Placer de cumpleaños y sin ropa interior
📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.
El día había transcurrido sin ninguna sorpresa, Joaquín únicamente se había detenido a darme un beso en la frente y recordarme que esta noche iríamos a celebrar mis 25 años, yo no dije nada estaba acostumbrada a sus celebraciones poco ortodoxas, y asenté con la cabeza. El se fue y yo comencé mi ritual de cada año, puse poca atención en mi exterior, coloque un vestido de manta azul cielo, que se ajustaba preciso a mi cuerpo y dejaba notar mis senos orgullosos y espléndidos, producto de mi reciente bebe, nunca los vi más hermosos, grandes y con los pezones ligeramente irritados por amamantar a mi bebe, deje mi melena negra al aire para que mis rizos hicieran juego con la libertad de mi interior, ya que ese día decidí no ponerme nada de ropa interior.
El teléfono sonó misteriosamente, y era la voz aturdida de Joaquín, que me indicaba como llegar a aquel lugar en el que celebraríamos y al preguntarle que por que no pasaría por mi, el contesto que era mejor así, que era parte de lo planeado, no dije nada y anote rápidamente la dirección sobre una servilleta, Calle Bolivia, numero 769, colgué y llame inmediatamente un taxi, tocaron el timbre y salí, le dije al taxista la dirección y el se quedo mirándome con un aire misterioso, no dijo nada y me condujo a aquella calle.
Eran ya las nueve de la noche y la luna iluminaba mi recorrido, me baje del taxi y me contemplando la partida del taxista, no me dije nada, solo camine, busque el 769 de la Bolivia, y mi sorpresa fue mayor cuando vi frente a mi un teatro viejo y abandonado, no dije nada y me introduje en él, supuse que era parte de la broma que en cualquier momento saldría Joaquín y nos marcharíamos del lugar, pero no fue así, al entrar la puerta se cerro intempestivamente tras de mi, un frío helado recorrió mi cuerpo, al punto que mis pezones se erizaron.
Camine tres o cuatro pasos y gritando el nombre de Joaquín y nadie contesto, hasta que unas manos bruscas me tomaron por la cintura deteniendo mi paso y me acercaron a un cuerpo grande y fuerte, me quede inmóvil, sentí como sus manos toscas recorrían primeramente mis piernas, subió mi vestido hasta mi cintura y al percatarse de la ausencia de ropa interior introdujo uno de sus dedos mientras manoseaba mis nalgas fuertemente, estrujándolas de un lado hacia otro, después sentí su respiración en mi oído izquierdo era rápida y dejaba salir una leve línea de baba que dejo caer en mi seno.
Sentí su miembro firme sobre mis nalgas, después me inclino levemente hacia el frente, e introdujo en mi su gran miembro, no lo podía creer estaba siendo violada, y no sabia por quien, justo el día de mi cumpleaños, el terror se apoderaba de mí, sin embargo algo extraño pasaba, mi cuerpo respondía a los estímulos de aquel desconocido, solté un leve gemido seguido de movimientos de cadera rápidos y lentos, eleve las manos del desconocido hasta mis senos e inicie el movimiento de estos, me gusto como los sujetaba con sus enormes manos y como pellizcaba mis pezones, sentí que un poco de leche salió de estos y acerque la cara del desconocido para que bebiera de mis senos y no se desperdiciara, fue tal la excitación de esta acción que el desconocido ya fuera de mí únicamente absorbiendo la leche de mis senos exploto con tanta fuerza que sentí como casi se me desprendía el pezón del cual mamaba.
Todo paso tan rápido, el quedo tendido y yo escape en ese momento, regrese a casa, y encontré a Joaquín en la sala, y me pregunto:
– ¿Por que no llegaste? Te estuvimos esperando y al ver que no llegabas tuve que regresarme a casa, ¿Qué paso?.
Yo solo conteste:
– Nada amor, lo que paso es que me perdí, pero ya estoy en casa, celebremos mi cumpleaños.
Desde ahí supe que los regalos de la vida, nos los brindan los errores.