Mí primera vez con un pasajero
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Hola:
Esto que voy a contar es algo que nadie sabe y utilizo este medio para contarlo.
Mientras trabajaba como conductor de Uber, hice un par de viajes con pasajeros a los que di mi número de teléfono y con los que ya puedo organizar los viajes. Casi todos son vecinos del barrio que prefieren viajar con alguien conocido y también tengo algún pasajero que he ido haciendo a través de la aplicación. Es el caso de Daniel, un chico al que un día llevé con varias cosas y hasta lo ayudé a cargarlas en el coche. Quedamos bien y le pasé mi número de teléfono. Cuando salía de noche, siempre me mandaba un mensaje para ver si estaba trabajando y poder ir a buscarlo. Si estaba trabajando y estaba cerca, lo pasaba a buscar.
Una noche de invierno, que hacía mucho frío, yo estaba trabajando sobre las 2 de la madrugada cuando me escribió para decirme que estaba en casa de un amigo y si podía ir a buscarlo. Como la noche estaba tranquila, allá fui… Llegué, se subió y, durante el viaje, hablamos del frío. Me contó que se habían reunido varios amigos para jugar un torneo de FIFA en la consola y se había hecho tarde. Por primera vez, hablamos de cosas más personales y me preguntó si tenía esposa, novia o algo. Le respondí que no y le conté que hacía más de dos años que no tenía pareja. Entonces me dijo: «Qué cagada, una noche así es linda de pasarla con alguien para sacarse el frío», y nos reímos, y quedó ahí.
Llegamos al edificio donde vive, me pagó y me preguntó si iba a seguir trabajando. Le dije que no, que la noche estaba tranquila y que, con el frío que hacía, era mejor ir a casa.
A los 15 minutos de camino a casa, me llega un mensaje de Dani con una foto de un culo con una tanga blanca bien metida. Juro que era el culo de una mujer y la frase: «Toma, para que te calientes más rápido». Le respondí: «Uufff, vos sí que sabes cómo calentarte. Lindo culo te estás comiendo».
Y me respondió: «Jajaja, medio difícil que yo me coma ese culo porque es mío».
La verdad es que me sorprendió porque nunca me había dado indicios de que era gay.
Solo le pude decir: «Terrible culo tienes, HDP».
Dani: «¿No querías venir a verlo en persona y de paso nos quitamos el calor?»
La verdad es que no sé si fue por lo impactante de la foto, por el frío o por el tiempo que llevaba sin tener relaciones sexuales, pero al ver ese culo se me puso la pija durísima y le respondí: «Me encantaría, voy para allá». Y puso: «Avisame cuando estés abajo».
Llegué a los diez minutos y le mandé un mensaje para avisarle (no tenía ni idea de qué piso vivía) y se asomó por la ventana del primer piso y me tiró la llave.
Subí por las escaleras y, cuando llegué al primer piso, vi que apenas se asomaba por una puerta. Con un gesto me hizo seña para que hiciera ruido y entrara en el departamento, que estaba bien calefaccionado y muy oscuro. Solo había un velador con una camiseta encima para que la luz fuera más tenue. A los pocos segundos, acostumbré la vista y pude ver que Dani me había agarrado de la mano para llevarme hasta un sillón. Entonces, pude distinguir que solo llevaba puesta una camiseta y nada más abajo. Le solté la mano, le levanté la camiseta y pude ver el mismo culo engañado de la foto. Sin poder controlarme, le di una nalgada y se lo apreté, y le dije: «Mira lo que te tenías guardado». Se arqueó para sacar más culo y dijo: «En serio, te gusta? » y se pegó a mí para que lo apoyara. Con las dos manos lo agarré de la cintura y le hice sentir que ya la tenía dura y no podía dejar de tocarle el culo. Me dijo: «Me dejaste y entré a ducharme, y no podía sacarte de la cabeza lo que me dijiste. Hace dos años que no estás con nadie y eso me calentó mucho, salí y me puse esto y te mandé la foto sin saber si me ibas a mandar a la mierda».
Y metió una mano atrás, agarrándose el pene por encima del pantalón, y me dijo: «Ya has tocado mucho. —Yo también puedo tocar?». Solo asentí con la cabeza y, sin darse la vuelta, me desabrochó el pantalón, me lo bajó con los bóxer y todo y empezó a tocarse y a pasarse la pija por el culo. Yo estaba que volaba y le empecé a besar la nuca con pequeños mordiscos y él dijo: «Aahh, me muero de la calentura que me da que me hagas eso», y noté que se le mojaba el tanga y sacó la pija y empezó a masturbarse. Entonces, me acerqué al oído y le dije: «Me encanta que me hagas eso». «Ponte en cuatro en ese sillón, que quiero ver bien ese culo», y enseguida se subió a él, se puso en cuatro y, con las manos, se abrió los cachetes. No lo dudé ni un segundo y le empecé a chupar el culo con una desesperación terrible. Cuanto más le mandaba la lengua, más gemía y empujaba el culo hacia atrás para sentirla más.
No podía creer lo que estaba haciendo ni lo mucho que lo estaba disfrutando. Después de cinco minutos, me dijo: «Para, por favor, acuéstate en el sillón», y me quité toda la ropa, me tiré en el sillón y él se subió encima de mí y me dijo: «Me calientes mucho. Después te la chupo todo el tiempo que quieras, pero ahora necesito sentirte dentro de mí». Se acomodó la pija en el culo, que lo tenía muy lubricado por mi saliva, y despacio fue metiéndosela toda. «Qué buena pija tienes, HDP. Hace mucho tiempo que no cojo, necesitaba esto». Y empezó a moverse, tomando ritmo, y empezó a gemir cada vez más fuerte.
