El regalo con el agradecimiento mas sexual posible

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Tengo 45 años y lo que voy a relataros nunca pensé que pudiera ocurrir. Sexualmente Roberto, mi marido, y yo nos complacemos de una sexualidad variada, eso si constantemente buscamos nuevos recursos para evitar la rutina. Este relato es la última experiencia que he tenido, mejor que hemos gozado.

Todo empezó cuando Carla, una amiga de la oficina me contó que le gustaba ver como se masturbaba Raúl en sus juegos eróticos, esto la ponía tan cachonda que siempre terminaba pajeándose. Tenían una vida sexual sin tabúes y estaban abiertos a cualquier experiencia. Carla quería hacer un regalo a Raúl en su cumpleaños y no sabia que podía regalarle, después de 22 años tenían de todo. Se le ocurrió que podía regalarle un coño. Dejaría que se agenciase a otra mujer. No sabía como llevar a cabo o donde encontrar la mujer. Pensó ó en alquilar una puta pero descarto la idea. Quería ver la sensación de placer en la otra mujer. Repaso la lista de amistades femeninas se acordó de Virginia una amiga separada que en una ocasión le dijo que Raúl le había echado los tejos. Virginia lo rechazo según dijo no quería herir a su amiga aunque solo la idea la había excitado mucho.

Después de varias semanas con el pensamiento de hacer de mirona de su marido y Virginia la idea le pareció buena. Virginia era unos años mayor que ella y todavía tenia un buen polvo como diría Raúl, de buen ver, guapetona, pechos generosos y un culo con muy buenas agarraderas un poco bajita 1,60 unos 55 kilos bien dispensados. Llamo a Virginia para proponerle el asunto y quedaron en verse por la tarde. No sabia como explicarle el asunto así que sin mas rodeos inquirió que si aun le gustaría tener una relación con Raúl, la tranquilizó diciéndole que no pasaba nada que sencillamente quería hacerle un regalo muy especial. Virginia no entendía nada asta que Carla le contó que viendo a Raúl masturbarse la excitaba tanto que cerraba los ojos y se imaginaba que otra mujer se la mamaba mientras ella los miraba. Virginia empezó a ponerse nerviosa y la curiosidad pudo mas que el sentido común, Cuando termino de contarle le confeso que había conseguido excitarla y que aceptaba sin más. Ahora tenían que buscar la manera llevar a Raúl al a su terreno sin que lo notase. Virginia aconsejó que lo fuera preparando. Carla quedo muy satisfecha de mirar a Raúl y Virginia follando y ella masturbándose delante de ellos. Después cuando Raúl la sodomizaba disfrutaban como nunca lo habían hecho.

La historia de Virginia me ponía cachonda y terminaba manoseándome imaginando a Roberto chupando el coño de otra mujer. Me provocaba tal excitación que desde que me lo contó tenia que masturbarme cada vez que pensaba en ello. A veces sentada en la oficina me ponía tan cachonda que tenia que retraer el coño para no mojarme esto me provocaba unos pequeños orgasmos muy placenteros. Tenía que conseguir una mujer para Roberto y regalarle esta experiencia. Lo malo es que no tenia ninguna amiga a la que acudir ya que casi todas nuestras amistades eran mas jóvenes y ellas estaban demasiado buenas lo que podría suponer un riesgo. No quería se encaprichara de una más joven que yo.

