Era el verano de 1985, toda una vida vistiendo de pendeja de escondidas.
Nadie sabía nada o eso me ha gustado pensar siempre, me ponía el bañador de mi madre, que guardaba en el baño y a mirarme al espejo.
Veraneábamos en el campo y estaba bien solo con mis historias, al final conocí a un vecino que cuidaba unas ovejas, en verano ayudaba a sus padres y las tenía en un cerrado junto a la huerta que a él le tocaba cuidar.
Fuimos haciendo amistad y no sé explicar el por qué empezamos el juego de ser su novia, yo le ayudaba en cosas y él pasaba por mi lado y me llamaba María, me ayudas en esto, María, lo otro y algún que otro golpecito en el culo. Él tenía solo 1 año más que yo.
Era ya la última semana de agosto cuando un día se me presento con ropa de su madre para que pareciera más real, yo reí, me hice la tonta…. Pero me vestí, lo deseaba con toda mi alma. Pase la mañana con el vestido de su madre encima de mi ropa disfrutando cada instante, así pase hasta el miércoles de esa semana, el jueves salí del cobertizo que tenían con solo el vestido, sin mis pantalones y sin mi suéter, él me dijo que estaba muy guapa, que me quedaba mucho mejor sin ropa debajo, yo reí y le dije que algo si llevaba debajo y se rio…
Pase la mañana así, al irnos a comer, el intento ver cómo me cambiaba, pero no le deje… Por la tarde el vestido ya no estaba, había otro vestido más corto, más escotado y con lencería… empecé a temblar, de una mezcla de miedo y placer, difícil de describir esa sensación, en esa época llevaba una melena bien bonita, me recogí los cabellos con una coleta y me puse todo eso.
Al salir vi brillo en sus ojos, y solo se me ocurrió decirle que le faltaba maquillaje y zapatos, riéndome como una tonta. Ese día estuve flotando, él no me quitaba los ojos de encima ni un segundo y lo notaba y me sentía totalmente suya.
Así termino el verano, yo volviendo a la ciudad y él quedándose allí. Yo soñando con él y él …. No sabía qué hacía… eso me mataba.
Llego el siguiente verano, yo iba muy asustada y ¿si no recuerda a María o se ríe de mí por ser María? Su familia nos preparaba la casa para que estuviera ya ventilada y con todo preparado para nuestra llegada, jamás pase tanto miedo en mi vida de que pasaría.
Llegamos a la casa, era ya de noche y fuimos directos a dormir mis padres a su habitación y yo a la mía. Al entrar en ella vi una maleta… miré y vi una etiqueta que ponía “María”, casi muero del infarto. Cerré bien la puerta y me puse a mirar que había dentro, un motón de ropa preciosa, maquillaje y zapatos. Una nota que decía: “Bien venida a casa, espero te guste”.
Mis padres me libraron de ir a ver a sus amigos, y el primer día ya tenían compromisos desde la mañana, así que me quedé sola hasta que desperté. Me aseguré de estar sola y me empecé a probarme todo lo que había en la maleta, era todo precioso.
Ya me había probado todo que llamaron a la puerta, “Mierda”, pero era Lorenzo. Hola, le dije avergonzada, y él me dijo que, si no me había gustado lo que me dejo, que él pensaba que me hubiera ya puesto alguna cosa, salí corriendo y me cerré en mi habitación, tarde 30 minutos en salir, pero salí espectacular, vestido corto escotado, maquillada, cabello con volumen, zapatos de tacón de 5 cm… Le vi babear al verme.
¿Solo me dijo, quieres ser mi novia? A lo que locamente respondí que sí.
A la semana me comentó que su tía no estaría en la casa de la playa, que podíamos irnos allí a pasar el verano si queríamos. Aún no sé por qué mis padres aceptaron que fuéramos si los fines de semana, que era cuando más problemas podía haber, íbamos a casa.
Así pasamos todo julio siendo novios, como muchos besos, caricias y alguna ayuda manual que yo le prestaba, pero poco más y en la zona me conocían como María.
Mejore muchísimo el maquillaje y mis movimientos, a él cada día le brillaban más los ojos y yo me sentía más suya cada día que pasaba. El día de su aniversario teníamos que ir a su casa para celebrarlo en familia, es el 4 de agosto. Ese día decidí despertarle con un regalo y le desperté con su cosa en mi boca, jamás había probado una, me apetecía, pero me daba miedo, enseguida me volvió loca, ni me di cuenta de que él no paraba de jadear y de gozar.
Se corrió con una violencia que no pude nada más que tragar todo lo que salió. Me quedé parada, incluso avergonzada, sin mirarle. Hasta que su voz me dijo “gracias, soy el hombre más afortunado de este mundo”.
Me pasé el resto de agosto con la boca llena siempre que podía… era como una felicidad para mí, no sabía cómo dejar de hacerlo y el contento como jamás lo había sido.
El último día solo, fuimos a pasear por la playa de noche… decidió que teníamos que bañarnos, a mi hombre no podía decirle que no, era el último día, dentro del agua me puse de espaldas a él, cuando note que le había calentado lo suficiente, apunte su cosa a mi cosa y le dije: “Sé el primero”.
Jamás volvimos hablar en la vida después de ese verano y ningún otro hombre ha estado dentro de mí.
By: Helena 🤣💕