Reunión de amigas termina en algo erotico

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La verdad es que no sé si hago bien transcribiendo esto para el público, a fin de cuentas son mis amigas… las experiencias que solemos tener las tres difícilmente podría parecerles placenteras a todo el mundo, pero a las que nos gustan los tobillos femeninos nos son excitantes en extremo.

Un día pensé en grabar con una grabadora (valga la redundancia) nuestra conversación. Llamé a mis amigas Diana y Fátima para que vinieran a tomar algo a mi casa. Aquí transcribo lo que grabé, tal y como fue:

Aclaración: A veces quería hacer algunas descripciones cuando no estaban ellas presentes. Aquéllas vienen entrecomilladas.

MARTA: “Probando grabadora, un, dos, tres, probando. Están subiendo por las escaleras”.

MA: ¡Hola, chicas!

DIANA: ¡Hola rubia!

FÁTIMA: Hola nena, y a ver cuándo arregláis el dichoso ascensor, no veas lo que nos ha costado subir.

MA: Eso es cosa del presidente, y ahora en agosto siempre se va de vacaciones.

FA: O será culpa tuya, que te empeñas en vivir en un cuarto.

(Risas)

MA: Pasad a la habitación, voy a la cocina a traer algo para beber.

DI: Más te vale, hace un calor tremendo, bufff.

MA: “Fátima ha venido con una camiseta sin mangas con escote de pico, una falda oscura que le tapa las rodillas y unas increíbles zapatillas con cordones negros que se atan a los tobillos, y por supuesto sin calcetines. Está estupenda. Pero Diana me ha impresionado, porque no suele enseñar mucho los tobillos, pero hoy ha venido con unos piratas vaqueros ajustados y unas bailarinas negras con una cinta blanca, sin calcetines también, que se le ven mucho más los pies que a Fátima salvo los dedos.”

MA: Bueno, todo esto hay que acabárselo esta tarde, ¿ok?.

DI: Yo sólo beberé un poco de gin-tonic, paso del licor.

FA: ¡Ah! ¡Pues más para mí!.

(Risas)

MA: ¿Hace calor fuera? Hoy no he salido.

DI: La calle parece arder hoy, no me extrañaría que estuviéramos cerca de los cuarenta grados.

MA: A tí te dará igual, vas muy fresquita hoy.

DI: ¿Te gustan mis bailarinas? No suelo llevarlas, pero hoy me apetecía ponérmelas. Tengo los pies muy fresquitos y cómodos, y con estos piratas me quedan bien.

MA: Me encantan tus bailarinas.

FA: A mí también, te hacen bonitos los pies.

MA: Voy a por algo para picar, enseguida vuelvo.

MA: “Fátima no para de mirarle los pies a Diana, creo que nuestra sesión de hoy no tardará mucho en empezar… oh, veo que ya ha empezado… las puedo ver desde la cocina. No nos gusta tocarnos los dedos, así que nunca nos descalzamos. Diana se ha sentado sobre la cama, sujetándose las rodillas con las manos. Tiene los tobillos juntos, y Fátima se los está tocando. Le está cogiendo los tobillos y se los acaricia. Ahora le acaricia la parte de los pies que dejan al aire las bailarinas. Le mete los dedos dentro de las bailarinas. Voy para allá”.

DI: Has venido en el mejor momento. Mira, no llevo calcetines y Fátima se aprovecha de ello.

FA: Tus bailarinas me ponen a cien, me encantaría destrozártelas a mordiscos.

MA: Déjame tocar a mí también, Fátima.

DI: ¡Sí! Cogedme cada una de un pie.

(Risitas) (Besos en los tobillos y bailarinas de Diana)

MA: Me encantan tus pies Diana.

DI: No paréis… ooohhh… mis bailarinas sin calcetines… oohhhh… destrozádmelas… mmmm… destrozádmelas sin quitármelas.

FA: Te voy a romper la cinta blanca con los dientes… rómpesela tu también, Marta.

DI: Aaahhh… mis pies… mis bailarinas… aaaahhh.

