La hermana de Javi es mi putita sexual
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Esta historia es absolutamente verídica, me ocurrió el verano pasado, y ahora he decido contarla. Iba caminado hacia casa de Javi con un par de CDs en la mano mientras pensaba en lo que me dijo el otro día. Desde que lo había dejado con su novia estaba muy raro, y cuando íbamos a los bares siempre intentaba ligarse a alguna chica, pero últimamente estaba decaído y ni siquiera lo intentaba. Yo sabía que a Javi le gustaban las tías, por eso cuando llegué a su casa le pregunte porque pasaba de las tías, y el me dijo que estaba harto de malos rollos y de celos, y que prefería sus fantasías y masturbarse el mismo, sin líos de faldas.
Como no teníamos ningún plan para pasar la tarde, empezamos a ver una peli de miedo, y yo le empecé a sacar fallos, como siempre hago con las pelis de miedo. Después de ver la película durante media hora y de reírnos un buen rato, Javi dijo tímidamente que se aburría, y que prefería ver una porno. Casualmente había traído una, así que puse la peli en el reproductor, y empezaron a pasar algunos títulos. Después aparecieron dos tías en una habitación, se quitaron la ropa. La rubia estaba muy buena, y la morena tenía unos tremendos pezones. La rubia empezó a sobar las tetas de la morena durante un rato, hasta que se puso cachonda y abierta de piernas.
De repente Javi paró la peli, se puso serio y me dijo que no llevaba mogollón de tiempo sin sexo y que ya no aguantaba más. Entonces yo empecé a descojonarme de risa y Javi también empezó a reírse. Y entre risas me pidió a ver si le podía hacer yo una paja. Yo al principio me acojoné, pero la verdad es que me apetecía agarrarle la polla y hacerle una buena paja, así que sin decir nada metí la mano debajo de su slip, y empecé a sobarle la polla con la mano durante un buen rato, pero él aguantaba bien mi manoseo y se reía y me decía que eso no era nada para él, que lo aguantaba de puta madre. Al final, lo único que conseguí con el manoseo fue ponerme yo cachondo, tanto que mientras le pajeaba a Javi con una mano, empecé yo a pajearme con la otra.
Javi se empezó a descojonar otra vez, pero yo que ya tenía ganas de empezar a darle gusto de verdad, empecé a meneársela con ganas, y noté como enseguida su polla se puso más y más tiesa, hasta que casi no podía abarcarla con la mano. Cuanto más se la meneaba, más cachondo me ponía yo, sobre todo porque el pito de Javi, que al principio no parecía tan grande, empezó a empinarse y a ponerse duro como el mango de una raqueta de tenis. Joder, la de Javi era un pedazo de polla, era un pollón del quince, lo reconozco. Además, como a mí enseguida me sudan las manos, no conseguí agarrarla bien, y se me escapó un par de veces, lo que provoco las risas de Javi.
Después de reírnos a saco durante uno segundos, le cogi la de nuevo la polla con toda la mano y seguí con la paja, en el espejo de enfrente del sofá se nos veía perfectamente, Javi en una extremo del sofá y yo sentado al lado, cogiendo su polla con mi mano y pajeandola. Yo iba poco a poco, pero Javi quería marcha y empezó a acompañar el movimiento de mi mano con sus caderas, así que empezó a pasarme su polla por dentro de mi mano sudorosa cada vez mas rápido, se podría decir que mas que hacerle yo una paja estaba él follandome la mano.
Seguimos un rato así, y Javi empezó a jadear a gemir, por primera vez se notaba que le estaba dando mogollón de gusto aquella paja. Entonces llamaron a la puerta y resulta que era la hermana de Javi, que había vuelto de hacer unas compras, pero nos saludó y se metió en su habituación diciendo que mejor nos dejaba solos. Nos quedamos sin saber que hacer, pero pronto le agarré la polla otra vez y seguí con la paja. Como se le había bajado del todo, cuando se la cogí ya no estaba tiesa, así que empezamos otra vez desde el principio. Primero le sobé bien los huevos y la polla hasta que se empezó a poner tiesa otra vez y entonces Javi volvió a mover las caderas para hacer pasar su polla entre mi mano una y otra vez, pero yo tenía tan sudadas las manos que la polla se me escapaba de todo el rato, y a Javi eso no le ponía nada, de hecho se le volvió a bajar todo el miembro.
Entonces fue a la cocina y cogio unas braguitas blancas del cesto de la colada. Son de mi hermana, me dijo. Sécate un poco las manos. Me las sequé bien, y entonces, en vez de seguir pajeandole, empecé a restregarle las braguitas de su hermana por todo el paquete, hasta que Javi empezó a suspirar y su polla volvió a ponerse tiesa como una pértiga. Entonces me suplicó que le pajeara, así que me concentre en su polla, o debería decir pollón, y empecé a pajearlo fuertemente, más y mas rápido, le estaba pajeando bien fuerte y pegando buenos tirones de su polla, y Javi empezó a excitarse mucho. Al cabo de unos minutos, Javi perdió totalmente la compostura y abrió del todo las piernas mientras suplicaba que quería correrse. En ese momento, eche un vistazo a la puerta de la habitación de su hermana y vi que estaba mirando con la puerta entreabierta. Saber que su hermana nos miraba me ponía mogollón, porque era la típica tía monjita que apenas se había morreado con un tío, y eso que ya tenia 27 años.
