Se me hizo con mi madre
Esta historia es real.
Todo empezó cuando encontré una película de incesto en el reproductor de DVD de mis padres y vi cómo un chico se cogía a su madre, y se me metió la idea de hacer lo mismo, cogerme a mi madre.
Un día la agarré empinada, le toqué toda la vagina y me cacheteó. A las horas, entré en el cuarto de mi madre y la encontré con las piernas abiertas y una braga transparente. No podía dejar de ver su vagina, estaba muy rica, y solo vi cómo se mojaba; me tuve que ir a masturbar.
Me preguntaba qué podía hacer para cogerme a mi madre y, efectivamente, me fui a acostar con ella, la abracé con la intención de agarrarle las chichotas, me dio un puñetazo y caí en su vagina. Se levantó de la cama y me dijo que por qué hacía eso. Le contesté que había visto una película en la que un hijo se coge a su madre y ella se puso roja. Le dije que tenía ganas de hacer lo mismo y me contestó que no, que eso no estaba bien. Dije: «Ándale, y le agarré la vagina. Solo suspiró y me dijo: “¿Qué haces? No está bien”. Le dije que quería hacerlo y me dijo que pusiera la película que había visto. La puse y mi mamá estaba roja y yo estaba duro. Le dije: “Puedo mamarte la vagina como en la película”, y me dijo: “No, como crees”. Pero la acosté y le abrí las piernas. Me dijo: “¿Qué haces?” y ya tenía mi boca en su vagina y me decía: “Quítate esto, no está bien”.
Yo le decía que se callara como lo hacía el chavo de la película y la puse en cuatro y le hice su tanga de lado. Le estaba mamando el culo y solo vi cómo destapó sus chichotas y las empezó a chupar. Decía: «Ya, hijo, esto no está bien», y le decía que se callara y que esto quería hacer. Se la empecé a meter y decía: «Ya quítate, esto no está bien», pero gemía mientras decía eso. La agarré del pelo y le dije que me chupara la verga, y me la empezó a mamar bien rico mientras veía cómo se metía los dedos. Vi cómo se corría, así que volví a empinarla y le empecé a mamar el culo. Hice lo mismo que el chavo de la película: se la metí en el culo a mi madre y ella solo decía: «Me la vas a quitar», mientras apretaba sus pechos. Se los chupaba hasta que se corrió, se levantó, me la empezó a mamar como si fuera una puta desesperada: «Hijo, qué rica verga tienes, me has destrozado el culo y tu verga sabe bien rico».
La levanté, la empecé a besar y me dijo que no la besara. La acosté boca arriba y le volví a coger el culo. Solo veía cómo le rebotaban sus tetas, hasta que se las empecé a chupar y a morder. La empecé a besar y le dije que se sentara, que su hijo la estaba follando el culo. Ella me decía que se sentía bien rico, que su hijo la tratara como una puta, hasta que me vine dentro de su culo. Me levanté y ella se puso de rodillas para volver a chuparme la polla. Solo decía: «No puedo creer que sea la puta de mi hijo», y yo le contesté: «Eres mi puta mamá, ¿y qué?» Hasta que se corrió de nuevo y me dijo: «¿Quieres ver algo?». «Sí», le contesté. Entonces, me dijo que volviera a mirar y la vi que se había puesto un conjunto de lencería muy bonito. «Qué linda y rica estás», le dije, y la seguí besando. «Solo va a ser hoy», me dijo, y le contesté que dijera lo que dijera. Mientras, le apretaba las nalgas y le chupaba los labios.
Ella me dijo que me acostara y, de repente, vi que se levantó en la cama y se sentó en mi cara. Estaba tan excitado al ver cómo se acomodaba para hacer un 69 que no me molestaba el olor de su culo ya abierto. Solo sentía cómo se tragaba toda mi verga y yo le mamaba toda la vagina hasta que los dos nos venimos al mismo tiempo. Me dijo: «Quiero que me pongas como el hijo de la película, culo arriba, anal».
