Mi primera vez con un hombre muy bien dotado
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Esto me sucedió cuando yo tenía 18 años (hace unos 5). Yo estaba en un equipo de voley aquí en mi cuidad (Montevideo, Uruguay), en el club con nombre de dios romano del mar. Como se imaginaran, como hacia deporte tenia (y aun lo tengo) un cuerpo bien formado, con los músculos marcados. Además media 1,80cm, tenia 75kg, y ojos claros; los que me hacia un gran conquistador para las mujeres; ya habia estado con mas de diez a mi corta edad y las habia dejado a todas satisfechas (incluso mujeres mayores). Pero, modestia aparte, mi mayor atributo era un gran pene que la naturaleza me había dado. Este media 18 cm. en reposo, y aumentaba a 23cm cuando estaba excitado. Y como era bastante calentón me calentaba bastante seguido y se me notaba a las leguas. Incluso en el colectivo (donde también tengo una historia interesante, pero será para otra ocasión), en la universidad, en el cine, etc.
Como estaba en aquel club de voley, obviamente nos bañábamos estábamos todos desnudos en las regaderas con mis compañeros de club, y ellos habían notado mis atributos. Me hacían bromas mientras nos bañábamos, en especial uno de ellos. A mí me daba un poco de vergüenza e intentaba taparme, a lo que las bromas aumentaban. Un día entre todos mis compañeros se fueron todos a bañarse antes que yo y cuando llegue a las duchas me estaba esperando una sorpresa.
– “Esto es para vos”, dijo uno señalando a una mujer semidesnuda, “La contratamos para que te caliente, queremos ver hasta que tamaño puede llegar esa verga”.
Ya en ese momento mi miembro se empezó a levantar, y más cuando esta mujer se me acerco y me empezó a desnudar acariciándome. Mientras me desnudaba y me besaba todo, mi pene tomo su máximo tamaño, y atentos mis compañeros quedaron boquiabiertos y sacaron una regla para medir mi hombría. Cuando vieron que llego a los 23cm todos quedaron sorprendidos, y cobraban y pagaban lo que obviamente eran apuestas que habían hecho sobre el tamaño de mi pene. Mientras tanto yo me estaba cogiendo a la prostituta, que gritaba y gemía sin cesar. De repente, mientras yo seguia en lo mío, note que a un compañero se le habia empezado a parar el pene, a lo que yo creía que era por la desnudez de mi acompañante. Era un tal José, media casi 2 metros y el fisico era mucho mas trabajado que el mío, era el que más miedo daba de todos, y su pene era considerable. No le di importancia y seguí, hasta que acabe en la vagina de la chica en medio de gemidos y gritos por el dolor.
Ese día todos nos fuimos riéndonos y seguían con las bromas, ahora mas subidas de tono, ya que habían comprobado mi real capacidad, aunque no me ofendían ya que habia podido coger gratis. Incluso uno de mis compañeros dijo bromeando;
– “Por suerte no soy puto, porque si me metes eso en el orto me queda como un rompecabezas de tan roto, me dolería por mas de un mes…” – a lo que todos largamos una carcajada.
Después de eso nos íbamos cada uno para nuestras casas. Yo me iba hacia la parada del colectivo, cuando José mi compañero me dijo:
– “¿No quieres que te lleve?. Vine en auto y no me cuesta nada llevarte”.
A lo que acepte ya que me venia bien ahorrarme un poco de dinero. En el auto íbamos hablando de todo un poco; de deporte, de estudios, de trabajo, y hasta de mujeres. Cuando de repente José me dice;
– “Tengo que confesarte algo. Hoy cuando te vi la verga me calenté muchísimo, y no pude evitar excitarme y querer chupartela toda”.
Con semejante confesión yo quede muy sorprendido y le dije;
– “¿Me estas tomando el pelo, es una broma?”.
– “No para nada”.
– “Pero si yo te vi con mujeres, no te acuerdas cuando fuimos a la disco y te apretaste aquella negra, y nos contaste que te la cogiste. Si yo te vi toqueteándola, apretándole el culo y las tetas”.
– “Si, es verdad. Pero yo soy bisexual, me gustan los hombres y las mujeres. Si hoy no hubiera estado el resto de nuestros compañeros me hubiera abalanzado sobre vos y la puta”.
