Sexo con Maduras | 2.450 lecturas | 18:00

La madre de mi amigo me tenía locamente enamorado

Hola amigos, este relato que voy a detallar ocurrió hace muchos años y he dudado mucho sobre relatarlo o no, dejó en mi una huella imborrable. Es largo pero quiero poneros en situación dado que no es un relato porno propiamente dicho. Es una historia de amor y lo publicare en episodios, me gustaría y creo que a vosotros también que lo leais todo.

Iván era un amigo de mucho tiempo, saliamos en plan pandilla y éramos unos mas en el grupo, con el tenía una amistad mas cercana que con el resto, yo iba a su casa y el iba a la mia, conocíamos a las familias uno de otro y estábamos casi siempre juntos.

Conocí a su madre (Elisa) y también a su padre. Elisa era una mujer admirable, guapa, tenía una figura digna de venerar, mediana estatura, muy morena y la persona mas alegre que jamás haya conocido. Elisa tenía una tienda de cosméticos y droguería la que atendía ella misma. Era el alma de las fiestas, reuniones o cualquier evento, siempre reía y tenía ocurrencias que hacían reír a todos (yo era un poco igual que ella en ese aspecto). Había dado clases de baile y bailaba con desenvoltura, se movía como las flores acariciadas por el viento.

Poco a poco me fui fijando mas y mas en ella, en su cuerpo, en sus movimientos y cada día estaba mas enamorado de ella.

Elisa debía tener unos 45 años y yo solo unos 22 pero ella se metía en las conversaciones de jovenes entre su hijo y yo (como una mas), yo me quedaba embobado mirándola, su risa, su forma de hablar y de inmiscuirse en nuestras conversaciones con simpatía, agradable no podía ser mas. Comencé a visitar su casa con mas frecuencia (me sentía muy a gusto allí), ella me miraba mucho también a mi y yo me hacía el desentendido para no delatar que yo la miraba a ella pero mis miradas hacia ella iban cargadas de un afecto que poco a poco se fue transformando en algo mas profundo.

Una tarde que estábamos en su casa planeando lo que hariamos al salir tuve necesidad de ir al baño, la puerta estaba algo encajada y tuve que dar un empujón para abrirla, justo cuándo entré Elisa salía de la ducha a buscar la toalla me quedé embobado ante lo que vi. Tenía una pierna fuera de la ducha y otra dentro unos pechos perfectos y una pelambrera imponente chorreando agua hacia el suelo, me quedé pasmado; pero reaccione le pedí perdón y ella cogió la toalla mientras decía no pasa nada, yo di media vuelta y regresé al salón iba confundido, creía que ella estaba en la cocina y no oí el agua de la ducha caer pero esa imagen duró muchos días en mi mente. Elisa se secó el pelo, se vistió y se sentó junto a nosotros yo la miraba sin darme cuenta y ella me sonrió un par de veces comprensiva.

Nos levantamos Iván y yo y salimos a divertirnos, ya teniamos todo programado,

  • Tened cuidado y no volvais tarde, dijo

Y nos marchamos, estuvimos por ahí hasta mas o menos la 1 de la madrugada y nos fuimos cada uno a su casa, en toda la noche no fui capaz de quitar aquella escena de mi recuerdo, al final pensé que todo había sido una casualidad sin mayor importancia.

Otro día estábamos Iván y yo sentados en un sofá y charlando animadamente cuando llegó su madre del trabajo, me saludó y dijo venir rendida, se sentó en una silla de la mesa frente a nosotros y comenzó a contarnos su día, tenía las piernas juntas y aunque la falda le tapaba hasta por encima de la rodilla no pude ver nada pero la miraba muchas veces, ella pareció darse cuenta y agachó la cabeza moviéndola de un lado a otro y sonriendo pero continuó con la conversación como si nada.

  • Y tu ¿Qué haces por aquí? preguntó mirándome y sonriendo.
  • A ver a éste, le contesté
  • ¿ A ver a éste o alguna chavalita de por aquí?
  • No hay nada que ver por aquí, le dije
  • Pues yo creo que algo de por aquí te interesa mucho, dijo

Callé un poco ruborizado pero continuamos con la conversación, Iván se levantó y fue a la cocina a por una bebida,

  • ¿Queréis algo? nos preguntó

Yo le pedí una fanta y Elisa un vino, al volver la vista hacia ella me di cuenta de que tenía las piernas un poco mas abiertas que cuando estaba allí su hijo pero no pude ver nada, la miré a los ojos y ella me miró y se encogió de hombros (eso lo tomé como una muestra de resignación). Tomamos las bebidas y Elisa se fue a la cocina a preparar la cena,

  • ¿Cenas aquí? me preguntó
  • No gracias me voy para casa, dije.

