Transporte colectivo un día normal de invierno
📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.
Como es normal en mi ciudad (Montevideo Uruguay) nos trasladamos mucho en ómnibus. Si bien tengo coche por comodidad, lo dejo guardado y hago tramites en el centro manejándome en este tipo de transporte. Era un día normal de invierno, como a las 19 hs, hora que habitualmente la mayoría regresa a sus hogares después de un día de trabajo. Me subo en el ómnibus y como era de esperar venia bastante lleno. En determinado momento noto que una mujer que iba a mi espalda, bastante atractiva pero con algunos años más que yo, se recuesta un poco más de lo debido en mi. Lejos de correrme y quedar apretado, comencé a jugar un poco con la situación, de manera que comencé a rozar con mis nalgas en las suyas, aprovechando el movimiento del ómnibus para disimular y si era el caso pedir las disculpas ante un posible enojo.
Para mi asombro ella lejos de incomodarse siguió mi juego. Ella tenia un pantalón ajustado y su tapado no pasaba de la cintura, lo que hacia que el contacto se sintiera un poco mejor. En cuanto pude me puse en su mismo sentido colocándome exactamente detrás de ella, de manera de refregarla un poco mejor. Ella seguía el juego lo que provoco en mi una erección que no tardo en notar. En determinado momento por una frenada del ómnibus quedamos separados, a lo que me miro de reojo, acomodándose para mi sorpresa nuevamente, con la diferencia que antes de apoyarse en mi, paso su mano por mi miembro, brindándome una sonrisa. Ante esta situación intento entablar una conversación no teniendo éxito, a lo mejor por la cantidad de gente que iba en el ómnibus.
En ningún momento dejo de jugar y de refregarse y en más de una oportunidad me acaricio como asegurándose que seguía erecto para ella. En determinado momento y por estar cerca de la puerta, desciende sin dejarme la más mínima oportunidad de descender con ella. Seguí camino a casa protestando por ser tan bobo y haber desaprovechado esa situación. Si bien la mujer era bastante mas mayor que yo (como 20 años) había provocado en mis ganas de intentar algo con ella. Como se podrán imaginar esa noche mi mujer se vio beneficiada por una desconocida.
Pasaron algunos días cuando me llamo mi jefe (trabajo en un estudio de abogados) para encargarme un trabajo de una clienta para el especial, ya que era amiga de su madre. Por ser amiga del jefe o dueño del estudio, tuve que ir a su casa en lugar que ella viniera al estudio. Grande fue mi sorpresa cuando al llegar me atiende la Sra. que habíamos “jugado” en el ómnibus. Me presento, me hace pasar a un escritorio y me atiende su esposo, su hijo y ella, explicándome el asunto en cuestión. Terminada la sesión donde les brinde el asesoramiento de mi parte, me piden que espere un minuto retirándose todos a otro lugar. Luego de unos minutos, llega el hijo y me dicen que tienen una diferencia con lo asesorado y que su madre no comparte mi punto de vista y que como el y su padre debían retirarse por otros asuntos debían dejarme a solas con ella a los efectos de discutir el tema. En realidad yo no sabia como actuar, durante el asesoramiento se había mantenido una distancia mayor que la habitual y al no estar ella de acuerdo dudaba como encarar el tema.
Pasados algunos minutos entra la Sra. y su esposo, él se despide y se retira y ella queda conmigo. Me mira y me dice “creo que nos habíamos visto en otra parte”. Le digo que me resulta conocida su rostro, en un intento de disimular. Se siente el coche que se va, me invita a sentarme nuevamente y comenzamos a tratar el tema nuevamente, nos ponemos de acuerdo y me ofrece un café o té, el cual acepto. Ella se va y vuelve al cabo de unos minutos, sentándose a mi lado en lugar de enfrente como estaba antes. Me sirve el café y como disimulando roza mi pierna con su mano. No sabría explicar porque, a lo mejor porque yo estaba esperando algo así, pero enseguida me provoco una erección, el cual por la posición me costaba disimular. Como si lo hubiera notado me pidió que le acercara el azucarero, cosa para lo cual debía pararme y por lo tanto quede en evidencia. Ella como dándose la parte me dijo que creía acordarse de donde me había visto, a lo que yo conteste, que yo no me había olvidado en ningún momento, acercándome mucho para ver su reacción.
Para mi sorpresa ella se puso de pie colocándose hacia una ventana, dejándome nuevamente cortado y sin saber que hacer, de manera que me decidí a jugármela, me acerque a ella colocándome como cuando en el ómnibus, muy pegado a ella. Mi erección era brutal, yo casi no podía creer que una mujer para mi mayor provocara esa reacción en mi. Ella lejos de huir se quedo quieta, dejando que me apoyara en sus nalgas. La tome por los hombros e hice un movimiento con la cadera de manera que notara como estaba, obteniendo una aceptación de ella al retroceder para sentirla más. Me acerque a su oído y le bese suavemente, ella puso mi mano en su estomago, la sentí relajada, con mis manos en su abdomen la presionaba hacia atrás mientras la refregaba, ella lo aceptaba, tome su mano y la puse sobre mi pene erecto, ella accedió acariciándolo suavemente, le di la vuelta y la bese tiernamente en la boca mientras mi mano se deslizaba por las nalgas, acariciándola y presionándola contra mi. Comencé a bajar besándola en el cuello, desprendiendo lentamente la blusa mientras mis besos llegaban a sus senos hambrientos de lengua.
Ella por su parte acariciaba por encima del pantalón bajándome el cierre y metiendo su mano dentro en busca de la carne deseada. La tome de la mano, me desabroche el pantalón y lo deje caer, ella entendió y comenzó a besarme el cuello mientras acariciaba sin cesar mi miembro bajando despacio hasta que su boca se junto con mi pene. Lo beso, le paso la lengua, lo engullo una y otra vez, dejaba de hacerlo, me lamía los testículos y con su mano me acariciaba mi ano provocando una sensación desconocida para mi hasta entonces. Me beso, lamió hasta que me sentí venir, le advertí, apuro sus movimientos llenando su boca con mi leche, la cual trago con cara de lujuria. Luego de eso se puso de pie, se acomodo la ropa y me dijo que no pasaría de tener una relación oral, que ella moría por hacer sexo oral, pero no tendría otro tipo de sexo conmigo. A partir de ese día las veces que nos hemos visto nos hemos hecho mutuamente unas buenas sesiones de sexo oral.
Tendencia ahora