A esa edad y con todos los prejuicios que existen, yo escuche la palabra bisexual y empecé a prejuzgar, a lo que me quede callado el resto del viaje.
– “¿Vos nunca tuviste fantasías de estar con un hombre?.
– “No, ni loco”.
– “Porque yo pensaba que quizás podríamos hacer algo juntos, vos y yo…”.
– “¡Vos estas loco, que estas pensando! Déjame en la otra esquina”.
– “Pero…”
– “Chau, hasta mañana” – le dije dando un portazo con la puerta del auto.
Estuve el resto de la tarde ofendido y muy enojado, pero al mismo tiempo halagado y hasta curioso por lo que podría pasar. Ya me habían contado que los hombres chupan el pene mucho mejor que las mujeres, que saben que puntos tocar para asi calentar mucho más y que la eyaculación sea plena. Que tienen el culito apretadito y que se goza mas cuando se lo penetra, y que se entregan mas que las mujeres. Estuve toda la noche pensando en eso, a pesar de que lo evitaba y hasta sentía vergüenza por lo que imaginaba. Incluso soñé con una chupada de José, y eyacule en medio de la noche.
Al otro día pase toda la mañana y la tarde pensando, en la universidad y en el trabajo. E incluso ese día tuve las agallas de tratar de conquistar a una ex-profesora, la cual lo conseguí, y hasta me la cogí esa tarde en el baño de la universidad. Pensando que eso me podría sacar la calentura y los pensamientos sobre José, pero fue peor, cada vez pensaba mas en aquello. Esa tarde cuando volví al club, el ambiente era tenso. Con José no me hable en toda la tarde, y espere que el se vaya para entrar en las duchas, para no cruzármelo desnudo. Pero cuando salía del club, después de bañarme, el estaba en la puerta esperándome.
– “Pensaste lo que te dije ayer” – me dijo a lo que ni siquiera respondí y pase por al lado de el sin mirarlo. Cuando me alejaba el lanzo un ultimo grito de desesperado;
– “Te pago por chupartela, hago cualquier cosa por tener eso en mi boca”.
Yo me di vuelta, realmente la plata no me venia nada mal; ya que a pesar de que trabajo el sueldo no me da para nada ya que vivo con unos amigos y entre el alquiler, luz, agua y teléfono se me va todo el dinero. Además José, a pesar de venir de una ciudad lejana a la capital, su familia era muy adinerada ya que su padre tenia campos. El siempre tenia mucha plata siempre, siempre con ropa de marca, auto ultimo modelo, vivía solo en un departamento en pleno centro. Además la idea de la chupada me venia persiguiendo.
– “¿Cuánto?”.
– “50 dólares” – me fui, porque sabia que podía pagar mucho más.
Al otro día fue lo mismo que el día anterior, al irme del club lo único que me dijo José fue:
– “100” – tampoco acepte.
– “al final parece que no quieres chuparme mi enorme verga” – le respondí, para calentarlo mas, y que aumente la oferta al otro día.
Me fui pero con la esperanza de que al otro día ofrezca alguna cantidad por la cual podría dejar atrás mis prejuicios y probar lo que en el fondo quería. Cuando llegue a casa estaban mis compañeros de casa todos reunidos y tomando cerveza, a lo que yo me uní a pesar de que tenia que estudiar y trabajar al otro día. En medio de todo, cuando ya estábamos todos medios borrachos m anime y les pregunte a todos en general;
– “¿Alguno de ustedes estuvo alguna vez con un hombre?” – a lo que todos se rieron, pero uno respondió.
– “Yo una vez entre a un cine porno, pero no sabia que era una función gay. En medio de la película se me empezaron a acercar unos dos. Uno de ellos me empezó a acariciar la pierna, y me manoteo el bulto. Yo como estaba recaliente abrí mi cierre y deje mi pene descubierto a lo que el gay se me abalanzo sobre el pene y me la chupó. El otro aprovecho y también me la empezó a tocar. Me la chuparon entre los dos y eyacule varias veces, se la tragaron toda la leche. No sabes que bien que la chuparon, ninguna mujer me la habia chupado asi”.
