Aprovechando que estaba solo en la nueva casa y que mis padres no volverían hasta la noche y que andaba con una erección que me llegaba hasta el ombligo decidí probar nuestra nueva alberca así en bolas. Salí sin embargo en shorts y camiseta al patio trasero para comprobar la privacidad de la nueva casa y vi con gusto que las paredes divisorias eran bastante altas con la excepción de la casa de la izquierda cuyo balcón si tenia vista a la nuestra. Casi por 5 minutos estuve mirando hacia ese balcón pero como las cortinas de la ventana estaban cerradas y no se oía ningún ruido me imaginé que también ellos habrían salido. Con todo como quería nadar en bolas, entrar y salir del agua tirándome piqueros, y excitarme a solas y a mis anchas, haciendo todo tipo de locuras, decidí, de todas maneras, tocar el timbre de la casa vecina y cerciorarme así que no hubiera nadie.
Después de cansarme de tocarles el timbre y golpear la puerta sin que nadie abriera, volví ya con confianza a nuestro lado para ahora gozar de mi erección a solas. Mirando una vez más a la desolada terraza vecina me saqué camiseta y shorts y sintiendo el fuerte sol de verano en las mismas nalgas, avancé hacia el trampolín y comencé a saltar sobre el. En el momento de saltar al agua me dio cosa hacerlo con la penca dura como sable por miedo a que se me fuera a doblar o maltratar con el agua y decidí, que sería mejor en cambio, y con lo excitado que estaba, correr por el patio a lo Tarzán, golpeándome el pecho y el trasero mientras gritaba como un salvaje en la selva. Luego abrasé una palmera y me la empecé de pie a follar con los brazos extendidos y el trasero todo tenso pero sin hacerle grandes embestidas al tronco por temor a rasparme la penca. Cuando ya estaba por venirme decidí no correrme todavía y trepar por el tronco así en pelota como estaba. Me hice una apuesta que si trepaba la palmera hasta alcanzar sus ramas podía como recompensa ir a refrescarme a la alberca y venirme hasta en el agua si quería, pero si no la alcanzaba, el castigo sería correr como perrito por los bordes de la alberca ladrando y levantando las patas traseras como lo hacen ellos. Ya iba subiendo por la mitad del tronco cuando bañado en mi propio sudor no pude ya continuar y resbalé hacia abajo. Siguiendo mi propio castigo comencé en cuatro a ladrar y correr por los bordes restregándome de paso la penca y sacos con todo lo que encontraba a mi paso incluso hasta con la misma manguera de agua.
Luego recordé que alguien me había dicho que si un chaval era flexible podía lamerse hasta uno mismo su sable y claro quise verificar si era esto cierto, y si no ver de todas formas que tan cerca podía atraer mi mástil a mi boca que ya estaba todo erecto y hasta con algo ya de leche en la punta. Me acosté de espaldas sobre el trampolín y abriendo las piernas me tomé los tobillos con las manos y comencé a acercar las rodillas a mi pecho tratando de alcanzar de esta forma mi instrumento. No siendo contorsionista no pude alcanzarlo ni llegar cerca siquiera, pero si me procuré mientras lo hacia un masaje tan exquisito en las bolas que sintiendo un tremendo chispazo de placer me vine ahí mismo con un chorro de semen caliente saltándome en el pecho e incluso sobre las mismas tetillas. Sintiendo todavía que podía liberar mas leche, me puse en cuatro sobre el cemento y alcanzado una pelota de fútbol, me la comencé a follar hasta venirme nuevamente con todo sobre el balón. Después de esa exquisita venida y mientras todavía lograba gozar algo mas, restregándome la pelota sobre mi instrumento se me ocurrió mirar hacia el balcón de la casa vecina. Quedé entonces helado al ver que una chica rubia, bien chavala como yo, me observaba desde la terraza con una sonrisita en los labios. Salté entonces al agua intentando cubrirme. Desde allí la vi todavía riéndose al tiempo que levantaba un trípode sosteniendo una filmadora. Al verla con la video camera salí del agua y corrí como relámpago, desnudo y mojado como estaba al interior de la casa. Todavía estaba estilando sobre la alfombra, petrificado y sin nada encima cuando sonó el teléfono. Para mi espanto era la muchacha de al lado que todavía entre risas, dijo llamarse Andrea y haberse divertido mucho observándome desde arriba.
