La amiga de mi hermana esta bien puta y zorra
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Yesenia, estuvo buen tiempo en casa, al parecer ya se había acostumbrado a la familia y a mí, ya que siempre cuando tenía oportunidad de estar solos en casa, hacíamos el amor en mi cuarto o en el cuarto de mi hermana que es ahí donde ella dormía. Me la cache un montón de veces, pocas veces fue que termine dentro de ella. En la casa nadie se dio cuenta de nuestro amor prohibido, no podía quedarme con ella, porque ella tenía un novio y yo una novia con la que llevaba varios años de noviazgo, Yesenia sabía eso, pero no le importaba. Un día llegue del trabajo, y encontré a Yesenia afuera de la casa, estaba en la puerta y sonriendo me dice:
– Hola, como te ha ido hoy.
– Bien – le respondí.
– Quiero hablar contigo – me dijo.
Yo me impresione un poco por sus palabras, por mi mente pensé que estaba embarazada y titubeando le dije:
– Sobre que?.
Ella sonriendo me responde:
– No te asustes, solo quiero conversar contigo.
– Bueno, quieres conversar aquí o en otro sitio – le respondí.
– Ella me dijo vamos a tu cuarto.
– Estas loca – le dije – se pueden dar cuenta en la casa de lo nuestro.
– No hay nadie ahora en casa, han salido y van a regresar como a las 11 de la noche, eso me han dicho – me respondió.
– ¿Estas segura? – le volví a decir
– Si, en verdad – me volvió a responder.
Pasamos a la casa, ella siempre delante de mí y nos dirigimos a mi cuarto. Abrí la puerta y le hice entrar, ella avanzo de frente hacia mi cama y se sentó. Como yo estaba con la ropa de trabajo, le dije a Yesenia, que quería ponerme mas cómodo y que me iba a cambiar, ella sonriendo me dice que ya.
– Quieres escuchar música o ver le televisión – le dije.
– Escuchar música – me respondió.
– Bueno hay CD’s de música romántica allí.
– Quiero escuchar Miriam Hernández, ¿tienes? – me dice.
– Claro revisa los Cd’s y lo encontraras – le respondí.
Yesenia se levanto de la cama y se dirigió hacia el equipo de sonido, yo aproveche en sacarme toda la ropa, me desnude rápidamente y solo me puse un short. Estaba excitado con la pinga bien parada y se notaba el bulto por encima del short. Mi intención era que Yesenia me viera así, para luego tener sexo. Yesenia puso la música con un volumen muy bajito y se volvió a la cama, tarareando la canción. Yo me acerque despacio hacia ella, me senté sobre la cama también y le digo:
– ¿De que quieres hablar?.
Ella me miro fijamente a los ojos; y pude notar que reflejaban tristeza.
– Te pasa algo – le volví a decir – Dime lo que tienes que decir, puedes confiar en mí.
Yesenia se me acerco y me dio un beso muy apasionado, al mismo tiempo que, con su mano sobaba mi pinga. Yo un poco aturdido le correspondí el beso, ella comenzó a bajar besándome el cuello, bajando y mordiendo mis tetillas, siguió bajando y besándome el ombligo, cuando llego al short paso su rostro por encima del short, dándome algunas mordiditas en la pinga.
– Sácatelo – me dice.
Yo estaba muy excitado y en un dos por tres mi short ya estaba en el suelo. Ella cogio mi pinga con ambas manos, y comenzó a masturbarme, al mismo tiempo que introducía su boca, comiéndome toda la pinga. Me lo mamaba muy rico, yo cogia su cabeza y trataba de empujar su cabeza a mi pinga. Ella lo sacaba algunas veces diciéndome “ya no entra más”.
– Desnúdate tu también – le dije – y te echas aquí conmigo.
Ella se levanto de la cama, se levanto la falda del vestido y me dice:
– Te gusta mi calzoncito.