Al rato me marché dándole vueltas al gesto que había hecho y llegué a la conclusión de que todo eran imaginaciones mías ¿Cómo iba a estar interesada en mi una mujer como aquella? era una diosa o al menos así la veía yo.

En los días siguientes continuaban los cruces de miradas y las sonrisitas por parte de ella pero de ahí no pasaba la cosa. Una vez venía Elisa fue de la cocina al salón y se le había desabrochado un botón del vestido que llevaba, al mover la pierna dejaba a la vista un pedacito de pierna bastante arrimado a sus bragas, me excité un poco pero no pude ver nada mas y ella al darse cuenta que la miraba se abrochó el botón y nuevamente movió la cabeza de un lado al otro.

Yo continuaba visitándo su casa con la excusa de ver a Iván pero era a lo que menos iba, un sabado fui a su casa por la tarde y me abrió la puerta ella, estaba sola y dijo.

  • Pasa, Iván tardará un rato ha tenido que ir a ayudar a su padre,
  • Bueno pues le espero que hoy es sabado y tenemos plan, dije

Elisa se echó en el sofá y se puso a ver la tv, llevaba el mismo vestido que días anteriores se le había desabrochado el botón ¡ahora si!, tenía las rodillas encorvadas y el vestido se había bajado, en algunos momentos llegué a ver parte de sus bragas pero lo extraño es que se dio cuenta pero no hizo nada por evitarlo (creo que fue al revés, se movía para dejarme ver), yo miraba descaradamente fijo en sus piernas y ella simulaba no darse cuenta y miraba la tele pero me miraba de reojo, la vi en varias ocasiones Dios ¿Qué hacia? me preguntaba a mi mismo, me parecía una insinuación en toda regla; pero tenía la duda de que fuera inconscientemente y no podía meterme en “ese charco” y resbalar.

Ella charlaba conmigo con total normalidad comentaba la película que estaban echando y hablaba de otras cosas.

Al cabo oímos abrir la puerta de la casa y eran Iván y su padre que volvían, me saludaron ambos

  • Coño, cuanto tiempo, Me dijo Manuel (el padre de Iván)
  • Si vengo mucho por aquí lo que pasa es que no coincidimos, dije y ¿Cómo va todo?
  • Bien, no me puedo quejar
  • ¿Os vais a dar una vuelta?
  • Si a ver si se prepara éste

Elisa se había levantado del sofá y se metió en la ducha (ahora si se oia el chorro de agua caer tenuemente) y de nuevo acudió el recuerdo de su cuerpo desnudo a mi mente. Una tarde que estábamos Elisa, Iván y yo sentados en su casa charlando dijo Elisa que echaban en el cine una película de terror que le gustaría ver, que si la acompañábamos que a ella le daban mucho miedo, consentimos y quedamos para el sabado siguiente.

Elisa me pidió que si podría ir a un almacén de pinturas que estaba en Alcalá de Henares, que le hacían falta unas pinturas que se la habían encargado y no se la traerían a tiempo, le dije que si pero en mi coche no cabían ella me dijo que me llevase la furgoneta de su marido y que era un compromiso. Esto era para el día siguiente, me dijo la dirección del almacén y la de su droguería que estaba en el mismo barrio que su casa pero algo retirada. Llegada la fecha convenida fui a su casa a por las llaves de la furgoneta y como Iván no podía acompañarme me dijo Elisa que la llevase a ella hasta su droguería y así sabría donde estaba. Así lo hicimos, mientras íbamos de camino me preguntó de repente,

  • – ¿oye ¿ puedo saber por qué me miras tanto?
  • – no se, sera sin darme cuenta
  • – y ¿ que viste en la ducha?
  • – nada ¿que voy a ver?
  • – pero si me viste entera desnuda
  • – perdón, me di la vuelta rapidamente
  • -¿te gustó lo que viste?
  • – mucho
  • -anda este, ¿no dices que no viste nada?
  • – buen, algo si vi
  • – ¿y me miras las piernas para ver mas?
  • Callé, estaba avergonzadisimo
  • – hay muchas chicas de tu edad que están estupendas
  • – pero no como tu, tienes un cuerpo y una cara divinos
  • – pero yo soy muy mayor para ti
  • – no me importa, me gustas mucho.

Llegamos a su tienda y se bajó de la furgoneta me dijo “hasta luego” y yo arranqué para hacer el encargo. Os podéis imaginar como se me había puesto el pene , creía que me iba a estallar. Todavía con el pene duro llegué al almacén, cargaron los botes de pintura que venían empaquetados y alguna caja mas que no se lo que era y salí de regreso a la tienda.

