Me coji al chico nuevo de la oficina
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Hola, mi nombre es Guadalupe y soy de Veracruz, quiero compartir una anécdota sexual acerca de cómo le fui infiel a mi pareja con un compañero de trabajo.
Soy de piel blanca, cabello castaño, mido 1.70 tengo 36 años, senos no enormes, pero de buen tamaño y firmes, y buenas nalgas, sin un solo rastro de celulitis, tersas, hago ejercicio, tengo buenas piernas, me mantengo delgada y de vientre plano, mis ojos son cafés, digamos que soy un poquito narizona, eso no me agrada mucho de mí pero en general me considero una mujer atractiva.
En aquellos días mi novio José me había descuidado mucho…lo reconoceré, él estaba casado, pero en proceso de divorcio, aunque lo había notado algo indiferente conmigo, él era muy mujeriego y ya sospechaba que o quería volver con su esposa o ya estaba engañándome con otra, en fin.
Trabajo en una dependencia del gobierno y fue cuando Daniel entro a la oficina, suelo ser algo amiguera y pronto hicimos amistad, al principio algo normal, en una ocasión fue su cumpleaños y como no tenía nada planeado fuimos a un lugar a tomar unas cervezas, solos él y yo, y cuando me di cuenta ya estaba contándole mis penas y el sufrimiento que José me causaba, seguramente fue la influencia del alcohol pero entre bromas y risas nos dimos un pequeño beso en la boca….ninguno de los dos dijo nada y lo dejamos pasar.
Continuamos saliendo a beber con más frecuencia, yo me acababa de mudar a vivir sola y en mi casa había muy pocos muebles, básicamente en la sala no había nada, solo mi habitación estaba poco amueblada, con una cómoda, un ropero y mi cama matrimonial, así que cuando bebíamos nos quedábamos mejor en el interior de su auto y ahí nos tomábamos una botella de whisky….y ahí empezó todo.
Trato de besarme, al principio yo lo esquive levemente, soltando una risita, pero a su siguiente intento le correspondí, nos comíamos a besos el uno al otro, rápidamente empezó a manosearme y meter su mano bajo mi blusa y a tocar mis muslos…
-“ Daniel, pareces pulpo”- le dije, y aproveche para tomar aliento y continuar besándolo en la boca y el cuello, estaba desatada y ávida de caricias, yo traía puesta una falda de mezclilla esa noche y sentí su mano meterse debajo de ella hacia mi entrepierna y lo detuve, me remordía la conciencia por José, lo quería y no estaba dispuesta a serle infiel.. aunque creo que ya era tarde para eso, no lo deje meterme la mano entre las piernas y que sintiera la humedad que ya empezaba a inundarme, así que me monte sobre el en el asiento del coche y continúe besándolo, el tocaba y apretaba mis tetas por debajo de mi blusa…pero me detuve…le dije que en qué momento habíamos llegado a esto y que éramos buenos amigos para arruinarlo así.
Nos calmamos y aunque parezca increíble el entendió mi postura, sin embargo hubo un problema, trato de encender su coche y no lo logro, al parecer se había bajado la batería al tener encendido el estéreo sin el motor por mucho tiempo.
Le dije que por la mañana vendría mi hermano por mí para irnos a pasar el fin de semana al pueblo de donde soy originaria y que él podría pasarle corriente, y que entonces pasáramos adentro de la casa para esperar el amanecer….que conveniente.
Saque unas cervezas del congelador y seguimos bebiendo, no pude evitarlo, los besos continuaron, yo no estaba ebria, lo juro, y el tampoco, pero no sé en que momento dejamos las bebidas y yo subí a mi habitación, obviamente el me siguió, pero le dije que ya era hora de ir a dormir, él se recostó en mi cama, y yo me fui a cambiar, me puse un conjunto de calzón y brassiere en color rojo, y un baby doll del mismo color…y las palabras sobraron entre nosotros.
Al carajo con José, Daniel me gustaba y me lo iba a dar aquí y ahora, me acosté a su lado y continuamos besándonos, el comenzó a desvestirse y a pasar sus manos por todo mi cuerpo, diciéndome lo mucho que le gustaba y me deseaba desde que me conoció, yo correspondía a todas sus caricias, hasta que le pregunte: “¿traes condones?”
Dijo que no…
Trato de convencerme de que estaba sano y de que todo estaría bien, pero ¿cómo era posible que no viniera preparado? Era un chico 6 años menor que yo, pero esto si no me lo esperaba…así que le dije que le daba la oportunidad de conseguirlos, sin gorrito no hay fiesta.
“El carro no enciende”- me dijo.
“Inténtalo”- le conteste.