Los dos estábamos muy calientes y yo sabía que no iba a aguantar mucho a ese ritmo. Él, totalmente sacado por la calentura, empezó a masturbarse, lo que me calentó mucho. Le dije que iba a acabar y me dijo que él también. Me dijo: «Perdón por esto», y empezó a acabar encima de mí. De golpe, tenía todo el pecho lleno de leche, y sentir esa leche caliente me voló la cabeza. Empecé a acabar como nunca dentro de él. Realmente sentí que fue una terrible acabada y se tiró al lado mío. Sin decirnos nada, nos empezamos a besar y me dijo: «Perdón, te he mojado.
No creo que traiga una toalla para limpiarte. ¿Por qué no te das un baño calentito?». Y me pareció lo mejor, así que acepté. Él se metió primero al baño y sentí que encendió la ducha. Tardó un par de minutos y salió, y me dijo: «Me di una ducha hace un rato, pero quería eliminar todo lo que me dejaste dentro, HDP. Terrible lechazo me mandaste, ja, ja, ja». Y entre y me di una ducha, y lo llamé porque me di cuenta de que no había toallas para secarme. Me dijo: «Ven a la habitación, que está calentita, y te secas aquí». Fui todo mojado y él estaba desnudo en la cama con la toalla y me dijo: «¿Me dejas secarte? Tengo esa fantasía desde hace tiempo». Obviamente, le dije que sí y empezó a secarme el pecho y los brazos. Luego me dio la vuelta, me empezó a secar la espalda y bajó con la mano, la pasó hacia delante.
Me empezó a agarrar el pene con la toalla y a secármelo, pero era algo tan excitante que se me estaba poniendo dura, así que lo dejó enseguida y siguió por detrás, se arrodilló para secarme las piernas y, sin que lo esperara, abrió con las manos mis nalgas y empezó a comerme el culo. Fue instantáneo, como sentí una inyección en el pene que hizo que se me durmiera. Me puse durísimo y, sin poder controlarlo, emití un gemido y un «Aaaahhhh, síiiii» y sentí que se me aflojaban las piernas, por lo que me apoyé en la cama.
Él no dejaba de chuparme el culo, metió una mano, me agarró los huevos y empezó a acariciarlos. Te juro que nunca había sentido esa sensación. Cuando me agarró la pija, vio lo caliente y dura que la tenía y dejó de comerme el culo. Entonces dijo: «Mira cómo te pusiste». No sabía que esto te gustaba tanto», me di la vuelta, poniéndole la pija en la cara, y le dije: «No me gusta… Me encanta», y se la metió en la boca y empezó a chuparla como un maestro. Se la metía todo lo que podía en la boca y la sacaba toda babeada.
Solo dejaba de chupársela para comerme los huevos y yo solo podía decir: «Sí, cariño, me encanta lo que me haces», y le agarraba la cabeza. Me dijo que nos acostáramos para poder seguir chupándomela, y nos acostamos. Él siguió chupándomela y quedamos medio como en un 69. Como estaba tan caliente, empecé a tocarle la pija, que la tenía casi del mismo tamaño que la mía, pero más fina, y empecé a masturbarlo. Él bajó la cabeza y volvió a comerme el culo. Yo estaba en el aire. Realmente era un experto y yo estaba hipnotizado por el placer que estaba sintiendo y por tener su pene tan cerca de la cara. Quise devolverle el placer y se la empecé a chupar yo, quedando así en un 69 perfecto. Me imaginé que no lo estaba haciendo bien por ser mi primera vez, pero igualmente lo estábamos disfrutando.
Y yo sentía que iba a acabar en cualquier momento, pero estaba tan excitado que me estaba costando hacerlo. Entonces, él empezó a chupármela con más fuerza y, con un dedo, empezó a jugar con mi agujerito. Al sentir eso de nuevo, volví a correrme y le llené la boca de leche, que él tragó sin desperdiciar nada. Yo caí muerto, sin fuerzas, y lo veo a él, que estaba con la pija durísima, y le digo:
—Quiero que acabes. Me pidió que me pajeara para él y, sin decir nada, me miró y empezó a masturbarse.
Yo me arrodillé en la cama, acariciándole los huevos, y él intensificó la paja y empezó a respirar más fuerte sin sacarme la vista de los ojos. Me mojé los dedos índice y mayor con saliva y empecé a jugar con su culo. Levantó las piernas mientras se masturbaba y le mandé primero el dedo corazón y después el anular. Empezó a gemir: «Sí, mi amor, cógeme así. No pares, síiiii, aahhh», y yo seguía con el mismo ritmo. Empezó a moverse y tuve que hacer fuerza para que no se salieran los dedos. Empezó a acabar, pero esta vez encima de él y con mucha menos cantidad. Saqué los dedos y nos quedamos los dos acostados, totalmente exhaustos.
Después de un rato, me preguntó la hora y le dije que eran las 4. Las 3:00 a. m. y me dijo que se quería morir porque al día siguiente tenía que trabajar y que no se iba a poder levantar. Le dije que mejor me iba, que dormía un rato, y nos cambiamos. Bajó a abrirme y me fui. De camino a casa, me escribió preguntando si realmente lo había disfrutado y si esperaba repetirlo, porque lo había pasado increíble.
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