Mi ardiente y cibernético amante (VI)
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Karla se levantó para contestar el teléfono dejando en la cama a su amiga y empleada Marieta y a Juan Carlos. Seguían todos desnudos. El olor a sexo se olía por todas partes. “Si, buenos días”, dijo Karla. “Hola hija, buenos días”, era María Jesús. “Estuvimos pensando en ti, que tal estuvo tu noche querida?”. María Jesús tenía costumbre de conversar con ella de todo… a cualquier hora. Pero deseó esperar a que amaneciera para enterarse de cómo se encontraban los amantes en su casa. “Bien mami. Fue una noche increíble. Juan Carlos es un amante excelente pero un pésimo bebedor. Está durmiendo con Marieta en el cuarto de huéspedes. “Con Marieta?”, Preguntó María Jesús no tan sorprendida. “Bueno, entonces si resultó como deseabas verdad? Me alegro por ti querida. Espero que todo siga bien con Juan Carlos. Las chicas por acá ya lo están reclamando. Sabes pequeña? Tengo cosas increíbles que contarte de lo sucedido desde que saliste de casa de Marie. Increíble, delicioso, magnífico diría yo”. Y empezó su narración con los detalles que Karla sabía le daría su madre.
Luego de salir Karla y su pareja de casa de Marie. Las chicas se quedaron conversando en espera de la sorpresa que María Jesús les preparó. Maria Jesús quedó feliz al lado de la piscina. Mauri y Mónica la alentaban diciéndole que el muchacho era maravilloso y que cualquiera hubiera podido ganar en esa ruleta. Recordaron la última que hicieron. Fue de 10 segundos y no había un iniciado sino dos. Veré de contarles ese día en alguno momento. Maria Jesús entonces le dijo a todas que ya que el día estaba terminando deseaba agradecerles por los regalos. Llamó por teléfono y manifestó que deberían esperar unos minutos para completar la sorpresa. Las cuatro, Patricia incluida, procedieron a ingresar nuevamente a la piscina para bañarse por última vez. Jugaron un poco como niñas. Rieron, se abrazaron como amigas. Salieron. Se pusieron las salidas de baño y se dirigieron al interior de la casa. Cada una procedió a cambiarse para recibir la sorpresa. Al concluir se reunieron nuevamente en la sala y brindaron con unos cócteles que sirvió Marie. Sonó el timbre. Patricia se levantó para abrir pero Maria Jesús le dijo que no. Que a partir de ese momento sólo sería una más del grupo (como siempre lo fue) pero que no la quería ver atendiendo como empleada. La empleada de cocina había salido de casa con permiso otorgado por Marie. Se dirigió a la cocina para verificar por el circuito cerrado de TV y ver quién tocaba. Pulsó el botón de apertura automática. Los invitados ingresaron a un recinto de seguridad mientras la puerta de calle se cerraba. Luego pulsó un segundo botón para que estos ingresaran a la casa.
Maria Jesús retorno la sala para esperar a sus invitados y poder presentarlos a sus intrigadas amigas. Vany y Don aparecieron como ángeles en la sala. Estaba vestidos con ropa ligera pero muy pulcros ambos. Vany tenia un pantalón celeste, polo azul que hacia juego con sus zapatos. Don vestía todo de azul, correa y zapatos blancos. Los ojos de ambos perfectamente azules. Sus cabellos rubios como el sol. Mientras se acercaban, Maria Jesús los presentaba una a una: Marie, la dueña de casa, Mauri, Mónica, Patricia y… A mí creo que ambos me conocen…Entre sonrisas les estampó un beso a cada uno. María Jesús les dijo: “Saben?, Hoy es mi cumpleaños”. Siguieron los saludos, los besos y abrazos de ambos para María Jesús. Nos servimos algunos tragos y brindamos nuevamente por la homenajeada. Pero es el último, se dijo. A partir del siguiente brindaremos por nuestros invitados. Ok? Se aprobó la moción y Vany y Don rieron de buena gana. Marie se acercó a Vany quien conversaba con Patricia en esos momentos. Sonrieron los tres mientras se enfrascaban en un diálogo de intereses personales, gustos, vida en Finlandia…etc. La conversación fue amena y Patricia, de pocas palabras y no tan instruida como las demás supo sostenerla aprendiendo en el proceso. Don se vio rodeado por Maria Jesús, Mauri y Mónica. Todas ellas sabían de su comportamiento en el cuarto piso del Torreblanca cuando tomó por las caderas a Maria Jesús e introdujo su miembro en su potito haciéndola vibrar de placer. María Jesús no dejó de contar a sus amigas ningún detalle de ese encuentro. Lo veían ahora y lo encontraban delicioso. Tenía una forma de ser agradable y era locuaz. Su mirada siempre era directa y no actuaba con rodeos. Directo siempre. Así es como Mónica lo describió luego cuando Don le dijera que tenía un cuerpo hermoso y que le gustaría poder verla desnuda para deleitarse con él. “No sólo a ti Mónica, sino también a María Jesús, aunque ese cuerpo hermoso lo conozco, y a Mauri. Que les parece si dejamos a Vany con sus doncellas y vamos a otro lugar para tomar algún trago distinto?”, Dijo entre guiños y sonrisas.