Todos nos miramos, sorprendidos de la confesión, similar a lo que me habia pasado con José, de repente otro tomo la palabra;
– “Eso es verdad, los hombres la chupan mejor. Una vez en una disco en Ibiza, en una fiesta de la espuma que se hacen allí. De repente en medio de la espuma sentí que me bajaban los pantalones y me la empezaron a chupar. Por la espuma no veía quien era pero por la calentura y la borrachera deje que trabajara. Cuando termino la mejor chupada de mi vida, se levanto, era un hombre bastante joven, casi un niño que me dice “te gusto, papi”, con acento español bastante excitante, “me encanto bebe”. Después se fue. ¡Que chupada!”.
Imagínense, para ese momento ya estaba recontra excitado, mi gran pene pedía por una chupada, y no esperaba la hora de ver de nuevo a José y aceptar su propuesta. En la noche me tuve que levantar tres veces para hacerme el mismo numero de pajas, porque no podía dormirme.
Al otro día estuve todo el día excitado. En medio de las clases de la universidad tenia que salir corriendo al baño para hacerme varias pajas. Las profesoras notaban la erección continua que ostentaba, al igual que mis compañeros y compañeras. No aguantaba más. En el trabajo fue igual, no pude trabajar bien en toda la tarde.
Llegue al club, durante la practica todo transcurrió normal, a pesar de que no hice nada bien. Cuando termino me fui a las duchas al mismo tiempo que todos, dándole una señal a José que su propuesta no me molestaba tanto. En la ducha estuve excitado, uno de mis compañeros lo noto y pregunto;
– “¿En quien estas pensando?” – a lo que tuve que inventar una historia poco creíble sobre una compañerita de universidad.
José se fue antes y cuando salí me estaba esperando, cuando pase por su lado me agarro el hombro y me dijo;
– “200 dólares y un Chivas (marca del whisky mas caro y exclusivo)” – lo que denotaba una enorme calentura por parte de el.
– “¿Dónde?” – pregunte, lo que hizo que se le hiciera una enorme sonrisa en su cara sabiendo que iba a poder probar mi pene.
– “En mi departamento, el portero es discreto nunca dijo nada”.
– “¿Cuándo?” – le respondí sin dejarle saber que me excitaba la idea del encuentro sexual tanto como a el.
– “Si es por mi ahora mismo”.
– “Dale vamos, ¿en tu auto?”.
– “Si, vamos”.
Y arrancamos para su casa, los dos estábamos nerviosos, el me miraba de reojo; primero a la cara y después bajaba la mirada hacia mi bulto que al notar su mirada cada vez se agrandaba más. El lo noto me toco la pierna y me dijo;
– “Se nota que estas ansioso, ya estamos por llegar”.
– “Bastante, quiero ver si es verdad la fantasía que hay que los hombres la chupan mejor”.
– “Todos me lo dicen, asi que debe ser verdad” – respondió.
El silencio se apodero del auto de nuevo, solo se escuchaba el motor. Cuando ya estábamos por llegar le pregunto;
– “¿No va a haber besos o franeleo, verdad?”
– “Si vos no queréis no, voy a hacer todo lo que vos quieras para hacerte pasar una buena tarde y para que vuelvas” – dijo el con una sonrisa en el rostro.
Finalmente llegamos a su casa, nos bajamos del auto y subimos al ascensor, el viaje parecía eterno, no llegábamos nunca, los 8 pisos parecían que eran mas de 50. El ascensor estaba lleno de espejos, incluso en el techo, lo que me sorprendió. Las veces que José habrá cogido en este ascensor, y que bueno que estaría.