Una noche de juegos y fantasías le pregunte que si había alguna mujer a la que le gustaría follarse, se quedo pensando un rato y respondió que sí. Me confeso que en varias ocasiones estuvo a punto de tener un pequeño desliz con Matilde hermanastra de su padre. Matilde era bastante mayor que Roberto. Separada desde hacia 7 años y no se le conocía ningún amigo. Confeso que en la boda de su hermano pequeño, Alegio, habían estado bailando y el se había excitado mucho, al intentar separar el bulto de la entrepierna de Matilde, la situación era embarazosa, ella se le apretó tanto que casi notó el coño húmedo de la calentura que tenía. Se miraron fijamente a los ojos y ella solo hizo un gesto de asentimiento y le dijo que le esperaba en su habitación. Cuando él llegó ella estaba en la cama y sin darle tiempo a desnudarse se le echo a la cintura le desabrocho los pantalones y calzoncillos de una vez y empezó a chupársela. No tenia la experiencia que tienes tú, ella es torpe, quizás porque no ha mamado muchos vergas, eso si le ponía todo el corazón. La tumbe encima de la cama sin sacársela me gire y cuando empezaba comerle el chocho oímos ruido en la habitación contigua, ella estaba tan cachonda que ni se entero pero a mí me afecto y me quede como un pollon desplumado, me suplico que un poco mas que iba a tener una corrida de ocho años por lo menos, y joder como se corrió. Estuvo más de tres minutos gimiendo y convulsionándose. Cuando se recupero dijo que si quería se la podía meter por donde quisiera. Yo estaba acojonado. La habitación de al lado era la de mi padre y el ruido seguía por lo que decidí no continuar y dejarlo para otra ocasión. Antes de despedirme le conté que desde hacia muchos años tenia fantasías con ella y me masturbaba pensando en ella. Esta era la razón por la que estaba excitado en el baile, y que por la noche se masturbaría delante de su mujer. Pero que no le diría nada.

No podía enfadarme con Roberto a fin de cuentas y según su versión ni siquiera se corrió. Cosa que no me creí Lo cierto es que aquel día por la noche me sorprendió su deseo de masturbarse con los ojos vendados, yo quería que me la metiera como a una perra y el dijo cuando se corriera me echaría toda la cuajada encima y me la lamería asta donde llegara. Cuando vi que empezaba con movimientos rápidos y convulsivos puse mi cara frente a su polla para que me rociara desde los labios asta el coño, fue una corrida enorme con gran cantidad de liquido caliente recorriendo todo mi cuerpo, tuve que tumbarme en la cama para que no se perdiera, le saque la venda y le aplaste la cara en todo el liquido, Empezó a besarme y lamer el libidinoso liquido con que me había rociado, El tiempo que tardo en llegar a la vulva mojada y roja de excitación me corrí dos veces y aun quería mas. Su lengua parecía un vibrador moviéndose de arriba abajo y de un lado a otro, y mordiendo el botoncito. Me la deslizaba por culo entrándola todo lo que podía dentro del culo. Esto me provocaba un orgasmo copioso de mucho placer. De pronto creo que metió la cabeza dentro, sentí como un calambre que todo mi cuerpo se electrizo, fue tanto el gusto que me dio que la corrida parecía mas una meada que un orgasmo.

No sabía como conseguir que Matilde se prestara a este juego, pero lo que sí tenía claro es que tenía que ser ella, se pondrían tan cachondos que a lo mejor hasta yo me permitía una remojada entre los dos.
Estuve unos días pensando como abordar a Matilde y la ocasión surgió cuando mi suegro llamo para pasar el fin de semana en casa, yo le convencí para que fuéramos nosotros, tendría que ir yo sola ya que Roberto se iba el viernes a buen aire a ver un partido de fútbol. Cuando llegue me recibió Matilde y me acomodo en la misma habitación que tuvo el desliz. La abracé con delicadeza y le susurre al oído que teníamos que hablar. No creo que pensara que sabía lo de esta habitación. Cuando se fue le dije.

– Esta habitación es encantadora, guiñándole el ojo. Entonces entendió el mensaje. Se giro sorprendida. No te preocupes querida todo esta en orden ya hablaremos.

– Cuando te venga bien, replico un poco desconcertada, tenemos todo el fin de semana, ahora descansa. Ya hablaremos esta noche.

– O.k. Mate. A que hora es la cena?

– Ocho y media a nueve. Descansa un poco.

– Ciao Mati.

Estaba segura de que pensaba que estaba enojada por el asunto. Poco se imaginaba lo que le esperaba. Si fuera necesario le haría chantaje emocional. Me quede observando la habitación y pensando lo que había ocurrido en ella tiempo atrás. De todas formas Mati tendría que contarme lo que realmente paso. Por la noche después de la cena y la consabida tertulia familiar me dirigí a Mati.

– Mati querida, me acompañas, tengo que enseñarte unas cositas que he comprado y me gustaría que me las vieras.

– Id a contaros cosas de trapitos yo me quedo viendo esta peli con Robertito antes de ir al cine. Indicó el padre de Roberto.