Su hermana no perdía detalle, y yo seguí dándole caña a Javi, para que la mojigata de su hermana aprendiese a hacer una buena paja. Empecé a pajearle estirando bien para atrás, que es lo que nos mas gusta a los tíos. Al estirarle la polla de esta manera Javi gemía, soltaba aaahhh…, y me ponía el pito mas y mas tieso. Y cuanto mas gemía, mas estiraba yo hacia para abajo, hasta que estiré tanto que creí que se iba a correr, pero el cabrón aguanto. Yo llevaba un buen rato dale que te pego y el ya no estaba sentado, estaba medio tumbado encima de los cojines y tenia la cara desencajada del gusto que le estaba dando. El tenia la mirada perdida, pero aun no se corría, así que le agarre de nuevo la polla y empecé a pajearle rápido, de arriba abajo, pero dando tirones muy fuertes. El seguía gimiendo y yo le casque una paja con todas mis fuerzas, hasta que empezó a dolerme la muñeca de ir tan rápido y pensé que no se correría nunca. Pero justo entonces note como su polla se hinchaba en mi mano, y la note moverse y temblar, como una enorme cañería apunto de estallar, y note como Javi se había quedado en silencio. Entonces él soltó un tremendo aaaahhhh… y un chorro de lefa salio de su polla y cruzo toda la habitación estrellándose en el espejo.
Un segundo después su polla empezó a chorrear más y más, y Javi seguía corriéndose y gimiendo como un animal. Los chorros de semen blanco me corrían por toda la mano y el no acababa de correrse, hasta que yo tire violentamente hacia abajo de su polla. Entonces Javi soltó un violento ruido y un enorme chorro de lefa que parecía no tener fin empezó a salir a golpes y a ponerlo todo perdido. Javi se quedo respirando hondo tumbado en el sofá y yo mire a mí alrededor y me di cuenta de que se había corrido por todas partes. Había eyaculado en el sofá, en la mesa, en la alfombra, en el peluche de Piolin de su hermana y en armario de la pared de enfrente. Joder, lo había puesto todo perdido de lefa. Su hermana, con los ojos como platos seguía mirando toda la escena escondida detrás de la puerta de su habitación. Entonces Javi se fue a duchar, y yo que estaba superempalmado me iba a ir a casa, cuando de repente su hermana salio de la habitación y me pido que entrase yo también.
Entramos juntos en la habitación, y ella me dijo muy cortada que no sabia que se le podía dar tanto gusto a un tío, que si lo hubiese sabido ya le habría hecho alguna paja a algún chaval. Ella estaba vestida con unos vaqueros normales y una blusa de manga larga blanca. Era de esas chicas que llevaban sujetadores de encaje y bragas grandes de las de toda la vida. Sin decir nada, me bajé los pantalones y Mireia, que así se llamaba se quedo mirando mi pito como embelesada. Yo le dije “es tu oportunidad”. Mi miró sin saber que hacer y entonces acercó tímidamente su mano a mi pito, y empezó a acariciarlo de arriba a abajo con un dedo. Yo empecé a relajarme, y la dejé a su ritmo, no quería forzarla. La verdad es que sentir su dedito de mojigata recorriendo mi pito era de lo más placentero. De repente ella se quedo mirando y me pregunto que más podía hacer. Yo le dije que una mujer siempre sabía que hacer para dar placer a un hombre, y que si no lo sabía que se lo imaginara. Yo pensaba que empezaría a hacerme una paja, pero directamente me cogió la polla y se la metió en la boca, empezó a chuparla tímidamente y yo cada vez sentía como mi pito se ponía mas duro, hasta que la agarré por su nuca y le di un suave empujón. Esto le debió encantar, porque automáticamente empezó a mamármela más y mas, sin tocarla con las manos, solo usando su boca, y emitiendo tímidos gemiditos que me ponían cada vez más y más bruto.
De repente paró y me miro preocupada. ¿Porque no te sale leche como a mi hermano? ¿Es que lo estoy haciendo mal? Yo le dije que lo estaba haciendo muy bien, pero ella estaba preocupada. Entonces me sonrió y se quito la blusa y el sujetador dejando ver dos tetas sorprendentemente grandes, y siguió mamándomela. Mireia jugueteaba con su lengua sobre mi pito poco a poco, y yo empecé a notar que me estaba acercando al punto de no retorno. Aprovechando que estaba desnuda de cintura para arriba, empecé a sobarle las tetas, y sorprendentemente ella empezó a suspirar más y más. Entonces lo entendí, a Mireia nadie le había sobado bien las tetas, así que aquel manoseo desató una libido enterrada por años de catequesis y de ser una niña buena, así que empezó a mamármela a saco, a lo bestia, como un volcán en erupción, y mientras me la mamaba empezó a decir como podía toda clase de cosas, como que la llenara de polla y que le diera mi leche. Entonces, solté un aaaahhhhh…, sabía que iba a correrme. En ese momento, ella empujo mi polla hasta lo más profundo de su garganta, y yo empecé a correrme como un animal, pero ella se lo tragaba todo como si mi lefa fuera agua bendita. Cuando acabé se quedo tirada en su cama con usa sonrisa de oreja a oreja. Me dijo que viniese otro día, que no hacia falta que estuviese su hermano.
Con ese calentón me despedí de ella. Por cierto, últimamente casi no veo a Javi, pero Mireia y yo somos buenos amigos.
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