Noche de fin de año
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Era el de fin de año. Fui a casa de mi hermana para celebrarlo en familia. Llegué un poco tarde y mi otra hermana estaba allí con su marido. Nos saludamos y tomamos unas copas. Luego cenamos entre canticos de villancicos, y después de cenar, seguimos con la fiesta hasta que llegó el momento de tomar las uvas. Después de las uvas, mi hermana y mi cuñado se fueron. Yo con el cuento de que estaba bebido decidí quedarme con el agrado de todos.
Nos quedamos mi hermana mayor, mi cuñado, mi tía y yo. Mi tía, al ser una persona mayor, se acostó pronto. Mi cuñado también se fue a dormir, pues trabajaba al día siguiente al ser guarda de seguridad, ya que cambia las vacaciones de navidad por las de verano. Así que me quedé solo con mi hermana mayor en el salón tomando una copa.
En un momento de la noche, mi hermana se levantó y fue a su habitación. Al cabo de unos minutos, volvió con un pijama que tengo en su casa, para cuando me he quedado a dormir. Y mi sorpresa fue cuando vi a mi hermana que se había cambiado de ropa, con un pijama tan ajustado que no dejaba nada a la imaginación. Se le pegaba tanto al cuerpo, que parecía una segunda piel. Se le notaban sus pechos y resaltaban los pezones duros que los coronaban. El pantalón se le metía en los labios, notándosele la rajita de su delicioso coño. Y no digamos, cuando se agachó para recoger un papel del suelo y se le notaba su delicioso culo.
Me fui al servicio a cambiarme, antes de que notara el bulto de mi pantalón. Me masturbé pensando en mi hermana para desahogarme y me cambié de ropa. Cuando volví al salón, mi hermana estaba preparándome el sofá cama. y aunque la camiseta era ajustada, pude ver sus pechos por el escote.
Nos sentamos a ver el programa de la tele, mientras tomábamos un par de cervezas.
.- Hermana… Pregunté… ¿No tienes nada más fuerte? Estoy harto de cerveza.
.- Si.. Contestó… Tengo una botella de ron.
.- Estupendo… Celebré… Pues preparémonos unos lingotazos de ron, ¿te apetece?
.- Claro… Contestó mientras se levantaba, casi refregándome su culo por mi cara… Ahora lo traigo.
.- Te ayudo… Dije levantándome también Mientras tu preparas el hielo yo busco los vasos y la botella de Coca-Cola.
Fui detrás de ella, sin dejar de mirar como se meneaba su delicioso culo, y como se le insinuaba cuando se agachaba para coger el hielo del congelador. Casi se me cae uno de los vasos.
Volvimos al salón y se sentó a mi lado en le sofá cama. Estábamos tan pegados que podía sentir el calor de su cuerpo. Nos hicimos un par de cubatas cada uno, charlando y viendo el programa.
Me levanté para ir al baño. Cuando volví mi hermana estaba recostada en el otro sofá al lado de mi cama. No me había fijado, que aunque el pantalón era muy ajustado, el elástico estaba muy dado de sí, y se le había bajado un poco, que casi se le salían el principio de los pelillos del coño. Eso me puso a 100. Estaba un poco adormilada y al sentirme, se incorporó y nos volvimos a echar otro cubata. Ya bebidos, mi hermana se acostó en el sofá y yo en la cama.
Su postura fue ponerse de lado y de cara al respaldo del sofá, dejando todo su culo en pompa, y como ya he dicho, el elástico estaba dado de si, se le había bajado un poco el pantalón y se le empezaba a ver la rajita del culo. Esperé un tiempo prudencial, para asegurarme que estaba dormida, y cuando la escuché roncar, comencé a acariciarle el culo por encima del pantalón. Luego, muy despacio, comencé a bajárselo, para descubrir su culo, y llevarme una gran sorpresa, pues no llevaba ropa interior.
Tuve su culo a mi disposición desde el primer momento que bajé el pantalón. Lo empecé a acariciar y a besar, haciéndole un beso negro. Como no reaccionaba. me bajé mi pijama y comencé a rozarle mi pene por la rajita de su culo, haciéndome una cubana con sus nalgas. Solté una gran cantidad de leche, que llenó sus nalgas. Fui al baño por unas toallitas para limpiarla. Cuando regresé, mi hermana estaba boca abajo, aun con su culo desnudo y manchado de mi semen. Lo limpié y seguí acariciándolo y besándolo durante largo rato, mientras metía una mano por debajo y metía un dedo en su coñito.
Con mis caricias, emitió un pequeño gemido. Me quedé quieto y saqué mi mano de su coño. Creí que se había despertado, pero no fue así, seguía roncando. esperé unos minutos, mientras me fumaba un cigarrillo, y volví a la carga, rozando mi pene de nuevo por su culo, pero esta vez apunté con mi pene a su coño, empujando y metiéndole unos centímetros. Paré unos segundos y comencé a bombear con un mete y saca. Mi hermana estaba tan borracha que no se enteraba de nada, pues seguía roncando. Yo seguía bombeando y cuando noté que me iba a correr. saqué mi polla. Terminé llenándole el culo de leche, que limpié con una toallita.
Sentí como se levantaba mi cuñado, para ir al baño, y le eché la manta por encima, me acosté y me hice el dormido. Mi cuñado pasó despacio para ir a la cocina y beber agua. Cuando volvió a su cuarto, espere un tiempo prudencial y me levanté para ir al baño y limpiarme el pene de mis corridas.
Cuando volví, mi hermana seguía roncando, pero esta vez estaba boca arriba. Le quité la manta y allí estaba a mi vista su delicioso coñito peludito. Intenté subirle la camiseta, con un poco de trabajo por lo ajustada, hasta dejarle los pechos a la vista. Los acaricié, los masajeé, los chupé, lamí y mamé de sus deliciosos y sonrosados pezones, mientras acariciaba sus labios vaginales y jugaba con mis dedos en su clítoris. Bajé con mi lengua por su vientre hasta llegar a su coñito, que lamí y chupé mientras le metía un dedo. Mi hermana seguía sin reaccionar.
Me incorporé, me bajé el pantalón y los boxes, y le empecé a rozar mi pene por su coñito. Separando los labios vaginales apunté a la entrada y poco a poco fui penetrándola de nuevo, pero esta vez hasta el fondo. Esperé un poco, seguía roncando, y comencé a bombear hasta que noté que me iba a correr y lo saqué, eyaculando sobre su vientre y pechos. La limpié con las toallitas, le día una ultima lamida a sus pezones y coñito, la vestí, la tapé y me eché a dormir.
A la mañana siguiente, sentí a mi cuñado como se preparaba para irse a trabajar, yo seguí haciéndome el dormido. Cuando sentí que cerraba la puerta de la casa, me levanté para ir al servicio. Al volver, mi hermana estaba boca abajo, se había destapado con el movimiento y como no pude subirle bien el pantalón, su culo estaba desnudo a mi vista. Comprobé que seguía dormida, por sus ronquidos. y comencé a rozarle mi pene, haciéndome una cubana con sus nalgas, hasta correrme en su culo. La limpié. la vestí, y volví a dormirme.
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