Las nalgas de mi mujer me hicieron cornudo – I

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Mi nombre es Alejandro. Espero que les guste esta historia que es real y 100% verídica.

Tengo 42 años, 1.70 de estatura, moreno, delgado y originario de la república mexicana. Estoy casado con Andrea de 31 años. Muy bonita, labios redondos, cabello negro y largo, piel trigueña, grandes y hermosos ojos. En cuanto a su figura… tiene unas tetas redonditas y apetecibles, piernas largas y grandes, cinturita, un rico y delicioso trasero con nalgas grandes, redondas, duritas y bien paraditas, las cuales ha trabajado en el gym durante los últimos años, desde que éramos novios era muy flaquita pero conforme fueron pasando los años, note como las nalgas le crecían más y más, sin duda, “ese era el regalo y la herencia de su abuela, la cual también gozaba de esos privilegios” Estoy más que seguro, que soy la envidia de muchos

Por mi parte, siempre eh tenido una inseguridad muy grande respecto al tamaño de mi miembro el cual no mide más de 13 cm, cuando mi esposa Andy me hace sexo oral puedo ver como desaparece todo mi miembro en su boca, y lo mismo pasa en su vagina, para complacerla necesito que mis movimientos sean frenéticos y obviamente esto provoca, que Yo termine antes que ella en muchas ocasiones.

Cierto dia, estuvimos mi esposa y yo solos así que fuimos al centro de la ciudad a dar la vuelta, cenar y comprar algo de ropa. Recuerdo que estábamos viendo los tenis y no se decidía; así que yo fui a echar un vistazo a las demás  tiendas, pues no me quedaba de otra, más que esperar, fui por un helado y vi una “sex shop” y no sé porque me dieron ganas de entrar, observe todo lo que te ofrecían en especial un consolador que era como una funda. Al preguntar el joven que atendía, dijo que era una extensión que sirve para usarlo como condón y que además da al miembro más volumen y tamaño. Entonces lo compre con un conjunto para dama muy sexy. Después nos encontramos y me dijo:

– Ya compré mis tenis para entrenar! ¿Y tú que compraste?

– ¡Una sorpresita para ti!… “pero después te la muestro” ¿Vamos a cenar?

– Si!

Cenamos, conversamos, pasamos un buen rato disfrutando de nuestra compañía, hasta que decidimos que era hora de irnos. Llegando a nuestra casa después de cerrar la puerta, le di un beso y pude sentir como su lengua, me indicaba que mi esposa linda y hermosa, ¡ya venía lista para coger! ¡Nos seguimos besando y yo le apretaba sus nalgotas! Entonces le dije que se pusiera la lencería que le había comprado.

– jajajaja ¡ay Alex te pasas!

Subió a la recamara y yo me puse la extensión que acababa de comprar ¡quedé sorprendido! se veía de grande mi bulto. Mi esposa tardo en salir y ni siquiera sospechaba que mi verga, había crecido descomunalmente, de 12cm a 19cm, me abroché el pantalón e hice un cigarro de marihuana y me dispuse a esperarla.

Cuando Andrea salió de la recamara con el conjunto de lencería… me quede con la boca abierta ¡Se veía hermosa y tambien como una “puta”, una verdadera “puta”!. Bajo las escaleras, con zapatos de tacon y me dijo:

– ¿Como se me ve?

– ¡bien deliciosa mi amor! (dio media vuelta, y vi su “culote” apenas cubierto por la tanga)

Luego en nuestra sala, decidimos ver una película xxx, al mismo tiempo que prendí el cigarro de marihuana. La película trataba de un negro con una vergota y una mujer flaquita que al sentir ese trozo de carne gemía y gritaba como loca. Cabe mencionar que, aunque solo fueron unas fumaditas, sentimos el efecto y con eso nos bastó para desconectarnos de la realidad y enfocarnos en las escenas de la película, su respiración se agito y para desconectarnos más de la realidad con un “juego de roll” le dije:

– Que ricas nalgas tiene “señora”

– gracias, joven.