Yo me quede contemplando su calzoncito al mismo tiempo que mis manos sobaban sus nalgas y empujándola hacia mí le respondí: quiero chupártelo. Ella solo sonrió y se saco todo el vestido, luego procedió a sacarse el brasier y por ultimo el calzón. Desnudita ante mi, comencé con mi mano a explorar su cuerpo, acariciándola y besándola cada rincón de su cuerpo. Abrí sus piernas y comencé a chuparle su conchita, estaba muy limpiecita, al parecer se había bañado antes de la ocasión. Le estuve lamiendo un buen rato el coño y luego procedí a cachármela. Se vino un par de veces durante el tiempo que estuvimos cachando. Hicimos varias poses e inventamos muchas. También le había metido un dedo en el culo, ella ya no rechazaba ni me decía nada. Quiero metértelo por atrás – le dije, ella no acepto. La puse de costadito y comencé a cachar muy rápido, eso hizo que se viniera otra vez. Yo pude sentir ligeras contracciones en su conchita. La eche boca abajo, con una almohada sobre su vientre y procedí a montármela;
– Que rico – decía.
Yo comencé a moverme más rápido y siento que estoy por terminar, se lo hago saber y me dice:
– Termina dentro de mí.
Y así lo hice, eyacule dentro de la conchita de Yesenia. La bese y me retire rápidamente de ella. Le alcancé una toalla y le dije límpiate. Ella la levantarse, mancho la sabana con el semen que había eyaculado, Me recibió la toalla y procedió a limpiarse, limpio la sabana también y me dice:
– Me tengo que ir.
– Pero si es temprano todavía – le respondí.
– No – me dice – Voy a dejar tu casa para irme a la mía, llamo mi novio y me dice que me quiere tener junto a el, me ofreció matrimonio.
– Y cuando te vas – le dije.
– Yo le he dicho a mi novio que estoy el domingo o lunes por allá.
– Es Jueves – le respondí – Entonces el sábado te invito a pasear, que dices, además ese día es tan especial para los dos y será como nuestra despedida.
Yesenia un poco triste me dice:
– Yo no me quiero ir, quiero estar aquí contigo, no me importa que tengas novia, yo se que nunca te vas a casar conmigo, y no me arrepiento de haberme entregado a ti. Contigo he aprendido muchas cosas que con el nunca lo he hecho. Además el es muy conservador, es muy bueno, yo lo quiero, pero no me quiero ir todavía.
– Yesenia, tu felicidad esta primero, además con el tendrás tus hijos y una familia bonita, yo no te ofrezco nada, siempre serás una muy buena amiga y siempre voy a estar pendiente de ti, y ¿En casa saben de lo que me has dicho? – le dije.
– Todavía no, pero mañana les voy a decir que voy a dejarlos.
– Pero que dices, el sábado salimos – le volví a decir.
– Ya pues – me respondió – pero como lo hacemos sin que se enteren en tu casa.
En ese momento se me prendió el foquito del pensamiento y le dije a Yesenia.
– Tu tienes que llegar el domingo o el lunes a tu casa, verdad?.
– Si – me respondió.
– Bueno lo hacemos así: Yo voy a decirles hoy mismo en casa que el viernes viajo a Piura por motivo de trabajo, que regreso el domingo por la noche o el lunes, entonces ese día me hospedo en un hotel, tu le dices mañana en casa, que llamó tu novio y que vas a viajar el sábado por la mañana y le das las gracias. Llamas un taxi a la casa, te despides de todos y le dices al taxi que te lleve al sitio donde yo estoy. Que dices y así estamos todo el sábado juntitos, todo el día tu y yo, sin que nadie nos moleste.
– Ya pues – me respondió.
– Además llamas a tu novio y dile que el domingo por la noche vaya a recogerte la agencia de buses – le volví a decir.
Yesenia me dice:
– Ya amorcito, entonces vamos a decir eso, y el sábado voy a ser tuya, enterita de nuevo mi amor. Vamos hacer de todo, verdad.
Yo le asentí la cabeza dándole el si. Nos besamos apasionadamente, y ella después se retiro de mi cuarto. Al cabo de una hora llegaron mis padres y le dije que me iba de viaje mañana a Piura por motivos de trabajo y que regresaba el domingo por la noche o el lunes.
Al día siguiente, yo marque el número telefónico de la casa con mi celular, me responde mi mama, y fingí de voz, preguntando por Yesenia.
– Mama llamo a Yesenia.
Ella contesto el teléfono:
– Alo quien es?
Yo le dije:
– Yesenia no digas que soy yo, finge como si fuera tu novio y que te esta llamando el, para que puedas decirle a mi mama y hermana que te vas mañana.
