Quisiera contarles una experiencia que tuve una tarde de sábado de semana santa en mi oficina junto a una compañera de trabajo. Todo comenzó el sábado de pascua regularmente no trabajamos en la oficina en días feriados como ese, pero como trabajamos en una oficina de atención a clientes de una constructora, a una compañera y a mí nos toco hacer guardia ese día. Todo entre nosotros había sido muy normal hasta el momento muy formal, nos saludábamos, hablábamos de cosas de trabajo y demás pero sin pasar de eso.
Ella se llama Jesica, tiene 28 años es divorciada y con una niña es seria dentro de el trabajo, hemos asistido a fiestas donde la he visto muy bailadora con otros hombres pero hasta ese día no habíamos tenido encuentro alguno. Bueno la tarde se presentaba aburrida no había mucho que hacer y lo que teníamos pendiente lo terminamos rápido, estábamos mirando la televisión pero aun así el aburrimiento era fatal, yo me conecte a Internet y claro busque relatos eróticos, lo que me encendió mis pensamientos y me acorde de mi compañera, tenia que buscar un acercamiento con ella.
Me puse de pie y le pregunte si también estaba aburrida, me comento que si que el día se le había hecho ya muy largo, yo me senté junto a ella y empezamos a charlar de varias cosas, del trabajo de su casa y familia y de su divorcio lo que ya en confianza nos llevo al tema de el sexo. Le preguntaba si ahora salía con alguien, me contesto que solía salir con alguien de la oficina pero no era nada serio y de repente me dijo con una sonrisa traviesa:
– La verdad es que ya me urge un poco de atención intima.
Al parecer de repente se dio cuenta lo que dijo porque se sonrojo y se dio la vuelta para no verme a la cara, pero como ella lo había comentado ahora a mí me tocaba seguir la conversación y le dije:
– Vamos por que te avergüenzas si es algo muy normal, todos tenemos necesidades y el sexo es algo que debe de ser atendido constantemente.
Ella me miro y contesto:
Si claro pero para una mujer como yo divorciada y con una hija es difícil encontrar a alguien que no piense que eres una cualquiera.
Yo le dije:
– Claro pero para todo hay gustos no? Si no quieres nada formal con alguien y no quieres que piense mal de ti hablas claro desde el principio y así te evitas problemas.
Y ella me pregunta:
– Pero como?.
– Claro si es tan sencillo como decir las cosas puedes llegar con un hombre y decirle que no quieres nada formal y tener a uno o dos de ellos como amigos íntimos – le conteste yo.
Pero tu crees que habrá algún hombre que se preste a eso?.
Ahora ya tenia su atención ahora solo era cuestión de concretar los hechos. Y le contesto:
– Pero por supuesto, afuera hay hombres para todo, además tu eres muy guapa y no tendrías problema en encontrar a alguien.
– Tu crees?.
– Claro si eres hermosa y cualquier hombre estaría feliz de estar contigo.
Al parecer ella estaba muy sensible porque se abalanzó sobre mí y me abrazo. Fue un abrazo muy efusivo ella pego mucho el cuerpo a mí y sollozaba en mi oído palabras que no entendía muy bien, pero aprovechando su cercanía baje una mano hasta donde comienza la curva de sus nalgas y la detuve un poco esperando alguna reacción. De momento no hubo ninguna así que la atraje hacia mí en ese abrazo para que sintiera mi erección que en ese momento ya empezaba a molestar debajo de el pantalón, yo aventaba la pelvis hacia adelante esperando que la sintiera un poco más. Ella por su parte subió sus manos a mi cabeza y me acariciaba la nuca y los sollozos se convirtieron en leves pujidos, no espere mas la separe un poco de mí y la bese en la boca, con un beso largo y profundo ella fue bajando la guardia y después del beso ella echo su cabeza hacia atrás bese su cuello y aproveche para desabotonar su blusa, ella se dejaba hacer, así que ya no perdí tiempo y baje el cierre de su pantalón que se encontraba en la parte de atrás y ella solo me veía con los ojos llorosos cristalinos por el deseo, me senté y me di el lujo de bajárselos poco a poco, cuando cayeron en sus tobillos pude admirar una hermosa tanga color negro, que por la parte de atrás se metía entre esas ricas nalgas y por enfrente solo un pequeño triangulo de tela cubría su rica panocha, que para entonces se notaba ya húmeda. Baje la mano para tocarla y sentir esa húmeda y dilatada panocha, la acaricie sobre la tela de su tanga, después la hice a un lado y metí un dedo, solo un poco y con otro restregaba su clítoris para que siguiera con esos pujidos que tanto me calentaban.
