En el coche y su casa
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Era el mes de Abril. Por aquel entonces yo tenía 35 años y mi hermana 44 años. Me llamó temprano, para preguntarme si podía recogerla en su casa, pues vive en un pueblo, porque tenía que hacer unas gestiones en la ciudad y mi cuñado trabajaba ese día. Le dije que si y fui a por ella a su casa. Vinimos a la ciudad y después de hacer sus gestiones paramos a tomar algo hablando de varios temas. De regreso, cada vez que cambiaba de velocidad le rozaba el muslo, sin que ella apartase la pierna.
Cuando llegamos a la carretera que va al pueblo, una nacional, por la que casi no pasan vehículos, le empecé a acariciar los muslos descaradamente, sin que opusiera resistencia. Me aventuré y coloqué la mano en su entrepierna, subiendo y bajando acariciando su coño. Como llevaba unos leggins y no usa ropa interior, casi notaba sus labios rodear mis dedos.
Su reacción fue de poner su mano sobre mi polla y acariciarla. Vi un pequeño desvió, rodeado de matorrales altos, me metí y entre los matorrales paré el coche y sin mediar palabra le metí la mano por los leggins hasta llegar a su coño y jugar con su clítoris. Ella me bajó la cremallera del pantalón y sacando mi polla se la metió en la boca, haciéndome una deliciosa mamada.
Miramos por si podían vernos y nos fuimos a la parte trasera del coche, colocando a mi hermana de perrito sobre el asiento y bajándole los leggins y yo mi pantalón y mis bóxer, apunté a su coño clavándole mi polla hasta el fondo. Comencé el bombeo mientras jugaba con sus tetas por debajo de la blusa y subiéndole el sujetador. Sus pezones se pusieron duros al momento con mis caricias. Cuando noté que me iba a correr. saqué mi polla de su coño y esperando un poco, se la metí por el culo descargando toda mi leche en su interior, mientras jugaba con su coño con mis manos haciéndola llegar al orgasmo. Nos limpiamos con unos clínex que siempre llevo en el coche, nos vestimos y continuamos hasta su casa.
Cuando llegamos, subimos y nada más entrar y cerrar la puerta, la agarré de la cintura desde atrás, besándole el cuello y tocándole el culo. Le bajé los leggins y colocándola de bruces sobre la mesa se la volví a meter en su redondo y hermoso culo. Le subí la blusa y le quité el sujetador jugando con sus tetas mientras bombeaba con mi polla en su culo. Luego bajé a su coño con mi mano y comencé a acariciar su clítoris, haciéndola llegar de nuevo al orgasmo poco antes de que yo descargara de nuevo en su culo.
Esperé hasta que mi polla se salió sola, ya fláccida por la corrida, vistiéndonos, no sin antes besar, lamer chupar y mamar sus deliciosas tetas. Nos sentamos, tomamos unas cervezas y volvió a sacarme la polla para manármela hasta que cuando me iba a correr le avisé, y levantándose, se subió la blusa y descargué todo sobre sus tetas.
Fue al servicio a lavarse, mientras la seguía sin que se diera cuenta. Cuando estaba agachada, la agarré y bajándole los leggins, comencé a comerle el coño, chupando su clítoris y mordisqueándolo, hasta que llegó al orgasmo inundando mi boca con sus jugos. Le di un beso en las cachas del culo y una cachetada y la dejé lavándose. Me fui al salón y al rato apareció mi hermana con una sonrisa en los labios. Nos besamos y después de unas cervezas, hicimos un 69 en el sofá, descargándole todo en la cara, pues no le dio tiempo de separarse. Nos despedimos y yo volví a mi casa con el placer de haber disfrutado de mi hermana otra vez.