Ella comprendió todo, yo colgué y ella siguió hablando, estaba fingiendo. Yo entre al comedor a tomar mi desayuno y vi que Yesenia sonreía, seguía fingiendo, yo le dije a mama y hermana: parece que estuviera alegre, le deben estar dando alguna noticia buena. Mi hermana me respondió:
– Debe ser su novio seguro, el siempre la llama temprano.
Yesenia fingió terminar de hablar y nos dijo:
– Es mi novio y quiere que viaje el sábado, me ha dicho que ya no quiere que te trabaje y que quiere casarse conmigo.
– Te vas? Y cuando regresas – le dije.
– No creo que regrese – me contesto.
Te vas el sábado entonces – le dijo mi hermana.
– Si, gracias a todos por ser muy buenos conmigo, me sentí como en familia, gracias señora, muchas gracias y comenzó a llorar.
Que bien que actuaba Yesenia; mi hermana y mama le dijeron que cuando quisiera que regrese nomás. Yo saque 60 dólares de mi bolsillo y le dije:
– Esto es para ti Yesenia, por lo bien que te has portado en casa, te vamos a extrañar mucho.
Ella no quiso recibirme el dinero pero yo cogi su mano y le puse el dinero en ella.
– Cuídate, yo no voy a poder despedirme mañana – le dije. Ya que hoy día viajo a Piura.
– Gracias por todo – me dijo – has sido muy bueno.
– Chau, ya me voy – les dije a todos y me retire a trabajar.
Cuando estuve en el trabajo, conversando con un amigo le dije que quería pasar un día bonito con mi novia y que si conocía algún lugar bonito y cómodo. Mi amigo me dijo que en Chosica hay un sitio bien bacán, era un hotel campestre, con piscina, y muchos árboles, y que era muy cómodo. Me dio dirección y teléfono. Llame para hacer una reservación y me pareció bien cómodo, 40 dólares la estadía por día. Le di mis datos y le dije que mañana estaría a las 10 de la mañana por allí. Llame a casa y me contesto Yesenia y le dije:
– Apunta esta dirección, tomas un taxi y allá te espero.
Ella me dijo que ya, que mañana se retiraba de casa a las 10 de la mañana y que ya había conversado con mi familia. Salí del trabajo y me tuve que hospedar en un hotel cerca al trabajo; al día siguiente me dirigí rumbo a Chosica, hacia el hotel campestre, cuando llegue me recibió una señorita muy amablemente, y me atendió y ella fue conmigo hacia mi habitación. Al llegar allí, abrió la puerta y me dio las llaves y me dice:
– Señor, hay un teléfono ahí, si desea cualquier cosita del restaurante, solo pide nomás, luego el mozo le trae su pedido.
Le sonreí dándole las gracias, al mismo tiempo que le decía que vendrá mi novia alas 10 u 11 de la mañana y que lo haga pasar. Ella se retiro del pasadizo diciéndome que ya. Comienzo a revisar la habitación y en verdad todo estaba bonito, el ambiente, había una pequeña salita con un sofá grande y una TV, el cuarto era grande con una cama de 2 plazas y con espejos en el techo y en las paredes, y el baño, también que lo era bonito. No me arrepentí de pagar mis 40 dólares, me dirigí a la cama y me saque toda la ropa, quedándome solo en ropa interior (calzoncillo), me eche en la misma y me quede dormido, me despierta un golpe de la puerta, me levanto para abrir, pensé que era la recepcionista y al abrir me di con la sorpresa que era Yesenia. Entro, cerré la puerta y nos besamos con mucho cariño, un beso profundo que hasta nuestras lenguas comenzaron a jugar.
– Vaya, si que eres rápido – me dijo.
– Te he estado esperando – le respondí – querías que estés pronto aquí.
– Yo también quería estar contigo, se me hizo largo el recorrido – me dice.
Yesenia estaba vestida con un polito y un pantalón jean; metí mi mano dentro de su pantalón al mismo tiempo que la besaba. Estas mojadita, le dije:
– Quieres hacer el amor?