Le puse mi dedo, en sus labios y comenzó a chuparlo y mamarlo, de espaldas, le bese su cuello, nuca mientras con mis manos acariciaba sus pechos, luego hice su cabello de lado y descendí por su espalda hasta llegar a sus nalgas, sin quitarle la tanga, metí mi cara en medio, con la punta de mi lengua saboreaba toda esa carne, al momento que olía su rico sexo (ella gemía). Para seguir con el juego de roll le dije:

– Oiga señora y nadie viene aquí? ¡no quiero problemas!

– No, hoy estaré solita hasta la madrugada, hazme lo que quieras joven no te preocupes.

Hice la tanga de lado, metí nuevamente mi cara en medio de ese par de nalgas y le lamí el ano con toda mi lengua. Me quite el pantalón y la playera quedándome en bóxer, me puse nuevamente detrás de ella y bese su cuello y por primera vez le di un arrimón con mi verga cubierta por la extensión. ¡Ella no dijo nada! Solo se pegaba a ese gran paquete, mientras yo seguía besando su nuca y cuello al momento que masajeaba su clítoris.

– ¿Le gusta mi pene señora?

– Si!! me gusta!! me encanta tu vergota papi!

– Quieres que te la meta bien rico?

– Si! Dámela toda antes de que llegue mi marido!

Con nuestro nuevo juguete grande y grueso, estábamos solos en nuestra casa jugando a los extraños y cada uno dejaba ir su mente como si se tratase de algo real, ella cerraba sus ojos y con el efecto de la hierba pudo escapar de su realidad y disfrutar.

De espaldas le di un beso apasionado, la puse re perrito en el sofa y me dispuse darle unas ricas chupadas en su conchita mojada, baje por sus nalgas e hice la tanga de lado y pude sentir el dulce y saladito sabor que desprendía, le pasaba mi lengua por todos lados muy despacito y luego subía a su ano, estuve un buen tiempo gozando su conchita y esas pompis que me enloquecen las mordía y besaba, le pasaba mi lengua en su ano y le daba nalgadas. En posición de perrito me dispuse a penetrarla muy lentamente en un principio haciendo movimientos pequeños, y le dije:

– ¿Te gusta mi vergota señora?

– Si me encanta joven!! , me encanta esa vergotaaaa uuufgh

– ¿Te gusta más que la de tu marido?

– mmmm aahh si joven!! La tienes muy grande pero apurate antes de que el regrese ya quiero sentir tu vergotaaa aghhh!!

– Pero esta segura que ahorita no viene su esposo?

– haaay No!!! No viene! ¡Fue a trabajar y sale mas noche! Ya dámela por favor joven ya métemela papiii

– Segura?

– si joven, no viene, estoy segura! papito métemela toda bien rico, ¡¡coogeme!! Mmmmm uuufghh

Cuando se la metí toda y comencé a moverme lentamente, fui subiendo poco a poco la intensidad de mis embestidas, pude escuchar por primera vez unos gemidos distintos que me volvieron loco me encanto como se quejaba de placer, vi como apretaba el sillon con sus uñas disfrutando como nunca, empezó a gritar de placer y decía

– que rico papi así así… aggh aghhh mmmm…. métemela no pares!!! Dame toda tu vergaaa ohhh!!

Fueron pocos los minutos que pasaron cuando saque mi pene de su conchita y se lo puse en su boca para que mamara y después le metí otra vez la vergota pero ahora de frente y le provocaba un primer squirt, después fue otro, y otro y otro, hasta que sentí que ya no aguante y me salí para quitarme la extensión y darle mi semen en su boquita el cual saboreo como si se tratase de una paleta mmmmm.

Ese día quedamos super cansados y nos dormimos abrazados.

Después de esa noche, mi esposa y yo nos volvimos más abiertos en el sexo, cada que podíamos dábamos rienda suelta a nuestro placer, las fantasías y jugar a los juegos de roll fueron parte de nuestra esencia, los juguetes de la sex shop que adquirimos se convirtieron en nuestros cómplices de noches de locura y placer. Se podría decir que experimentamos casi todo lo que los esposos pueden probar.

