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Seis ancianos para el placer como gay

Seis ancianos para el placer como gay 2

La visita a una asilo de ancianos para ver a mi tío, resulta en el encuentro con seis ancianos que me llenan de placer… Me llamo Ricardo y hoy voy a visitar a mi tío Pablo que tiene 72 años y vive desde hace 4 años en un hogar de ancianos. Es el único pariente que me queda después de la muerte de mis padres. Es hermano de mi madre y vivió siempre con nosotros.

Ricardo fue el que me folló cuando tenia 18 años y desde esa época fui su amante, desde ese día que desgarro furibundamente mi ano con su verga descomunal no paro de cogerme, lo he odiado y lo odio profundamente pero nunca he podido resistirme a sentir en mis entrañas ese descomunal instrumento.

Han pasado 17 años desde esa primera vez y hoy que esta viejo y vencido sigo chupando su pija ya flácida que apenas se endurece, pero todavía arroja ríos de leche al fondo de mi garganta.

Esa primera experiencia, tener sexo a manos de un hombre mucho mayor que yo, me ha marcado de manera especial y siempre he elegido hombres mucho mayores que yo, he hecho el amor con hombres de mas de 80 años, y siempre he encontrado un enorme placer en ello, los viejos tienen un olor especial, una ansiedad especial por coger y sobre todo si es alguien bien joven, con un hermoso culo como el mío y sin ningún limite para el placer.

Siempre he encontrado muy satisfactoria la experiencia de introducir en mi boca la totalidad de una verga muerta y flácida y ver como al rato y dificultosamente van ganando rigidez.

Visitando a mi tio, mi marido

Hoy como tantas veces en los últimos años voy a visitar a mi tío, le llevo algo de comida y un poco de dinero para sus gastos y como siempre me llevara a algún lugar apartado y solitario del asilo, sacara su enorme y flácida verga y me la hara chuparsela, deberé tragarme hasta la ultima gota y con mi lengua dejársela perfectamente limpia.

En este asilo los ancianos viven en habitaciones compartidas de a dos y de tres personas, cuando llego voy directamente a su habitación. Mi tío comparte su cuarto con otro señor algo mas joven que el y muy amable y cordial, siempre en esto días de verano usa shorts de tela muy cortos y con cinturón lo que siempre me llamo la atención.

Cuando entre al cuarto mi tío no estaba y su compañero dormitaba en su cama, lucia uno de estos shorts, este era particularmente corto y su posición en la cama dejaba escapar por un constado uno de sus huevos, mi mirada ya no pudo apartarse de allí, al sentir la puerta se despertó y me contó que mi tío había partido con una excursión a un museo y no volvería hasta la noche, mientras me decía esto pudo advertir que mi vista no podía apartarse de su entrepierna, entonces me dijo que cerrara con llave la puerta para poder charlar tranquilos, lo que hice de inmediato.

Cuando me di vuelta sus dos manos acariciaban sus huevos y su verga y ya no disimule mi mirada y mi excitación, sin decir palabra se saco el short, la camisa, el calzoncillo y quedo totalmente desnudo ante mí, pero su verga seguía flácida lo que excito mas aun.

Me pregunto “te gustan lo señores mayores”, y respondí “si, sobre todo si me hacen sentir su nenita”, entonces me hizo arrodillar y metió su verga flácida en mi boca casi hasta mi garganta y empezó a moverse cogiéndome por la boca, me dijo que a su edad le costaba un rato largo acabar, pero que un nene tan putito como yo lo lograría rápidamente.

Para mi placer al cabo de unos minutos su verga empezó a endurecerse dentro de mi boca, entonces la saco y me hizo desnudar por completo mientras se la meneaba, me hizo colocar en cuatro patas y con sus manos abrió mis nalgas y comenzó a escupirme certeramente en mi agujero, sin decir agua va me introdujo su dedo pulgar, lo saco rápidamente y de un solo empujón me mando hasta los huevos su verga, debo decir que por mi culo han desfilado un numero mayúsculo de instrumentos, por lo cual no encontró una fuerte resistencia, mientras me cogía me tenia agarrado del pelo, me mordía el cuello y la espalda y me decía un sinnúmero de porquerías y bajezas.

Me volvió loco porque tardo un buen rato en acabar y me serrucho con un enorme vigor, este era un hombre de verdad y pensé que en su juventud habría sido un semental, cuando acabo me apretó contra su cuerpo fuertemente y me dijo que hacia años que no se echaba un buen polvo y que había sido uno de los mejores que había tenido, que lo calentaba mas que cualquier mujer y que movía mi culo como una verdadera puta

Descansamos un buen rato en su cama abrazados y besándonos, cuando de pronto me dijo si no me gustaría conocer el taller de pintura donde pasaba buena parte de sus tardes en compañía de algunos amigos, con los que compartía su afición por las acuarelas y los oleos, lo que acepte gustoso. Salimos de la habitación recorrimos varios pasillos y al fondo de uno oscuro y solitario, llegamos al cuarto donde funcionaba dicho taller.

Cuando ingresamos vi a cinco ancianos charlando animadamente mientras tomaban café, nos paramos en el centro de cuarto y dijo “les presento al sobrino de Pablo, el que ha traído un regalo para todos nosotros”, dicho esto me sentó en una silla, desabrocho su bragueta saco su verga y me la metió en la boca. Inmediatamente vi como todos se paraban, uno corrió a cerrar la puerta con una tranca, dos sacaron todo lo que había sobre la mesa y los cinco se desnudaron rápidamente.

Mientras seguía chupando esa pija 10 manos comenzaron a recorrerme y desnudarme, comenzaron a acercar sus pijas a mi boca y tenia dos y hasta tres que chupaba al mismo tiempo, mientras tanto no había parte de mi cuerpo que no besaran o mordieran y se turnaban para que sus dedos se metieran profundamente en mi ojete que al poco rato estaba mojado y deseoso de recibir esas vergas.

Un rato después me levantaron en vilo y me acostaron boca abajo sobre la mesa, abrieron brutalmente mis piernas y comenzaron a cogerme uno por uno. Cada uno ponía su flácida verga en mi boca y yo la chupaba hasta que se endurecía y esa era la señal para metérmela en el culo. Los seis, a su turno, acabaron dentro de mí y la leche me chorreaba hasta los tobillos, fueron 4 horas con seis ancianos que me brindaron infinito placer.

Ahora voy poco a visitar a mi tío, prefiero pasar el tiempo con mis seis amores en el taller de pintura.

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