Ella movió su cabeza dándome el si. La cargue entre mis brazos y la lleve hacia la cama. La baje muy despacio echándola y comencé a sacarle el pantalón, logre mi primer objetivo, acerque mi nariz hacia su calzoncito y lo olí bien rico, se había perfumado la concha. Le saque muy despacito el calzón y le comencé a chupar la concha. Que rico, eso era mi debilidad, le chupaba todo, los labios, el clítoris, y le metía mi lengüita en su conchita, ella se humedecía más y gemía agarrándome la cabeza con ambas manos. Comencé a subir por su monte de Venus, por el ombligo, besando y mordisqueando al mismo tiempo que mis manos trataban de sacar su polo, le subí el polo hasta la altura de su cuello y le subí el brasier, comencé a chuparles los senos, le los mordía suavemente, y le comencé a meter dos dedos de mis manos dentro de su conchita que estaba mojadita. Toqué su punto G, y comencé a sobarlo muy despacio, ella comenzó a gemir diciéndome:
– Ven hazme el amor, te necesito, métemelo.
Yo no me hice de rogar, le saque el polo y su brasier y pude contemplar su hermoso y blanco cuerpo y se lo metí todo de un solo empujón mi pinga, entro con facilidad ya que estaba muy lubricada. Hicimos el amor como locos, como si fuera la ultimas vez, ambos amándonos, entregándonos el uno al otro, hicimos varias poses, aproveche también en hacerle un masaje anal, masajeaba su esfínter con mi dedo, cogia su lubricación vaginal para untarle el ano, procedí a meterle un dedo y dio un suspiro, me abrazaba muy fuerte y me besaba, yo estaba en la gloria, con mi pinga dentro de su conchita y un dedo dentro de su virginal ano. Ambos nos venimos juntos en un orgasmo muy prolongado. Ella se sentó encima de mí y comenzó a salir el semen de su conchita que caía sobre mi barriga. Ella puso su mano sobre el semen y comenzó a untarme por toda mi barriga y pecho, picaramente sonriendo me dice:
– Te acuerdas de esto?
Y se chupo un dedo y luego otro.
Ven bésame – me dijo.
Yo me acerque a sus labios que estaban untados con mi semen y lo bese, la bese al mismo tiempo que ella metía su lengua sobre mi boca y en voz muy bajita me dice cerca al oído: hoy día, voy a ser toda tuya, hazme lo que quieras. Esas palabras hizo que me excitara y mi pinga flácida comenzó a recuperar su erección. Así sentada ella cogio mi pinga y se lo metió, estuvo cabalgando como media hora y ambos nos vinimos de nuevo. Ella sudando y un poco cansada me dice: voy a bañarme y ya regreso. Cuando ella salio de la ducha, pude ver su hermoso cuerpo y me acerque cogiendo sus pechos y comencé a chuparlo, luego la bese y le dije:
– Cámbiate que vamos a salir un rato – me metí a la ducha y me bañe.
Cuando Salí del baño, ella ya estaba cambiada, yo al toque me cambie y le dije: vamos a tomar un poco de aire puro. Salimos fuera del hotel y nos dirigimos hacia el campo, había muchos árboles y la abracé a Yesenia y caminamos juntos. La besaba, la manoseaba, le metía la mano en su conchita y en su culito, ella no me decía nada.
Estuvimos recorriendo el hotel por un par de horas por los árboles. Regresamos al cuarto y pedí un par de pisco Sour (trago típico de Perú), el mozo lo dejo en la salita del cuarto y brinde con Yesenia. No miramos y comenzamos a besarnos.
– Prende la TV – me dijo.
Yo prendí y busque un canal porno. Ella al ver esas escenas de pornografía se excito mas, y me bajo el cierre del pantalón, saco mi pinga y me comenzó a chupar, siempre miraba la TV, chupando y mirando. Luego me suelta la correa y me saca el pantalón, ella se saco el suyo y se monto encima mío, Que rico que lo sentía, estaba muy mojadita, comencé a tocarle el culo con mis dedos, le masajeaba si esfínter. Ella susurrando me dice:
– Si quieres hazlo ahora, antes que me arrepienta.
Le dije que se parara y que se pusiera cerca al sillón, que solo echara su cuerpo al sofá, pero que las piernas las tuviera parada y que se relajara. Ello hizo lo que yo le ordene, pude presenciar su hermoso culo, cogi las nalgas con ambas manos y pude observar su virginal ano de color marroncito, Ella seguía viendo la película pornográfica, acerque mi rostro a su culito y comenzó a chuparle el ano, su sabor no me gustaba, era la primera vez que lo hacia, pero proseguí chupándolo, eso le excito mas a ella y me dice
– Hazlo, métemelo.
