Mi profesor de literatura inglesa

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Esto ocurrió en mi país de origen cuando cursaba el onceavo año de colegio, en una institución católica, muy tradicionalista y únicamente para varones. Era inicio de año y parecía que este sería uno de tantos donde nada era diferente, en su mayoría los mismos compañeros desde el preescolar con algunas adiciones en séptimo y décimo año que eran los años donde se permitía la entrada a nuevos alumnos, en cuanto a profesores, eran siempre los mismos excepto que este año teníamos profe de literatura inglesa nuevo, y este además de ser muy joven era muy guapo.

Yo a mis dieciséis años ya tenía bien claro que me gustaban los chicos. El año empezó a transcurrir, fueron pasando los meses y nuestro profe de literatura inglesa se volvió el preferido de todas las secciones del décimo al doceavo año, por su jovialidad y su particular carisma. Algunas veces decidía sacarnos del salón e impartir la clase al aire libre, esto era cuando se trataba de leer e interpretar libros, alguien leía en voz alta, analizábamos párrafos de lo leído y escribíamos un resumen, luego él revisaba el trabajo de cada uno, yendo de sitio en sitio o le pedía a un voluntario que leyera su resumen. Un día mientras terminábamos de leer in libro de Albert Camus nos pidió una síntesis del libro y pidió que al terminar le entregásemos los cuadernos y así lo hicimos.

Iba hojeando uno a uno y luego los apilaba al lado suyo a veces se le acumulaban varios sobre su pierna y en una de esas al levantar un grupo de cuadernos de su pierna vi como se podía apreciar lo abultado de su pene de un lado de la manga del pantalón, yo me quedé hipnotizado por lo grande y bien marcado que se le veía, recibió más cuadernos y al poner el mío encima hice como que le ayudaba a levantar el grupo de cuadernos  que tenía de nuevo y metí mi mano debajo de ellos y al hacerlo, pude sentir el dorso de mis dedos entrar en contacto con su abultado pene, dejé mis dedos reposar por unos segundos le puse una pequeña presión y luego moví los cuadernos y los puse con el resto, el pobre profe se puso rojo y más nervioso que yo. Sonó el timbre que anunció cambio de clase y el profe pidió colaboradores para que le ayudaran a llevar los cuadernos a la sala de profesores.

Yo me ofrecí a cargarle algunos, no pasó nada entonces por qué el corrió a su siguiente clase y ahí terminó todo. Yo deseaba podérmelo encontrar a solas pero era imposible durante las horas de clase y al terminar igual. Yo tenía entreno con mi equipo de waterpolo tres veces por semana así que esos días tenía que correr a los vestidores para cambiarme tan pronto como terminaban las clases para no tener problemas con el entrenador  y al terminar los entrenamientos caminaba hasta el consultorio de mi padre que se encontraba en la misma zona del colegio.

Solo tenía que atravesar una alameda ( por una pasarela, claro está ) y del otro lado ya empezaba la colonia médica donde se encontraban edificios médicos, clínicas y hospitales. Los otros dos días al terminar clase me recogía el motorista de mi padre que siempre estaba a la hora exacta como lo tenía ordenado para luego llevarme a casa, así que solo me quedaba soñar con un encuentro furtivo. Pero por esas cosas de la casualidad o el destino, un fin de semana me choqué con mi profe en complejo de cines que estaba muy de moda, estaba recién inaugurado, yo iba con un grupo de amigos, ninguno del colegio todos eran o de mi club de natación o vecinos y el iba acompañado por su novia, los dos nos sorprendimos al vernos y nos saludamos de prisa, entramos a salas diferentes a ver películas diametralmente opuestas.

A media película me levanté al baño y sorpresa sorpresa me lo encuentro orinando en uno de los mingitorios del fondo, yo claro me acomodé justo a la par suya, el no se sorprendió, hasta perecía que me esperaba  y entonces se bajó más los calzoncillos, se la sacó toda y también se sacó los huevos, que verga más linda, la tenía flácida pero se apreciaba que era grande y muy gruesa sobre todo. Antes que reaccionara me tomo la mano para que se la tocara, se la apreté poquito y quite la mano, el empezó a masturbarse y empezó a ponerse erecto, yo no podía creer las dimensiones que estaba alcanzando de suerte no entraba más gente en los baños y era por que las películas estaban a media en todas las salas, así que pude volver a tocarlo pero estaba aterrado y muy nervioso por lo que me subí los calzoncillos, subí el zíper de mi pantalón  y me ajusté el cinturón para disponerme a salir.

El hizo lo mismo y antes que pudiera salir el me abrazó por detrás restregándome en las nalgas la verga bien erecta, nos separamos y me fui corriendo a terminar de ver la película, al terminar la función ya no lo vi más. El siguiente lunes no lo vi si no hasta casi al terminar el segundo receso de la mañana, salió a mi encuentro y antes que yo pudiera decir algo, me pidió que saliéramos el siguiente sábado y me pregunto si era posible obtener permiso de mis padres de estar fuera por varias horas, le dije que si, cosa que no era del todo cierta ya que me las tenía que ingeniar de alguna manera para poder hacerlo sin tener problemas en casa y así lo hice por que al llegar el sábado llegué puntual al lugar donde quedamos de reunirnos, era en un centro comercial y fue donde le pedí al motorista que me llevara después le inventé una excusa para que me dejara ahí y que ya luego me volvía a la casa más tarde con mis amigos con los que había quedado de reunir.

