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Mi hermana me hipnotiza con el movimiento de su culo

Muchos, después de leer este relato, pensarán que soy un pervertido. No les culpo, pero después de ver las fotos que he subido y si han leido mis otros relatos, pueden que cambien de opinión.

Mi hermana es 9 años mayor que yo. Nunca la miré de otra forma, pero desde que mis hormonas empezaron a florecer, empecé a verla como mujer y no solo como mi hermana. Me quedaba hipnotizado mirando el movimiento de su culo mientras andaba, o su escote cuando estaba sentada y yo pasaba por su lado, pues tiene unas tetas ( . )(. ), grandes. Yi encima se une al sueño profundo que tiene, que no se entera de nada, os podeis imaginar.

Era verano y estaba de visita en casa de mi hermana. Mi cuñado se acostó y nos quedamos ella y yo solos en el salón. Estuvimos bebiendo hasta las 2:00 de la madrugada, cuando ella se acostó también. Me tumbé en el sofá cama y puse una peli porno, sin voz para que no me descubrieran. Me quedé dormido y desperté sobre las 5:30. Me levanté para ir al servicio.

Al salir escuché unos sonidos que provenían del cuarto de mi hermana. Como estaba frente al servicio, me acerqué a la puerta, que estaba entreabierta, y allí estaba mi hermana, en posición de perrito e insertada en el coño por mi cuñado. Volví al servicio a hacerme una paja. Cuando terminé, salí y volví a mirar, viendo a mi cuñado boca arriba y a mi hermana cabalgando sobre su polla. Sus tetas se movían arriba y abajo con el movimiento. Volví al sofá cama y me tumbé a dormir, sin poder, por la imagen de mi hermana desnuda.

La imagen de mi hermana desnuda no se me iba de la cabeza. Sobre las 7:00,mi cuñado se fue a trabajar. Esperé un rato por si volvía. Me levanté y despacio fui a la habitación de mi hermana. Estaba dormida boca arriba, con solo unas braguitas transparentes, que se le notaba el triangulo negro de su coño y sin sujetador, dejando sus deliciosas tetas a mi vista.

Me acerqué despacio y la sentí roncar. Me agaché y comencé a tocarle las tetas jugando con sus pezones, que se empezaron a endurecer. Después de tocarlas, las besé, lamí, chupé y mamé a mi antojo, mientras jugaba con mi mano en su coño. Me armé de valor y desnudándome, me coloqué encima de ella, puse mi polla entre sus tetas y comencé a follarlas, haciéndome una deliciosa cubana con ellas. Solté mi descarga llenándolas de leche. Las limpié con una toalla húmeda que mi hermana tenía en la mesita, le volví a besar las tetas y el coño, por encima de las bragas, me vestí y me fui a dormir.

Por la mañana me desperté sobre las 10:30 de la mañana y mi hermana estaba recogiendo los restos de la cena de la noche anterior. Por el escote de la camiseta podía ver sus tetas y sus pezones. Mi polla volvió a ponerse dura. No se si ella se dio cuenta, pero me sonrió picarona.

Pasamos la mañana como si nada hubiera pasado. De compras y tomando unas cervezas en un bar.

Cuando terminamos de almorzar, recogimos los vasos y mientras se dirigía a la cocina, fui tras de ella para observar su culo cuando se agachaba a guardar los enseres en los cajones. Cuando nos sentamos en el salón, yo casi que no podía de mirar su escote, pues se le notaba el canalillo de sus tetas a través de la blusa blanca.

Al rato me comentó que le dolía la cabeza y se iba a tomar una pastilla para dormir. Mi lívido subió al máximo, pues mi mente empezó a elucubrar, (pastillas para dormir, más el alcohol que habíamos ingerido, tanto en la calle como en casa, y su sueño profundo…. desnudarla podría seguro.

Desapareció por el pasillo en dirección a su habitación, con el vaso de agua. Yo me quedé en el salón, viendo la tele. Pasó como una hora y decidí desahogarme en el servicio. Cuando estaba en la puerta, miré a la habitación de mi hermana, pues estaba encendida la lámpara de la mesilla. Entré con la intención de apagar la lámpara. Al llegar a la mesilla, observé un frasco de pastillas para dormir abierto y el vaso de agua a medio tomar. Miré a mi hermana y estaba tumbada en la cama, boca arriba, con un pantalón de chandal y la blusa blanca.

Acerqué mi mano y la puse sobre una de sus tetas, acariciándola suavemente, luego coloque mi otra mano en su otra teta y las sobaba y tocaba sus pezones por encima de la ropa, sin ninguna reacción por su parte, pues seguía dormida. Muy despacio, comencé a desabrochar los botones de la blusa, dejando las tetas al descubierto, solamente cubiertas por el sujetador negro. Le subí el sujetador y volví a acariciarle las tetas, sintiendo su suavidad en mis manos.

Acerqué mi boca y comencé a besarlos, jugar con mi lengua alrededor de ellos, siguiendo la circunferencia de las aureolas, chuparlos y mamar de ellos suavemente, dándole dulces mordisquitos con mis labios en sus pezones deliciosos. Luego seguí bajando por su vientre, hasta llegar al elástico del pantalón y acariciar su coño. Mientras bajaba el pantalón y sus braguitas y dejaba a la vista su paludito coño, para lamerlo y chupar su clítoris, metiendo un dedo en el coño. Estuve un buen rato disfrutando de sus encantos con mis manos y mi boca.

Pasado el tiempo, me quité la ropa, colocándome encima de ella, y apuntando con mi polla a su coño comencé a introducirla poco a poco, sin pausa pero sin prisas, deleitándome con el momento y sintiendo el calorcito de su interior en mi polla. Me quedé un rato encima de ella, con la polla dentro de su coño y comencé de nuevo con el bombeo mientras acariciaba y besaba sus tetas.

Cuando sentí que iba a correrme, empujé para que mi polla entrase hasta el fondo y solté toda mi leche en su interior. (No hay peligro, está operada). Fui al servicio por un poco de papel higiénico para limpiarle los restos que salían de su interior.

Al volver me quedé unos segundos como mi semen salía de su coño. Limpié el semen que chorreaba con el papel. Volví a vestirla y después de observarla unos minutos, volví al salón y me eché a dormir.

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