Más de uno… (transporte público)

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Como lo habrán notado en mi primer relato me gustan las experiencias en el transporte público con desconocidos, ¿Porqué? Bueno es excitante pensar en que puedo ser descubierta, el nulo compromiso con mis acompañantes, la adrenalina que se siente es increíble y la humedad de mi vagina dura todo el día.

Así que la mayor parte de mis relatos tendrán el mismo tema (en su mayoría son cosas que he experimentado con un toque mayor de erotismo), subiré también algunas de mis fantasías

Rutina, rutina, rutina…

Todos los días son exactamente igual, despertarme, bañarme y salir corriendo para llegar a tiempo

En uno de esos días en los que no tengo ganas de ningún delicioso juego sexual, pareciera que la vida se empeña en decirme que esto es lo mío y que nada de malo hay en gozar el camino al trabajo.

De nuevo aquí esperando el metro con el andén lleno pensando en todo menos en lo que iba a suceder, ¿quien rozó mi trasero? Creo que tantas experiencias me están volviendo loca es lógico que con tanta gente me rocen sin otra intensión pienso y no le presto atención, pero es algo insistente y ni siquiera me he subido al metro, volteo con el mayor disimulo posible y veo a un hombre tendrá 35 años por mucho, rapado y de cuerpo interesante, él al percatarse que lo observo se acerca más a mi y respira en mi oído pfff eso hace reaccionar de inmediato mi clítoris y siento como empieza a hincharse. Al fin llega el metro y claro al haberse tardado tanto no sólo adentro esta lleno, también el andén escupe gente a diestra y siniestra, claro este sensual macho bufa cual toro al saber que será un viaje de lo más rico, nos subimos con complicaciones pero sin separarnos quedamos en la parte media del vagón” sin tener de dónde agarrarnos”

Que delicia!! su pene queda a la altura de mi vagina y comienza el movimiento circular de su pelvis ufff el placer es tan grande que mi reacción inmediata fue abrir un poco las piernas (con cierta dificultad pues está toda lleno) para poder recibir esa dura verga que presiona con fuerza como si de una penetración real se tratara.

El metro sigue su curso normal de forma lenta por la hora, en sus ojos veo que quiere más, no está conforme con sentir mi palpitante clítoris por encima de la ropa, en un rápido movimiento saca de su pantalón ese falo duro como piedra, lo deposita en mi mano, mientras la suya abre el cierre de mi pantalón para poder introducir sus dedos, esos dedos que de inicio juegan por encima de mi ropa interior como si presionara un botón eso me moja aun más, tanto que no había percibido que había alguien detrás de mi sobando mis nalgas, presionando con el dedo medio como si buscará penetrarme por atrás, estoy tan excitada que masturbo con rapidez y deseo a mi amante a lo que el responde con una rica pero fuerte penetración, el hombre que tengo atrás al sentir que saco el trasero interpreta que le doy permiso a lo que se le antoje así que soba y pellizca con rudeza mis rosados glúteos.

Sevilla no!!! Tengo que bajar del metro y dejar mi aventura del día…

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