Mi prima Lucia un bombon para el placer
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Parece mentira, pero las cosas ocurren cuando menos uno las espera. Recuerdo muchas veces haber salido con amigos y estar noches enteras dando vueltas sin que pase nada y de repente cuando menos lo piensas se te da. Me acuerdo que ese día había quedado con el esposo de mi prima en pasar por su casa para venderle un seguro para su auto.
Llegué a la casa justo a la hora pactada. Me gusta ser puntual y no hacer esperar a la gente. Pero es mi prima Lucía la que me recibe. Pasa me dice…Osvaldo no está y no vuelve hasta mañana y me dijo que me dejes todo a mi.
Lucía está muy bien. Yo nunca le había dado mucha importancia porque le llevó unos quince años. Ella siempre ha sido un chiquilina para mi pero ahora y a mis cuarenta la encontré mas que interesante. Pero en fin, es mi prima y yo estoy allí para vender un seguro a pesar que no deja de distraerme ese solerito liviano que lleva. Tiene unas piernas bárbaras y el vestidito es bastante corto y el escote deja mostrar un par de senos en los que parecería que ha invertido algún dinero, porque no recuerdo que fueran tan grandes.
Me hace pasar al living y ella se sienta en el sillón de enfrente, con las piernas muy juntas y puestas hacia un costado… esa posición tan femenina y que tanto nos calienta. Me dice que le cuente a ella de que se trata el seguro, que ella se ocupará de contarle a Osvaldo. La locuacidad que siempre me ha caracterizado tarda en salir, hoy no estoy tan articulado. Ella me escucha y me mira fijo, con los labios entreabiertos… ¿se estará dando cuenta las cosas que están pasando por mi cabeza?.
Estoy incómodo en mi asiento, es como si un cosquilleo recorriera mi entrepierna. De repente ella hace un movimiento en el que abre sus piernas sutilmente, con el tiempo suficiente para que vea que no lleva puesta bragas y las cruza una sobre la otra. Será que no lleva bragas? Estoy tan caliente que no sé si se trata de una alucinación o será cierto. Estoy más turbado que antes. Ella se sonríe y me dice será mejor que tomemos un té. Con todo gusto le digo. Ella se levanta y va hacia la cocina y desde allí me pide que le siga contando. Me pregunta si la cobertura es grande. Yo le digo que es bastante grande. De repente me dice que se ha quedado sin leche en polvo y que tendrá que sacar más de la alacena, pero que necesita mi ayuda.
Cuando me dirijo a la cocina la veo subida a una escalera de siete u ocho peldaños. Esta parada en el cuarto peldaño mirando dentro del mueble. Su culo queda a la altura de mi cara. Es maravilloso. La delicada tela descansa sobre esas maravillosas curvas. Me pide que le tenga la escalera porque le da miedo caer. ¿Dónde la habré puesto?. Yo se que por aquí había un paquete dice… tal vez esté mas arriba. Sube un peldaño más y otro. Me pide que le tenga mejor la escalera, me dice por favor tenerla bien firme, bien dura. A mi la cabeza me explota. No solo sube un escalón sino otro y allí puedo ver que realmente no lleva braga puesta. Se inclina hacia adelante y puedo ver no solo una hermosa conchita sino que también el agujerito de su culo. Allí no doy más y saco una de mis manos de la escalera para deslizarla por sus muslos y con mi nariz y mis labios recorro la otra pierna desde atrás. Se le pone la piel de gallina. Me dice Raúl qué estás haciendo mientras empuja su culo hacia abajo hasta que llega a mi cara. Eso es lo que quiere. Abre bien las piernas para que bese su concha y su culo.
Me doy cuenta que su conchita ya abundaba en jugos y están ricos. Está bien caliente, jadea como una perra. Se da vuelta y termina de bajar de la escalera frente a mí permitiéndome besar sus tetas mientras mete su mano dentro de mi pantalón por la cintura, sin desbrocharlo. Con gran pericia y delicadeza agarra mi poronga y la empieza a mecer con delicadeza para luego agacharse y de rodillas sobre el suelo bajar mi bragueta para liberar mi caliente pija. Con suavidad y maestría se la pone en la boca y mirándome desde abajo me dice primo te la voy a chupar como nunca te la han chupado y empieza a hacer un trabajo increíble, suave delicado, pero cada vez mas rápido se la pone toda en la boca, para luego quedarse con solo el capullo adentro, hasta que no doy más y aúllo, aúllo y descargo una cantidad de leche que no sabia que podía haber dentro de mis huevos.
Lucia en ningún momento se saca la pija de la boca. La chupa, la chupa y traga y traga sin sacarme los ojos de encima. Cuando termina de sacar la última gota me dice. Raúl… espero que ahora estés mas tranquilo, porque vas a tener que trabajar mucho si quieres que te compre esa póliza. Continuará…
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