– Nos llevamos algo para beber Toñi? Agregó Mati algo trastornada.

– Perfecto querida. Asentí. La cogí del brazo y nos fuimos hacia la habitación. Una vez dentro sin darle tiempo a respirar le relate la historia que me había contado Roberto omitiendo algunos detalles.

– No te preocupes querida solo te pido dos cosas.

– No sabes como lo siento Toñi, dijo compungida.

– Tranquilízate y escúchame con atención, En primer lugar te diré que no estoy enojada que gracias a ti tuvimos unas noches llenas lujuria. Sus ojos estaban fuera de si. No sabía como reaccionar, si llorar o reír. Le ofrecí mi baso medio lleno de ginebra con un poco de lima. Bebe y tranquilízate. Le dije acariciándola en los hombros.
Se aquieto después de unos buenos tragos.

– Ahora tienes que contarme todo lo que ocurrió.

– Que te propones Toñi? Que quieres que te cuente? Que tuvimos un desliz?.

– Ya te he dicho que no estoy enojada ni contigo no con el.

Tomó otra ingestión de ginebra y empezó el relato. El alcohol empezaba hacer efecto se la veía acalorada. No sabía como empezar el relato, Así que la ayude diciéndole que todo empezó en el baile cuando noto el bulto de la entrepierna de Roberto. Se seco el sudor y comenzó su versión. Este día, no me preguntes porque estaba echando chispas, ya me entiendes, nada me había salido bien. Tenía que tener un acompañante y me dejo plantada el día anterior y otras cosas fueron sumando. Así que cuando Roberto me cogió del brazo para bailar sentí un escalofrió y me dije que algo tenia que ocurrir por lo que deje llevar.

– Toma otro sorbo te aligerara las ideas.

– No hace falta querida las tengo clarísimas. Prosiguió. Cuándo me cogió y me atrajo hacia el enseguida note el bulto de la entre pierna, Disculpa Toñi, Tu sabes lo que son siete años de sin un miserable polvo? Me he masturbado tanto que tengo llagas en los dedos.

– Te comprendo pero continúa por favor.

– La mente se me nublo perdí el control de la realidad y Roberto no era Roberto. Era una fantasía retenida en mi cuerpo durante muchos años. Lo atraje con fuerza hacia mí, le mire a los ojos y le dije que si con un movimiento de cabeza y que le esperaba en la habitación. Me dirigí a la habitación y al poco rato llego él. La habitación tenía la luz apagada.

– Aunque no lo creas sentía mucha vergüenza quería volver atrás y olvidarlo todo pero la locura se apodero de mi todo mi cuerpo ardía y tenia el coño chorreando.

– Que estabas cachonda como una gata en celo. Le dije con espontaneidad.

– No te puedes imaginar cuanto. Asintió.

Contestó ya más tranquila. Había perdido el recato. Se recreaba en la narración cómo si la estuviera viviendo de nuevo.

– Continua querida es muy emocionante. Le dije dándole unas palmaditas en las nalgas.

– Como te decía y como tú dices estaba tan calenturienta que solo veía un macho con el que poder dar rienda suelta a las fantasías acumuladas durante años. Cuando entro estaba sentada en la cama él me beso la frente se arrodillo y metió la cabeza debajo de la falda, sin sacarme las bragas empezó a lamerme el coño. No tarde ni diez segundos en tener el primer orgasmo, él siguió lamiendo todo lo que encontró por el camino, me corría una y otra vez no podía pensar en Roberto, Roberto solo era el medio para satisfacer a mis deseos carnales, Notaba que su miembro excitado me rozaba las piernas, deseaba que lo penetrara todo dentro de mi intimidad pero el gusto que me daba la lengua me hacia olvidar. Hizo una pausa y me miro a los ojos, buscando en mi rostro una señal que le indicara si estaba enojaba. El relato me absorbía y me provocaba una excitación desconocida pero muy placentera. Se acerco y casi llorando dijo.

– Lo siento Toñi estoy reviviendo aquellos momentos y me siento culpable de desear que me ocurra otra vez.

– Te comprendo querida, yo siento una extraña sensación desconocida. He de confesarte que estoy excitada y voy a mancharte la sabana de la humedad que desprendo. Estábamos abrazadas no podíamos mirarnos.