Por otro lado, gracias al gym y después de varios años se fue poniendo más y más nalgona, el ejercicio dio grandes resultados y esas pompis comenzaron a moldearse de una forma tan hermosa que a donde quiera que íbamos, siempre llamaba la atención de los hombres y muchas veces vi a más de uno, mirándola y comiéndosela con la mirada.

Un día sin querer le dije:

– Oye amor porque siempre en el gimnasio solo usas ropa floja?.

– Pues si me visto así, es porque luego hay hombres muy groseros.

– Tú no te fijes en eso amor, no te estoy diciendo que te vistas como una piruja, solo que si me gustaría, ¡que la ropa que usas este un poco más pegadita me encantaría verte con ropa sexy cuando regresas de entrenar.

– Pues un día acompáñame cuando me valla a comprar ropa y me dices cual te gustaría que me compre, va?

– sí!

Y así pasó, ahora cada que íbamos de compras yo la acompañaba a comprarse ropa, prendas de calidad, que hacían verse de forma educada y al mismo tiempo que marcaran esas curvas, ropa deportiva con la que pudiera ir al gimnasio y ella se sintiera más bonita y sexy. Los resultados fueron: que muchos hombres se volvieron super educados con ella, sobre todo el instructor del gimnasio (Roberto).

Una ocasión que llovía muy fuerte, le llame para decirle que me quedaría más tiempo a trabajar en la oficina y que no podría ir por ella al gym, como normalmente lo hacía.

– ¿Y ahora como le hago para irme? Está lloviendo muy fuerte (dijo ella).

Le dije que pidiera de favor a su instructor, si la llevaba a casa y que yo le pagaba la gasolina.

– ok

Al poco tiempo sonó mi celular y era mi esposa comentándome lo siguiente.

– Oye dice Robert (el instructor) que si me lleva pero que espere a que cierre el gym.

– Ok amor te veo más tarde.

El gym lo cerraban a las 10 pm normalmente, para ese entonces ya pasaban de la 9 pm

Enseguida, me llego un mensaje de mi jefe que decía… “Ya vete a descansar, mañana le seguimos”. Así que arranqué el coche y me fui al gimnasio para caerle de sorpresa a mi amor.

Cuando llegue eran las 9:30, me sorprendí al ver que el gym ya estaba cerrado y solo estaba el coche de Roberto, pensé que seguramente acababan de cerrar y ya no tardarían en salir. Le marque al celular para ver que me decía.

– Bueno?

– Hola amor que haces?

– Estoy en el gym esperando a que cierren y tú?

– Ahhh; pues aquí en el trabajo aun (así le dije para ver que me decía)

– Órale amor, cuando valla para la casa te aviso ¿vale?

– Si amor.

Espere y espere, desde las 9:30 y hasta las 10:15 pero no salieron. Nuevamente le llame…

– Bueno?

– Que paso amor como vas?

– justamente está casi cerrando Robert y ya voy para la casa.

– Ok amor yo también ya voy para allá

– si amor.

Pasaron todavía 10 minutos más eran ya las 10:25 y observe cuando salieron del gimnasio, lo más extraño es que solo salieron ellos. ¿yo me preguntaba que tanto habían hecho los dos solitos dentro del gimnasio que estaba cerrado desde hace más de una hora? Vi como ella se subió rápidamente al coche mientras Roberto le cerraba la puerta del coche. Por la lluvia, no notaron que yo estaba a lo lejos, observando “todo parecía normal”. ¡Pero yo por dentro sentía celos y coraje! Mientras nuevamente me preguntaba “¿Porque tardaron tanto en salir?”

Después, sonó mi celular.

– Bueno!!

– Hola amor ya voy para la casa.

– Si amor está bien; con cuidado.

– Si amor!

– Dile a Roberto que no se valla a ir que me espere para darle lo de la gasolina.

– Si amor yo le digo!

Los seguí con mi coche hasta nuestra casa, todo seguía “normal”, doblaron la calle para llegar al domicilio, Roberto estaciono el coche justo fuera de la puerta de mi casa y mi esposa se bajó, se despidió con la mano y saco las llaves para abrir la casa. Entonces llegué y ella dijo…

– ¡Mira ya llego!