Había mucho trafico y tardé mas de la cuenta, al llegar ya había cerrado pero ella permanecía dentro, baje del vehículo y llamé a la puerta de cristal, ella acudió a abrirme y me dijo que lo llevase por la puerta trasera al almacén que estaba justo en la parte de atrás aunque tenía acceso directo desde la tienda. Cuándo llegué a la puerta del almacén ya estaba abierta y Elisa allí sujetándola, comenzamos a bajar cajas y paquetes y los dejamos donde podíamos, era un lugar estrecho con estanterías a los lados.

Dijo que había que ordenar aquello un poco que no se podía quedar todo por medio, se subió a una escalera de mano y me dijo que le diera lo que venía en las cajas, yo las abrí y le fui dando unos sprays y botes y ella los colocó en una estantería, las pinturas las dejamos a un lado en el suelo.

  • Bueno ya hemos acabado, muchas gracias, dijo
  • No se merecen ¿te llevo a casa? que tengo que recoger mi coche

cerró el negocio, subió al vehiculo y nos fuimos. al llegar le dí a Elisa las llaves y ella me dió un beso en la cara que yo arrastré hasta llegar a sus labios, me devolvió el beso y dijo:

  • Hasta mañana, con toda naturalidad.

Llegó el sabado que habiamos quedado para ir al cine, Elisa aparecio como una diosa, mas bella imposible, se había maquillado, llevaba puesto un sweter rojo que resaltaba sus ya exhuberantes pechos y una falda marrón que destacaban su culo y sus caderas. Al entrar en la sala de cine ella pidió sentarse enmedio porque le daban mucho miedo las películas de terror, Iván a su izquierda y yo a su derecha. Comenzó la película e inmediatamente me puso la mano en mi pierna abrazando el muslo y cuando salía alguna escena de terror me apretaba y se tapaba los ojos con la otra mano, se había puesto encima de las rodillas una chaqueta que llevó colgada del brazo todo el rato con lo cual Iván no podía ver su mano. en un acto de valor le cogí la mano con la mia, ni me miró, dió la vuelta a la suya y entrelazamos los dedos. Me sentía tan feliz que ni presté atención a la película, solo la miraba a ella, acabó la película, salimos del cine y fuimos a un bar cercano a comer algo luego nos fuimoa cada cual a su casa.

En unos dias fuí a su casa nuevamente y estaba Iván solo, me senté en el sofá y estuvimos charlando y bromeando un rato. sonó el telefono y era Elisa que se había atascado el cierre y no podía cerrar la tienda, que cogieramos aceite de la furgoneta de su padre y la llevasemos a ver si podiamos cerrar.En el momento que saliamos de casa sonó el telefono otra vez, esta vez era manolo que necesitaba que fuese Ivan a llevarle la furgoneta porque tenía que traer unas cosas que abultaban así que quedamos en que Iván iria donde su padre y yo donde su madre. Al llegar a la tienda fuí directamente a la puerta del almacén y alli estaba Elisa, mi diosa, miré el cierre y lo que le pasaba es que lo había subido demasiado y se había quedado encajado arriba, me subí a la escalera y lo desenganché, le hunté aceite por los carriles y lo subí y bajé 3 o 4 veces, quedó perfecto.

Elisa quedó cerrando por dentro y yo llevé el coche a la entrada, me llamó y fui al almacen, me dijo que si podía echarle un poco de aceite a la cerradura, lo hice y cuando terminé entré al baño a lavarme las manos. Al salir estaba sentada sobre una caja y me preguntó;

  • ¿El otro dia me besaste no?
  • Fue un beso de buenas noches
  • ¿En los labios? sabes, me supo a poco y ahora te voy a besar yo a ti, vino hacia mi y nos dimos un beso largo, Elisa llevó la mano a mi bragueta y me acarició un poco, luego abrió la cremallera, metió la mano y cogió mi pene. Comenzó a mover la mano adelante y atras, yo le cogí los pechos pero con ropa, quise bajarle las bragas y ella dijo que de momento estaría bien así que no estaba preparada pero me dejó tocar su coño a traves de las bragas yo empecé a correrme y ella al darse cuenta aceleró el ritmo hasta que en un gemido solté una corrida tremenda en su mano y en el suelo
  • ¿te has quedado a gusto?
  • Buuufffff increible
  • A ver si dejas de comerme con la vista, jajajajaja

Limpió todo por alli y me pidió que la llevase a casa, la llevé y al bajarse del coche me dijo

  • Chiquillo estas bien preparado, otro dia lo hacemos bien.

Fin de la primera parte, continuará…. próxima publicación el 20/12/2023

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