– Por favor continua. Le rogué con delicadeza. Ahora tenía la certeza de que sus temores se habían disipado.

– Ya casi he terminado. Estaba transportada y muy a gusto, le pedí que me introdujera su miembro entero dentro la boca que se la comería se puso encima arrodillado para que pudiera chapársela. Estaba tan cachondo que no tuve tiempo de saborearla, a los pocos minutos se corrió y me lleno toda la boca de liquido viscoso y calientito Me dijo que esperara unos minutos que se le pondría dura otra vez y me fallaría como a una gata. No pude reprimir mi pensamiento y dije. El muy cabrón no me lo contó así. Pero es igual Algo así tenia que imaginar. ¿Y luego?. ¿Cómo termino?.

– Oímos ruido en la habitación contigua y esto es todo lo que ocurrió.

Cuando termino el relato estaba excitada y nerviosa la causa del nerviosismo se me hacia difícil de asimilar. Nunca antes había sentido el deseo de ser acariciada por una mujer y este relato y la mujer provocaron esta nueva sensación. Por otra parte ella también estaba nerviosa si me rozaba con cualquier parte de su cuerpo se me quedaba mirando esperando alguna reacción por mi parte. En una de estos roces le así í la mano con fuerza, se me quedo mirando fijamente. Sus ojos me decían que estaba deseando que yo tomara la iniciativa La acerque a mis labios y la bese con ternura. Ella respondió llevándosela a los labios y besarla. Sabía lo que estaba ocurriendo y no podía creer que estuviera a punto de liarme con Matilde. Ya que estaba abierta a cualquier situación, no-tenia perjuicios en este sentido y decidí dejarme llevar por los acontecimientos que se estaban gestando.

Ninguna de las dos tomaba la iniciativa, las miradas lascivas y preludio de lo que iba a suceder se sucedían mirándonos con temor y lujuria a la vez. Yo ardía por dentro y por fuera no podía esperar más. Esta experiencia no la tenía presentida aunque en alguna ocasión Roberto había fantaseado siendo el anfitrión.

– Creo que las dos deseamos lo mismo. Le dije mientras me acercaba para besarla en los labios.

– Nunca he hecho algo así. Respondió temblorosa pero sin apartarse y esperando que mis labios rozaran los suyos.

– Yo tampoco. Le conteste con seguridad. Y esto es tan nuevo para mí como para ti, A fin de cuentas lo que necesitamos las dos es tener unos buenos orgasmos ahora y no mañana o después. Ella asintió con un vaivén de la cabeza ya que mi lengua estaba saboreando la suya. Abrazadas con fuerza los pechos se aplastaban, caímos tumbadas en la cama.

– Si no té molesta apagare la luz, tengo un poco de vergüenza. Yo asentí ya encima de ella intentando desabrocharle la blusa. Nos hacíamos un lío intentando desabrocharnos mutuamente.

– Tendrías que cerrar con llave la habitación. Le susurre.

– No te preocupes, dentro de un rato sé Irán al cine, yo ya les dije que nosotras nos quedaríamos, pero la cerrare por si acaso. Se levanto y cerró la habitación con llave.

Las dos llevábamos falda ancha por lo que de momento no me la sacaría. Juguetear por encima era más excitante. Se echo encima y empezó a chaparme los mugroncitos que parecían pequeños penes Recorrí con la mano por debajo de la falda asta llegar a sentir el coño tan mojado como estaba el mío. Ella empezaba a bajar sus labios asta mi intimidad húmeda y deseosa de ser lamida con ferocidad.

– Cómemelo, cómemelo es todo tuyo.

– Si querida.

Acto seguido note que su lengua también húmeda se movía entre las dos mitades de la vulva. Me puse encima de ella de forma que yo también pudiera lamerle el coño que Roberto había chupado. Así estuvimos, no puedo medir el tiempo pero si los orgasmos, Así estuvimos tres largos y lluviosos orgasmos, nos impregnamos de los viciosos líquidos que fluían sin parar. Nos acoplamos los coños, el uno contra el otro haciendo movimientos rítmicos arriba y a bajo en busca de otro orgasmo. Este último fue tan grande que nos quedamos embriagadas de placer.

