Mi mujer no tiene límites
Buenos días a todos, como ya anteriormente os conté mi esposa Ana ya se cansó de sus dos amantes José y Arnaldo y me propuso un nuevo amigo que es su entrenador de gimnasia. El le propuso tener sexo y ella le dijo que si pero sería en nuestra casa y que yo debía saberlo ya que entre nosotros el sexo es abierto y no tenemos ningún problema en compartir con otras personas y el muchacho que se llama Julio no tuvo problema en aceptar. Desde ese echo en concreto ya han pasado varios meses y ellos se ven a diario. El pasa por casa todas las mañanas antes de ir a su trabajo y folla con Ana y muchos días al atardecer también se pasa y más de lo mismo.
El viernes pasado yo me quedé en casa ya que no tenía agendado ninguna visita a mis clientes. Julio apareció sobre las 9 de la mañana y se llevó una sorpresa cuando me vio ya que normalmente nunca suelo estar en casa.
Julio: Buenos días Toni, vine a ver a Ana.
Yo: Buenos días, si ella está en el dormitorio. Sube si quieres o te tomas un café?.
Julio: gracias no tomo café, pero te acepto un vaso de agua.
Yo lo puse el agua y como le vi con cara de estar preocupado le dije.
Yo: tranquilo julio, ana me pone al día de todo lo que hace contigo y estoy de acuerdo con vuestra relación y que sepas que ella está feliz y eso me llena de felicidad a mí también. Nosotros tenemos esta relación desde hace ya unos cuantos años y nos funciona muy bien.
Julio: gracias por sus palabras yo no quiero perjudicar a nadie y menos a su mujer ana que es una buena clienta del gimnasio. A mí me gusta desde siempre y un día me armé de valor y le hable y una cosa llevo a la otra.
Yo: si lo sé ella me contó cómo fue y lo bien amante que eres. No pierdas tiempo y sube con ella.
El se despidió y subió las escaleras a la habitación de mi esposa. Yo me quedé un rato y como me picaba la curiosidad subi despacio a ver si podía ver cómo era el chico ya que mi esposa decía que era musculado y que su polla era grande. La puerta estaba cerrada y como no podía ver nada di la vuelta y salí al balcón que allí da dos ventanas y puerta de la habitación de mi esposa. La puerta estaba abierta y sin asomarme mucho pude ver al tipo de rodillas comiéndose el coño de mi mujer. Ella agarraba las sábanas y el sorbía sus jugos como un niño se come un helado. No queria molestar y que me vieran, entonces vi como el se puso de pie y pude ver esa tranca era grande y venosa el se la metió y mientras besaba a mi mujer se empezó a mover. Ella gemía y le decía lo mucho que le gustaba.
Julio: te gusta como te follo? Te gusta mi polla? A mí me encanta tu coño y su sabor. Eres una mujer increíble y cada día me gusta más follarte.
Ana: si, me gusta tu polla, quiero que me folles, dale dale no pares. Que rico, que bueno sigue sigue. Me gusta tu cuerpo duro como una roca y tú culo.
Era un espectáculo ver a los dos, no follaban estaban haciendo el amor. Sus palabras eran de deseo y respeto. Me gustó lo que vi ya que los otros amantes que tuvo Ana le trataban como una puta. Aunque a ella también eso le gustaba.
Después de un rato ana se corrió y el no pudo y también se corrió. Me retire despacio y baje al piso de abajo. Pasados unos minutos apareció julio y me dijo que se Hiba y que por la tarde si no le parecía mal volvería. Yo le dije que si ya lo había hablado con Ana que estaba bien. Se marchó y yo subí a ver a mi mujer. Ella estaba encima de la cama y me dijo:
Ana: ya conociste a julio que te pareció?
Yo: un chico educado, guapo y como dijiste fuerte y musculado.
Ana: pues el estaba un poco asustado ya que no se esperaba encontrarte aquí y también me dijo lo mismo de ti, se te ve un hombre bueno.
Yo: me asome a la puerta del balcón y vi como te follaba y pude ver su herramienta y no está nada mal.
Ana: estábamos tan agusto que ni nos enteramos que estabas hay. Está tarde entra a la habitación yo ya se lo diré a él. El ya sabe de tu problema de erección y no le importará. Siempre me hace llegar y me corro mira como estoy.
Yo: me acerqué y toque su coño, estaba todo mojado y pegajoso de la leche de julio.
Ana: te gusta?
Yo: me gusta mucho que disfrutes y que tengas esa complicidad con el.
Ana: ya son dos meses follando con el, quiero que me comas el coño y sientas lo que yo siento cuando le como la polla y se viene en mi boca.
Yo: sabes que siempre te he comido el coño cuando tus amantes te han follado, no quiero que el lo sepa.
Ana: come y calla sabes que nunca se lo e dicho a los otros y este no va a ser diferente.
Entonces yo me agaché y empecé a chupar el coño de mi mujer. Hacia muchos meses que no se lo hacía. Estaba delicioso, era un sabor diferente al de otros. No pude parar y seguí seguí. Ana se retorcía y me decía que no parara que se quería correr en mi cara. Llevaba años sin hacer que mi mujer se correría conmigo. No pude parar hasta sentir como ella se corrió. Creo que me comí todo lo que salió por su coño.
Me levanté la bese y fuy a mi habitación a darme una ducha. Luego ella bajo al salón. No comentamos nada de lo ocurrido pero yo estaba deseando que llegase la tarde noche para volver a ver a Julio con mi mujer ana.
Gracias y saludos
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