El inquilino

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Estábamos atravesando una época tomultuosa con carolina, ella rondaba los cuarenta al igual que yo.

Era rehuyente a hablar de sexo, pudorosa, conservadora., supongo que la ferrea educación y la formación religiosa influian en ese aspecto que a mi la verdad a veces me desesperaba.

Era verano del 2009, yo andaba alterado por una compañera de trabajo que venía cogiendo hace 2 meses y me sentía miserable, no es qué alguna vez no haya sido infiel pero esa hembra de lo que no daré muchos datos era increíble en la cama, no había cosa que no le gustará y deseaba en el fondo que caro tuviera algo de ella.

Que queres ? Sino se la coge nadie a tu mujer.

Solo vos, así va a ser siempre igual de mojigata.

Agregó mi amante soltando el humo del cigarrillo que trepó hasta el techo de la pieza, donde acababa de darle una buena faena.

Y qué queres? Que la haga culiar con el vecino para que aprenda las risas de desataron al unísono y las calló la desafiante pregunta de laura (mi amante ocasional) serias capaz de qué?… De soportar que ella garche con otro claro! Porqué no ? Bromee, tragando saliba.

Ella notó la ironía en mi tono y prosiguio.

Entonces presentale a alguien que la haga gozar.

Ella no es de esas, jamás lo haría.

La conozco desde la adolescencia.

Argumente.

 Y casi sin querer me fui empalmando de una manera magistral, el solo echo de imaginar a mi esposa encima de otro elevo mi calentura a la estratosfera.

 Después de otro polvazo más me dijo mientras me vestía a prisa.

Si estas seguro de lo que hablamos, conozco a alguien que ninguna mujer se le reciste.

Ninguna ? Pregunté incrédulo.

Ninguna …

Por más monja que sea .

Agregó.

Pasaron dos o tres semanas de cierto desorden en mi cabeza, de pensamientos lujuriosos e imaginaciones tremendamente calenturientas.

Algo en mi habia despertado, era voraz .

Una autentica fiera deseosa que deseaba sentir la insana pasion de mi inmaculada esposa, empotrada con un semental.

 En que estas pensando ? Preguntó mi mujer mientras servía el café una mañana.

<en que me gustaría verte succionando una verga larga y gruesa>.

Pensé.

 Pero dije en nada, solo cosas del trabajo.

Esa misma tarde llamé a laura decidido a acabar aquella febril fantasía, le pregunté decididamente si era verdad que conocía a alguien que fuera irresistible para cualquier mujer.

Me dijo que si, pero que lo pensara bien, que una cosa así puede no ser para todos.

Eso y una larga fila de precauciones que por falta de tiempo no explicaré.

Dos días después me entreviste con el hombre dispuesto a llevar a cabo la proeza.

 Ivo mariani.

Un gusto .

Se presentó el sujeto afable de voz nítida, un tipo atlético de treinta y tantos, muy bien vestido.

Cabello largo ojos miel y sombra de barba.

No hablaré de los honorarios pero diré qué por el trabajo que hizo fue una ganga.

Cual es el plan? Pregunté inocente.

Bueno, ella al ignorar esto debemos ir con cautela.

 Yo diría que para empezar presentarnos.

Así que unos días más tarde lo invite a cenar a casa con el argumento de que era un nuevo compañero de trabajo y lo tenia que poner al tanto del funcionamiento en la sección que prescidia.

Llegó con una botella de buen vino (que por supuesto pague yo),hizo gala de un gran humor y debo admitir que fue una velada fantástica.

 Me aparte varias veces fingiendo una llamada o yendo a la cocina para dejarlo “trabajar” y los observe de lejos, el exponía con gran soltura su libreto y ella reía con total naturalidad sin siquiera sospechar qué estaba ante su segunda verga.

 Se notaba qué realmente sabía lo que hacía.

 Era un encantador de mujeres y una parte mía se ecxitaba pero la otra sentía algo de celos, era una rara sensación agridulce que me surcabaa la piel y corrompia mi mente.

 Esa calurosa noche después de despedir al invitado carolina se vestio ligera, sugestiva.

El humor era diferente y podría asegurar que era parte del desconocido sujeto que irrumpio en casa.

Ella buscó placer pero esa noche siguiendo las instrucciones no la folle, inventando una jaqueca.

Las visitas se hicieron frecuentes y con la misma tonalidad, yo diría que un mes más tarde éramos 3 casi amigos.

Cruzando miradas con ivo, detecté el fuego en su interior y también en carolina.

La maestra de primaria de cabellos negros se sentia atraída innegablemente al hombre que tanto la hacía reír durante las cenas, a solas.muchas veces preguntaba por él, que como andaba, que si vendría al otro día, cosas así.