– Nunca pensé que esto fuera tan cachondamente bueno, le confesé todavía extenuada.

– A sido genial y si he de serte sincera te diré que el placer que sentía no sabia si provenía de un hombre o una mujer, quiero decir que el cuerpo pide placer pero no te dice quien tiene que dártelo. Como estas querida?

– Ya puedes imaginarte, el último orgasmo que tuve acompañada fue con Roberto, desde entonces como te he dicho antes a base de fantasías en solitario y masturbándome, con el corazón dentro y el pulgar cosquilleando el botoncito, ya me entiendes. Ha sido genial, en mis fantasías también me lo hacia con mujeres. Nos desnudamos y nos quedamos tumbadas encima de la cama.

– Creo que ya se han ido todos, voy a buscar algo para beber. Dijo muy contenta.

– Para mi burbon con cola y mucho hielo.

Cuando se alejaba la contemple puesto que aun no havia visto la mujer con que me había acostado desnuda. A pesar de ser algo mayor estaba de buen ver, los pechos grandes un poco caídos las caderas con algún michelín, de motocicleta. Ahora sabía que cuando Roberto tomara su regalo yo también participaría. Apareció con una sonrisa ancha llena de felicidad, se me quedo mirando y dijo.

– Estas muy apetecible, yo estoy un poco mas gastada pero no usada sin embargo tu estas mucho mas usada y menos gastada. Nos reímos el chiste.

– Aun podrías dar mucha guerra y por lo que he visto no te falta usanza. Apunte riendo.

– Los sueños me ayudan. Y ahora dime y el segundo favor. Inquirió expectativa.

– Ayer quería que te acostaras con Roberto mientras yo os contemplaba pero hoy quiero contemplaros primero y gozaros después. Que te parece. Se quedo atónita y mirándome el coño dijo.

– Como tu quieras es tu marido.

No reímos un buen rato y ya en la ducha nos masajéanos un buen rato y empezamos preparar la situación del cúmplanos de Roberto. El domingo por la tarde antes de irme Mati me llevo a la habitación de las nos besamos y quedamos en llamarnos para establecer una estrategia común.

Mientras el tren me devolvía de nuevo al hogar no pare de pensar en la experiencia que había tenido con Mati. No en el aspecto frívolo sino en sí esto cambiaria mi actitud frente al sexo o a los hombres. Ahondando en los hechos pasados con Mati llegue a la conclusión de que fue una experiencia genial, llena de grandes matices que con Roberto y los pocos deslices que he tenido nunca los había sentido. Cuando Roberto me lame lo hace de maravilla y me excita y tengo orgasmos, sin embargo cuando Mati me lo hacia la sensación era muy distinta asta el placer era distinto, no es que fuera mayor o menor diría que todo el conjunto tenia la sensibilidad femenina, esta sensibilidad que nos hace a las mujeres tiernas, sensibles y duras a la vez.

Cuando me acariciaba el clítoris, sabía cuando tenía que morder, cuando presionar más, humedecerlo o pasar las caricias labiales a otras partes de la vulva para compensar el placer de las distintas partes internas y externas. Todo ello hacia que desde el anito asta monte de venus fuera una erupción de placer compartida a partes iguales a le espera de entrar en erupción, el estallido se producía por dentro y por fuera. Los orgasmos vaginales tenían que recorrer todo el cuerpo para volver a la vagina se comprimía para recibir descarga que rebotaba dentro de las paredes vaginales.

Con el clítoris era distinto, Tengo que confesar que nunca tuve orgasmos vaginales y de clítoris a la vez, después del orgasmo vaginal el clítoris se endurece y se pone erecto, creo que estos pequeñeces solo las sabemos nosotras y conocemos la laboriosidad de los cambios y cuando se producen. Cuando estalla es como si una fuerza te levantara te mantuviera en el aire unos instantes y luego té soltara. Este arte solo se puede transmitir entre nosotras mismas ya que las reacciones de todos los miembros las percibimos inconscientemente y conscientemente podemos intervenir para lograr un mayor placer. Espero que Matilde gozara lo mismo que yo. Por la noche pregunte a Roberto sobre el partido me comento que fue bien y luego se fueron de copas y nada más. Y empecé a preparar el terreno para su cumpleaños.

