Mi hija y yo. Secretos revelados
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Lili me abre el pantalón, su pequeña cabeza se mueve con lentitud. Siento su lengua jugar con mi pene, como si fuera un helado. ¿cómo sucedió esto? ¿acaso iré al infierno? Son preguntas que me hago , pero ya no tienen la misma fuerza de antes.
– Me vengo, me vengo ooo gimo al cabo de un rato. No tengo valor para hablar más alto, Rebeca, mi esposa enferma, está en el cuarto de al lado. Hace cinco años que no se mueve de la cama. Lili chupa con más fuerza, sin importarle lo más mínimo. 😏
Su lengua rodea con frenesí mi miembro. No puedo soportarlo. Agarro su cara y la penetro hasta el final. La leche sale disparada y la siento tragar una y otra vez. Ni una sola gota cae al piso.
– Por favor, por favor, tu madre – suplico con desesperación, pero es una súplica sin fuerzas. Rebeca es un cadáver ambulante. 👩
– No quiero – dice Lili mientras desliza su lengua por mi pene flácido. Ahora eres mío. Al escuchar esas palabras vuelvo a ponerme a millón, no importa que haya eyaculado apenas unos minutos.
Ella se aparta unos metros, se quita la blusita y la tira lejos. Luego arroja las bragas a mi cara. Eres un papi malo – dice juguetona. La veo abrir sus piernas, incontables gotas de sus fluidos caen en las sábanas – ¿eres un papi malo? – Vuelve a decir, esta vez a modo de pregunta, inclinando sus caderas hacia mí. 🙃
– ¿Estás ahí? – Es la voz de rebeca, algo que por su puesto es imposible. La enfermedad no ha dejado nada de mi esposa, ella solo es un trozo de carne agonizante. Todo mi cuerpo se queda inmóvil. Una estatua de sal. Lili me acaricia los hombros, me besa el pecho.
– Ya basta – Susurro como si hablara conmigo mismo. Lili me ignora por completo, agarra mi pene y lo guía hasta su vagina. No entra. Nunca logra entrar al principio, mi miembro es demasiado para su coñito.- ¡ya basta…! – Grito mientras oprimo con fuerza su coño. 👸
Una sonrisa macabra se dibuja en sus labios y de un solo movimiento se introduce la mitad de mi pene. Nunca hemos logrado introducirlo por completo.
– Así papi, así…! – Gime con los ojos totalmente en blanco. Mátame, mátame.
¿Por qué hemos llegado a esto? ¿por qué no podemos parar? Estas son preguntas que me hago todos los días. Aún ahora me las repito mientras la agarro por los pelos y la penetro como si no hubiera mañana. Ella se retuerce de dolor y placer, la mitad de mi pene se dobla en su pequeño útero, hinchando su vientre. 😵
Lili grita enloquecida, abre su boca en un paroxismo de agonía. El dolor casi no la dejaba respirar. Sus ojos aterrados miran la gran apertura de su coño. La serpiente dentro de su barriga se mueve como si fuera a reventarla en cualquier momento.
– ¡¡¡Dame leche…!!! ¡¡¡dame leche…!!! – Gruñe casi afónica.
La miro por última vez y con dos tremendas embestidas comienzo a eyacular. Apenas si consigue mantenerse consciente. Intento moverme, pero ella me abraza con anhelo. 😘
– No, no te muevas papi- Dice con un rubor en el rostro imposible de describir- Siento como tu leche sale y me golpea. La siento dentro de mí y como cae con grandes goterones en la cama. No te separes de mí, te lo suplico.
Yo acaricio su rostro, beso con ternura sus diminutos pechos. Ella cierra los ojos y se queda dormida. Muevo mi cuerpo y la pongo sobre mi para más comodidad. Se estremece cuando siente salir un poco mi pene, pero se tranquiliza cuando lo vuelvo a introducir. Aún dormida siento como su vagina aprieta y chupa mi miembro. 💋
Esta es final de la historia, o solo el principio… Todavía recuerdo cómo empezó todo, y me estremezco.
¿Podrá dios perdonarme algún día?
Lo dudo
By: Abc