Exhibiéndome a mi cuñada y terminamos en sexo
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Como ya he escrito en otro relato, me comencé a exhibir ante mi cuñada.
Fueron mas de 5 veces las que pude enseñarle mis atributos mientras yo fingía dormir completamente desnudo, eran ocasiones tan excitantes, llenos de adrenalina, a un lado mi esposa y a unos pocos metros mi cuñada observándome.
Pero el asunto llegó a mas, cierta ocasión mi esposa se enfermó y estaba indispuesta para trabajar, por lo tanto nuevamente le dijimos a mi cuñada si podía apoyarnos en el negocio, pero le dijo mi esposa que en esta ocasión solo seríamos mi cuñada y yo pues mi esposa estaba enferma, desde luego ella accedió.
Eran días de verano, un verano muy caluroso, por lo que tanto mi cuñada y yo tuvimos que trabajar en short, al finalizar la jornada era necesario acomodar mercancía en los anaqueles y subir otro tanto que había llegado a la bodega, nos apuramos lo mas que pudimos pues ya era tarde y no deseábamos salir demorar mas pues la jornada había sido muy cansada, para subir la mercancía a la bodega en lugar de usar las escaleras y subir una y otra vez, instalamos una polea y en una base que improvisé colocaba un buen tanto de mercancía.
Mi cuñada jalaba por la polea y yo recibía arriba la mercancía y la acomodaba, pero mi short era bastante holgado y ella fácilmente podía ver mi bulto dentro de mi ropa interior cuando miraba hacia arriba, pude ver su mirada y una pequeña risita cuando lo hacía, así que decidí mostrarle algo más, al alejarme a acomodar la mercancía, también aproveche para acomodar “la otra mercancía” fuera del bóxer, de manera que la siguiente vez que mirara hacia arriba en mi entrepierna, pudiera ver mi sexo completamente.
Bajé la tarima improvisada y ella procedió a acomodar mas mercancía, me acerqué lo mas que pude a la orilla del techo de la bodega, ella discretamente volteó a mirar mi entrepierna, como ya antes lo había hecho, pero esta vez se llevó una grata sorpresa, miró mi bulto y como las otras veces estaba por alejar su mirada rápidamente, pero en su mente repasó lo que había visto y regresó nuevamente su mirada, sorprendida de lo que estaba viendo, se quedó así por unos instantes hasta que comprendió que yo podía verla y posiblemente descubrirla y aparto nuevamente su mirada.
Yo solo fingí ver para otro lado como buscando donde acomodar mas productos, ella terminó de acomodar y me dijo listo ahí va y volvió a ver hacia arriba a mi entrepierna por unos instantes, pero ésta vez no pudo ocultar su sorpresa y sus ojos se abrían mas de lo normal, nuevamente apartó su mirada y veía hacia otro lado mientras seguía jalando con la polea, y de vez en cuando su mirada apuntaba rápidamente a mi entrepierna, yo fingía no estar al tanto que mi sexo estaba fuera del bóxer, pero poco a poco me sentia un algo excitado al sentir su mirada en mi entrepierna aunque fuera tan solo por unos instantes. Repetimos la operación dos veces mas, pero sus miradas eran cada vez mas descaradas y sus risas cada vez mas picaras.
Esas miradas y sonrisitas me comenzaron a excitar y pronto mi sexo ya lo sentía palpitando y completamente erecto, ella pudo notarlo y entonces su mirada se volvió completamente descarada y ya no la apartaba de mi entrepierna y empezó a hacer comentarios con doble sentido, en la ultima tarima que subimos, vi como ella miraba desde abajo mi pene bien parado sonrió y complaciente acompañó su mirada con unas palabras en doble sentido “que pasó por que no subes la tarima, aah ya veo que se paró, digo se atoró, ¿quieres que te eche una mano?” esas palabras me pusieron al cien y le dije a si claro ven sube y jalala por que ya se me atoró (refiriéndome supuestamente a la tarima que no podía acercarla hacia mi”, se rio y subió las escaleras lentamente sin apartar la mirada de mi pene.
Al llegar arriba, se colocó justo frente de mi y se inclinó levemente para jalar la tarima hacia el piso de la bodega, pero al hacerlo repegó sus nalgas muy duritas y paraditas a mi pene, pude sentir bien su raya pues el short que ambos usábamos eran ligeros, mientras yo sostenia la cuerda para que la tarima no se cayera ella la jalaba hacia nosotros y cada vez se repegaba mas a mi.
Finalmente la coloco en el piso y me dijo “ya quedó, hay que jalarla un poco mas pero con cuidado, no me vayas a TIRAR aquí” mientras repegaba aún mas su culo hacia a mi, no pude más y le dije “aquí no ¿entonces dónde? se río se giró y comenzamos a besarnos, ella de inmediato agarró mi mimbro con una de sus manos.
Era muy delgadita, la cargué y nos fuimos al fondo de la bodega donde había algunos plásticos para empaque que nos sirvieron de colchón, ella me repetía una y otra vez, mi hermana no se puede enterar de esto, le dije que yo también lo sabía, comencé a desnudarla y mientras lo hacia ella me contaba las veces que me había visto dormir desnudo junto a su hermana y que se había muerto de deseo de sobármelo, chupármelo y metérselo, pero no se había atrevido por su hermana obviamente.
La acabé de desnudar y me confesó que nunca lo había hecho.
Le dije no te preocupes esto lo vas a disfrutar, la acaricié le chupe su rajita hasta que se lubricó completamente y procedí a desvirgarla sus ojitos se abrían grandotes, primero de dolor y luego de placer, fue una experiencia deliciosa, nunca creí que exhibirme a mi cuñada me trajera tan deliciosa experiencia.