Al tratar de disculparme me dijo que no había por que, ya que tenía todo mi show en su video, y que lo llevaría a una fiesta de fin de año esa misma noche para mostrarle a sus amistades lo guapo que era su nuevo vecino, ya fuera como Tarzán o como perrito. Le rogué entonces que no se lo enseñara a nadie, insistiéndole que yo era un muchacho muy vergonzoso y tímido. Andrea entre risas me dijo que sería difícil que sus amigas se creyeran eso, sobre todo al verme a raja abierta y doblado entero tratando de alcanzar con la boca mi propio instrumento. Le dije entonces que mi familia era muy cristiana y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera para obtener la cinta grabada. Andrea exclamó entonces que hablar era fácil y que lo debía probar con hechos. Una desobediencia a una orden suya seria suficiente para interrumpir todo dialogo y tener un show o varios shows con la cinta esa noche. Me dijo entonces que me quería ver primero practicando basketball sobre el aro enfrente de su garaje y que me diera prisa ya que tenia curiosidad de ver si era tan bueno para los deportes como para andar corriéndomela solo y como un «puto». Le pregunté ansioso si así me devolvería el video. Me dijo entonces que no le hiciera mas preguntas y que me apurara. Corrí deprisa a mi pieza y secándome rápidamente me puse una camiseta, unos boxers Adidas y unas zapatillas Nike recién compradas. Como soy buen jugador pensé rápidamente impresionarla. Ya había comenzado a jugar en su driveway cuando la muchacha abriendo la puerta de entrada se acercó a mi hizo haciéndome un gesto burlón con sus ojos azules y grandes.
Era una chavala realmente impresionante; era obvio que ni llevaba sostén y sus senos duros y grandes sobresalían sobre un sueter azul de hilo que llevaba bien apretado a su cuerpo. Al verme me dijo riendo que si admitía que yo era buen jugador pero que me quería ver más sexy y que continuara solamente con los tenis y me sacara todo lo demás. Al querer hablar me interrumpió clavándome sus ojos azules y penetrantes para decirme que si no le parecía, terminábamos y ya. Para complacerla decidí sacarme la camiseta y continuar practicando de esa forma. Había convertido dos tiros, cuando Andrea me ordenó detenerme. Luego acercándose a mi exclamó,»parece que estas sordo, te ordené sacarte toda la ropa con excepción de las zapatillas. Esas te las dejo usar sólo porque un primo mío quebró una botella de cerveza anoche y por ahí que hay todavía vidrios sueltos». Le recordé que estábamos en la calle y que cualquier vecino me podía ver. Me replicó que siendo una calle sin salida había muy poco tránsito y que si tenia la mala suerte que algún vecino me viera, ese no era su problema. Sacándome los shorts Comencé a jugar con solo unos Calvin Clain. Andrea mirándome con impaciencia me dijo que iría por una limonada ya que tenía mucha sed, que a su regreso miraría por la ventana y si no me encontraba practicando en bolas, que me podía ir y olvidarme de llegar a cualquier arreglo. A pesar que se me hacía muy vergonzoso practicar en la calle solo en calzoncillos y me parecía imposible poder hacerlo sin nada encima, al verla por el cristal ya sentada tomando su limonada, me los saqué sin pensarlo mas y continúe haciendo rebotar el balón ya totalmente en bolas.