Yo sin pensarlo lo hice; solo veía la cara de mi madre de placer y, entre jadeos, decía: «Mi hijo me está cogiendo el culo, mi hijo me está rompiendo el culo», mientras ella chupaba una de sus tetas y yo le chupaba la otra. Hasta que me aventó porque ya no aguantaba y le pregunté por qué me quitaba. Me dijo: «Ya». Por el culo no, ya no aguanto. Y le dije que aquí no es lo que tú quieras. Y así, levantados, se la estaba metiendo en el culo. Solo decía que ya que, ya se la sacará, que ya no sentía placer, pero a mí no me importa. Seguía cogiendo su ano hasta que ella ya estaba lagrimeando de dolor. Hasta que me vine y la puse de rodillas. Volví a penetrarla, verga, y ella, con lágrimas en los ojos, me decía: «Eres un cabrón, me has lastimado todo el culo». Y le decía que mejor siguiera mamando antes de que la cogiera de nuevo, y ella me dijo: «Quiero cabalgarte». Y le dije: «Claro que sí, mamá, súbete». Y se la metió en la vagina, ya no en el culo, y le decía: «Ya no aguanta tú». —Dulce culo, mamá —me dijo—, y le dije que sí sin pensarlo dos veces, mientras le chupaba sus chichotas. De repente, noté que estaba escurriendo, así que aproveché para sacarla y meterla en su ano. Me dijo: «Hijo, por el culo ya no», y le dije: «Tú sola cógete y cabalga mi verga». Gemía bien rico y me dijo: «Ven a mi boca», y le dije que sí, ya en un momento, mientras ella seguía arriba.
Cuando iba a venirme, la aparté y la puse de rodillas para que me chupara la verga hasta corrermela en la boca. Ella seguía mamando cuando se me pasó el orgasmo y me la seguía chupando, así que me acosté encima de ella y volví a penetrarla. Esta vez, estaba penetrando su ano y ella trataba de quitarse, pero no la dejaba mientras apretaba sus nalgas. Me quité encima de ella y le dije que volviera a sentarse en mi cara, y ella lo hizo. De verdad que delicia de vagina tiene mi madre.
Solo veía cómo su ano se abría cuando le abría las nalgas y ella mamaba mi verga. Le dije que se acostara de espaldas, le abrí de nuevo las piernas y la estaba cogiendo el culo y la vagina hasta que se corrió. Entonces le pregunté qué tal se sentía que su hijo la estuviera cogiendo. Ella me respondió con un «Muy rico», por lo que dejé la película para que la vieras. Pero no creí que lo hicieras y le pregunté si tenía la fantasía de hacer lo mismo que los de la película. Ella no me respondió y le dije que bueno, que siguiera mamando, mamá la chupas muy rico. Ella respondía «sí, sí, sí». —Te gusta cómo tu madre te la chupa sabiendo que yo he estado en tu culo —le dije.
—Sí, me excita que me digas que mi verga apesta a tu culo y aún así me la chupas como toda una puta —respondió ella.
Me senté en su cama y empezó a masturbarme con sus pechos.
—Te gusta mi pecho —le dije.
La agarré de los pezones y solo gemía, y la puse a cabalgar de nuevo mientras le metía los dedos en el ano. Solo vi que se ponía de rodillas y me empezaba a dar unos sentones. Le dije que me gustaba verla así, con su lencería y cómo le rebotaban sus chichotas. La volví a empinar y me puse encima de ella. De nuevo, estaba cogiendo su culo, se la metía y se la sacaba para ver cómo le quedaba el ano abierto. Me dijo: «No hagas eso», y le contesté: «¿Y qué?» y le empecé a mamar el culo ya abierto. Me dijo: «Eres un perverso». Y de nuevo. Se la volví a meter en el ano. Solo veía cómo ella se masturbaba y se metía los dedos en la vagina hasta que se corrió. Entonces, la volví a mamar. Verga hasta que me corrí de nuevo en su boca. Así no la pasamos toda la noche. Mi mamá siendo cogida por su hijo.
Espero que les guste mi anécdota.
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