Los travestis de Insurgentes follan como locas

📋 Lecturas: ️
⏰ Tiempo estimado de lectura: min.

Eran mis días de estudiante, cursaba la carrera de leyes y al regresar por las noches a mi casa en el Pedregal de San Angel solía irme por el periférico, pero una noche me fui por Insurgentes Sur y al llegar al teatro de los Insurgentes, en Barranca del Muerto e Insurgentes, vi unas chicas guapísimas, además de tener un cuerpo enloquecedor. No pude evitarlo y di la vuelta a la manzana para verlas de nuevo, eran cuatro y todas muy bellas pero ya no estaban. Esa noche no pude dormir pensando en ellas hasta que me masturbe varias veces y me venció el cansancio, pero decidí que mi nuevo camino sería por Insurgentes a partir de ese día.

Todos los días pasaba y me deleitaba viéndolas, había algunas nuevas, pero había una morena de ojos verdes con unas tetas maravillosas, que medía más de 1.80 mts de estatura y siempre vestía unos pantalones de likra entalladísimos que no dejaban nada a la imaginación. Ya llevaba unos meses pasando por ahí cuando una noche me quede con unos compañeros bebiendo unas copas y se me hizo un poco tarde y pasé ya a altas horas de la noche, decidí irme por Insurgentes a ver si estaban las bellezas y mi sorpresa fue que ya no estaban, mi curiosidad me hizo dar una vuelta y me tocó el alto en la esquina donde se paraban, pero no se veía ni un alma, triste por no haberlas visto, pero dos cuadras mas adelante, en un semáforo vi una persona que se escondía en una esquina, salió y era ella, la mas alta que se me acerco y me pidió que la llevara, a lo cual acepté gustoso, pero no sé de donde salieron otras dos, y se subieron a mi carro. Ya arriba, me dijeron que me diera vuelta porque una patrulla las estaba buscando y las quería levantar. Yo les pregunté si habían hecho algo malo para que las buscara la policía y me dijeron que eran prostitutas y no las dejaban trabajar o les quitaban su dinero, que ya se habían llevado a varias y que las estaban buscando a ellas, por eso ya se iban a quitar, pero me preguntaron que qué hacia yo a esas horas que si estaba buscando algo?, a lo que les respondí que no, que iba de regreso a mi casa y que ya las había visto otras veces y me gustaba verlas.

Alejandra que iba atrás me dijo que si nada mas quería ver, que si no quería “algo más” con un tono extraño, se sonrieron y me dijeron que si las podía llevar a la colonia San Rafael, a lo cual les dije que era muy lejos y ya no podía. Entonces “Vanesa” que era la belleza escultural me dijo con una voz ronca pero muy sensual, si nos llevas te vamos a pagar con un servicio entre las tres, y me agarró la verga sobre el pantalón, yo no lo podía creer y no me pude resistir, la tercera “Fanny” era la más baja de estatura, y era muy morena, me dijo que era de Veracruz y que yo le gustaba mucho.

Llegamos a San Rafael y entramos a un edificio y a un departamento en el tercer piso, había otras personas y me dijeron pasa, te va a gustar, ellas saludaron y yo las seguí hasta una recamara donde había una cama matrimonial, ya se me había bajado la erección pero Vanesa me empezó a sobar la verga de nuevo y me dijo, desvístete, es mejor, Alejandra y Fanny se habían salido y estábamos solos, ella me dijo, que, no quieres que te pague? y me comenzó a chupar la verga de una manera extraordinaria, se quitó la blusa y me dijo agarrame las tetas que me encanta, quieres ver más, o me la quieres meter, la tienes riquísima. Yo le dije que se denudara, apago la luz, y se quito la ropa menos unas medias negras que le llegaban a medio muslo y la hacían ver muy sensual, en eso se volteo y le vi el pene, y me dijo o quieres esto?, yo ya estaba a mil y aunque nunca había estado cerca de uno que no fuera el mío, no me importo, para mí ella era una mujer bellísima y yo le quería meter la verga en ese redondo trasero que me hacía enloquecer.

Mi erección ya estaba por los 18 cms. pero la tenía durísima y algo tenía que hacer, así que le dije que se pusiera en cuatro patas que la iba a culear y me dijo que no tan rápido que tenía que preparar ya que si no la iba a lastimar, que le metiera un dedo y le diera vueltas y le sobara su culito para que se relajara y me pudiera aguantar, en eso entró Fanny y dijo, veo que ya empezó la fiesta y yo quiero participar, ella era la menos guapa, pero se desvistió y me mostró un pene gigantesco, que en el estado en que me encontraba me excitó aún más y me fui sobre él, lo agarré con las dos manos y no lo abarcaba completamente, ella me dijo te encanta verdad?, ahora vas a ver lo que es gozar, yo le dije que nunca había tocado uno y no sabía si me iba a gustar, ella me dijo que ella se iba a encargar de que me gustara.

Fanny le dio un beso negro a Vanesa que la hizo gemir y me dijo ya esta, metele la verga que esta ardiendo, yo obedecí y le entro de un solo golpe, ella comenzó a moverse hacia atrás y a delante marcando el ritmo, y gimiendo como una puta ardiendo, lo cual me excitó mas, en eso sentí algo caliente en mi ano, era la lengua de Fanny, que me dijo, que buenas nalgas tienes, yo te voy a culear a tí, me asuste pensando que semejante tranca me iba a lastimar, pero me dije, estas preocupado verdad? déjame a mí, el vaivén de Vanesa me iba a hacer estallar, pero los nervios de tener Fanny atrás me paralizaron, en eso entró y me hizo gritar, pero también me hizo empujar hacía adelante, y Vanesa grito así, así más, ella gozaba como loca y le decía a Fanny, se le esta parando más, dale duro, el dolor empezó a convertirse en placer, ahora era yo quien empujaba hacia atrás, y me sorprendía como me cupieron esos 22 cms de riata, además estaba ardiendo, Fanny me jalaba los testículos y no me podía venir, la sensación era enloquecedora, ya no aguantaba más cuando sentí un chorro caliente en mis entrañas, delicioso, luego otro, en eso me soltó los huevos y me comencé a venir como nunca lo había hecho. Cerré los ojos, y me dejé caer a un lado de Vanesa que jadeaba como si hubiera corrido 10 kms., ella me beso como ninguna mujer lo había hecho y me dijo, fue delicioso, pero la siguiente vez te voy a cobrar.

Descansé unos minutos y cuando salí ya no había nadie en la sala, Alejandra no estaba, así que me despedí y me fui a mi casa, pero al sentarme en el asiento del automóvil, sentía el orto un poco dolorido, pero sonreí y me dije esto lo voy a tener que repetir.

Desde entonces, me convertí en un admirador de las Travestís y aunque ya no vivo en el D.F, he encontrado a muchas y hermosas travestís en todas las ciudades a las que he ido, pero de eso les contaré en otra ocasión.

Compartir en tus redes!!