Pasaron 15 largos minutos mientras yo estilaba en sudor, antes que Andrea abriera la puerta y me dijera entre risas que le había parecido muy sexy verme así practicar, sobre todo con mi órgano haciendo sus propias piruetas mientras yo saltaba para convertir cerca del aro. Me dijo entonces que estaba un asco y que caminara hacia el pasto para manguerearme. Le sugerí si lo podíamos hacer adentro para contar con mas privacidad. Andrea, acercándose a mi me gritó entonces que estaba cansada de que me preocupara tanto de que algún vecino me fuera a ver la partidura. Que por lo demás, para que me hacía problemas teniendo yo un cuerpo estupendo, con unos genitales preciosos y unas nalgas súper macizas. Que lo único que le daba rabia era que yo fuera gay y no supiera apreciar el cuerpo de una buena hembra. Le dije entonces la verdad; que nunca había sido gay ni tenía intención de serlo y que si me había visto corriéndomela era sólo porque andaba súper caliente y lleno de savia y sin contar con hembra alguna con quien poder entretenerme y eso ya por varia semanas. Me dijo entonces que estaba dispuesta a llegar a un trato. Que la llevara a mi cuarto y que le enseñara las revistas o videos con los que fantaseaba, que si eran fotos de hembras me devolvería el video pero si negaba tener revistas o si resultaban ser de «maricones» que me dejaría el trasero rojo a raquetazos sino las bolas también. Yo acepté de inmediato ya que soy un fanático del «playgirl» y tengo la colección completa con excepción de los primeros 3 números. En cuanto a los gay, a pesar que los respeto como buen cristiano, simpatía no les tengo, sobre todo ahora con el SIDA y todas las infecciones que andan dejando por ahí. Andrea me dijo entonces que antes de llevarla a mi cuarto que me echara boca abajo sobre el pasto y que me pusiera hacer flexiones con las piernas bien abiertas. Mientras las hacía, Andrea me observaba muy interesada por detrás. Al terminar me dijo que probablemente tenia razón y que no era maricón porque me veía bastante pelos en la partidura y no toda afeitada como la de esos bribones.
Ya en mi cuarto al ver mis colecciones de revistas con hembritas súper buenas y en cueros, me confesó que todo su resentimiento era porque su novio de 5 años había resultado ser maricón y que gracias a Dios no le había pegado el SIDA. Debajo de los playgirl había sin embargo unos videos que ella me pidió que se los enseñara. Aunque le dije que eran unos videos en los que aparecía teniendo relaciones con unas chavalas, me pidió que se los enseñara de todas maneras, ya que quería estar segura y además ver como lo hacía. Para mi sorpresa viéndome cogerme a una antigua novia, Andrea se empezó a calentar y me dijo para mi sorpresa si le podía chupar el coño de la misma forma como se lo hacía a la zorra del video. A pesar que estaba yo bien cansado, me bastó que se sacara sus dos diminutas prendas para que mi sexo diera un brinco casi inmediato. Desnuda era una verdadera diosa, con unas tetas prodigiosas y un culo colosal que me hizo caer de rodillas para ponerme ahí mismo a lamérselo. Pasándole la lengua al comienzo por todo su maravilloso agujero y luego concentrándome en su deliciosa montañita. Al presionar y jugar en esa zona, comenzó a venirse con fuertes gritillos y al verme la verga ya como sable, a pedirme ansiosa que se lo metiera bien, bien adentro. Le dije que estaba muy traspirado y si quería que me duchase primero, pero me dijo que mi olor animal la calentaba aun más y que se lo metiera rápido ya que ella ya no aguantaba. Como yo ya me había corrido unas horas antes, pude entrar con todo y sin miedo a venirme en su su deliciosa y húmeda cueva. Así me pasé unos quince gloriosos minutos sacándolo y metiéndolo con duras envestidas. Andrea gritaba como si estuviera dando parto pero de puro placer y cuando finalmente yo me vine sentí tal grado de excitación en la penca y huevos, que continúe follándola, tensando todo mi cuerpo y con el trasero como piedra, extendiendo así mi placer con feroces envestidas por algunos minutos mas. Me vinieron entonces deseos de pasarle mi órgano ya todo lechoso por su adorable cara y así se lo restregué por todo su rostro. Mientras lo hacía Andrea me procuraba mas placer al pasar su deliciosa lengua por toda la cabeza y frenillo de mi verga incluso lamiéndome hasta los huevos cuando mi sable alcanzaba su blanca frente.
Ahora somos vecinos y novios y me la culeo casi todos los días ya sea en su casa o en la mía. Como me gustan también los shows a veces cuando su casa está vacía, (casi todas las tardes ya que sus padres trabajan) la hago caminar desnuda y como perrita por todas las habitaciones incluso por el patio exterior. A veces antes de follármela le pido que se masturbe frotándose su sexo contra una almohada y abriendo bien las piernas para así poderle ver bien su precioso culito. Hace todo lo que le digo porque está enamorada de mi hasta del ultimo pelo de mis bolas. Yo, por mi parte, como Andrea tiene el cuerpo y cara de una diosa, no necesito ni me dan ganas de follarme a ninguna otra, sobre todo cuando la veo tan deseosa de que me la brinque en todo momento y como quiera.
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