Todas aceptaron gustosas. Se pararon y sin decir nada salieron de la sala dejando a Vany con Patricia y Marie.
Mónica tomó la iniciativa y llevó al grupo al cuarto de huéspedes que permitía ver la piscina desde su lado inferior derecho a través de un vidrio especial. Don no se sorprendió. Actuó como si todo lo que veía ya le fuese conocido. En el cuarto encontraron una refrigeradora pequeña y en ella una botella de vodka y algunos jugos en lata. Hicieron la mezcla apropiada y bebieron entre risas y cuentos de unos y otros. Se estaban conociendo más. Preparaban sus cuerpos para el momento adecuado que todos esperaban. Marie notó como el grupo de sus amigas se dirigía al cuarto de huéspedes y propuso a Patricia y Vany seguir la conversación en su dormitorio. Se pararon y dirigieron al segundo piso hasta encontrar el dormitorio de Marie. Era casi un departamento pequeño. Tenía una cama inmensa con una salita al ingreso. En un nivel superior había otra salita con una especie de bar muy escondido. Cerca de la cama se hallaba un vestidor grande. A lado el baño con algunas divisiones, una ducha rodeada de vidrio transparente especial que compró a una empresa española. Una tina grande con sistema de música y un jacussi listo para ser usado. Vany se sentó en el sofá cercano a la cama e invitó a sus amigas a sentarse a su lado. Patricia sirvió algunos tragos y Marie unos bocaditos sencillos que había llevado previamente. Se sentaron al lado de Vany y lo tomaron de las manos.
Vany las abrazó y puso sus labios en Marie. Esta correspondió a su beso con otro más ardiente introduciendo su lengua hasta sentir que su juntaban y removían ambas. Las manos de Vany se movían entre una y otra cadera de sus amigas. Patricia sentía como esa mano que la sostenía acariciaba sus glúteos luego de levantarle la falda. Ella no se quedó atrás. Sus manos empezaron a desabotonar la camisa de Vany. Vio como este presentaba un pecho musculoso y terso. Mientras se besaban con Marie, Patricia besó ese pecho una y ora vez. Bajaba sus labios hasta encontrar el vientre de Vany. Al llegar a el sus manos buscaron sacarle el pantalón.
Luego de unos movimientos acrobáticos el pantalón de Vany se encontró por el suelo. Su ropa interior permitía notar ese músculo ya erecto que deseaba salir. Patricia lo buscó con las manos y lo halló tibio, suave, duro….e inmenso! Era enorme! Marie sintió también las caricias de Vany. Se levantó un momento y, mientras Patricia hacía lo suyo ella se quitaba la ropa. Vio como su amiga besaba el vientre de Vany y como le retiraba luego su ropa interior. Cuando vio ese miembro erecto se sorprendió tanto como su amiga pero, estando ya desnuda se sentó al lado de Vany permitiendo en esa forma que Patricia se levantara y se desnudara también. Marie veía a su amiga y se deleitaba con ese cuerpo precioso mientras sus manos hurgaban por ese miembro de su amante. Vany sintió como Marie se acercó a su entrepierna e introdujo su pene en la boca. Chupaba y besaba haciéndole notar su excitación. Patricia, ya desnuda, se acercó a la pareja y besó a Vany en los labios. Fue un beso ardiente. Sus lenguas nuevamente se hicieron una. Sus manos jugaban en sus cuerpos mientras Marie chupaba y chupaba el pene inmenso. Vany tomo la iniciativa y levantándose, llevó a ambas a la cama cercana. Las sentó una a cada lado y el se puso en el centro. Luego se echó en la cama boca arriba. Marie se dio vuelta y tomo nuevamente su miembro enrojecido y grueso para llevarlo a su boca y seguir con sus juegos amorosos. Patricia se puso de pie y su vagina la colocó encima de la boca de Vany. Este, al ver como se acercaba tamaño bocado delicioso, besó con dulzura esa vagina metiendo la lengua en lo más recóndito del agujero. Patricia emitía unos grititos de placer que excitaron a los presentes. Vany al sentir como Marie chupaba ese pene inmenso sintió su cuerpo vibrar. Pero no deseaba todavía darle sus jugos. Marie notó lo que hacía su amiga en la boca de Vany e imitándola se paró encima y se sentó en ese erecto miembro introduciéndolo dentro de su vagina. Lo hizo lentamente y cuando noto que ya estaba casi la mitad dentro se sentó bruscamente sintiendo como el miembro de Vany se metía todo dentro de ella. Ambas amigas se miraban y veían como sus caras se contraían de placer una con los labios y lengua dando vueltas en su vagina y la otra con todo el miembro duro, erguido y grueso dentro de ella. Mientras se miraban se tomaron de las manos y coordinaron sus movimientos para coincidir en el sube y baja que siguió. Vany tenía los ojos desorbitados. No veía la cara de sus amigas pero si el potito delicioso y la vagina de Patricia. Las amigas sintieron casi al mismo tiempo sus más prolongados orgasmos. Sus manos se apretaron más fuertemente y sus líquidos salieron a borbotones. Vany tomaba los jugos de Patricia mientras los de Marie se confundían con los suyos en un mar enardecido y tormentoso. Confundidas en un abrazo ambas amigas se reclinaron juntas en la cama dejando a Vany que se levantara. Este vio como las chicas sudaban y juntaban sus cuerpos en espera de sus caricias. Vany tocaba a cada una en sus pechos sus labios compartían entre una y otra. Reclinó su cabeza en Marie dejando que patricia colocara la suya entre sus piernas. Acarició sus cabellos mientras que las manos de las amigas acariciaban su cuerpo.
En el cuarto de huéspedes el panorama era similar. María Jesús inició el contacto físico con Don. Ya lo conocía, así que se acercó y sin miramientos lo besó. Su lengua también buscaba la de Don y la encontró ansiosa. Mientras besaba a Don una de sus manos tomaba su miembro por encima del pantalón. Mónica vio lo que quería hacer y ayudó a su amiga. Tomó la correa de Don y la desabrochó retirándole el pantalón. Mauri se dedicaba a la camisa mientras María Jesús lo besaba. Cuando el cuerpo de Don se encontró desnudo María Jesús se levantó para que sus amigas se deleitaran con su cuerpo. Ella se desnudó rápidamente. Mónica hizo lo mismo y Mauri la siguió. Ya todas se encontraban desnudas y le presentaban su cuerpo a Don para que este se engolosinara con ellas. Don inició sus caricias en las caderas de Mónica. Se encontraba sentado ya en la cama y Mónica a su lado. La atrajo hacia si de las caderas y con una mano acarició sus glúteos viendo como Mónica erizaba su cuerpo. Su otra mano la dedicó a las caderas de Mauri. Sus glúteos fueron el blanco de sus caricias. María Jesús se aproximó por detrás de Don y le beso el cuello acariciándole a su vez ese musculoso pecho mientras sus tetas se pegaban en la espalda iniciando un rítmico movimiento. Mónica busco con sus manos la carita de Don y lo acarició para luego besarlo mientras sentía las caricias de él en su potito. Don le estaba introduciendo dos dedos y ella movía su ano internamente. Mauri viendo eso se arrodilló entre las piernas de Don y busco su miembro para introducirlo en su boca y empezar a succionarlo y besarlo con deleite. Otro dedo ingresó en el potito de Mónica, esta soltó un gritito dulce. Lo besó con placer introduciendo su lengua muy dentro de su boca.. María Jesús pegaba fuertemente sus senos a la espalda de Don mientras que sus brazos recorrían su pecho jugando a su vez con la cabellera de Mónica y con la de Mauri que proseguían en su empeño de succionar el miembro de Don. Este se sentía volar. Esa boca de Mauri, sus labios, su manera de chupar su miembro y los besos que le daba, así como las caricias que le proporcionaba a sus testículos, le hacían sentir estremecer su cuerpo. Los labios de Mónica con los suyos y sus dedos dentro de ese potito, que ya quería tener de otra forma, agrandaban su placer. Los senos de María Jesús en su espalda. Sus besos y caricias hicieron lo suyo. Don se contrajo en un momento y eyaculó de tal forma que Mauri tuvo que empeñarse en beber rápidamente esos jugos para no perder nada de lo que le ofrecía su amante. Luego de beber cambio de lugar con Mónica besando ahora a Don mientras que Mónica le chupaba su miembro para no dejarlo decrecer. Don sintió entre sus labios parte de sus propios jugos y sus dedos buscaron ahora el potito de Mauri. Esta con ganas abrió sus piernas para que los dedos se introdujeran más. Tres de ellos se metieron hasta el fondo en su potito mientras el pulgar lo sintió introducirse en su vagina. Don movió los dedos de un lado para el otro haciendo que Mauri sintiera nuevamente otro orgasmo. Maria Jesús detuvo sus caricias y echó en la cama a Don. Mónica seguía arrodillada entre las piernas de su amante chupando una y otra vez ese delicioso y grueso consolador. Mauri se acomodó para no perder esos dedos que le daban placer y Maria Jesús puso su vagina en la boca de Don para que este la chupara a su gusto.
