Desde que mi mujer Ana descubrió que yo tenía onda con Felipe, un nuevo compañero de trabajo, nuestra relación sexual cambió. Felipe amaba el padel como yo y empezamos a jugar cada jueves.
Era el día que Ana salía con amigas. Todo bien. Ana y yo éramos un matrimonio ordinario con buen sexo y yo le había confesado que en mi adolescencia tuve varios encuentros sexuales con un compañero que me enseñaba defensa personal. La relación era secreta porque nos hubieran cargado a morir en el colegio. Héctor y yo nos juntábamos a estudiar en la vieja casona de Colegiales de su abuela que había muerto.😊😎
Cuando terminamos de estudiar le pedí practicar unas tomas. Forcejeamos por un rato, hasta que de pronto se puso detrás de mí, y me inmovilizó en el piso del cuarto de estar. Entonces sentí su pene duro contra mi culo y me sorprendió que mi erección fuera inmediata. Héctor notó que me quedaba apoyando mi culo en su bulto sin oponer resistencia.
De pronto me dijo “¡parece que te gusta sentir mi pija…!” Yo me quedé quieto mientras su mano comenzó a acariciar mi miembro duro a través de pantalón. Yo le dije sin mucha convicción “córtala, Héctor…”.
El me miró, mientras sostenía mi bulto y me dijo “¿seguro que no te gusta? Yo me quedé en silencio, entonces abrió el cierre de mi bragueta y me empezó a pajear con más fuerza. Yo gemía de placer, y Hector me sacó los pantalones, me bajó el slip y me ordenó” Ponte en cuatro”.
Enseguida le hice caso y luego se alejó un momento para buscar algo. Yo lo esperaba en cuatro y me metió un dedo en el ano, que yo disfruté. Luego otro y después me llenó con una crema que facilitó su penetración con los dedos de su mano izquierda. Yo solo gemía y me empecé a masturbar. Héctor me sacó la mano y empezó con su mano derecha a pajearme, mientras me decía “tranquilo que todavía no empezamos”.
Yo giré la cabeza y lo miré. De pronto metió con fuerza su pija en mi ano. Grité del dolor. Héctor me dijo” no grites marica, que ya te va a gustar…” Su pene estaba totalmente dentro mío y sentí que mi cuerpo se dividía en dos. Del dolor pasé al placer y solo le pedía que me cogiera con más fuerza.
Héctor me cogió un rato hasta que acabó dentro mío mientras se reía de la situación. “Putita, como te voy a coger…” Yo intentaba cerrar las nalgas para no chorrear semen, me di vuelta y vi su torso desnudo abriendo los brazos en señal de triunfo. “Ahora sos mi puta así que límpiame…” Se sentó sobre mi torso y limpié su pene fláccido con mi lengua.
Me sentía su puta realmente
Nos juntamos hasta que terminó el secundario en esa casa y me cogió siempre a voluntad. El salía con una mina que estaba divina, pero yo era su putita, me encantaba chuparle la pija y sentirlo dentro mío. Aunque nunca nos besamos.
En ese tiempo rechacé salir con chicas, solo quería que Héctor me cogiera. Luego del servicio militar a su padre lo trasladaron a España y nunca más no vimos.
Ana tenía claro ese relato y cuando supo que Felipe y yo jugábamos padel cada jueves, me preguntó “¿vos no estarás de nuevo cogiendo con Felipe, no mi amor…?” La miré y le dije “todavía no…” Ana largó la carcajada y me dijo “avísame así te devuelvo la atención…” Yo me quedé en silencio y nuestra vida siguió tranquila.
Una noche estábamos felices de haber ganado un doble y después del partido fuimos a las duchas. Felipe se duchó enfrente mío y mientras se enjabonaba noté que me miraba. Yo cometí el error de mirar su miembro grueso por unos momentos y él se rió y me guiñó un ojo. Mientras nos cambiamos me invitó a tomar una copa en su casa en lugar de ir a un bar, y yo acepté sabiendo lo que me esperaba. Le mandé un texto a Ana que volvía más tarde y me puso “yo también”.
Cuando llegamos a la casa de Felipe, dejamos lo bolsos en el piso y nos sacamos los zapatos. Me señaló el bar y dijo “servirme un whisky, me cambio y vengo.” Preparé dos wiskis, y me senté en el sillón del living. Estaba lleno de fotos suyas remando y haciendo deportes. Muchas de ellas con torso desnudo festejando.
Me quedé mirando su cuerpo. De pronto apareció por atrás y dijo “es una foto de archivo, acá me tienes en cuerpo presente…” Estaba en bolas, con el pene duro. Yo largué la carcajada, pero no pude evitar mi erección. Entonces se arrodilló, me sacó el vaso de la mano y me tomó la cabeza para darme un beso de lengua intenso.
La abracé y acaricié todo su cuerpo. Olía a un perfume muy fuerte, yo estaba recaliente. Luego me agaché y tomé su miembro para llevarlo a mi boca. Felipe se acomodó y comenzó a hacerme sexo oral por un rato, mientras yo acariciaba sus muslos y sus nalgas. Tuve dos arcadas, por el tamaño de su miembro. De pronto le dije “cógeme por favor.“
Me puse en cuatro, Felipe me abrió bien las nalgas, me metió dos dedos en el ano y sintió que yo estaba listo. De pronto su pija me penetró durante varios minutos, mientras el me abrazaba por atrás a modo de cabalgata. Yo empecé a pajearme. De pronto salió de mi cuerpo, me ofreció su pija y me acabó en la boca. Yo me tragué el polvo, y limpié su miembro completamente.
Nos incorporamos en silencio, y tomamos el whisky. Yo miraba su cuerpo desnudo y el se reía. De pronto me dijo “no entiendo que haces casado..” Nos reímos juntos y luego de besarnos me fui de su casa, con la excusa “que no se te pare de nuevo, porque me la como y ahí me quedo a dormir.” Felipe se cagó de risa y dijo “ningún problema, ya te vas a quedar, es cuestión de tiempo, por ahora tienes que seguir fichando en casa, sé cómo funciona esto”.
Volví a casa en Uber. Ana llegó como a las 3 de la madrugada, y se metió en la cama desnuda. Tenía un fuerte olor a sexo, alcohol y cigarrillos. Me desveló su olor. Se me acercó, apoyando sus lolas en mi pecho, y me dijo “¿quieres que me bañe? Yo la abracé, la besé y le dije “no te voy a preguntar nada, veo que la pasaste bien, así que ahora me toca a mí” Ana se rió, me tomó la pija y me montó.
Mi miembro estaba duro y solo quería ahora coger con mi mujer. Ella, cabalgaba sobre mí y me dijo “¿en serio no estás celoso?” La miré, mis labios besaron sus lolas, con olor a macho y le dije “solo quiero hacerlo con vos. “Ana cerró los ojos, me acarició la cara, mientras yo besaba y pasaba mi lengua por su cuerpo. Se movía como una puta.
Ahí me di cuenta de que estaba recordando al macho que la había cogido hace horas. No me importó. Fue una noche completa hasta acabamos juntos.
Los viernes teníamos home office, y al desayuno solo teníamos miradas en silencio. Ana preguntó “anoche me encantó, estabas divino, cachondo, no sé si conmigo o con Felipe…”
Yo lancé una carcajada y le dije “estaba cachondo porque noté cómo vos recordabas al macho con el que estuviste anoche” Ana me miró y me dijo “prometiste no estar celoso..” Nos dimos un beso y seguimos desayunando.
Ana y yo tenemos amantes y por ahora no afectó nuestra relación sexual ni nuestra pareja.
By: Santiago 😂😎
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