– Que te parece si para tu cumpleaños hacemos algo especial?

– Como que… que tienes en mente cariño?

– Pues hace tiempo que tu hermana no viene por casa, podríamos invitarla a cenar por ahí y luego ir a bailar. Que te parece. Le dije con rintintintin.

– Que pretendes? Aquello paso y ya esta se acabo.

– Yo pretendo que así sea y ya que te haré un regalo distinto me gustaría que estuviera con nosotros este día, por otra parte estos días no hemos hecho muchas confidencias, pero no te preocupes no me ha contado nada de lo vuestro. Cosas de mujeres ya sabes. Le hablaba con naturalidad para que no sospechara nada.

– Bien si es así o.k. prepáralo tu misma ya sabes que lo que tu hagas será perfecto. Dónde tienes pensado ir a cenar? Solicitó.

– No lo he pensado pero no descarto el hacerlo aquí en casa algo muy familiar, ya sabes, y si luego nos apetece salimos de copas. No obstante tendremos que tener en cuenta la disposición de tu hermana.

– Supongo que ella estará dispuesta a lo que sea, no crees?

– Creo que si, de todas formas ya hablare con ella y veremos. Estoy agotada del viaje, voy a acostarme.

– Ve tu cariño yo subiré dentro de un rato quiero ver el reportaje del partido.

Me acerque al sillón y le bese en la frente Buenas noches querido. Hasta mañana corazón. Le deje con el partido y me fui a urdir los acontecimientos que ocurrirían dentro de quince días. Ya tenia en mente como se desarrollarían los preámbulos del regalo, El miércoles llamaría a Matilde y le explicaría lo que había pensado y ella a su vez me contaría si había tenido alguna ocurrencia. Mis intenciones eran de hacerlo todo en casa de esta forma podríamos controlar la situación.

– ¡Hola Mati! Cómo esta querida?

– Aun con resaca ya, me entiendes. Je… je…

– Yo también estoy reseca ya me entiendes ja… ja… Resacas y resecas a parte tengo un plan que será fantástico.

– Que te parece si el viernes subo por la mañana y lo planeamos?.

– Genial, Roberto comerá fuera y no llegara hasta la noche, tendremos tiempo de planearlo a conciencia. Como has pasado estos días?.

– Muy relajada, dándole vueltas a la otra noche, sabes que nunca pensé que lo haría.

– Yo tampoco querida. También he estado pensando y creo que no debemos darle más importancia de la que tiene. Le conteste con serenidad. Fue extraordinario y no estoy enamorada de ti, Si a eso se le llama ser BI “entonces soy BIiiii, después de 45 años no creo que nadie me lo vaya a reprochar. ¿No crees?.

– Estas en lo cierto, Sabes el novio que me quiere que formalicemos la relación. Que quiere salir conmigo formalmente.

– Cuanto tiempo lleváis saliendo?

– Aun no nos hemos encamado, le conocí la semana pasada.

– Porque te plantó?.

– No quise pasar la noche con el.

– ¿Porque? Que tal es o mejor dicho ¿qué tal esta?

– No termina de convencerme, es muy complicado, ya te contare.

– De acuerdo nos vemos el viernes, vendré a recogerte a la estación. Ok.

– Ciao no vemos.

El viernes por la tarde fui a recoger a Mati a la estación. Estaba elegantísima, a bien seguro que se había comprado ropa interior para el momento.

– Estas jovencísima Mati.

– Gracias bonita tu también estas linda. ¿Cómo tenemos al mozo?.

– De momento no tiene ni la menor sospecha. Voy a contarte el plan, Quede con Roberto que mañana saldríamos a cenar fuera, pero yo intento evitarlo y tu me ayudaras, le dirás que no te apetece salir que si es para celebrar su fiesta mejor en casa.

– Y si a pesar de todo intenta convencerme para salir.

– Si viene de ti no lo intentara. Afirme con rotundidad. Cenaremos y yo beberé un poco mas de la cuenta y tendrá que acostarme, que me acostare en la habitación de la punta para que este mas tranquilo. Durante la comida le revelare que encontrara el regalo en la cama o sea que ingéniatelas para que al poco de acostarme vaya a la habitación grande y te encuentre desnuda. A partir de ahí haz lo que quieras con el yo vendré con mucho sigilo para veros. Me esconderé y cuando tu me des la señal.