Cuando llegamos a su puerta el abrió, entramos y mientras el cerraba yo admiraba el impresionante apartamento que tenia. Y mientras yo estaba desprevenido José se agacho rápidamente enfrente de mí, como una luz me bajo los pantalones sin que yo pudiera decir o hacer nada. En ese momento el bulto en el calzoncillo era enorme, José casi se babeaba enfrente de mí, me acariciaba las piernas, con movimientos bastante excitantes. De repente me miro a los ojos y me dijo;
– “¿Listo?” – me dijo
– “Dale, arranca” – ansioso le dije
Me bajo los calzoncillos y me empezó a acariciar el pene, que excitante que era. Después me la empezó a besar despacito y a manosearme los huevos. Ya estaba superexcitado y empezaba a creer las historias de que los hombres la chupaban mejor. Cuando me la empezó a chupar creía que estaba en el cielo, ¡como la chupaba! que increíble, lo hacia despacito y suave. Sabia usar la lengua lamiéndome la cabecita lo que me ponía a mil. Que locura, quien iba a pensar que un hombre me la estuviera chupando y que lo estuviera gozando tanto
– “Déjame sentarme, que no aguanto mas estar parado”.
– “Bueno, pero déjame sacarte toda la ropa”
– “No” – respondí.
Empezó sacándome la remera y acariciándome el pecho. Me tiro en un sillón y me termino de sacar el pantalón que lo tenia por los tobillos dado su primer “ataque”. Estaba yo sentado en el sillón, totalmente desnudo y muy excitado, mi pene estaba en su máximo tamaño lo que calentaba mas a José. El me miro tirado en el sillón y comenzó a desnudarse también. Tambien tenia una erección bastante grande, no tanto como la mía, pero que le daría envidia a la mayoría de los hombres. Ya desnudo se tiro otra vez sobre mi pene y lo chupo cada vez con mas fuerza, aunque seguia siendo espectacular. Me acariciaba todo, de repente dejo de chuparmela para lamerme el pecho excitantemente, y después bajo hacia mis testículos para chuparmelos. Parecía un profesional, me imagine cuantos habrán estado en ese sillón, en la misma posición que yo y que estarían disfrutando tanto como yo. Aunque me imagine que nadie pudo haber disfrutado como yo en ese momento. El seguia chupandomela y yo ya estaba por alcanzar el éxtasis, entonces le dije;
– “Estoy por llegar, voy a eyacular”.
– “Dale, dale”
– “¿Te la vas a tragar?”
– “Claro, si es riquísima”
En el momento del éxtasis yo no pude mas que empezar a gritar;
– “Aayy, dale, dale, ayayay, aaahhh”
– “Se nota que te gusto mucho”
– “Me encanto, ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes. Perdona por tratarte asi el otro día, lo que pasa me sorprendiste”
– “No pasa nada, es normal, yo también me arrepentí de ser tan directo”.
Se levanto limpiándose la boca y desnudo fue hacia el baño.
– “Voy a limpiarme, si quieres tomar algo en la cocina hay de todo un poco” – y se fue al baño.
Yo después de descansar un poco me levante y fui a buscar algo para tomar. Era raro, yo estaba desnudo por la casa de otro hombre pero no me sentía mal. Busque y encontré una botella de whisky, me prepare uno y me volví. Cuando volvía pase por la puerta del baño y escuche unos gemidos. Me asome y vi que estaba Juan enfrente del inodoro, obviamente se estaba masturbando. Increíblemente verlo desnudo de atrás, con el culo al aire me excito y mi pene se volvió a levantar. Otra vez tomo un tamaño enorme. Me le acerque por detrás y cuando sintió mi pene paro su trabajito.
– “¿Te ayudo?” – le dije despacito en el oído.
Le tome su pene y empecé a masturbarlo. Era lo mínimo que podía hacer después de hacerme sentir tan bien. Mientras yo lo masturbaba, el estiro sus brazos hacia atrás para acariciarme, llego a acariciarme las nalgas lo que más me excitaba y más rápido lo masturbaba. Se dio vuelta y tomo mi pene y lo masturbo también. El lo hacia mucho mejor que yo.
– “Asi se hace, te falta practica, pero lo haces muy bien igual”.
Y vi que sus gemidos iban en aumento por lo que aumente la velocidad de mis movimientos.
– “Estoy llegando” – dijo entre los suspiros, más rápido lo masturbe.
Al final exploto enfrente de mí, su semen empapo mi abdomen y su mano que estaba en mi pene. No me provoco moverme, era interesante, estaba calentito.
– “Gracias, papi. No pensé que quisieras hacerlo, por eso no te dije nada”.
– “Me toca a mi ahora, seguir no pares” – le volví a decir, notando que sus movimientos habían parado.