Estaban en esa posición cuando hicieron su aparición los dos perros de Marie, Toledo y Vargas Llosa. Ambos se acercaron a Mónica quien estaba arrodillada frente a Don presentando los glúteos y su potito a los ansiosos canes. Mónica succionaba y tomaba los testículos de Don gozando de su actuación. De pronto sintió como “alguien” hurgaba en su trasero. De reojo vio a los perros y prefirió no verlos y seguir disfrutando con su amado. La lengua de Toledo se movía en el potito de Mónica, lleno ya de sus dulzones líquidos. Cada lamida del animal era un grito interior de Mónica. El otro can puso sus patas encima de su espalda e inicio una serie de movimientos dejándole ver a Mónica como le crecía su miembro. Los perros pastor eran enormes por raza y por la alimentación y cuidados que tenían. El miembro que Mónica vio también era enorme. María Jesús notó como los perros jugaban con su amiga y llamó a uno de los canes quien se subió a la cama a su lado. Ella estaba gozando de las chupadas de Don en su vagina. Tomó el miembro del can y lo acarició mas y más viendo como este crecía y engrosaba. Mauri entendió lo que su amiga hacia y se acomodó presentando su potito al animal. Este lo olía y se deleito con esos jugos también dulzones. María Jesús dentro de su deleite ayudo a su amiga poniéndole la camisa de Don en su espalda para que el perro no la arañara. El perro entendió el mensaje, se trepó en la espalda de Mauri e inicio sus movimientos de mete y saca procurando encontrar el huequito de Mauri. Lo halló rápidamente. Mauri sentía como el animal metía y sacaba su miembro procurándole unas sacudidas increíbles. Maria Jesús tuvo le delicadeza de retirar su vagina de la boca de su amante para que Mauri lo besara con pasión y sintiera sus caricias. Al mismo tiempo se acercó al perro y le controló los testículos y algo que ella sabia no debería ingresar en el potito de Mauri pues resultaría difícil sacarlo luego. Mauri se movía como poseída. Mónica seguía sintiendo los lenguazos del otro can y también sintió su orgasmo venir. El perro llenó el potito de Mauri con sus calientes líquidos mientras esta gritaba de placer entre besos de Don. Mónica seguía con el miembro de este en su boca. De pronto Don le brindó también a ella esos líquidos tan añorados. Mónica los bebió todos.
