Mi experiencia con mi madre

Está historia es ya de hace 9 años, yo Anthony un chico que acababa de cumplir 18 años mi padre trabaja mucho y mi madre un mujerón de 43 años un culo que hacía que cualquier hombre se girara a verlo y unas tetas muy firmes para su edad ,yo un chico alto ojos marrones y pelo rizado a veces llamaba la atención de alguna chica pero no solía acabar con éxito, durante esa época iba mucho al gimnasio y una vez mi padre decidió usar su día de descanso para venir conmigo a entrenar durante ese tiempo, me dijo: hijo ya eres un hombre y pues ya sabes que yo siempre estoy fuera de casa así que tú pasarás a ser el hombre de casa, entiendo que ahora mismo solo te importa salir de fiesta con tus amigos y ir detrás de las tías más buenas que encuentres pero tienes que ser responsable y tomar responsabilidades en casa mientras yo no este,

  • Anthony: Sí, claro, papá, no te preocupes, total, nunca suelo tener mucho éxito con las chicas, siempre nos liamos y nunca llega a nada más.
  • Papá: Jajajaja, yo a tu edad era igual hasta que conocí a mamá y senté la cabeza.
  • Anthony: Bueno, papá, es hora de ir a casa.

Al día siguiente, mi madre y yo nos quedamos solos en casa. Ella me preparó el desayuno y luego se puso a limpiar. A ella le gustaba ir en bragas y solo con una camiseta por casa, así que cada vez que se agachaba a limpiar, se le veía el culo en bragas. A mí siempre se me había puesto dura por eso, pero nunca llegaba a más que ir a mi cuarto a ver porno y hacerme una paja para bajar mi duro pene, y pues eso fue lo que hice. Total, que justo cuando había acabado de pajearme en mi habitación, mi madre decidió entrar y me vio con los pantalones bajados y, obviamente, mi pene duro y con semen saliendo. Al verme, gritó y dijo

¡Anthony! ¿Qué haces?! Perdón por entrar sin preguntar (se tapó los ojos). Anda, hijo, ve a ducharte.

Mientras salía de la habitación, me pegó una nalgada (era una broma recurrente de mi madre, así que no le di importancia; lo hacía siempre). Total, que fui a ducharme y luego a comer. Después, mi madre fue a ducharse y a mí me entraron muchas ganas de mear, así que le pedí que me dejara pasar. Ella me dejó y, mientras que meaba, salió de la ducha desnuda y empezó a secarse. Al salir del baño, se me puso dura, cosa que ella notó, así que me dirigí a mi cuarto rápidamente. Al tiempo, mi madre entró en mi cuarto y me dijo:

Hijo, tenemos que hablar. He notado que cuando has salido del baño y me has visto desnuda, has tenido una erección y quiero que sepas que no me he enfadado y que no te sientas culpable. Tú ya hace tiempo que eres un hombre y yo, aparte de tu madre, soy una mujer y, por lo que sé y creo, te sientes atraído por mujeres y yo soy una, así que es normal que eso te pase. Eso no va a hacer que seas un pervertido.

  • Anthony: Gracias por aclarar las cosas, mamá, me siento mucho mejor.

Después nos dimos un abrazo, pero no fue un abrazo normal; ella tomó mis manos y las dirigió hacia su culo y me puso una en cada una de sus nalgas. La verdad, eso me puso duro y el abrazo era tan junto que mi pene rozó su coño. Después de eso salió de mi cuarto y me dejó ahí con todo el calentón. Después de eso todo fue normal, hasta que un día mi madre me vino a hablar en mi habitación:

Hijo, te tengo una sorpresa: he comprado unos billetes a París.

  • Anthony: Ah, qué bien, mamá, ¿y cuándo salimos?
  • Mamá: Hijo, salíamos mañana. Ah, y en el hotel la habitación solo tiene una cama de matrimonio, así que dormiremos juntos, ¿vale?
  • Anthony: Ah, bueno, vale, mamá, voy a preparar la maleta.

Al día siguiente, mi madre y yo salimos hacia París. Al llegar, fuimos al hotel, luego a ver la Torre Eiffel, luego ya cenamos y después fuimos a dormir. Ella se puso de espaldas; el único problema era que su culo quedaba demasiado cerca de mi entrepierna y no podía apartarme más. Mi pene empezó a ponerse duro hasta el punto que rozó su culo. Eso fue poco contacto, pero fue muy rico. Así que empecé a pegarme más y a rozar mi pene en su culo hasta que me corrí con la mala suerte de que mi madre se dio cuenta.

¡Anthony! ¡Qué haces! ¿Por qué hay semen en mis bragas y culo?

  • Anthony: Perdón, mamá, lo siento, yo no quería, pero tu culo está muy pegado a mí y del roce me corrí.
  • Mamá: Bueno, no te preocupes, si necesitas desahogarte, me avisas; soy tu madre, estoy para ayudarte. Se quitó las bragas, pasó su mano por el semen que estaba en su culo y luego chupo su mano; después se quedó echada sin bragas.
  • Anthony: Pero mamá, ponte algo, que me voy a volver a correr otra vez.
  • Mamá: Ay, hijo, pues vas al baño y te haces una paja.
  • Anthony: Ah, bueno, como me habías dicho que si necesito descargarme, te avise.
  • Mamá: Por eso, cuando lo necesites, me avisas y te dejo el baño solo para ti.
  • Anthony: Ah, bueno.
  • Mamá: ¡Pero qué quieres que haga, pervertido! Una cosa es que te sientas un poco atraído por mi cuerpo de mujer y otra cosa es que me pidas eso.
  • Anthony: Ah, bueno, vale, mamá, lo siento.
  • Mamá: Bueno, si te vas a sentir triste, algo puedo hacer. A ver, ven, enséñame tu dura y larga polla, hijo.

Yo se la enseñé; mi mamá cerró los ojos y, un poco asqueada al principio, empezó a hacerme una paja. Luego se animó y hasta le dio besos a mi polla, pero nada más. Una vez acabó, me dijo que nunca más hiciéramos esto y que me olvidara, pero aún no lo olvidé y sigo pajeándome de vez en cuando pensando en esta situación.

Compartir en tus redes!!
Morboso76
Morboso76
Artículos: 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *