La novia del cliente esta putisima
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El relato que os narro a continuación aconteció hace cinco años, cuando yo estuve trabajando en la agencia de detectives privados de un amigo mío. Yo tenía la sección de parejas, y todo lo relativo a problemas en ellas, infidelidades, o malversación de dinero hacía yo la investigación. Llevaba cinco meses en la empresa, y ya había realizado bastantes casos, cuando a mi amigo le entró un chaval denunciándonos que pensaba que su novia estaba con otro chico, así que del caso me ocupé yo.
La novia se llamaba Penélope, me entregó una foto para poderla reconocer, era rubia con el pelo ondulado, con pecas, carita angelical muy guapa, alta, delgada y con pechos medianos. Igualmente me dio la foto de varios amigos y amigas con las que solía estar. El primer día hice el aguardo en su casa, que era la misma que la del novio ya que vivían juntos, salió él, y al rato entró una de sus amigas, Mónica, morena, con el pelo largo, no muy guapa, estatura media, delgada y con pechos medios. A la hora salieron las dos, estuvieron de compras un rato, y después cada una se fue por su lado.
Al otro día salió ella sola, y tomó un café con dos chicos, Pedro y Ramón, estuvieron dos horas en el café, y cuando terminaron se fueron cada uno a su casa. Estábamos ya en el tercer día, un viernes, cuando el joven nos informó que el fin de semana estaría fuera, que seguramente la novia aprovecharía esto, yo le informé de las cosas que podíamos hacer, y el se decantó por seguir siguiéndola e instalar cámaras en su casa, así que me dio la llave y por la tarde hice la instalación, el chaval ya por esos entonces se había ido de viaje. Esa noche no hubo movimientos, ella no salió de casa.
La noche del sábado, Mónica entró en su casa por la tarde noche, y después salieron las dos, decidieron ir a bailar en el coche de Mónica a una discoteca de un pueblo cercano a Huelva, las dos estaban espectaculares, Penélope llevaba un vestido negro muy escotado, por lo que se le notaban sus hermosos senos, Mónica portaba unos vaqueros ajustados con una blusa blanca. Entraron en la discoteca y yo lo hice detrás de ellas, vieron el ambiente un rato y después se fueron a la barra, pidieron una copa y estuvieron hablando un tiempo. Transcurrido bastantes minutos, se pusieron a bailar, estuvieron en la pista un rato, hasta que después pidieron otra copa y se sentaron un rato, mientras se la tomaban seguían hablando. Más tarde, otra vez se pusieron a bailar, esta vez la música era tipo salsa, ellas bailaban de manera muy sexy, se rozaban espectacularmente, como si fueran una pareja, agarradas de la cintura y contorneando sus cinturas, cada vez estaban más cerca una de la otra, bailaban muy pegadas, cada una sentía el cuerpo de la otra.
Pasados unos minutos, cambiaron el ritmo y pusieron música lenta, romántica, estuvieron bailando pegadas como si fueran una pareja hasta la mitad de la canción, momento en el que Mónica se lanzó a por la boca de su amiga, y le propinó un buen beso a Penélope, quien le correspondió, sus lenguas se entrelazaban, mientras se besaban, Mónica acariciaba a su amiga por encima de la ropa, todo esto continuó mientras la música lenta continuaba sonando. Al rato, se acabó esta, y las dos se fueron de la pista, y a continuación de la discoteca, después se metieron en el coche, las seguí y se dirigieron a casa de Penélope, una vez allí estacionaron el coche y subieron para arriba, yo abajo en mi coche, encendí el ordenador, donde podía ver la casa por dentro.
Se pusieron en el salón, y sin demora Mónica se quitó la ropa, quedándose únicamente con su ropa interior azul, posteriormente se bajó las braguitas, y dejó al descubierto su afeitado coñito, seguidamente, Mónica le cogió la mano a Penélope y la puso sobre su pubis, estaban muy excitadas. Empujada por la excitación que tenía en esos momentos, Penélope no pudo evitar meter su mano en la entrepierna y acariciar muy suavemente su clítoris, Mónica suspiraba, y dejaba que siguiera con la mano ahí, Penélope no podía dejar de meter su dedo en la rajita de su amiga, mientras Mónica se quitaba lentamente el sujetador, dejando sus pechos al aire, firmes, duros y hermosos, no tardando Penélope con la mano que tenía libre en empezar a acariciarlos, su amiga se estremecía.