¡Me baje y salude a Roberto y le di las Gracias por ayudarnos! Él me dijo, que no me preocupara, que tampoco le pagara la gasolina. ¡Se despidió muy gentilmente y se fue! Entrando a mi casa, saludé a mi esposa y le di un beso, me dijo ¡que se sentía muy sudada, que se iba a enjuagar el cuerpo antes de cenar! Entro al baño, se quitó la ropa y comenzó a bañarse. Yo aproveche para entrar al baño con el pretexto de lavarme los dientes y salir de mis dudas. Entré, ella tenía la cortina de la regadera, no me podía ver, voltee y vi su pantalón y su tanga en el bote de la ropa sucia, lo tome en una pequeña fracción de minuto, lo mire y me di cuenta que la tanga negra, estaba empapada. Me fui de nuevo a la recamara y la cabeza me daba vueltas, no podía estar tranquilo.

Salió del baño, después entre yo y nuevamente vi su tanga mojada, la olí, me di cuenta que ese líquido que venía de su vagina era como cuando tiene un squirt, entonces con mi lengua chupe la tanga y me di cuenta que era salado, transparente y me sabia como cuando yo le hacía sexo oral, Sali del baño apague las luces.Yo sentía celos y tenía ganas de reclamarle, pero al poco rato me tranquilice,

Al estar solos en nuestra recamara no sé porque se me empezó a poner dura la verga al imaginar cómo se la cogía su instructor, así que por el coraje o la excitación me levanté y fui al baño a masturbarme, mientras imaginaba como el instructor se la cogía y no tarde mucho en venirme.

Al otro día en mi trabajo, ya con más calma y la mente despejada pensé “No debería enojarme, todos sabemos que una mujer hermosa siempre va a tener quien se la quiera follar. Además, yo tengo la culpa por dejarle vestir así, sé que ella no me dejaría por el”.

Pasaron algunos días la cabeza me daba vueltas y entonces le dije:

– Amor se ve que el instructor es buena onda no?

– Si amor, es muy respetuoso, y siempre me ayuda con mis rutinas. Pero con “todas” es super respetuoso.

– Pues yo estoy en deuda con él. Ese día te dije que lo invitaras a pasar a la casa para invitarle un trago.

– ¡Hay amor si, lo se! Pero pues, eso no se lo dije. ¿Cómo crees que voy a invitar a un hombre si no estás tu? Luego se mal interpreta.

– Eso si ¡tienes razón! Pues ojalá algún día podamos tomar una cerveza o algo.

– Si gustas lo invito un día de estos.

– Invítalo el viernes.

– Deja le pregunto vale?

– Si amor!

Se llego el viernes, mi esposa había preparado la cena, ella se veía chulísima, tenía puesto, un traje de vestir que se le ajustaba mucho y que hacía resaltar sus pompis. ¡Cuando llego Roberto mi esposa se miraba muy feliz! lo invitamos a pasar, cenamos y abrimos una botella de vino. Por un par de horas estuvimos platicando. La verdad a mí me pareció muy tranquilo, educado y respetuoso y hasta tímido por lo que mis dudas sobre que el andaba con mi esposa desaparecieron. Al poco rato se despidió Roberto

Entonces le dije:

– Roberto! ¡Te encargo mucho a mi esposa, entrénala muy, muy fuerte!

– sí señor no se preocupe así será.

¡Ella solo me volteo a ver! se fue Roberto y ella me pregunto

– ¿porque le dijiste a Roberto que me diera un fuerte entrenamiento?

– Pues si amor, lo que quiero es que te pongas más sabrosa y que esas nalgotas se pongan más duras. Además, él es respetuoso y le puedo confiar que te cuide para que no te vayas a lesionar.

– Está bien amor yo le voy a echar más ganas en el gym. ¡Gracias!

Y así comenzó todo, el y ella se volvieron los mejores amigos, cuando él podía la traía a casa, le ayudaba a hacer sus ejercicios, y aunque yo sabía que posiblemente ella me estuviera engañando, ya no sentía celos, al contrario, cuando ella regresaba del gym, no sé porque, yo me sentía excitado.