En esos momentos ya no nos importaba en donde estuviéramos, yo solo quería penetrarla y ella ser penetrada para saciar sus ansias de sexo, la tome de la mano y la lleve hacia mi escritorio, termine de quitar su blusa y baje su sostén solo lo suficiente para liberar sus pechos y mamar esos ricos pezones rosaditos y duros que parecían fresas, mame y mame, hasta dejar algunas marcas, ella solo se dejaba querer, pero ahora era yo el que necesitaba un alivio, así que abro mi pantalón y lo bajo, liberando mi verga, que clamaba por atención, ella la ve y se queda pensando, yo tomo la iniciativa y le pido hacer un 69 en el escritorio, ella accede y se recuesta totalmente en el escritorio, yo me subo en dirección contraria y veo su panocha totalmente dilatada, rasurada sin vello, por lo que se ve espectacular, sin mas demora metió mi lengua y bebo esos fluidos que escapan de su rajada, mientras ella se apodera de la cabeza de mi verga y después de darle besos la engulle dando lengüetazas al rededor de el glande, era la gloria, dando y recibiendo una mamada por demás poderosa, como caníbales que no dejarían nada para después, nos comíamos uno al otro, sin dejar pliegue que recorrer.
Ella por lo menos se vino dos veces en mi boca, se venia a chorros y yo me tomaba todo, pero ella necesitaba algo mas para satisfacerla totalmente, debía ser cogida, penetrada, machucada, de todo para dejarla contenta.
así es que decidí que ya era hora de retirar ese juguete de su boca, si no podía venirme yo también y eso no era lo que quería, me baje de el escritorio y a regaña dientes ella soltó de su boca aquel pedazo de carne, la tome de sus piernas y la puse a la altura de mi verga que aun tenia su saliva, puse sus piernas sobre mis hombros y dirigí mi verga a la entrada de su raja, se la restregué por toda su panocha, poniendo énfasis a su clítoris, ella levantaba la pelvis hacia arriba, con ansias de ser penetrada, yo lo hacia a propósito para que sufriera y la pidiera a gritos, así que la solicitud no se hizo esperar y me pidió:
– Metela, damela ya… quiero tu cosa adentro.
Yo tome mi verga con una mano y empuje con fuerza, se la metí hasta los huevos de un solo empujón, sentí como entraba en ese espacio encharcado, ella cerro los ojos y se escaparon de ellos unas lagrimas, con la verga adentro se la deje inmóvil, esperando sus movimientos, así que ella empezó con movimientos circulares a moverse, era estupendo se movía lento y me pedía:
– Dame, damela fuerte, metemela toda, párteme.
Así que empecé con un bombeo lento al principio para ir dándole mas duro cada vez, mis huevos rebotaban en sus nalgas y se oía un ruido seco, pero me dieron ganas de llegar mas lejos. así es que se la saque y la puse de pie, ella no decía nada solo se dejaba, la puse de espalda y la incline sobre el escritorio, me agache y abrí sus nalgas para saborear su ano, le pase un dedo primero, después con la lengua trataba de penetrarla en ese estrecho huequito, empezó a menear su culo a ritmo de mis metidas y sacadas de lengua y pedía mas y mas, después de un rato la deje, la tome de la mano y la lleve al sillón que hay en la recepción, la puse en posición de perrito, parando sus nalgas y ella comprendió lo que quería hacer y con sus manos se abrió esos dos enormes cachetes de carne y me dijo:
– Metemela pero con cuidado hace mucho que no lo hago por ahí.
Tome mi verga y la dirigí a su ano y puse la punta en la entrada de sus intestinos empuje un poco, para que solo entrara la cabeza y ella se acostumbrara al tamaño, mientras con una mano, tocaba su clítoris, empuje un poco mas y me tomo unos 10 minutos meterla toda, ella se quejaba, pero una vez que se acostumbro a lo dilatado de su hoyo comenzó a culear de manera fuerte levantaba sus nalgas para recibirme mejor y comencé a bombearla fuerte, mas fuerte, sentía como todo mi pene se contraía en cada arremetida y no aguantaría mucho, y solté toda mi leche en su culo. Fue una corrida sensacional hacia mucho no me venia con tal fuerza, la saque y a ella se le escurría por sus piernas, pero se volteo se sentó frente a mí y tomo mi verga con la boca para dejarla limpia, era estupendo, yo no había perdido fuerza en la erección y pude haber seguido y seguido, pero ya era hora de salir.
Ella se limpio y hablamos de lo sucedido, me dijo que hacia mucho que nadie se la culeaba de esa manera y que quería repetirlo, pero antes me dijo que quería llevarse el sabor de mí en su boca, se volvió a hincar me saco la verga de el pantalón y me dio una mamada memorable no tarde en correrme en su boca, y ella se bebía todo, terminamos me beso y ahora cada vez que tenemos oportunidad nos quedamos al final en la oficina. Lo hemos hecho en todos lados, hasta en la oficina de el jefe y si no podemos nos vamos a un hotel donde ya tenemos una habitación reservada.
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