Yo puse el glande sobre su culo, mi pinga estaba muy dura, hice un poco de presión sobre el anito virginal de mi Yesenia y ella grito: ay, duele. Yo retire mi pinga y le digo: te va a doler un poquito, deja que entre la cabecita y todo será más fácil. Puse de nuevo mi pinga en su anito, ella con su mano cogio mi pinga y comenzó a ayudarme a metérselo.
– Ay, despacio.
– Tú tienes el control de mi pinga.
– Hazlo pero despacio.
Poco a poco comencé a metérselo por el culo, hice un poco de fuerza y le llegue a meter la cabecita (glande), ella dio un grito despacio pero desgarrador, le había dolido y tenia ganas de llorar. Yo no me moví, incline mi cuerpo hacia el de ella y la bese.
– Así es la primera vez, si quieres lo saco – le dije.
Ella movió su cabeza como diciéndome que no. Poco a poco comencé a meterlo muy despacio y lentamente, ella seguía quejándose de dolor, hasta que entro toda mi pinga en su culito, ella se quejaba:
– Duele, duele, ay.
– Yesenia ya entro todo, déjalo que se acostumbre un ratito – le dije.
Al cabo de unos minutos, comencé a bombear sobre ella, con mi pinga en su culo. Ella parecía dolerle pero ya era menos y decía, es rico, me gusta pero duele; comencé a moverme mas rápido, sentí que su ano comenzó a acostumbrarse a mi pinga, sentí también que no estaba muy lubricado su culito así que retire mi pinga y le escupí en su huequito. Me eche saliva en mi pinga también, y procedí a metérselo. Solo gimió de dolor cuando entro la cabecita, despacio seguí metiendo la pinga y ella empujo sus nalgas hacia mí y ese culito se trago toda mi pinga. Comencé a cachármela, y con mi mano comencé a buscar su conchita y comencé a pajearla.
Que rico, así mi amor, dame mas – decía.
Vamos a la cama le dije, ella me contesto que ya. La cargue y la besaba al mismo tiempo, la deje en la cama y le dije:
– Échate boca abajo.
Ella se echo y se coloco una almohada sobre su vientre. Me acerque a sus nalgas y comencé a chuparlos y morderlo, me acerque a su anito y le empiezo a lamer otra vez, le comencé hacer un beso negro muy rico y deje lleno de saliva ese culito. Me eche encima de ella y comencé a sodomizarla, primero muy despacio y después mas fuerte, ella gemía y movía su lindo culo también, le estaba empezando a gustar. Así de espaldas ella estaba a mi merced. Le besaba el cuello, la espalda, la cara, los labios, de vez en cuando le mordía el lóbulo de la oreja y algunas veces le metía toda la pinga que la hacia gritar.
– Que rico, nunca pensé que cachar por el culo fuera tan rico – decía.
Yo estaba feliz, porque después de tanto insistir, ella me entrega el culo antes que se vaya. Seguí moviéndome hasta que mi pinga se puso muy sensible y sin decirle nada a Yesenia me vacié a borbotones dentro de su culo. Yesenia se dio cuenta de que yo había terminado, porque sentía unas cositas bien ricas dentro de su ano, me dijo que le quemaba algo adentro, pero se sentía muy rico. Retire mi pinga de su culo, y ella se levanto rápidamente y de dirigió al baño, allí se sentó en el inodoro y comenzó a botar el semen de su culo.
– Me has lastimado, el semen esta con sangre – me dijo.
– Yesenia es normal que botes un poquito de sangre, ya que es la primera vez que lo haces por ahí y posiblemente mañana te duela un poco y será unos 3 días el dolor.
Yesenia me dijo:
– Es muy rico hacerlo por ahí, vamos a seguir haciéndolo verdad?.
– Si le dije, pero ahora lo vamos hacer en la ducha, bañándonos juntos para luego descansar un rato y cenar.
Ella me dijo que si, yo entre primero a la ducha y puse el agua a tibio, ella entro después, nos besamos al mismo tiempo que el agua nos mojaba, le toque su concha, ella me beso con mas pasión, luego me soltó y cogio el jabón, sobandose sus manos y luego procedió a agarrarme la pinga y comenzó a lavármelo con el jabón. Mi pinga se comenzó a erectar y ella me dice:
– Métemelo.