Un día mi sobrino de 5 años, le dijo a su tia si le dejaba jugar con el celular, ella se lo prestó. Al cabo de unos minutos mi esposa salió a la tienda y dejo al niño solo con el celular. Cuando ella salió le pedí el celular al niño solo unos segundos “para ver la hora” jejeje. Entonces entre a su carpeta de fotos privadas donde yo sabía que tenía fotos en tanga, escogí una no tan provocadora y se le mandé a Roberto. Rápidamente puse el celular en modo avión y se lo regresé al niño. Cuando ella regreso yo seguía normal como si nada hubiera pasado jejeje.

Después en la noche ella me dijo:

– No puede ser, te vas a enojar

– por qué?

– ¡ve lo que hizo este niño, no puede ser! ( Y me mostro la foto que había mandado).

– ¡Yo no sé, para que prestas tu teléfono!

– no manches que va a decir Roberto?

– pues ya le dices la verdad; y ya!

– Oye… no te enojes amor!

– no, no lo estoy, además él siempre te ve empinada, agachándote y así, no creo que se impresione jajajajaja

– jajaja pues sí, pero me da pena.

– Pues ya ni modo lo hecho, hecho esta. ¡Pero háblale de una vez y explícale!

– Me da pena.

– Pues sí, pero háblale porque no tiene que divulgarse esa foto.

– Si está bien!

Entonces tomo su celular y le marcó.

– Robert?

– SÍ.

– oye mi sobrino te envío una foto que no te debió llegar.

– jajaja si ya me di cuenta.

– Estoy con mi esposo. Él sabe de esto y pues te pido por favor que la borres y me disculpes.

– No te preocupes lo hago de inmediato!

Después le pedí a mi esposa, que me lo pasara por teléfono…

– Roberto?

– Que tal señor ¿cómo esta?

– muy bien Roberto, antes que nada, una disculpa es que el niño pues envió esa foto. ¡La verdad es que esas fotos yo se las tome a mi esposa para ir evaluando los resultados del gym y te felicito! Sin embargo, el niño al mover las aplicaciones te la mando sin querer. Espero no incomodar y nuevamente una disculpa.

– No tiene por qué disculparse señor. En este momento la borro.

– Gracias Roberto me caes muy bien y pues gracias.

– Si está bien señor! ¡Buenas noches!

– Buenas noches Roberto.

Después de aquel suceso me di cuenta que mi esposa me era fiel, porque de ser otra persona, me hubiera ocultado lo de la foto. ¡La abracé y le dije que la amaba con todo mi corazón!

Los meses transcurrieron y Roberto se fue convirtiendo en más que un amigo, a veces lo invitábamos a cenar o hacíamos actividades junto con él. A veces iba con una muchacha, luego con otra y así… se notaba que era un mujeriego de primera. Pero con mi esposa nunca vi nada raro.

Un día, al final de una fiesta que tuvimos en mi casa, nos quedamos solos los tres tomando unos tragos. Ya en confianza hice como que “tomaba mucho y después que ya me estaba durmiendo”. Entonces me levanté y me fui a acostar sin decir nada. Mi esposa me pregunto ¿que a dónde iba? y actúe como si de verdad ya no pudiera más con el alcohol. Lo que no sabían era que yo había dejado mi celular grabando en un lugar estratégico. Cuando me acosté mi esposa puso una almohada en mi cabeza y escuche que Roberto desde la sala le dijo a Andrea:

– Ya me voy.

– Si está bien.

– ¡Espérame te abro la puerta!.

– Si.

Andrea me acostó, salió a de nuestra recamara y cerró la puerta con cuidado. Pasaron como 10 minutos, subió mi querida esposa, se quitó la ropa, se lavó los dientes y se acostó. Después de un buen rato me levanté y ella ya estaba dormida,  fui a la cocina por algo de refresco porque tenía mucha sed y aproveche para recoger mi celular.

¡Tomé mi celular y vi algo que me dejo en shock!.

