Experimentando: mi mujer se dejó coger con el dueño de la finca
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Esto nos pasó en una invitación a Medellín a un encuentro swinguer, el lugar era en una finca muy lujosa, tenía todo para un encuentro ideal, tuvimos la fortuna de conocer los dueños, mi mujer le agrado mucho a ellos, la atendieron muy bien y la mimaron mucho.
Cuando termino la fiesta nos invitaron a quedarnos, mi mujer se sentía bien con ellos y se entregó al sexo sin problema, durmieron juntos esa noche, yo con la esposa de él.
Al despertar nos invitaron a desayunar comentamos los detalles de la noche y reímos un rato, después nadamos desnudos en la piscina nos invitaron tequila, mi mujer se veía muy enamorada con él y muy caliente, ya entrados en tragos nuevamente nos propusieron hacer algo diferente, nos propusieron hacer algo de zoofilia, mi mujer se sorprendió, yo me preocupe por que no se mucho del tema, nos llevaron a las pesebreras, tenían caballos de todo tipo.
Se veía que eran muy ricos, la esposa del dueño tomo el pene de un caballo y lo estimulo un rato, su enorme verga salió lentamente mientras ella hacia eso el acariciaba a mi mujer, inicialmente solo miraba como ella acariciaba el pene del caballo, de un momento a otro se acercó y tomo ese enorme pene en sus manos, lo acaricio acercando su cuerpo al caballo, puso la punta de pene en su vagina, al contacto los dos se estremecieron, ella tenía su piel de gallina y su vagina muy mojada.
El pene del caballo se templaba con fuerza al sentir los roses húmedos de mi mujer, mojo esa verga con sus jugos, su flor estaba muy hinchada y dilatada, el sonido que hacia el rose de sus sexos era excitante y resbaloso, los dos movían sus caderas ella con deseo de ser penetrada y el caballo intentándolo, los dos estaban muy mojados, mi mujer se volteo dando la espalda poniendo la verga del caballo entre sus piernas agacho un poco su espalda para tratar de ser penetrada, poco a poco introdujo la punta del pene en su vagina, pero el bruscamente la embestía al sentir la penetración y se salía, ella estaba muy caliente como poseída.
La esposa del dueño se acercó y puso la verga en su vagina y se la clavo toda, el animal se la cogió con brusquedad y ella no solo no le dolió le gusto, mientras mi mujer se dejó coger del dueño de la finca, yo solo me dedique a mirar un poco asombrado y excitado por los alcances de mi mujer, después me confeso que era una curiosidad que tenía desde niña, siempre le excito ver los caballos con su pene parado, todavía recuerdo ese día con mucha excitación y con deseo de volver a ver a mi esposa con un caballo.
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