A continuación, Penélope la invitó a seguirla para ir ha tirarse sobre la cama del dormitorio, sus bocas se unían en un profundo beso, suave y cálido, lleno de deseo, rozaban sus cuerpos, haciendo que sus pechos se juntaran y que los pezones se pusieran mucho más duros, Penélope se dirigió al pezón de su amiga, el cual estaba duro, hermoso, en todo su esplendor, no podía dejar de comerse ese manjar, quería para ella ese cuerpo generoso. Con su lengua fue recorriendo todo su cuerpo, hasta llegar a su rajita, la cual estaba muy húmeda, sus labios y su clítoris estaban hinchados, y cuando sintió la lengua de Penélope, hizo que Mónica diera un salto y gritara de placer, comenzó a moverse y le decía que por favor no parase, que le encantaba, que se corría, al verla y escucharla de que manera estaba reaccionando, Penélope imprimió más velocidad a su lengua, quería que se corriera en su boca para tragarse todo ese líquido que saldría del coñito caliente de su amiga, pasaba su lengua por toda la raja, entreteniéndose en el clítoris y en la entrada de la vagina. Momentos después, Mónica reventó y llegó al orgasmo, gritaba alocadamente, llenó la boca de su amiga de sus fluidos.
Cuando Mónica se repuso, se tumbó boca arriba en la cama y le ordenó a Penélope que pusiera su coñito en su boca, entonces Penélope fue desnudándose de manera sexy, hasta quedar completamente desnuda, ella quería que la lengua de Mónica masajeara su entre pierna y disfrutar de sus movimientos.
Segundos después le puso el coño encima de la boca, Mónica empezó a lamer sus labios, a morderlos, para a continuación meter el apéndice en la raja de Penélope, la cual también estaba rasurada, lo que le encantó a ella. Mónica lamía arriba y abajo, chupaba los labios de su amiga, con sus manos jugaba con los senos de Penélope, a la cual le encantaba. Más tarde se dedicó al clítoris de Penélope, lo lamía fuerte, lo mordía, lo estiraba, estaba trabajándolo gustosamente, el cuerpo de Penélope temblaba, Mónica seguía lamiendo el clítoris y le introdujo un dedo en la vagina, empezando a acariciar el punto g de ella, dándole el doble de placer, lo que Penélope agradecía.
Pasados unos minutos, Mónica metió su lengua en el culo de Penélope, el cual lamió hasta dejarlo muy mojado, estaba lubricadísimo, y de vez en cuando le metía la punta de la lengua en él, a lo que Penélope respondía con un saltito, luego le introdujo un dedo en su ano, lo que la hizo gritar de placer, lo movió delicadamente durante un tiempo por el culo de Penélope, la cual disfrutaba con esto, Mónica tras ver que le gustaba, metió otro dedo, su estrecho agujero se los tragó, los movía en círculos, y con la otra mano acariciaba su rajita, Penélope no tardó en correrse, soltó suaves gemidos, y se quedó tumbada boca abajo sobre Mónica, quien lamió sus jugos.
Al rato, Penélope se puso de pie y después se colocó en los pies de Mónica, la giró, y la puso a cuatro patas, y sin demora empezó a lamer el culo de su amiga hasta que estuvo bien lubricado, después empezó a meterle un dedo y seguidamente otro en la vagina, para después con la otra mano introducirle un dedo por su ano, a Mónica le dolió un poco, pero disfrutaba, Penélope movía sus dedos en la vagina y el dedo dentro de su culo. Mónica no aguantó mucho con la doble penetración, y llegó una vez más entre gemidos al orgasmo, sus fluidos le caían por las piernas, Penélope los lamía, hasta que cuando terminó, se dieron un abrazo y empezaron a sonreír, les había gustado la sesión de sexo. Pasaron un tiempo tumbadas en la cama, hasta que Mónica empezó a vestirse, bajo la mirada atenta de Penélope, cuando terminó, esta última se acercó a su amiga y le dio un cálido beso de despedida, y a continuación Mónica se fue, bajando al instante. Con lo grabado llamé al otro día al cliente, el cual se quedó muy sorprendido a ver el video.