Finalmente una buena noche, Mariani soltó.

 Sabes que a la chica que vive arriba del departamento, se le reventaron los caños.

Increíble.

Le seguí el juego (como habíamos quedado) y ahora ? Pregunté.

Nada.

Voy a tener que alquilar un hotel por una semana.

Es el tiempo que va a llevar la refacción y que acondicionen mi departamento.

Esta inavitable.

Si queres podes quedarte acá.

 Interrumpió mi esposa.

Inocente.

No, de ninguna manera.

Mintió ivo mirándome.

Tenemos el cuarto de huéspedes, no hay problema.

Quédate.

Le sugerí.

Es que la semana entrante, no trabajo por la pasantia de estudios, debería quedarme mucho tiempo acá y no quisiera interferir con ustedes, que son grandes anfitriones.

Una breve charla acabó von ivo mariani en la habitación de huéspedes.

 Y la fantasía al borde de realizarse.

Pasaron dos días con el invitado en sus aposentos sin que nada ocurriera.

Al tercer día ivo me dijo .

Mañana mañana, sucederá.

Aun estas a tiempo de arrepentirte.

Cogetela.

Ya somos grandes para vivir con arrepentimientos.

La noche pasó y apenas pude dormir.

A mi lado el metro sesenta y cuatro de mi esposa yacia casi desnuda, una tanga blanca transparente separaba la visión perfecta del culo bien formado de la maestra, las tetas firmes de aureolas pardas descansaban en las sábanas y yo veía su espalda pecosa como un cielo estrellado.

Me levante apenas pasadas las 5 más de 2 horas antes de lo habitual, la bese y fingí irme.

Abrí y cerré la puerta de entrada y presuroso me cole en el cuarto del inquilino, que me estaba esperando.

Llebaba puesto solo un jogging, exhibiendo el peludo pectoral musculoso.

Posó el índice en sus labios exigiendo silencio y desapareció entre las sombras, mi corazón empezó a latir fuerte cuando su presencia se desvaneció frente al marco de la puerta que custodiada mi inmaculada mujer.

Pasaron interminables segundos donde nada ocurría.

Me preguntaba si se había acostado a su lado fingiendo ser yo, pero una voces ilegibles comenzaron una breve escaramuza derribando esa posibilidad.

No podía escuchar con claridad en absoluto, me costaba respirar.

Empecé a temer, quizá estuviesen peleando qué hice ? Me pregunté, me descalze para no emitir sonidos y me acerqué para ser testigo de los gemidos pronunciadas de mi esposa.

Ahhhhhgggg .

Ahhhhhhggggg ahhhhhgggg ….

Gritaba la maestra oiblemente penetrada por el falo del huésped, que ha juzgar por el tono la estaba calando profundo.

 Los gimoteos inundaron la casa, pero no podía ver la cabalgata, los sonoros choques de muslos, se confundían con las nalgadas cada vez más frecuentes y los gritos histéricos anunciaron la venida de mi esposa.

 Siiiii ohhh ! Siiiiiii ……

Dios ! Dios ! Siiiiiiiiiii….ahhhhhgggg ! …..

Las piernas se me aflojaron y cai, ivo la había comido con su pene seguramente largo.

Había disfrutado de las carnes viginales de aquella cuarentona exquisita que hasta esa mañana había sido solo mía.

No se cuanto tiempo estuve así, pero fue hasta que él dijo chupalaaa así.

Haaaaah si, si haaaaa…

Mi esposa le estaba propinando una mamada excepcional y eso si era raro.

Carolina no era de mamar pero se veía que el individuo le provocaba desos insondables.

Me fui alrededor de las 9 totalmente agotado, en un mar de gemidos de esos cuerpos que se estaban matando en mi cama.

El resto del día solo pensé en ello.

Fallaron hasta las 2 de la tarde y casi no hubo cosas que no hicieran.

Mi esposa no soporto la culpa en la noche y me lo confesó todo.

Yo hice lo mismo incluyendo lo de laura y alguna más.

Hicimos el amor como nunca aunque no duré demasiado producto del cansancio.

Quizo re animarme para otra sesión, lo cuál rechaze por falta de vigor y adivine lo que quería realmente .

Andá.

Le dije casi suspirando.

Pero….

Andà por favor.

 Casi le supliqué.

 Y sus pasos ansiosos apresurados deambularon rumbo al cuarto de ivo mariani que la esperaba con su lanza de veinte y dos centímetros para reconstruir el delito delicioso de la mañana pero esta vez con un testigo presencial.

Espero que le haya gustado mi relato y se hayan exitado con él.

 Les dejo mi mail rubennalerio42 (a) gmail (.) com

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