Levante una pierna y se lo metí en su conchita, comencé a moverme y a chuparles las tetas. Después de un rato ella me dice: métemelo de nuevo por atrás. Yo cogi el jabón y le eche una buena cantidad en su culito, me eche en la pinga también y se lo metí. Que rico que sentía, entraba despacito, arrancándole pequeños quejidos de dolor, pero le gustaba. Yesenia puso todo de su parte y me dice:
– Me arde
– Es por el jabón – le respondí.
Mojándonos en la ducha y cachándola, abracé a Yesenia muy fuerte, le besaba el cuello y los labios;
– Me tiemblan las piernas, me voy a venir – me dijo.
Eso hizo que yo empezara a cachar más rápido y nos venimos juntos. La corrida de ella, se confundió con el agua, mientras que mi semen llenaba todo su culito. Me retire y nos enjabonamos juntos ella me beso y me dijo:
– Soy la mujer más feliz del mundo, nunca pensé que me ibas a enseñar muchas cosas en cuanto al sexo. Sabes dar placer a una mujer y sabes excitarla, por eso no me quiero ir; me gusta cuando me chupas mi concha y mi culito, es una sensación bien agradable.
Luego salimos de la ducha, nos secamos y nos fuimos a echar en la cama ambos desnudos. Ella acerco su rostro a mi pecho y me comenzó a besar, se acerco a mi pinga y comenzó a mamar;
– Te voy a extrañar mucho – me dijo.
Yo solo sonreí y ella siguió chupando mi pinga. Después de un rato nos cambiamos y salimos a cenar, volvimos de nuevo al cuarto a descansar un rato, y luego de nuevo volvimos al sexo. Esa noche hicimos de todo, hasta nos orinamos, yo en el cuerpo de ella y ella en el mío, eyacule sobre sus pechos y en su boca también. Se que ella nunca se olvidara de eso. Nos quedamos dormidos cansados, extenuados de tanto sexo, hasta el otro día. Nos levantamos como a las 10 de la mañana, nos volvimos a bañar juntos teniendo sexo otra vez. Luego nos cambiamos y pedí el desayuno. Como el alquiler del cuarto era hasta el mediodía, teníamos una hora mas para cachar, ella no quería mas, me decía que le ardía el culo y la concha, yo no le insistí, solo le dije que por ultima vez me dejara chuparle su conchita, ella accedió a eso, le baje el pantalón y su calzón y procedí a chuparlo, que rico sentir sus flujos vaginales que chorreaban por mi boca. Estaba por retirarme y ella me dice:
– Préstame tu teléfono.
Le di y llamo a su novio, diciéndole que le espere a las 7 de la noche en el paradero, estoy muy feliz, no he podido dormir pensando en ti le dijo. Mientras ella hablaba con el yo de nuevo me agache a chuparle su cochita, ella se echo sobre la cama, levanto sus piernas para sacarle el pantalón. Lo hice rápidamente y me acerque a comerle otra vez su conchita, le metí un dedo, ella seguía hablando con el, le escuche decirle que había soñado con el teniendo sexo toda la noche, y que posiblemente llegue cansada hoy día, y que mañana si iban a tener intimidad. Se despidió y me entrego el teléfono al mismo tiempo que se corría de nuevo, me tome todo su juguito, ya que era la última vez que iba a saborear tan delicioso néctar, ella se levanto y se dirigió al baño a lavarse. Cuando salio le dije:
– Gracias por todo Yesenia, espero verte algún día – ella solo sonrió.
Arreglo el calzón y el pantalón delante de mí y me dice: acompáñame al paradero de buses interprovinciales, ya me tengo que ir, salimos fuera del hotel y tomamos un taxi hacia el paradero. Llegamos y me dice:
– Adiós, nunca te olvidare – y me abrazo muy fuerte.
Nos dimos un beso tierno y prolongado; y se retiro llorando. Siguió caminando, pensé que iba a voltear la cara para decirle adiós, pero no lo hizo, ella siguió de frente y se perdió entre la gente, no la divise mas. Un poco triste me retire del lugar, no me acuerdo hacia donde me dirigí, pero estaba triste también. Caminando sin rumbo espere que sean las 7 de la noche para llegar a casa e iniciar una nueva vida sin Yesenia.
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