La primera vez que aprendí el juego

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Hola a todos, les quiero confesar una experiencia que ocurrió en el año 1995, no recuerdo bien en que meses fueron, pero yo tenía 18 años, estaba teniendo una vida normal, de verdad nada fuera de lo común, juegos y salidas con amigos, todo muy tranquilo, pero el, mi vecino al que llamare Adrian de 22 años, complexión delgada y lo recuerdo muy alto, yo en esos tiempos aun no daba el estirón, era de los más bajitos del salón, aclaro que mi vecino y yo no íbamos a la misma escuela, mi altura solo es para dejar una referencia. Él tenía una seguridad que sólo los adolescentes mayores parecen tener.

Todo comenzó de una forma inocente (o eso me hizo creer), platicando con el me comento que le gustaban los video juegos, pero él no tenía una consola para jugar, me pregunto si yo tenía una, a lo cual contesté que sí y me dijo que si la podía llevar a su casa y jugar, fui por ella a mi casa (que ahora que lo pienso no se porque fue tan fácil sacar mi consola e ir a su casa, la verdad no recuerdo si pedí permiso o como es que si terminé en su cuarto), su mamá nos veía jugar todo de forma muy normal.

Después de jugar un rato me dijo que saliéramos a dar una vuelta, a unas 2 casa de distancia de la suya, había un baldío, que solo tenía una barda que separaba al otro baldío que se encontraba a tras (ósea era un baldío que cruzaba la calle dividida por esa barda, espero darme a entender), lo que quiero describir es que al saltarse la barda terminábamos en un baldío privado por decirlo así.

Ahí me pregunto que si yo ya había besado a alguna chica, a lo cual respondí que no y me dijo entonces tampoco has tenido relaciones, también respondí que no y entonces empezó con su explicación: ¿Sabías que tener sexo con otro hombre es bueno porque podría servirte de practica?, así entre más practiques, cuando estés con una mujer te será más fácil, aquí tengo otra laguna porque no recuerdo si el me beso, pero si recuerdo que, en ese día, me invito a masajear su pene (por encima del pantalón), sentí como se puso duro y me dijo que, si me gustaba, yo creo que de forma inocente sin comprender del todo lo que estaba pasando, conteste que sí, después el toco el mío y dijo que lo hacía para que viera que había confianza de tocarnos, ese día termino con solo eso.

Con el paso de los días y siempre con el pretexto de ir a jugar video juegos a su casa, venían nuevas lecciones, ahora no solo era masajear por encima del pantalón, esta vez fue masturbarlo, claro para que yo no perdiera la confianza, el me masturbo a mí y así era el juego, por turnos nos masturbamos mutuamente. Otro día, después de un calentamiento de masturbación llego la lección del sexo oral, me pidió que me lo metiera a la mi boca y chuparlo, la primera vez que me arrodillé frente a él sintiendo el sabor salado de su piel, me decía que era “práctica para después”, pero en el momento sólo importaba la adrenalina de hacer algo prohibido. Así lo hice, no sabía claramente lo que yo estaba haciendo pero no me molestaba, haciendo aquí un paréntesis, no me siento atraído por los hombres, pero estas lecciones me estaban gustando, me gustaba masturbarlo, chupársela o simplemente masajear su miembro por encima del pantalón. Todas estas lecciones fueron en nuestro hotel privado llamado baldío ubicado al otro lado de la barda. No recuerdo bien cuantas veces fueron, pero si fueron varias veces.

Hasta que llego el día de la última lección, un día me llamo con mucha desesperación para que fuera a jugar a su casa, yo me apresure y ahí estaba en su sala, me dijo: mi mamá fue a la tienda así que esto será rápido antes de ir a jugar, ¿sabías que, si te cojo, vas a saber cómo hacerlo a una mujer?, yo solo recuerdo acceder a lo que él me decía o me enseñaba, ese día me dijo, voltéate y bájate el pantalón, yo sin titubear o cuestionarlo, así lo obedecí, acto seguido el me empino sobre su sillón, recuerdo sentir su miembro ya erecto frotándose en mis nalgas y después entre mis nalgas, rosando con desesperación, prisa y nervios en mi ano mientras me sostenía de mi cintura… no se dio esa penetración que había dicho que haría como lección para aprender a coger, sus nervios le ganaron y no eran nervios por cogerme, eran nervios de que su mamá llegara de la tienda y nos sorprendiera, me dijo, súbete el pantalón vamos a mi cuarto, nos pusimos a jugar, bueno él estaba en turno de jugar, yo estaba en turno de masajear su miembro por encima del pantalón y si a los pocos minutos entro su mamá hasta su cuarto para avisar su llegada (creo que, si alcanzo a ver que manoseaba a su hijo, yo creo que por eso, esa fue la última vez que me dio lecciones).

Muchos años después entendí que aquellas lecciones habían plantado una semilla: no de homosexualidad, sino del placer de ser vulnerable, de intercambiar roles, de que alguien más llevara el control… como aquellos días en que el mundo se redujo a un baldío y mi cuerpo aprendiendo un lenguaje secreto. Creo que dejo una fantasía o fantasías sembradas aquel vecino Adrian, ser sumiso, pero no cualquier sumiso, un sumiso más afeminado, ya que al ver un video porno en la categoría, transexual, ha dejado en mi desear ser ese rol pasivo de mujer sumisa, guiada y llevada a concretar el placer o curiosidad de ser penetrada, quizá hasta de practicar algún trio y saberme dominada por un par de hombres y sentir una doble penetración, probar su semen o sentirme llenada de su liquido sexual.

Que se realice esta fantasía quizá sea imposible, pues ahora soy un hombre casado y tengo descendencia, no me gustaría, ni me atrevería a poner en riesgo esto que ya tengo, pero si quería sacar o contar esta, mi historia y saber también que piensan ustedes.

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samy840113
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