– ¿Que señal? Que te has corrido un par de veces.

– Y luego.

– Participare en la reunión.

– ¿Y si se molesta?.

– No se molestara y si se molesta peor para el.

Cuando llegamos Roberto nos recibió dio un abrazo efusivamente y ella respondió con la misma fuerza. Cenamos y fuimos al cine según acordamos los tres, hoy cine y mañana cena intima en casa. Cuando llegamos a casa estuvimos chismorreando con unas ginebras hasta bien entrada la madrugada. Cuando nos acostamos Roberto quería relajarse un rato. Supongo que los pequeños roces que Mati le había obsequiado le recordaron los sueños pasadas. Le dije que había bebido demasiado y que tenía mucho sueño, lo dejaremos para mañana después de ver el regalo.

Al día siguiente nos levantamos tarde los tres. Mati y yo nos fuimos de compras y Roberto se quedo para preparar la cena. Mientras estábamos de compras Mati me confeso su deseo de repetir el encuentro amoroso del pasado sábado. Le dije que esta noche tendría de todo y en abundancia ya que Roberto estaba como un conejo en celo y yo también. Antes de la cena lleve a Mati a la habitación para hermosearnos el pubis y dejarlo bien rasuradito, parecíamos bebes. Empezamos a cenar a las nueve y media, Mati le ofreció su regalo un cinturón de piel y unos guantes él la beso y ella empezando el regalo le acerco su intimidad con descaro. Yo le regale un pequeño portamonedas y le dije que más tarde se encontraría el regalo encima de la cama.
Hice que Roberto se pusiera delante de nosotras que pudiéramos ponerle las piernas encima del paquete para ponerle cachondo. Le había dicho a Mati que no se pusiera bragas porque si se caía algo de la mesa el se agacharía para saber quien lo estaba masajeando, y en este momento tendría que ver tu coñito bien rasurado y abierto de par en par.

Cuando Mati le puso el pie encima del paquete el se quedo mirándome como si hubiera sido yo. Ella le estaba masajeando y no podía contenerse los gestos le delataban. Tiro la servilleta a propósito para distraer la atención. Mati se incorporo y abrió las piernas para que pudiera ver el cochito peladito. Cuando se incorporo intento masajearme. Me levante y les dije que había bebido demasiado, estaba mareada y necesitaba acostarme un buen rato. A rato Mati le dijo que fuera a ver si estaba bien, Roberto entro en la habitación me beso la mejilla y pregunto si me encontraba bien. Le conteste que si que dormiría un rato y estaría mucho mejor.

– Trata bien a tu hermana y recoge el regalo de tu habitación.

– Ahora mismo voy recogerlo.

Mientras, Mati ya estaba en la habitación desnuda y tumbada en la cama esperando a Roberto. A los pocos segundos de marcharse Roberto me levante y con mucho sigilo fui a esconderme a la habitación. Roberto estaba buscando a Mati. Cuando Roberto entro en la habitación yo estaba escondida en un rincón del vestidor desde donde podía Mirar como se desarrollaba las escenas solo llevaba un salto de cama camisón de seda negro. Roberto entro y quedo desconcertado con lo que estaba viendo. La mujer de sus fantasías desnuda encima de la cama abierta de piernas y dispuesta para que pudiera divertirse a sus anchas y en su propia cama.

– ¿Que ocurre Mati? Que haces aquí?.

– No recuerda que estamos celebrando?. Piensa piensa.

– Que tiene que ver la celebración con esto.

– Que es lo último que te ha dicho Toñi antes de venir acá?.

– Ahora entiendo… Estuvo pensativo un rato y añadió Pero como…

– Si lo entiendes a que esperas para tomar posesión del don presente. Si quieres nos sentamos y te cuento toda la historia, aunque seria mejor que en otro momento te la contara Toñi.

