Las procesiones pueden ser placenteras

Era domingo de ramos y la noche anterior habíamos salido mis amigos y yo de fiesta. Ese sábado mi amigo Fran se paro a hablar con una rubia impresionante, tiene 20 años, el culo más perfecto que jamás he visto, las tetas ni son pequeñas ni grandes pero si firmes, además tiene los labios suaves que daba gusto besarlos (esto último lo comprobé mas tarde) yo tengo dos años menos pero de altura soy un poco mas alto yo, tengo los ojos y el pelo negros junto un cuerpo decente.

Cuando Fran termino de hablar con la chica me sorprendí mucho porque los dos se dirigieron hacia mí y cuando llegaron a mi altura Fran me dijo:

– Rafa te voy a presentar a una amiga mía

– De acuerdo – le conteste (como me iba a negar con lo buena que esta).

– Rafa esta es María, María este es Rafa – nos presentó mi amigo.

– Encantado – dije.

– Igualmente – me contestó.

Nos dimos los dos besos de rigor y Fran me dijo que Maria saldría de fiesta con nosotros porque sus amigas no salían y ella tenia ganas de salir. Después de esta conversación nos fuimos de pub en pub a bailar hasta que cuando estábamos bailando llaman a Fran, salimos del pub porque si no, no se oía nada, era el padre de Fran que se había hecho un esguince y necesitaba que alguien le llevara al hospital, y como se iba a negar a llevar a su padre, asi que Fran marcho y María y yo nos quedamos solos:

– Quieres ir para casa? – le pregunté.

– Si te vas tu no me queda mas remedio – contesto ella.

– Yo lo decía por ti – respondí.

– Pues si no te importa me quedo contigo.

No dijimos mas, entramos en el pub más cercano nos bebimos unas copas y seguimos bailando, ella bailaba muy bien y además con el escote que llevaba yo me estaba excitando muchísimo. Al poco tiempo el pincha del pub puso una canción lenta y claro ella y yo bailamos juntos, bien pegaditos y cuando la canción estaba terminando dirigí mi mirada hacia sus tetas la erección se hizo inevitable, yo no sabia donde meterme, por supuesto ella se dió cuenta de mi problema, pero cual fue mi sorpresa que se empezó a reír. Para bailar ella me tenia cogido por el cuello y yo a ella por la cintura, cuando la canción termino yo le solté la cintura pero ella a mi el cuello no y sin decir nada acerco sus labios a los míos fundiéndonos en un beso que duro tres o cuatro minutos, como podréis imaginar mis manos no fueron a la cintura pasaron directamente a su precioso culo.

Cuando nos dejamos de besar no dijimos nada, nos miramos y sonreímos, acto seguido ella me cogió de la mano y yo pensé “Bien me la voy a tirar” pero cual fue mi sorpresa que me sacó del pub y cuando estábamos en la calle me dijo:

– Oye Rafa que me tengo que ir – me dijo.

– Tan pronto? – le pregunte muy sorprendido porque solo eran las dos de la madrugada.

– Si tan pronto mañana me tengo que levantar pronto para ayudar a mi madre en casa. Quieres acompañarme a casa?.

Yo acepte enseguida y sin pensármelo, me cogió de la mano y fuimos hasta su casa sin decir nada, al llegar a la puerta dijo:

– Aquí es, muchas gracias por lo bien que me lo has echo pasar.

– Eso no se agradece, pues nada ya yo tambien me iré para casa, adiós.

– Adiós me respondió ella.

Pero cuando me estaba alejando me llamo, se acerco a mi y agarrandome otra vez por el cuello me dio otro beso yo pensé que esta vez si me la tiraría, pero cuando acabo de darme el beso no dijo nada y se marcho hacia su casa, yo tenia una calentura increíble y tenia unas ganas de cascarme una paja que no podía con ellas, y como yo no me corto un pelo me baje la bragueta allí mismo y me la casque allí, pudiéndome ver ella por la ventana y todo el vecindario, cuando acabe de correrme me limpie y me fui a dormir a casa.

El domingo por la mañana habia procesión y a mi me gusta escuchar a la banda de cornetas y tambores asi que decidí ir. A la media hora de procesión la vi y ella a mi me acerque y le fui a dar dos besos que ella rechazó pero me dió un pico que me supo mejor estuvimos hablando un rato de lo bien que lo pasamos ayer y de repente ella me suelta:

– Anoche te vi en mi calle pero no me atreví a bajar por si me veía alguien.

– Pues fue peor para los dos.

Esta es una procesión donde se va andando a la vez que el paso y en una de las veces que se paro para que un grupo de señoras le cantara una canción me puse detrás de ella y la agarre por la cintura a lo que ella respondió girando el cuello y dándome otro pico, como la canción era muy larga y yo me estaba aburriendo me puse delante de ella la agarre por el culo y nos dimos otro beso.

Acabo la procesión y la lleve a mi casa donde no habia nadie y sin dirigirnos la palabra comenzamos a desnudarnos en el salón ella jugaba con mi miembro y yo mordisqueaba sus pechos. Cuando estábamos completamente desnudos, se agachó y comenzó una mamada que no termino hasta que me corrí en su cara, Después hice que se sentara en el sillón con las piernas abiertas y le metí mi lengua todo lo que pude mi lengua entraba y salía solo y su chocho no aguantaba ese ritmo asi que ella no tardo mucho en correrse en mi boca.

Cuando mi polla se recupero y estaba otra vez muy rígida comencé a penetrarla con le ya conocido por todos mete y saca, cada vez lo hacia más rápido a lo que ella me correspondió con otro orgasmo, yo ya estaba apunto de correrme y se lo dije a ella y me dijo que dentro no, que prefería bebérselo, después de mi segunda corrida nos dimos unos cuantos besos y ella llevo su mano a mi polla y comenzó a pajearme hasta que cogió un volumen considerable entonces me dijo “dame por culo” yo la hice caso al instante e introduje un dedo para comenzar a dilatar cuando este lo hizo comencé a introducir el glande y poco a poco el resto de polla mientras ella gritaba de dolor y placer a la vez, yo metía y sacaba suave para que su culo se acostumbrara a tener mi polla dentro, cuando lo hizo y ella me dijo que ya no le dolía, la penetre hasta correrme y cuando lo hice nos tumbamos en el suelo de lado quedando mi polla todavía dentro de ella y allí permanecimos los dos un buen rato hasta que se dio la vuelta y entonces nos dimos el beso mas largo que me han dado nunca.

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