Hola, soy Martin y me gusta exhibir a mi esposa.
Soy profesor y mi esposa es ama de casa, tenemos tres hijos. Como tú sabes, los profesores ganamos poco dinero; así que yo trabajo en varias escuelas y doy clases de regularización en mi casa.
Durante las vacaciones van chicos a mi casa a estudiar las materias que reprueban.
Un verano di clases por la mañana a chicos de primaria, por la tarde, a chicos de secundaria. 😁
A los chicos de primaria les gustan las clases de verano porque juegan, aprenden y conocen a otros; pero a los jóvenes de secundaria no, porque no quieren perder sus vacaciones estudiando.
Yo necesitaba el dinero de los jóvenes de secundaria y traté de hacer sus clases más dinámicas y divertidas, pero a ellos no les gustaba estudiar en verano y ya no querían ir a mi casa a tomar clases.
Cada chico me pagaba 100 pesos por hora de clase y el grupo era de cinco chicos, ganaba bien y me dolía perder ese ingreso, pero no podía retener a los chicos. Una tarde un chico derramó su refresco sobre la mesa de trabajo; por eso mientras yo daba la clase, mi esposa limpiaba la mesa. Los chicos dejaron de poner atención y de reojo miraban el escote a mi esposa, que inclinada limpiaba, obviamente le querían ver el busto a mi esposa.
Así, sin querer descubrí la forma de retener a los chicos en clase; utilizaría a mi esposa como gancho.
Y qué hice ?? Le pedí a mi esposa que la siguiente clase se pusiera atractiva, con una falda blanca y transparente, que le queda ajustada, que se pusiera una tanga negra, medias y liguero negros, para que se le transparentara el cuerpo.
Obviamente mi esposa no quería hacerlo porque le daba pena vestir así y sabía que los chicos se iban a poner bien calientes. Ella me dijo que se iba a ver como puta y no como la esposa de un maestro.
Yo le hice ver que necesitábamos ese dinero, que se iba a exhibir un poco en su propia casa y que no era necesario que estuviera toda la clase con los muchachos, solo que saliera unas pocas veces.
Desde mi perspectiva, no estábamos haciendo nada malo, yo daría mi clase normal y de vez en cuando mi esposa entraría a donde yo trabajaba con los muchachos; ella se dejaba ver por instantes y no se les hacía pesada la clase esperando ver a mi esposa.
Yo estaba seguro que ninguno de los chicos iba a ir contar a sus padres, que cuando iban a mi casa, le veían los calzones a la esposa del maestro.
Mi esposa es güera, como muchas güeras de Jalisco, mide 1:58, es delgada y tiene los ojos verdes; en ese tiempo andaba sobre los 30 años. Sin ser una «modelo» , mi esposa es bonita, tiene el busto grande, las nalgas redondas y piernas delgadas.
A partir de esa vez, los chicos iban con gusto a mi casa a recibir su clase; pero para mantener el ánimo, mi esposa recibía a los chicos con unas falditas bien cortas y yo, a propósito, me tardaba 5 o 10 minutos en salir a dar la clase; para que en esos minutos, mi esposa les ofreciera agua o fruta a los chicos. Nuestro plan era que ella se agachara para servirles y, dependiendo de la ubicación de los chicos, algunos le podían ver el trasero o el busto a mi esposa, por unos segundos, los suficientes para que se echaran su «taco de ojo» y, después recibieran su clase bien felices.
Una vez mi esposa salió en plena clase con un microvestido a contestar el teléfono, claro yo ya había programado el teléfono para que sonara a una determinada hora. Mientras yo daba la clase, mi esposa, supuestamente contestaba y, mientras hablaba por teléfono; ella abría las piernas para que los chicos le vieran los calzones, yo me hacía el que no veía, dando la clase.
Una vez me calenté tanto, que fui a una recamara y la llamé. En la recamara le jale los calzones para que le quedarán en medio de la «panocha» y se le vieran los labios vaginales, yo regresé a dar la clase y minutos después volvió a salir mi esposa a hacer una llamada; ella volvió a abrir las piernas mientras hablaba, pero ahora se le veían la vagina, los pelitos y la tanga metida en la panocha.
Yo no podía hablar, ni concentrarme en nada; imagínate cómo estarían de exitados mis alumnos. Esa vez no pude terminar la clase y les puse un ejercicio a los muchachos. Fui a la cocina por un vaso de agua y dejé en libertad a los chicos para que le vieran bien la panocha a mi esposa. Desde la cocina se veía bien chula mi esposa, con sus piernas blancas bien abiertas y su tanguita en medio de la vagina.
Mientras mi esposa estaba abierta de piernas, los chicos se acariciaban el pene por encima del pantalón.
Esa vez los chicos se enamoraron de mi esposa, es serio. Al día siguiente un chico le llevó una rosa a mi esposa, otro le llevó un chocolate y otro hasta le escribió una poesía. Yo me hice el desentendido, estába recibiendo 500 pesos por hora de clase y, solo por dejar que le vieran los calzones a mi esposa.
Tal vez ese verano los chicos no aprendieron nada, pero seguro se la jalaron bien rico pensando en mi esposa.
By: MartínR 😂
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