Roberto seguía atónito, no reaccionaba se sentó en la cama y con el bocado que tenia al lado se tumbo pensativo. Mati se levanto para arrodillarse frente a sus piernas que colgaban de la cama. Le desabrocho los pantalones y le saco el objeto del deseo que estaba decaído, sin mediar palabra comenzó a humedecerlo con saliva antes de empezar el recorrido con la lengua. A medida que las caricias eran mas profundas el miembro tomaba vida y se engrandecía, con la lengua le lamió repetidamente la parte trasera del pene, por donde esta el latiguillo. La lengua de Mati no paraba, Empapaba constantemente el miembro para que el placer no tuviera ninguna aspereza. Luego la metía dentro de sus labios y rodeando su clítoris haciendo pasadas por el ano. El gemía cada vez más fuerte. Ella le levanto las piernas y las separo para poder llegar al anito con más precisión. La verga de Roberto estaba como un mástil sin vela, todo erecto y sudando los líquidos que Mati le impregnaba. El cogió la cabeza de Mati fuertemente y la apretó fuertemente entre su entrepierna. Estaba a punto de eyacular, esta acción evito que se corriese.

Sin que Mati se diera cuenta la atrapó por la cintura y la remontó asta que su conchita pelona quedo frente a su boca. Acto seguido la abrió con los dedos todo lo que pudo y a masajearla. No necesitaba humedecerla ya que estaba tan mojada que chorreaba sin parar. Gemía sin parar, comenzó a besarle el clítoris mientras se lo iba lamiendo de arriba a abajo, sus manos jugaban un papel importante también en este juego, sus dedos le acariciaban el sexo mientras su lengua penetraba dentro de el y mordía el clítoris con suavidad y salvajismo. Por la expresión de Mati supe que estaba teniendo un orgasmo. Ella se levanto para sentarse de espaldas sobre sus piernas y sin mediar palabra se introdujo todo el pene dentro de la vagina que penetro sin esfuerzo asta los testículos y empezaron un movimiento de vaivén desenfrenado. Desde mi rincón no podía soportarlo, la humedad se me expandía asta las piernas salí de mi escondite y me plante delante de ellos con las manos dentro del camisón imitando su vaivén.

La mirada de Roberto estaba perdida en el éxtasis de placer no dijo nada y prosiguió apretándola fuertemente para que el pene no se perdiera ni un ápice en la penetración. Mati me miro con un gesto de la lengua me invito a participar. Me arrodille frente a ellos apretando una pierna de Mati por debajo de mi vulva. La lengua se perdió entre el clítoris y la verga de Roberto que no paraba de impulsarla hacia y abaja. Este mismo movimiento impulsaba un movimiento que trascendía a la pierna que tenia apresada entre las mías provocándome una masturbación desconocida.

Mati y yo notamos que Roberto ya no podía soportar más y pronto estallaría y llenaría el coño de Mati de la leche calentita, no había terminado de pensarlo cuando note que la cara se me impregnaba del líquido viscoso y calentito. Por los movimientos de Mati note que tenía otro orgasmo lo que provoco que yo también lo tuviera.
No quedamos tumbados en la cama para recuperarnos y volver. Al poco rato Mati se me echo encima y sus labios se posaron dulcemente sobre un pezón mientras con la mano presionaba el otro succionando con delicadeza. Yo le prodigaba caricias en el lóbulo de la oreja y profundos besos en el cuello nuestras partes intimas estaban jugueteando con caprichosos movimientos mi clítoris rozaba el suyo y así los dos se producían mutuo placer. Nuestros labios se encontraron en un beso largo y profundo mientras los cuerpos se beneficiaban de otro orgasmo. Cuando este termino nos miramos y nos abrazamos. Roberto estaba excitado de vernos, se masturbaba salvajemente. Nos acercamos a el y entre las dos empezamos manoseársela con la lengua, una por delante y la otra por detrás. Estaba tan calentorro que no aguanto ni cinco minutos de mamadas empezó a gemir y decir que se corría y se corrió. Entre las dos le limpiamos todo el espeso líquido blanco que salio brotando con fuerza.

Mati fue a buscar una botella de champán brindamos por el cumpleaños de Roberto y nos quedamos dormidos.
A pasado un año después de aquel estupendo regalo. Cada celebración ya sea de cumpleaños de una de nosotras o onomástica nos hacemos el mismo regalo. No se si estos regalos duraran mucho o poco lo que si se es que mientras duren estaremos encantados de celebrarlo juntos los tres.

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