El diario de Marta la cachonda y puta
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No se por donde empezar. Anoche volvíamos de nuestra escapada a Barcelona, a casa de Miki, Carlitos y yo aún no asumíamos que ya tocaba volver a la cruda realidad de Valencia, trabajo y rutina. Aunque haremos lo posible porque sea lo menos rutinario que se pueda. Solo con las nuevas posturas que hemos aprendido de la “amiga” de Miki nos va a bastar para estar distraídos en el piso de la tía de Carlitos.
Hoy como es día festivo en Valencia lo aprovechamos para descansar de tanta movida y para prepararnos para empezar de nuevo una semana, que seguro que se hace cuesta arriba. Aunque la verdad es que me apetece contar a las chicas del bar (los chicos ya se encargan de leerlo, pillines!!) lo que he aprendido de una tal Susana. Ahora os contaré quien es y sobre todo como es. Os adelanto algo, es espectacular.
Nos fuimos el lunes Carlitos y yo en tren, llegamos a Barcelona a media tarde y en la estación nos esperaba Miki, que nos llevó a su casa. A Carlitos no le hizo mucha gracia cuando vio como nos saludamos los dos, no fue nada, un abrazo y un beso muy efusivo. Ya hacía tiempo que no nos veíamos. Tenía un semblante un poco serio al principio, yo quería que se encontrara lo más a gusto posible. No lo conseguí hasta el día siguiente. Esa noche nos fuimos a cenar por ahí los tres, Miki y yo estuvimos contándonos todo lo que había pasado por nuestras vidas en estos meses. Carlitos parecía aburrido hasta que empecé a contarle a Miki como nos habíamos conocido y lo intensa que es nuestra relación, gracias sobre todo al piso de su tía.
Le pregunté a Miki por su chica y me dijo que la conoceríamos al día siguiente, que estaba muy a gusto con ella y que era compañera suya de trabajo. Se ve que llegó nueva hace unas semanas y desde el principio llevaron muy buen royo hasta que llegó una cena de la empresa y esa noche con un pedo de los buenos se acabaron liando. No pasó nada más, pero a partir de ese día se fueron conociendo más y encajaron a la perfección. Yo conozco a Miki muy bien en la cama y se que es un chico muy explosivo. Me dijo que ella era muy exótica y morbosa, además tenía unos conocimientos bastantes distintos a los que teníamos nosotros. No acababa de entender lo que me quería decir. Carlitos alucinaba con el tema de conversación. En lugar de explicármelo mejor me dijo que ya lo hablaríamos con ella misma, que a partir del martes se iba a quedar también en su casa. Por último nos dijo que era catalana pero su familia era brasileña y que no nos extrañáramos de ver como vestía y con que confianza trata a la gente.
La verdad, no se a que se refería. Al día siguiente empecé a entenderlo. Cuando nos presentó a Susana vi que la cara de Carlitos cambiaba por momentos. Era una chica que medía por lo menos 1´80, con un cuerpo llenito de curvas y con unas peras todas tiesas, lucidas gracias a un espectacular escote. De piel morenita y de acento morboso y atractivo. “Seguro que se folla a Miki mejor de cómo lo hacía yo”, eso es lo que pensé en ese momento.
Los demás días tuvieron de todo, estuvimos conviviendo en casa de Miki los cuatro, charlando sobre nuestras cosas. Y, por supuesto, hablando mucho de sexo, de posturas que se pueden utilizar a la hora de follar y según en que sitios. Carlitos tomaba nota y por la noche intentaba probarlo, no era cosa fácil. Susana hizo una especie de demostración conmigo, me cogió e hizo como si yo fuera el chico, fue algo raro. Pero me sentí bien. Tuve sus tetas muy cerca de mi cara, se que eso a Carlitos le ponía. A que chico no le ha puesto cachondo alguna vez ver a dos chicas rozándose.
Ya le hubiera gustado a Carlitos estar en mi lugar. Después de todo eso follamos como pocas veces lo habíamos hecho, a saco. Su pene estaba más duro que nunca, yo estaba más cachonda que nunca y hasta nos dio morbo y a escondidas y en silencio fuimos hasta la puerta de la habitación de Miki para ver si veíamos algo.
No llegamos a ver, pero si que oíamos como respiraban fuerte. No entró la risa floja por lo absurdo de la situación. Eso nos puso más calientes todavía y nos fuimos de nuevo a hacerlo. Lo que pasó los demás días, más hacia el fin de semana, fue que nos fuimos de marcha por Barcelona, ahí hay mucha fiesta. Bailando, Susana ponía cachondos a todos los que la podían ver de cerca, es todo un terremoto. A Carlitos el primero.
El sábado pillamos un buen pedo y al llegar a casa acabamos los cuatro tirados en el sofá jugando a guerra de cojines, Miki tenía bastantes, aunque alguno acabó medio roto. Durante la batalla, se me rompió una tira del sujetador y como llevaba camiseta de tirantes, se me salió media teta. Como íbamos muy borrachos nos daba igual. Me tiré a por Miki y le quité casi de golpe el botón del pantalón. Carlitos descojonandose para vengarse se fue a por Susana y le desabrochó el sujetador por detrás. Ella se lo quitó y se quedó con un suetercito amarillo que enseñaba el ombligo y sin sujetador, se le trasparentaba algo, sobre todo los pezones. Al agacharse se le veían todas las tetas.
A Carlitos ya lo tenía caliente para después, ya que en la pelea hubo un momento en que le sobó las tetas como sin querer a Susana, ella sin cortarse le cogió con la mano el paquete y le felicitó por su enorme polla. Ahí entró Miki en acción y dijo que era mejor retirarnos a dormir, que sino podíamos acabar todos tocándonos a todos y no sabía en que podía acabar.
Tenía razón, al rato, en la habitación Carlitos se corría antes de ponerse el condón, manchándose el pantalón, si que estaba cachondo. A base de buenos polvos y momentos divertidos y cargados de morbo pasaron mis dias de vacaciones en Barcelona, ahora a esperar a la próxima… y a practicar las posturas nuevas.