FA: Te la acabo de romper cielo, y ahora te romperé lo que queda. Se me ha ocurrido una idea genial.

MA: ¿Qué idea?.

FA: Nos destrozaremos las zapatillas unas a otras… pisándonos.

DI: (Jadeando) Si… si, por favor… estoy de acuerdo… las tengo ya casi destrozadas… y quiero destrozarte las tuyas, Fátima.

FA: Marta, ¿porqué no te pones algún pantalón más corto? No te vemos los tobillos.

MA: Ok, enseguida vuelvo, no tardo.

MA: (Jadeando) “Los pies con bailarinas de Diana me han puesto a cien… Fátima casi le ha destrozado la bailarina… la cinta blanca se ha desprendido y la bailarina tiene muchos jirones por los lados… está casi descalza, y yo pienso destrozárselas aún más… A Fátima la pisotearé lo más fuerte que pueda, estoy deseando desatarle esos nudos de los tobillos… Me he puesto unos piratas blancos con unas deportivas viejas blancas, sin calcetines”.

FA: No está mal, aunque podrías haberte puesto algo que enseñara más los pies.

MA: ¿Ah sí? ¡Toma ya!.

FA: ¡Aaaay! ¡Mis pies! ¡Te voy a destrozar!.

MA: ¡Aaaayy!

(Pisotones) (Gritos de placer y de dolor)

FA: Me has destrozado los cordones… ¡au!… aaahh… tengo los pies casi al descubierto.

MA: Vamos a por Diana, luego sigo con tus asquerosos pies.

DI: Venid a por mis pies, vamos reventadme las bailarinas.

(Pisotones) (Gritos de Diana) (Escupitajos)

FA: Madre mía cómo han quedado… te hemos destrozado tus bailarinas, Diana.

MA: Eso te pasa por ir por ahí sin calcetines.

DI: (Jadeando) Brutas… me habéis destrozado también los pies… aaay… yo estaba casi descalza y vosotras lleváis más suela que yo… aaay… te vas a enterar, Fátima.

FA: ¡Aaaaau! ¡Síííí! ¡Muérdeme los tobillos! ¡Tú también Marta! ¡aaayyy!.

DI: Tus pies tampoco llevan calcetines, y me aprovecharé de ello… te quitaré los cordones que te ha destrozado Marta y te comeré los tobillos.

FA: ¡Ay mis tobillos cómo duelen! ¡Destrozádmelas del todo! ¡Por favor!.

MA: Te vas a enterar.

(Pisotones muy fuertes) (Gritos de Fátima)

DI: ¡Qué pies más feos! ¡Ponte calcetines!

MA: ¡Cada vez que te veamos los pies así te los pisaremos!

FA: ¡aaahhh! ¡Mis pies! ¡aaahhh!.

DI: ¡Te estamos destrozando tus feas zapatillas, ya no te las podrás atar a los tobillos nunca más! ¡Y tienes los pies chorreando de escupitajos!.

FA: ¡Cómo los tuyos antes! ¡aaaahhhh! ¡Mis pobres pies! ¡Mis desnudos tobillos! ¡aaayyy!

(Jadeos) (Escupitajos)

DI: Están completamente destrozadas… mis bailarinas han quedado un poco mejor.

FA: (Jadeando) Me habéis dejado sin zapatillas… los cordones están colgados de la lámpara del techo, mis pies totalmente al aire, escupidos y arañados, mis tobillos mordidos… bufff.

DI: (Jadeando) Te está bien empleado por ir enseñando los pies tanto.

(Risas)

DI: Marta, tus deportivas apenas tienen rasguños.

MA: Creo que hoy la sesión ha sido de vosotras, yo sólo os he ayudado a destrozar vuestros calzados… pero me ha excitado mucho.

FA: ¡Ha sido salvaje! Y yo apenas si puedo moverme… aaayy mis pies.

DI: Lo mismo digo… y yo paso de salir a la calle con las bailarinas así.

Resumiendo, la conversación duró más, pero hablábamos de cosas intrascendentes… con los pies metidos en agua.

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