Mi hermana celosa
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A pesar de haberle comido el coño, después de haber follado con mi vecina, notaba como mi hermana había cambiado. Se molestaba incluso cuando le tocaba el culo y procuraba no quedarse a solas conmigo.
Los días pasaron y llegó el ansiado verano, para mi, pues podía ver a mi hermana con menos ropa y sus deliciosos escotes, a parte de que dormía casi desnuda muchas noches.
Uno de esos días de verano estábamos solos en casa, pues mis padres salieron a pasar el día en casa de mis abuelos y mi otra hermana estaba con su novio en la playa. Mi hermana estaba en casa pues su novio trabajaba en una urbanización de Guarda de seguridad. Yo estaba en el salón y ella en su habitación, hablando con mi cuñado por el móvil. Cuando salió, fue a la cocina a beber.
.- ¿Te pasa algo conmigo?… Le pregunté mientras pasaba… Llevas días casi sin hablarme.
No me contestó y siguió hacia la cocina. Yo miraba su culo envuelto en un pareo. Llevaba una camiseta de tirantas con un gran escote que casi dejaba ver sus tetas.
.- No me pasa nada… Comentó regresando de la cocina… Eres tu.
.- ¿Yooo?… Pregunté sorprendido… ¿Que te he hecho yo?
.- Mejor di que no has hecho… Comenzó a explicar… Desde que follaste con la vecina, casi no me echas cuenta.
.- Eso no es cierto… Contesté… He entrado varias veces en tu habitación mientras dormías y te he acariciado a mi antojo, aunque a veces no he podido porque llevabas demasiada ropa encima.
.- ¿Es eso cierto?… Preguntó más calmada… No me he dado cuenta.
.- Tienes un sueño demasiado profundo… Expliqué… Esa es la parte buena de poder abusar de ti sin que te enteres.
Dicho esto, me levanté del sillón y me acerqué a ella dándole un beso en la mejilla, casi en la comisura de los labios, mientras le daba una cachetada en el culo. Ella me devolvió el beso, pero esta vez fue un pico largo en los labios.
.- Discúlpame… Me comentó… Pero pensé que la vecina te gustaba más que yo.
.- Solo fue un polvo… Comenté… Ya ni la veo, solo cuando su hija está aquí y quiere volver a su casa.
Volví a colocar mi mano en su culo, pero esta vez haciendo círculos en su nalga, mientras con mi otra mano le soltaba el nudo del pareo, quedando ante mí solamente con unas bragitas transparentes que se le notaba el triangulo negro de su entrepierna, y la camiseta de tirantas. Dejé el pareo en el respaldo de una silla y cogiéndole la mano a mi hermana la llevé a su habitación, colocándola boca arriba en la cama. Comencé a acariciar sus piernas, desde los pies, siguiendo por las pantorrillas, sonde comencé a besar, continuando por los muslos, hasta llegar a las braguitas, que aparté a un lado y metí mi lengua ente los labios vaginales de mi hermana. Su reacción fue, quitarse las braguitas y la camiseta y quedarse completamente desnuda a mi disposición.
Comencé a jugar con mis dedos en su pezones, notando como se ponían cada vez más duros con mis caricias. Comencé a besarlos, jugando con mi lengua en sus pezones y mamando de ellos, mientras con mi mano, le acariciaba el coño. Ella soltaba de vez en cuando unos pequeños gemiditos. Continué bajando por su vientre con mi lengua y al llegar a su coño, separando los labios vaginales, comencé pasar mi lengua por ellos y a chuparle el clítoris, dándole pequeñas succiones con mis labios.
Al poco, comenzó a tener los espasmos del primer orgasmo, deleitándome con sus jugos. Mi polla estaba como una estaca, se incorporó y sentada sobre la cama, me bajó mis calzonas y comenzó a mamarme la polla. Ummmmm, que delicia sentir sus labios subiendo y bajando por mi polla y su lengua en mi glande. Cuando sentí que me iba a correr, le hice una señal, (pues no le gustaba tragar), y sacando mi polla de su boca, solté toda mi leche sobre sus tetas.
Mientras salía de la habitación, para ir a limpiarse, observaba como meneaba su culo. Después de salir del servicio, yo estaba en la cama boca arriba, mi hermana se incorporó y volvió a chuparme la polla. Cuando la tenía dura, se incorporó y subiéndose a la cama, se colocó a horcahadas sobre mi, y poco a poco se fue metiendo mi polla en su caliente coño, comenzando a cabalgarme. Sus deliciosas tetas botaban y yo agarraba su culo.
Después de un rato, la coloqué de perrito y volví a penetrarle su coño, después de unos minutos de mete y saca, saqué mi polla y apuntando a su culo, se la metí poco a poco, hasta que mis huevos chocaros con su piel. Estuve unos segundos quieto, para que se acostumbrara y comencé el bombeo, mientras jugaba con mis manos en sus tetas y su coño. Solté una nueva descarga dentro de su culo. Ella llegó al orgasmo con mis caricias. Nos abrazamos y nos quedamos desnudos sobre la cama.
.- ¿Te ha gustado?… Preguntó mi hermana.
.- Me ha encantado… Contesté… Sobre todo poseer tu culo.
.- A ella, ¿también se la metiste en el culo?… Preguntó un poco como interrogando.
.- ¿A qué viene eso ahora?… Le reproché… No estropeemos el momento con preguntas tontas. Aunque si lo quieres saber, si, también por el culo.
Mientras le decía esto y sin que pudiera reaccionar con otra pregunta, la besé en los labios y comencé a acariciarla por todo su cuerpo, colocándome en posición para un 69. Mientras le comía su coño, ella empezó a besar y a mamar mi polla, hasta que nos corrimos juntos, ella en mi boca y yo en sus tetas. Nos fuimos juntos al servicio para lavarnos y desnudos nos sentamos en el sofá para tomarnos unas cervezas, con nuestras manos en el coño y la polla de cada uno. Desde ese día, no volvió a preguntar por mi vecina y cada vez que teníamos oportunidad, retozábamos en su habitación o en la mía.
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