Otro le revento el culo a mi novia
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Ahora que tengo acceso a internet y sobre todo a este sitio, me doy cuenta que no soy un bicho raro.
Lo que les escribo paso hace 11 años, entonces tenía 21 y años y mi mujer 19, hoy somos esposos y tenemos dos hijos, en ese entonces éramos novios. Antes de andar conmigo Idalia, mi esposa, solo había tenido un novio su nombre es Rigoberto. Antes de seguir he de aclarar que ambos somos de pueblito por lo que nuestra cultura sexual siempre ha sido muy pobre en términos generales además de muy estricta en cuestión de costumbres.
Sin muchos rodeos, tarde meses cortejándola hasta que por fin acepto andar conmigo, y esto porque quedo muy lastimada del noviazgo que tuvo con Rigoberto al haber sido su primer amor.
Ya casi éramos novios, y digo casi por que no se lo había pedido formalmente, pero ya nos habíamos besado y actuábamos como tales, cuando un día de pronto se apareció su ex, Rigoberto, quien regreso de los estados unidos y aunque mi ahora esposa decía que ya no le importaba lo cierto fue que aun sentía algo por él, la conocía de sobra y note el cambio en su actitud, pero yo no desistí en luchar por ella.
Un día los descubrí platicando a solas, en las afueras del pueblo y aunque me llene de celos no actué ni hice nada, en parte por que como dije no me consideraba su novio formal además solo estaban platicando, al menos eso fue en un principio porque luego los vi encaminarse hacia unos árboles todavía más alejados del camino. Los seguí a escondidas y más adelante vi como Rigoberto la abrazaba y luego se besaban, ardí en celos pero permanecí escondido sin hacer nada al respecto, avanzaron un poco más hacia otros árboles de más frondosas ramas, ya para entonces en mi mente había mil ideas y como un perfecto cazador busque la forma de acercarme más a ellos solo para corroborar lo que mi mente suponía.
Ahí estaban, abrazados y besándose, al principio nuevamente por que instantes después Rigoberto ya bajaba sus manos por las partes íntimas de mi ahora esposa, para mi gran sorpresa ella solo se resistió un poco defendiendo su dignidad y luego se dejó hacer, algo sucedió conmigo en ese momento, la sangre me hirvió de coraje, nerviosismo, impotencia y lo peor es que también de excitación, mientras Rigoberto la despojaba del vestido y lo demás yo tenia una erección como nunca, lo más extraño en ese momento es que por muy molesto que me sentía también quería ver lo que iban a hacer, de entrada, nunca en mi vida había visto a una mujer desnuda, al menos no en vivo, y lo que sabía de tener sexo eran solo producciones de mi imaginación combinado con lo que la gente decia, así que queria ver como se lo hacia, y asi escondido entre las ramas de un árbol presencie el momento en que Rigoberto desvirgo a mi ahora esposa, fui testigo mudo de como mi mujer se entregó a otro hombre, la verdad es que no me lo podía creer que esa dulce mujercita se transformaba en una mujer que no solo pedía que su hombre la hiciera suya sino que además cooperaba en lo que le pedía pues este tipo no se limitó, y la hizo su mujer como le vino en gana.
Mientras ellos se disfrutaban mutuamente yo me sentía impotente, humillado y ahora culpándome y reprochándome el no haber actuado para impedirlo tanto que las lágrimas me brotaron, pero tenía una erección como nunca antes que sin necesidad de hacerme nada estalle ahí mismo y una vez que descargue esa tensión lo único que me quedo fue alejarme y dejar que ellos siguieran poseyéndose.
Viví un infierno en los siguientes días trabajando lo mas que podía a fin de mantener mi cerebro ocupado, luego recibí la visita de un amigo cuestionándome que que le había hecho a Idalia debido a que los últimos días se la había pasado llorando.
Supuse lo que había pasado, y sin equivocarme al confrontar a Rigoberto este me recalco que lo único que siempre quiso era acostarse con ella y ahora que ya lo había hecho varias veces, ya podía ser todita mía. Me enfurecí al máximo pero por miedo no llegue a los golpes con él, otros días más y él se regresó a los estados unidos.
Entonces decidí tragarme todo y la busque, ella me esquivo al principio y luego acepto andar conmigo, reconoció que se había visto con Rigoberto varias veces y que se habían besado mas no confeso que también se le había entregado. Me sentí muy poco hombre porque sabiendo que mentía la perdone, aun cuando la vi disfrutar con otro la tome como esposa.
Un año después de casados tuvimos a nuestro primer hijo y el tiempo siguió pasando, fueron 3 años después cuando la historia se volvió a repetir. Rigoberto regreso y a base de ?chantaje? logro que mi mujer se acostara con el. Supe del chantaje que le propuso y pude evitarlo, pero mi pretexto esta vez fue que yo quería averiguar si realmente mi mujer accedía solo por amenaza o había algo más.
El día que la cito yo fingí mucho más trabajo y luego me encargue de seguirlos a una vieja casa, ahí me quedo claro que mi mujer no quería asistir lo cual me lleno de felicidad, sin embargo el tipo sabia como encenderla hasta el punto de hacerla ceder y nuevamente vi a mi esposa comportarse con nunca conmigo, fogosa, sensual, sin miedo a mostrar sus gestos y disfrutar, sin miedo a gemir a toda voz.
Se revolcaron como por dos horas hasta quedar rendidos, esta vez si debí haber actuado y no lo hice, lo permití como también permití que se vieran por una semana hasta que el tipo se regresó a los estados unidos. En esos días, yo también estuve con ella sabiendo que se acostaba con otro, incluso eso me excitaba, el saber que gozaba.
Nunca imagine lo que se venía, pronto llegaron mareos y nauseas, estaba embarazada y yo presentía que era de Rigoberto, casi estaba seguro, ellos nunca se cuidaron ni antes ni después fue una fortuna que en la primera ocasión no resultara embarazada.
Acepte a esta niña como mí hija sin saber la verdad, y hasta la fecha estoy consciente de que el día que Rigoberto regrese, mi esposa seguirá acostándose con él porque segura estoy que mi mujer no me es infiel con nadie más, es como si existiera una conexión entre ellos, quizá por haber sido el primero.
Por mucho tiempo me he sentido como un No hombre, como un bicho raro por permitir esto, por permitir y hasta disfrutar que otro hombre se acueste con mi esposa. Ahora con mas tecnología me doy cuenta que no soy el único que vive de esta forma. Una disculpa si me extendí en mi confesión.