María Jesús había sido testigo de los orgasmos de sus amigas y la participación de los perros de Marie. Se sentaron encima de la cama acariciándose todos. Mónica llevó a los perros fuera de la habitación y cerró la puerta. En la cama Don descansaba de las caricias de sus amantes. Mónica susurró al oído a Mauri que Maria Jesús no había sentido lo que ellas. Así que le dijeron a Don que era el turno de su amiga. Tomaron unos cojines del sofá y lo clocaron encima de la cama. Maria Jesús fue echada encima de estos cojines cara arriba. Tomaron sus piernas y las doblaron haciendo que chocaran sus rodillas con sus hombros. La posición le brindaba a todos un espectáculo increíble de su vagina y potito. Dijeron a Don que se parara encima de la cama, abriera las piernas y se colocara de espaldas a Maria Jesús su miembro debía de ingresar en la vagina de esta manteniéndole la posición. Para facilitar la penetración de Don, Mónica se puso delante de este y le procuró apoyo. Don lo hizo y con la ayuda de sus manos introdujo su miembro enorme dentro de la vagina de Maria Jesús. Esta sintió el miembro totalmente dentro. La posición hizo que los movimientos de Don lograran su efecto en Maria Jesús. Esta chillo decenas de veces con cada ingreso. Deseó que no acabara nunca aquel placer que sentía. Don le propiciaba caricias a sus glúteos mientras que sus dedos penetraban su potito. Lo veía. Primero fue uno, luego dos, luego tres, luego los tres de la otra mano. Maria Jesús chillo nuevamente de placer y dolor. Sintió su ano romperse mas pero el placer fue enorme y superior al dolor. Mónica ayudaba a Don a mantener el equilibrio mientras que Mauri se había acercado a la cara de Maria Jesús y le presentaba su vagina para que se deleitara con ella. Maria Jesús, mientras sentía el placer y la mezcla de dolor, correspondió al ofrecimiento de Mauri y beso su vagina introduciendo rítmicamente su lengua. Cuando sintió su primer orgasmo en esa posición Mauri también sintió el suyo Siguió jugando con su lengua. El miembro de Don no parecía querer acabar nunca. Se metía y salía una y otra vez hasta que Maria Jesús sintió que los jugos de su amado la llenaban tremendamente. Mauri sintió ese momento y volvió a brindarle los propios a Maria Jesús. Mónica mientras tanto tomo de la cara a Don y lo beso. Nuevamente sus lenguas se unieron en una. Don termino con una sacudida tremenda. Retiro luego de un momento su miembro de la vagina de Maria Jesús y sus dedos de su potito. Acomodaron a Maria Jesús al lado de los cojines y los cuatro se echaron juntos abrazándose. Tiernamente.
Cerca, Vany daba rienda suelta a su ingenio para satisfacer a sus amigas. Marie se encontró en una posición similar a la que estuvo Maria Jesús. Encima de la cama sobre tres cojines. Pero ella estaba boca abajo. Sus piernas casi estaban al ras de la cama permitiendo que Vany se mantuviera de pie en la ejecución de su juego sexual. Patricia se colocó frente a Marie brindando su vagina para que la besara su amiga. Esta en un principio se acomodo colocando los codos en la cama y atrayendo a Patricia para que abriera mas las piernas y poder introducir su lengua en las profundidades de su ser. Mientras lo hacia, Patricia gemía y veía los arreglos de Vany. Este había sacado de su saco una cajita con un vibrador doble. Lo lubricó adecuadamente con una vaselina que venia en dicha caja y se acercó por detrás a Marie. Esta estaba extasiada con su amiga y no supo que pasaba hasta que Vany inició sus caricias y besos. Empezó por las piernas de Marie para luego subir a sus muslos. Se deleito con su entrepierna y notó como Marie gozaba con sus besos y caricias. De pronto introdujo sus dedos en el potito de Marie. Esta resoplaba de dicha. La otra mano hurgaba en el agujero de su vagina sintiendo también dos dedos dentro de ella. Poco a poco Marie inicio el movimiento de su vientre y caderas como respuesta a tales caricias. Vany aprovecho esos movimientos para introducir la parte más delgada de su larguísimo vibrador (delgada es un decir) en el potito de Marie. Ésta, al principio, pareció no saber lo que pasaba. Pero luego supo que un miembro se había metido dentro de ella. Se movió con más ritmo. Su cadera se movía haciendo que sus músculos succionaran literalmente al “miembro “ que tenia dentro. La sorpresa llegó cuando Vany tomo el otro extremo del vibrador (el más grueso) y poco a poco lo fue introduciendo en su vagina. Marie saltó, vibró y su cuerpo reclamó sus derechos. No entendía como es que se metía por sus dos agujeros el miembro de Vany. De pronto Este activó un primer botón que se hallaba en el centro del vibrador. Este comenzó a moverse con ritmo haciendo que la vagina de Marie sintiera el placer más delicioso del día. Su potito se deleito asimismo. Vany activo el segundo y casi de inmediato el tercer botón. Marie sintió la vibración, era tremenda. Sentía como ese miembro de movía dentro de ella haciéndole gozar profundamente.