“¿ Cómo se que después me dejaras entrar?” me pregunto.
“Llévatelas”-le conteste mientras le entregaba las llaves de mi casa.
Y se fue, supongo que rezando para que su carro encendiera y no perderse la oportunidad de echar un palo conmigo, y tuvo suerte, porque desde adentro escuche el vehículo encenderse y a Daniel irse a buscar condones….
Me acosté boca abajo y me dispuse a esperarlo, lo oí entrar, subir las escaleras, y luego como se desvestía a un lado de la cama, no me dijo nada, solo empezó a tocarme y a darme besos en el cuello, me voltee y me deshice del baby doll, él se puso encima de mí solo en bóxer y continuo besándome con frenesí, me incorpore un poco y me quite el sostén, dejando mis blancos pechos al descubierto para él, con mis pezones rosados y ya duros de excitación, el comenzó a lamerlos y a chuparlos como si fuera un bebe, también pasaba la lengua por mi abdomen plano, mi ombligo, yo soltaba risitas y gemidos porque me hacía cosquillas, y fue cuando de nuevo tuve más remordimientos…por mi querido José, que seguramente me hacía dormida profundamente mientras yo estaba a punto de dejar que otro hombre me poseyera…Daniel trato de bajarme el calzón, pero mis remordimientos se lo impidieron, aunque eso no fue problema para él, ya que solo hizo a un lado la parte frontal de la minúscula prenda y tuvo acceso a mi panocha, blanca, recién depilada y húmeda, y comenzó a lamerla, a meter su lengua buscando mi clítoris, trate de resistirme pero no pude más…
Yo misma me despoje del calzón rojo que cayó al piso, abrí mis piernas y deje que Daniel se diera vuelo con mi cuca, lamiéndome mientras yo acariciaba su cabello y me dejaba llevar por la pasión, completamente desnuda, solo para él, escuchando el ruido del chupeteo, dejo de trabajar mi cuca y nuevamente paso por mi vientre y mis tetas, yo me di la vuelta y el acaricio, beso y lamio mis nalgas, deliciosas, suaves e inmaculadas.
Era mi turno, así que él se tumbó y yo le quite el boxer…y cual va siendo mi sorpresa, mi compañerito de trabajo estaba muy bien dotado…lo diré: su pito era más grande que el de José, quede muy complacida y comencé a acariciarlo, se erecto por completo en su máximo tamaño, su glande ya supuraba lubricante, y lo introduje todo en mi boca, iniciando una rica sesión de sexo oral para él, pude sentir como creció un poco más dentro de mi boca…
Después hice algo que no hacía desde mis días de preparatoria…tome el preservativo, lo saque de su envoltura y se lo puse usando mi boca, fue un poco difícil ya que hace mucho que no lo hacía y el condón quedo justo al tamaño de Dani, termine de ajustarlo con la mano, lo bese en los labios, me recosté y separe de nuevo las piernas para recibirlo…
Y así fue como me penetro, encima de mí, me dejo ir toda su verga de un empujón, se acomodó y comenzó a empujar con la cadera lento y luego aumentando el ritmo, la cama rechinaba y yo solo gemía de placer , estaba siendo dominada y cogida por el chico nuevo de la oficina, José desapareció de mis pensamientos, solo estaba Daniel y su verga dentro de mí, haciéndome suya, un gemido casi gutural fue el anuncio de que mi compañero había alcanzado el clímax, por un momento me arrepentí de haberlo obligado a usar condón, me hubiera encantado sentir ese trozo de carne a pelo y los chorros de esperma dentro de mi cueva, pero un embarazo hubiera sido algo catastrófico para mí.
Daniel aún se encontraba durísimo a pesar de haberse corrido, así que cambiamos de pose y ahora yo me monte sobre él, y comencé a cabalgarlo suavemente, podía sentir su verga cubierta de látex golpeando mi clítoris, le aplique un movimiento cubano llamado la licuadora que consiste en movimientos circulares con la cadera, después pase de nuevo a arriba y abajo cada vez más duro, hasta que también llegue al orgasmo, di un gritito bajo…Dios creo que hasta solté un chorrito de orina.
Nos relajamos, yo me quede encima de el unos minutos mas, lo bese y le dije que había estado muy rico todo, pero ya había amanecido y tenía que irse, su carro ya no tenía problema y yo quería dormir un poco antes de que llegara mi hermano. Daniel se levantó y fue al baño, se quitó el condón cargadísimo de esperma y lo tiro a la basura, después comenzó a vestirse.
Nos despedimos con dulces besos y se fue, nadie jamás supo de nuestros encuentros y es un lindo y sensual recuerdo que atesoro con mucho cariño.