Mi celular alcanzo a grabar el momento exacto en donde ella va bajando las escaleras y él está esperando, caminan hasta donde ya no se ve desde nuestra recamara y se dan besos en la boca durando como un minuto mientras él le agarra las nalgas con las dos manos. Ella lo hace para atrás como diciéndole “que ahí no hiciera eso”. Él le dice algunas cosas que no se alcanzan a escuchar, y luego se saca la verga la toma de la mano y la dirige a su miembro rogándole que lo masturbe. Vi que ella le empieza a masturbar mientras él le da besos en el cuello y le sigue tomando por las nalgas, después ella solita y sin que nadie se lo pidiera desciende hasta quedar a la altura de su cintura, se coloca frente a él, y comenzó a mamarle la verga con mucha lujuria, lo masturbaba con la mano, con su lengua subía y bajaba, se lo metía adentro y movía su cabeza atrás y adelante, con su mano masajeaba fuertemente la verga de Robert, las mamadotas que le dio mi mujer a Roberto lo hicieron sentir en el cielo ya que comenzó a retorcerse mientras su verga permanecía en la boca de mi querida esposa que estaba más que aferrada a ese falo y que no iba a dejar que ni una gota se desperdicie, saboreaba aquel tronco. Yo estaba a punto de explotar pues yo sabía que a ella le gustaba mamar la virilidad de los hombres, yo sabia que era la mejor mamadora de verga pues nadie lo hace como ella, mi esposa, bajaba y subía por aquel falo ejecutado perfectos y delicados movimientos, se notaba que estaba fascinada al mostrar toda la experiencia que poseía en esa boquita y esos labios. Sinceramente quede en shock ¡mi esposa se comportaba como una puta mamando la verga de otro hombre! Ella con 30 años en aquel entonces, estaba en la plenitud de su sexualidad y lo demostraba mamando con una gran maestría, en menos de tres minutos, Roberto empezó a sentir el orgasmo. Ella acelero el ritmo e involucro sus manos para exprimir aún más esa gran verga. Roberto sujetó el cabello de Andrea, cerro los ojos y derramo su esperma en la boquita de mi querida esposa, mientras ella seguía mamando, saboreando y masajeando el pene del instructor. Al culminar su trabajo, comió toda esa lechita para no dejar rastro ni huella de su infidelidad, se comió su semen hasta que Fue Roberto quien la aparto de aquel tronco.

¡Todo había terminado! Después ella se incorporó y quiso darle un beso en la boca, pero el giro su cabeza y ambos se rieron.

¡Era tanta mi excitación que nuevamente desabroché mi pantalón y empecé a masturbarme hasta que yo mismo me provoqué el orgasmo!

En ese momento apagué el video y me di cuenta que ya no la llenaba sexualmente, ya no tenía la misma intensidad, ni las mismas erecciones. Me sentí inseguro, triste, poco hombre. Recordé que cuando me la cogía de a perrito, mi pene no era nada en comparación con esas nalgotas, el “culote” que tiene Andrea. ¡Pero la amaba tanto que no podía dejarla! Entonces comprendí algo, que muchas personas no son capaces de entender. “Que todos debemos disfrutar de las relaciones sexuales sin prejuicios”

Pasaron algunos meses, no sé cómo me contuve, pero nunca le reclamé ni le dije nada, ella seguía yendo al gimnasio y por mi parte sabia claramente que ella me engañaba con Roberto, pero nunca le reclamé ni le comenté nada al respecto. Poco a poco se me fue pasando el coraje a tal grado que ahora crecía más en mi la excitación, entonces comencé a leer historias de infidelidades, mi mente se abrió con otra perspectiva. Ahora disfrutaba cuando ella se vestía provocativa y la volteaban a ver, de hecho, me encantaba cuando íbamos caminando y se le quedaban viendo otros hombres le pedía que se vistiera muy bien y que se arreglara para que destacaran sus dones de mujer. Fueron muchas las veces que yo mismo la mandaba a conocer clientes o caballeros por algún pretexto.

Casi del diario me masturbaba e imaginaba a Andrea montada en otro macho y disfrutando como una loca; ¡la verdad me estaba convirtiendo en un verdadero “CORNUDO”¡

Un día por la noche, mi esposa me conto que un jovencito del gimnasio, la había invitado a salir en repetidas ocasiones, le mandaba mensajes solo para saludarla, me dijo que esta situación ya la estaba poniendo incomoda.

Continuara…

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