A los 10 años de casada mi esposo Pablo y yo Inés con 37 años ambos, con una hija, decidimos dar un cambio a nuestras relaciones sexuales, empezando por nuestra manera de follar. Nunca había follado con Pablo analmente y en contadas ocasiones había tragado su leche. Por mi parte le pedí que comiera detenidamente mi coño aplicando su lengua en mi clítoris hasta correrme en su boca y mojarlo con los chorros de orina de mi clítoris.
Poco a poco nos aplicamos, haciéndome Pablo unas maravillosas lamidas por mi coño, disfrutaba de múltiples orgasmos corriéndome en su cara salpicándola de chorros que salían de mi clítoris. Cuando follaba antes correrse dentro de mí metía su hermosa polla en mi boca tragando muchas veces su leche o aplicándola en mi boca en la cara por mis tetas.
Nuestras relaciones fueron creciendo en erotismo y morbo. Aunque compramos lubricantes y un consolador anal no conseguíamos el coito anal. Mientras follabamos ahora nos decíamos como queríamos hacerlo, fantaseando que su gruesa polla la chupaba con otra mujer, las dos follabamos con el, también en ocasiones yo era penetrada por dos hombres.
Cuando ya pensaba que nuestra primera relación de intercambio iba a ser con una amiga nuestra, una noche sin planear nada encontramos a Daniel un amigo se vino a casa a tomar una copa. Mi esposo se mostraba animado poniendo música y el canal porno en la tele. Cuando mi esposo iba a la cocina o al baño Daniel no perdía tiempo tocándome el culo las tetas besándole apasionada, yo me sentía encantada de que Daniel me deseara. Nuestras miradas fuimos haciéndolas cómplices de nuestra pasión, hasta que Daniel no aguantó más y estando a mi lado delante de Pablo nos fundimos en otro apasionado beso.
Sin importarme ya la presencia de Pablo me entregue a devorar la boca de Daniel, acariciándole el cuerpo metiendo mis manos en su paquete abriendo la cremallera del pantalón hasta tocar su verga con las manos. Cuando abrí los ojos mi esposo Pablo estaba a mi lado mirando… Lo único que dijo: «Mejor nos vamos los tres a la cama» agarre su mano y la de Daniel y los lleve a nuestra habitación.
Al borde de la cama empecé a besarlos en la boca a los dos, ellos entre caricias y besos me dejaron desnuda, yo como pude fuí quitando sus ropas, sujetando sus vergas en mis manos, juntos me lamieron los pezones mientras yo con una verga en cada mano las masajeaba. Entre mis piernas tocando mi culo mi coño varias manos me fueron poniendo caliente.
Sus vergas fueron poniéndose duras muy calientes pegadas a mi cuerpo una por delante y otra por a tras. Besando mi cuello mis tetas mi boca metiendo las manos por todo mi cuerpo, me tumbe en la cama. Daniel se puso a mi lado me incorpore metiendome su verga en la boca. Estaba de rodillas chupandole la verga tomándole las medidas con mi lengua descubriendo todas sus venas con mis labios recorrí todo el tronco hasta lamer sus huevos. Sus testículos eran más grandes que los de Pablo pero su verga más delgada pero similar a la de Pablo.
Mientras disfrutaba con esa nueva verga, Pablo empezó a lamer el coño deliciosamente logrando lubricar mi vagina. Seguí mamandole a Daniel cuando Pablo presento su verga en la entrada de mi verga penetrándola deliciosamente. Pablo me clavo toda su verga dentro sujetando mis nalgas me follaba mientras ahogaba mis jadeos en la verga de Daniel. Las envestidas de Pablo me dieron varios orgasmos, cuando pude saque a Pablo dentro de mí y metí a Daniel cabalgándole un rato.
Mi esposo Pablo se acostó en la cama, me agaché hasta chupar su verga mientras follaba con Daniel. Me baje de Daniel agarrando a la polla de mi marido abrí las piernas y me subí sobre él, follandole como había estado momentos antes con nuestro amigo. Daniel subió mis brazos lamiéndome las tetas mientras follaba a mi marido dejando caer su verga en mi boca para mamarla. Pablo y Daniel mordían mis pechos juntos me sentía poseída sujeta a ellos. Daniel fue metiendo sus manos acariciándome el clítoris mientras seguía follando con Pablo, aprovechando mis flujos fue lubricando sus dedos metiendolos por mi ano.
Salto sobre la verga de mi esposo mientras Daniel iba metiendo sus dedos en mi culo, chupaba como podía su verga. Hasta que Daniel se puso a mi espalda, sacando dos dedos de mi ano, lentamente su verga abrió mi ano. Mi esposo dejo de follarme hasta que la verga de Daniel sentimos que estaba bastante profunda en mi culo.
Se había echo un silencio entre los tres, entonces hable yo les dije: ”Vamos despacio lentamente”. Me hicieron caso lentamente sus miembros fueron deslizándose dentro mi. Notaba como cada verga frotaban en mi. Con la cintura fuí dándole ritmo a los dos, sintiéndome cómoda penetrada sometida a esos dos palos corriéndome a chorros que salían de mi clítoris y de mi vagina. Empapada de flujos las dos vergas entraban y salían como ellos deseaban. Sentí sus chorros de semen dentro de mí, cuando salieron sus vergas lentamente sentí como su leche salía por mis agujeros follada.
El primer hombre que pudo follar mi ano no fue mi marido.
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