Vany se deleitaba con Marie y veía como esta aprovechaba su gozo para mover su lengua en la vagina de Patricia y hacer que esta también gozara. Movió los demás botones, el cuarto, el quinto, sexto y llego al décimo. Mientras que pasaba de uno a otra velocidad el vibrador causo tales orgasmos en Marie que esta sacudió todo su cuerpo gritando fuertemente. Vany se aproximo entonces a Patricia, la retiro de donde estaba y la coloco de rodillas dando la cara a la cara de Marie. Ambas se encontraron y entre el deleite de una y la expectativa de la otra unieron sus labios y se besaron acariciándose los rostros. El vibrador se mantuvo dentro de los agujeros de Marie gracias a unos sujetadores con pega-pega que habia colocado Vany. Este luego de colocar a Patricia de rodillas se puso detrás de ella e introdujo su enorme miembro en su vagina. Patricia sintió los movimientos de Vany y ayudo para sentir el placer que ambos deseaban. El mete y saca fue tremendo. El aparato hacia lo suyo y seguía vibrando regularmente dentro de Marie. Vibraba unos tres minutos y luego disminuía el ritmo al mínimo permitiéndole un descanso. Luego automáticamente cambiaba de velocidad para volver a la máxima activada manualmente. Ello permitió que Marie descansara entre estampidas de sus jugos… que fueron numerosos,
Vany sintió que los suyos también reclamaban libertad e hizo que Patricia se pegara mas al tomarle de sus caderas y jalarla literalmente, uniendo su cuerpo al suyo. Vany eyaculó y Patricia hizo lo mismo. Una exactitud y deleite sincronizado que puso a Patricia en éxtasis. Vany no deseaba acabar todavía sus juegos amorosos. Casi en el instante de acabar en la vagina de su amante Vany sacó su miembro y de un solo golpe lo introdujo en el potito de Patricia. Esta grito de dolor. Se sintió el grito en casi toda la casa. Pero el placer fue mayor. Vany metía y sacaba ese enorme miembro procurando que Patricia volviera a sentir otro orgasmo delicioso. Súbitamente lo saco del potito y lo introdujo nuevamente en la vagina prosiguiendo el mete y saca. Lo saco al minuto de ahí y nuevamente el potito. Patricia ya no sabía si lo que sentía era dolor o placer. Supo que era placer pues en esos múltiples mete y saca de un agujero a otro sintió numerosos orgasmos. El dolor paso dando lugar al deleite más hermoso que hubiera tenido. Marie por su parte sentía ese miembro incansable y sus orgasmos se hacia notar cuando besaba a Patricia y acariciaba sus senos.
Los tres culminaron sus caricias exhaustas. Se juntaron en la cama sacando los cojines. Juntando sus cuerpos y acariciándose entre besos de uno u otro. Patricia era la más feliz. Fue su primera vez por atrás. Sentía que su potito estaba roto pero no le importaba. Veía a su amiga con deleite, le sonreía como agradeciéndole los momentos que le había proporcionado. Vany se sintió en las nubes. Tendría mucho que contar a sus amigos en Finlandia. Sabía que algún día volvería. Pero ya no solo. Traería a su mujer con el. La mañana se presentó para ambos grupos como relajante. Sus cuerpos habían estado jugando con el sexo de una y mil formas. Estaban cansados. Maria Jesús, Don, Mónica y Mauri, luego de extenuantes encuentros. Se levantaron y salieron desnudos del dormitorio en búsqueda de sus amigos. Los encontraron echados unos detrás del otro, Vany en el centro. Desnudos. El aroma del dormitorio era el mismo que el que habían dejado ellos en el suyo. Olor a sexo. Fuerte olor a sexo. Los vieron y acercándose se acomodaron a su lado.
Despertaron unas horas después. Poco a poco el cansancio se alejaba de los jóvenes para dar rienda suelta a nuevos encuentros. Vany acariciaba a Patricia entre el conglomerado de piernas. Don lo vio y acercándose a ella la beso. Patricia, realmente más joven que sus amigas, correspondió a esos besos. Miro a Marie y esta le sonrió como aprobando lo que iba a hacer. Marie, María Jesús, Mauri y Mónica (Las Mosqueteras) salieron del cuarto dejando a los jóvenes dar rienda suelta a sus instintos. Al cerrar la puerta del cuarto Maria Jesús vio a Patricia, casi de la misma edad que su Karla (pese a que había una deferencia de casi 10 años)… y la recordó. “Voy a llamarla”, se dijo. Patricia se quedo con ambos finlandeses disfrutando de sus caricias, besos y demás….
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