– “Tengo algo mejor para vos” – me dijo mientras soltaba mi pene que seguia excitado.
– “Seguirme” y me llevo a su cuarto.
parecía un cuarto de hotel de alta rotatividad, hasta espejos en el techo tenia y sabanas de seda. Yo tome otro sorbo de mi whisky para prepararme por lo que vendrá. Tomo un condón del cajón de la mesa de luz y un pote de vaselina. Tomo el condón y me lo coloco en el pene con la boca, no pudo llegar hasta el fondo. Después me unto la vaselina sobre el condón. Ya sabia adonde íbamos a llegar. Se puso en cuatro sobre la cama y abrió las nalgas.
– “Por favor, metela hasta el fondo”.
Al principio vi mi pene y vi su ano, y vi que no iba a entrar.
– “No entra, te lo voy a destrozar”.
– “Dale te aseguro que entra, no me vas a dejar asi ¿No?”.
Entonces lo agarre de las caderas, acerque su ano a mi pene, le puse la puntita y empuje.
– “Aaaahhhh” – exclamo el, un grito que seguramente los vecinos habrán oído.
– “Seguir” – me dijo con voz adolorida.
Y seguí empujando, al principio era difícil, lo que más me excitaba. Hasta que conseguí meterla toda, acompañada de un grito de placer y de dolor a la vez. Sentí mis huevos tocar los suyos. Después de las primeras estocadas el acto fue mucho más fácil, a medida que su ano se dilataba, y que sensación era aquello. Otra vez este hombre me habia echo sentir lo que ninguna mujer pudo. Ninguna de las chicas con las que habia estado más habia dejado penetrarla por detrás. En cuestión de minutos estuve a punto de eyacular.
– “¿Te acabo adentro?” – pregunte.
– “No, no. Acábame en la cara” – me dijo y se dio vuelta.
Note que se habia excitado de nuevo, asi que otra vez le di una mano. lo masturbe rápido y con fuerza ya que el ya habia estado masturbándose mientras lo cogía por detrás. Pero vio que mi pene estaba desamparado, asi que lo tomo, le saco el condón y lo masturbo. Fue increíble, los dos eyaculamos casi al mismo tiempo, empapándonos los dos de semen.
– “¿Quieres seguir con esto otros dias?” me dijo, casi temiendo que le diera una respuesta negativa.
– “Obvio, si hoy fue una de las mejores tardes de mi vida”.
Una sonrisa se le dibujo en la cara. Me levante de la cama y me dirigí hacia el baño.
– “¿Me puedo bañar?” – le pregunte.
– “Anda”, me respondió.
Me fui a bañar, a sacarme todo el semen que me habia quedado por todas partes, el de el y el mío. Además ya estaba todo sudado. De repente la cortina de la ducha se abrió y entro José.
– “Déjame ayudarte papi. Te enjabono la espalda que no llegas”.
Agarro el jabón y me empezó a enjabonar la espalda. Tambien aprovechaba y me acariciaba todo el cuerpo, inclusive me empezó a acariciar las nalgas. Con todo ese roce mi miembro se empezó a levantar otra vez. Me acariciaba las piernas y el pecho. Se agacho y me empezó a besar por todas partes. Me besaba el pecho, el abdomen, los muslos; mientras con las manos me acariciaba la cola. Me miro a los ojos y me empezó a chupar el pene otra vez. Otra vez me llego el éxtasis que habia sentido hacía un rato. ¡Que chupada! Mi eyaculación no demoro mucho en llegar, ya no tenia la fuerza para aguantar mucho tiempo. Fue una explosión de semen en su cara. Salimos de la ducha, nos secamos mutuamente. Me vestí y me iba cuando el me pregunto;
– “¿Cuándo volvéis?”
– “Mañana, después de la practica. ¿Te gustaría?”
– “Me encantaría” – y me despidió.
Después de ese día volví todos los dias durante mas de una semana. Cogíamos casi todos los dias. Después iba solo una vez por semana. Pero nunca deje de ir, a experimentar un placer inmenso. Incluso ahora que estoy en pareja con una chica muy linda, voy seguido a la casa de José, y hasta a veces voy con mi novia y hacemos unas fiestas espectaculares.
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