Al verme llegar el profe se alegró y salió a mi encuentro, nos dimos un abrazo fuerte y salimos en dirección al estacionamiento subimos al auto y yo estaba segurísimo que íbamos a un motel a coger ( Bueno, eso era lo que yo quería) pero él tenía otros planes, me llevó a un parque de diversiones ubicado a cierta distancia de la ciudad y que quedaba en la cima de un cerro y al cual había que ascender por teleférico así que había que comprar los boletos luego hacer una fila para esperar cabina.

El parque tenía muchas atracciones muy parecidas a las de Disney, habían juegos mecánicos, tiendas y restaurantes, yo me la pasé genial, cenamos en uno de los restaurantes y se nos hizo más tarde de lo calculado por que para bajar las filas de personas esperando cabina eran larguísimas, yo ya me veía azotado y crucificado al llegar a casa pero para mi suerte mis padres habían salido y solo el personal doméstico se encontraba en casa, así que me salvé de una buena regañada.

Ese fin de semana fue el primero de muchos que pasamos juntos y lo de ir a un motel tardó un buen tiempo  en suceder y que bueno que así fue por que me dió todo el tiempo necesario para tenerle toda la confianza que es necesaria para entregarse a alguien, sobre todo cuando se trata de la primera vez.

Si nos besábamos, me la mamaba y me enseñó como mamarsela pero sin penetrarme hasta tiempo después, también me dió tiempo de informarme lo que implicaba tener sexo anal receptivo ( que era lo que yo quería ) la información primero provino de libros de fisiología médica, estudié todo lo relacionado a digestión y absorción alimentos, tránsito de estos por el aparto digerivo hasta convertirse en materia fecal etc etc etc después consulté con un amigo de mi madre que era gay y éste me instruyó lo mejor que pudo, mencionando las duchas rectocolonicas, me hablo de alimentos que había que evitar el día previo a tener sexo anal, tomar mucha agua, no cenar la noche previa  y desayunar liviano el dia siguiente etc me habló de las duchas recto-colonicas pero que eso dependería de a qué hora yo defecaba y si la consistencia de las heces era dura o blanda etc etc así que ya creyéndome un docto en materia de sexo anal receptivo.

Empecé a pedirle a mi ya amado novio que me penetrara hasta que finalmente accedió y por supuesto yo me prepararé de acuerdo a lo aprendido así que la noche anterior no cené y mi desayuno del siguiente día fue un té con galletitas de azúcar y cómo defeco por la mañanas y la consistencia de mis heces fecales eran duras decidí omitir la ducha rectal ( lo cual no tenía ni la más remota idea de cómo hacerlo ) iba bien bañadito y bien aperfumadito eso si.

No fuimos aún motel, ya que el tenía su propio apartamento. En mi ingenuidad de jovencito pensé que era solo cosa de desearlo, estar excitado y relajado y la penetración sería fácil y en nada dolorosa, sin detenerme a pensar en el tamaño y grosor del miembro del que estaba a punto de ser mi marido  y sobre todo en el hecho que a mi ni un dedito me había entrado por ahí.

Así que fueron necesarias varias onzas de KY (lubricante médico usado para tactos vaginales y rectales ) y mucha pero mucha paciencia de parte de mi novio que de manera sorprendente no perdió la erección en ningún momento, cuando finalmente logró meterme poco más de la mitad y ya no pudo avanzar más por más que lo intentaba empezó a sacar y a meter hasta donde yo aguantaba y después de lo que para mi fue una eternidad logro eyacular y lo hizo a raudales, gemía y se retorcía hasta que finalmente se quedó inmóvil sin sacármela esperando a que se le bajara para poder sacármela.

La segunda vez era yo el que al principio no quería, pero al final lo hicimos, el siempre lograba excitarme y esta vez fué menos traumática hasta que finalmente después de muchas y digo muchas veces, pudo penetrarme por completo y pude gozarlo al máximo pidiéndole entonces hasta que me penetrara lo más profundo posible, me volví adicto a su verga, la gozaba tanto pero tanto que hubiera deseado tener sexo a diario y esto el lo sabía, me había descorchado y me había hecho a su medida, el sabía como dármela, en que posiciones me hacía terminar más rápido y en que posiciones gozaba más.

Generalmente siempre terminábamos al mismo tiempo y era como tocar el cielo con la punta de los dedos.

Fue mío y fui de él por 4 años, ( mis últimos dos años de colegio y los dos primeros de universidad) hasta que lo dejamos por que el tuvo que salir del país para venir a hacer un post grado aquí en los EEUU y donde después de terminar sus estudios, decidió radicar por motivos laborales y es donde actualmente también vivo yo. No con él aclaro.

Yo llegué a éste país años más tarde, después de graduarme como médico en mi país y aprobar todos los exámenes de validación ( que son tres y nada fáciles ) y ser aceptado en un programa de residencia médica en un hospital en el estado de Pennsylvania.

No continuamos con nuestra interrumpida relación pero hasta el día hoy seguimos siendo muy bueno amigos queriéndonos y respetándonos mutuamente. Vivimos en extremos opuestos del país y se nos dificulta vernos, por lo que planeamos al menos un viaje juntos cada año y hablamos por teléfono o por FaceTime con cierta regularidad.

Cómo iba imaginarme que aquel joven profesor a quien vi por primera vez entrar a mi salón de clase hace ya varias décadas, llegaría a ser mi primer y más grande amor.

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