Sexo incestuoso al aire con el primo, la primera vez

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No acostumbraba a venir de visita mi tía con mi primo a casa, pero ese día, por alguna casualidad del destino, se fueron por todo un fin de semana… aún lo recuerdo perfecto!.

Decidí no acompañar a la familia en esa salida mañanera, acostumbro dormir hasta tarde, por lo que quería seguir descansando, ¿y que mejor que sola en casa?, sin ruidos, ni nadie que te perturbe el sueño.

Eran cerca de las 12.00 pm cuando desperté y prendí la tv, y cerca de 10 min. después, llego mi primo a la habitación… “sorpresa, no estoy sola!!!”; pensé. Se recostó a mi lado, me abrazo y pregunto que estaba viendo, solo para atraer mi atención. Le respondí y seguí mirando la tv, sin captar aun sus intenciones. Entonces por el costado izquierdo comenzó a besar mi cara mientras decía mi primita querida. Le mire en ventaja a los años de distancia, y me dio un beso cualquiera en la boca le correspondí, pues para mi era solo un beso, de esos que le das a tus padres o hermanos pero me siguió besando el rosto, lo cual comenzó a desconcertarme un poco. Me quede muy quieta, esperando a que se dejara, pero comenzó a besarme nuevamente los labios de forma reiterada. Estaba aterrada, paralizada, no reaccionaba a hacer nada, mi cuerpo parecía de plomo o mas pesado cuando de repente me percaté que metía su mano dentro mi camisón, y comenzó a recorrerme la espalda y la cintura con la yema de sus dedos me seguía besando, y ya sentía como su lengua comenzaba a humedecer mis labios, entonces de forma patética, recién comenzaba a comprender su visita a mi pieza. Me lo quería quitar de encima, cuando de repente sentí su mano dentro de mi sostén, y comenzó a frotar y apretar suavemente uno de mis senos sí, esto ya no esta tan mal!; pensé mientras sentía que un fuego interno crecía dentro de mi, y se apoderaba de mis sentidos. Entonces con timidez y casi por inercia comencé a responder sus besos, cada vez mas fogosos e insistentes. Su lengua recorría mi cuello y me erizaba la piel, mientras que mis pezones estaban en completa alerta a sus pellizcos, que tanto deseaba, y a que pronto me los comenzará a mamar como niño sediento, casi como para recrear una escena de lactancia maternal. Puso su pierna izquierda entre mi piernas, cada vez mas recostado sobre mi lograba sentir su pene erecto punzarme el muslo y eso me excitaba; entonces comencé a morderle a la oreja, porque lograba percibir que eso hacía que se le pusiera mas duro, y eso también me gustaba!. Me ardía el cuerpo, y sentía como se me dilataba y contraía la vagina, entonces comencé a frotar mi entrepierna en su muslo de forma incontrolable, estaba mojadísima, y a punto de explotar!. Entonces sin decir una palabra, me enderece, metí la mano entre el pantalón de su pijama, y comencé a masturbarlo. Su pene grueso estaba duro, y podía sentir su forma irregular a causa de las venas que le rodeaban, yo estaba deseosa y muy caliente!. Me quito el camisón, mientras lo masturbaba, y luego el sostén voló por la habitación sus dos manos amasaban mis pechos con una fuerza equivalente a la pasión que nos controlaba e incrementaba, cuando entonces comenzó a lamerme y morderme los pezones caray, esto me va volver loca, es desquiciantemente delicioso!, pensé y con completa decisión, baje su pijama, corrí mi tanga y me monte!. Mis glúteos se azotaban contra su pelvis con tal intensidad, que me los afirmo a dos manos para hacer menos ruido lo cual era absurdo, porque los dos no parábamos de jadear ni de gemir. Desde hace rato miraba su rostro, le hacía gracia ver rebotar mis pechos al ritmo del acto llegamos al orgasmo!.

La verdad no me di cuenta en que instante se quito los pantalones; pues en ese momento solo era consciente de que su lengua recorría mi clítoris, y sus labios succionaba los jugos que brotaban de mi vagina, de la forma mas sabrosa y satisfactoria, mientras yo gemía sin parar y sin disimular. Aun sigo pensando que fue una ingratitud de mi parte el no querer practicarle sexo oral ni por condescendencia, pero él se mostro muy satisfecho cuando a cambio de esto, puse su grande y jugoso pene entre mis senos y comencé a masturbarle, dejándole derramar y regar su leche tibia sobre todo mi cuerpo aun ganoso y ardiente.

Entre las una y mil posiciones que probamos, casi ni nos dimos cuenta del transcurso de las horas, eran pasado la 6 de la tarde, y fue un milagro aun mayor, el que hayamos escuchado el sonido del portón, el cual indicaba que el resto de la familia por desgracia, volvía a casa. Me percate de que llevábamos cerca de 6 horas de puro sexo en ese entonces mi primo se colocaba de un salto el pantalón, y yo rápidamente me ponía el sujetador y el camisón; mientras ambos nos tratábamos de sacudir la calentura.

Teníamos 15 años ambos, pues nos llevamos tan solo por 16 días. Sus manos recorrieron todos mis rincones y pasadizos, al igual que las mías los suyos no queríamos dejar instancia a la imaginación, estábamos sedientos de placer, hambrientos de ganas, repletos de lujuria. Después nunca tocamos el tema, y nunca mas se volvió a presentar la oportunidad de tener sexo desenfrenado como aquella vez. Tan solo una que otra vez, en alguna de las distantes y poco constantes reuniones familiares en que nos topamos, de forma discreta se me pone por detrás, y a través de la ropa logro sentir como puntea mi culito deseoso con su pene ganoso. Y yo en cada abrazo que le doy, le froto mis senos redondos para que logre sentirlos nuevamente, y excitarlo un poquito pues aquí entre nos, y aprovechando el espacio de confianza, que ganas de que me vuelva a penetrar!.

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