sólo llevaba puesta una tanga y un pequeño top, le pedí que se quitara el top y así lo hizo, tenía una ligera sonrisa como de pena y excitación, el masajista no se vio muy sorprendido y acomodó sus cosas y le puso una pequeña toalla a mi esposa en sus nalgas que se le veían riquísimas, y comenzó a darle el masaje iniciando desde los pies, le frotaba con un aceite sus piernas, ella sólo cerró los ojos y se dejo consentir, después siguió con sus hombros y espalda, al llegar a su cintura el contenía un poco sus manos hasta llegar al borde de la toalla la cual yo quite lentamente y el me miro a los ojos y le hice señas para que le masajeara las nalgas cosa que sin pensarlo lo hizo, mi esposa sin abrir los ojos apretó un poco sus nalgas y su piel comenzó a erizarse y poco a poco se comenzó a relajar, el le pidió que se volteará boca arriba y le colocó la toalla ahora en sus senos lo cual yo le dije, ” no, así sin toalla” el continuó con su trabajo iniciando ahora desde sus hombros recorriendo sus manos sobre sus pechos, ella apretaba un poco sus manos, y así continuó hasta llegar a las piernas, cuando le masajeaba las piernas me acerque más y comencé a hacer lo mismo y se las separe un poco, ella abrió los ojos y me miro, le cerré sus párpados y entre masajes yo le tocaba su vagina por encima de la ropa, lo que le aceleraba su respiración, ya en unos momentos sólo le masajeaba su vagina sobre su pequeña tanga, el joven sólo observaba y se le veía también cara de excitación, le hice señas para que el también le tocará la vagina a lo que él sólo movió la cabeza diciendo que no, entonces di un pasó más y tome la tanga de mi esposa y comencé a quitársela cosa que ella me decía que no aunque ya sabía que su mente decía si, ella levantó la cintura y los pies y ella misma término de quitársela, el joven dijo que había terminado, pero nosotros aún no, le dije que continuara y le iba a pagar lo de los dos, y dijo que era bajo nuestra responsabilidad que el sólo haría ” masaje” le dije si esta bien no te preocupes, le tome su mano y se la dirigí directo a la vagina rasuradita de mi esposa que ya para esos momentos estaba súper mojada y comenzó a masturbarla, con una mano abría sus labios y con la otra le masajeaba el clítoris, mi esposa cerraba fuerte los ojos y apretaba sus manos su respiración era ya bastante agitada, me acerqué y comencé a besar sus pechos y acariciarlos, la comencé a besar y ella se quejaba, la acomode de lado con las piernas abiertas y me saqué el pene para que ella me lo chupara mientras el masajista introducía sus dedos en la vagina de ella, me incorpore y le di a él un condón y mi esposa siguió chupandome mi pene, él se lo puso y la puso de rodillas, me senté en la cama y mi esposa me la seguía chupando mientras el comenzó a penetrarla lentamente y le acariciaba su espalda y nalgas luego se subía más y le acariciaba sus pechos, yo sentía que me venía y trataba de evitarlo, él aceleró el ritmo y ella gemía más fuerte, me levanté para hacer tiempo y no eyacular y el aprovecho para voltearla y cogérsela de misionero y le empezó a chupar sus pechos de pronto ella tuvo un gran orgasmo, lo decía su respiración y sus gritos ahogados por su mano, él término y se levantó, se vistió y se fue, ella se quedo recostada en la misma posición la cual yo aproveché para terminar mi trabajo, terminamos otra vez y yo saque mi pene y eyacule en sus pechos y cuerpo, nos quedamos unos minutos ahí recuperándonos, después de un rato salimos de ahí, y los demás empleados no quitaban la vista de mi mujer, sabiendo yo creo que había sido por unos minutos la puta del masajista, tenemos planeado regresar otra vez, pero esta vez le diremos al masajista que sea más discreto para que todos sigamos disfrutando de un rico sexo casual, nosotros somos de México D. F.