El trabajo íntimo

Estaban un grupo de amigas comentando los chismes de la colonia y entonces empezaron a hablar de los jóvenes y en especial de uno a quien todas parecía interesarles o gustarles, pero como todas eran casadas, ninguna había tenían el valor para intentar una relación con él.

Pero si estaban enteradas de que ese joven que hacía trabajos de carpintería se iba a trabajar en varias casas de la colonia en donde había otro grupo de señoras las cuales se rumoraba que hacían fiestas en donde se intercambiaban las parejas y se empezó a correr la voz de que este joven ya se había metido con varias de ellas.

Y en la reunión en que estaban se empezaron a preguntar entre ellas si alguna de ellas se atrevería a tener relaciones con él.

Entonces una de ellas comentó que Irene le había encargado un trabajo y todas al unisonó le dijeron, ¡ a ver Irene cuéntanos ¡ e Irene roja, roja de nervios les dijo:

  • En verdad quieren que les platique, bien pues les voy a contar con lujo de detalles

pero esto tiene que quedar entre nosotras y no se puede divulgar:

Pues verán la verdad es que tengo una máquina de coser que ya se le estaban cayendo los cajones y pensé en hablarle a Fabian para que los arreglara, pero créanme que no fue con ninguna intención, pero cuando llegó lo vi tan guapo, que sinceramente una idea me pasó por la mente pero la hice a un lado y él empezó a reparar los cajones de la máquina y para esto se tiró en el piso y cuando pase a un lado, lo vi tan deseable y note el enorme bulto que tenía en la entrepierna y sin más me seguí de largo pero volví a pasar varias veces, entonces en una de ellas él me agarró de un pie y yo me quedé helada y no pude decir nada y como yo no me resistí ni le reclamé él me empezó besar las piernas con besos como chupetazos subiendo desde los tobillos y al llegar a los muslos sacó la cabeza de entre mi falda, pero jalándome las pantis.

Yo estaba que me venía y entonces se paró a mi lado y me besó, abrazándome con pasión y quitándome la blusa, me desabrochó el brasier y me empezó a acariciar los pechos yo ya no sabía de mí y lo dejé hacer lo que quisiera y me chupaba los pezones me lengüeteaba las areolas y se fue bajando por mi cuerpo quitándome la falda y como ya no traía calzones me besó el monte de venus y me empezó a lengüetear el clítoris y yo sentí que me flaqueaban las pernas, entonces abrazándome me llevó a la mesa del comedor y levantándome las piernas me hizo el amor oral y cuando sentí que me venía lo jale de la cabeza y él me puso las piernas en sus hombros y suavemente me fue metiendo la verga, que sentí enorme y bajando las piernas me abracé a él cuando me venía con un grito de placer.

Cuando terminé de venirme, me besó y se puso en mi espalda y empinándome sobre la mesa me metió la verga de un solo golpe, al sentirla hasta adentro me sentí en la gloria y él tomándome las caderas con las manos me hiso que las moviera de un lado a otro mientras el me daba unas deliciosas metidas que fue incrementando hasta que nos venimos casi al mismo tiempo, ya sin aliento lo abrace y lo bese y tomándolo de la mano lo llevé a mi cama y nos dormimos abrazados.

Al despertarme estiré la mano para acariciarle la verga y al sentirla bien parada no pude más y se la empecé a chaquetear y al sentirlo él me besó y me hizo que me subiera en él y ensartándome en su verga cogimos de palo encebado y cuando casi me venía nuevamente me acostó y me cogió como cojo con mi esposo, pero él si me hizo el amor hasta que me vine.

Cuando se fue me dijo que a la próxima íbamos a probar otras cosas.

Ay caray dijo Marcela que envidia, la verdad nunca me imaginé que ese muchacho fuera tan eficiente y que tu fueras tan aventada, no sé si se me presentara la ocasión tuviera el valor de aventarme esa aventura.

Y Jimena dijo, ha de ser delicioso vivir esa experiencia, ya que nuestros esposos ya ni nos pelan.

No si no solamente no nos pelan dijo Araceli, sino que como en mi caso nunca me han hecho el amor de esa manera.

Pues bueno dijo Marcela, yo necesito que me hagan un closet, les platico que tal me quedó el trabajo y si quedé satisfecha, por si alguien necesita que le hagan algún trabajito.

Y todas estuvieron de acuerdo en turnarse para pedirle a Fabian un trabajito.

Compartir en tus redes!!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *