Debo decir que soy una mujer de 23 años y en el medio donde trabajo no se conocen hombres interesantes, más bien en su mayoría son hombres demasiado mayores y los mas jóvenes son obreros, así que cuando conocí el maravilloso mundo del Internet, me interese por el chat, así fue como me di a la tarea de conocer a jóvenes que vivieran en mi ciudad.
Fue así como una noche en el chat conocí a un joven con en el que tuve la típica conversación, ¿Dónde vives? ¿Que edad tienes?, y él me pidió mi numero de teléfono y me llamó recién habíamos terminado de chatear, debo decir que su voz me impactó y la descripción que hizo de su físico también despertaron en mi cierto interés. Lo que me condujo a citarme con él a la mañana siguiente, cuando me saludó me impactó su sonrisa, luego fuimos a desayunar y tuvimos una conversación muy amena, cargada de frases de doble sentido y luego él me acompañó al lugar donde yo debía tomar el transporte para dirigirme a mi trabajo al otro lado de la ciudad. Les debo confesar que en lo único en que pensé ese día y esa noche fue en él y en lo mucho que deseaba sentir sus besos, ya que con él, experimenté una química especial, que nunca había sentido con otro hombre.
Nos citamos para vernos dos días después al medio día, pero eso sí dado el interés que él despertaba en mí, fui vestida con mi mejor escote, cita a la cual sin querer llegué tarde, lo que hizo que él me dijera que lo tenía que recompensar, así fue como le dije que si le gustaría que lo recompensara dándole un beso, lo que aceptó gustoso, aunque me reiteraba que eso no era suficiente, fuimos a almorzar y besitos iban y venían. Él tenía que hacer una diligencia en una notaria, pero yo le insistí que, me acompañara a mi casa, me dijo que no podía, pero yo no estaba dispuesta a dejarlo ir, pero cuando le dije que tenía miedo de quedarse a solas conmigo, fue como si lo hubiera retado, y aceptó a irse conmigo.
Así que de inmediato tomamos un autobús con rumbo hacia mi casa, pocos minutos antes de llegar al lugar donde nos debíamos bajar empezó a llover muy fuerte, así que mientras llegamos a mi casa nos empapamos por la lluvia, cuando llegamos a mi casa me percaté que estaba sola, así que lo hice seguir y le alcancé una toalla para que se secara. Luego él me ayudó a secar a mí y puso sus manos sobre mi pecho, y nos olvidamos de la toalla y nos sentamos en el sofá y empezamos a besarnos con pasión y desenfreno, luego sacó mis grandes tetas por mi escote y las chupó con maestría, yo mientras tanto le acariciaba con manos y pies.
Así fue como sentí la enorme erección que tenía, la verdad es que esa situación me estaba llevando a la cumbre del placer, y deseaba hacerlo feliz y sentirlo dentro de mí, fue por eso que le pregunté si tenía preservativos y me dijo que no, yo la verdad tampoco tenía, entonces empecé a buscar una forma para sentir esa verga, sin ningún riesgo de embarazo.
Entonces seguimos besándonos y yo seguía sintiendo su enorme verga erecta, le dije que si me la dejaba ver así que se abrió la cremallera y sacó su pene que era más grande y hermoso de lo que lo imaginaba, me fijé cómo le brotaban las venas, y vi la punta brillante que parecía llamarme, como diciéndome “ven y devórame” y no me aguanté las ganas y me incliné y le di un tierno chuponcito en la punta, pero él se quejó, como si le hubiera dolido, así que lo dejé así y volví a buscar sus labios, detuvo el beso y me pidió que le volviera a chupar el pene, y yo le dije que no porque eso le dolía y no quería hacerlo sufrir, y me dijo que le gustaría sufrir.
Entonces volví a inclinarme sobre la verga pero esta vez le di unas lamidas desde la base a la punta y le di un chuponcito en la punta, luego empecé a meter la punta de mi lengua en la ranura de la cabeza, luego le di otro corto chupón, con cuidado le saqué los testículos que aún estaban en el pantalón y me metí uno en la boca y se lo chupé, hasta que de la garganta de mi amante salió un gemido, me saqué el que tenía en la boca, para empezar a chupar el otro, mientras con una de mis manos le sobaba la tranca, hasta que volvió a gemir, decidí que era tiempo de chuparle otra vez la punta de la verga, así que con mi mano la dirigí hacia mi boca y le di un corto chuponcito lo que me permitió saborear su liquido preseminal, lo que me hizo desear aún más saborear su semen, me incorporé y nos besamos. Pero él me seguía pidiendo que se lo mamara, cosa que siempre me ha excitado, así que decidí hacerlo, no me podía negar ya que era lo que más deseaba yo en ese momento.
El estaba sentado aun en el sofá yo me paré delante de él y me seguía chupando las tetas y le abrí las piernas y me arrodillé en medio de ellas y le pregunté que si alguna vez le había terminado en la boca a alguna mujer y me respondió que no, que su novia le daba unos besitos en el pene, pero que ella nunca se lo había querido mamar, mucho menos que él le eyaculara en la boca. Enseguida, me preguntó que si yo había permitido que alguien eyaculara en mi boca, le respondí la verdad que yo le había chupado la verga a un exnovio pero él nunca quiso terminar en mi boca no sé por qué motivo, él me dijo que quería terminar en mi boca y yo le dije que era lo que más deseaba y que así esta era la oportunidad perfecta para que ambos gozáramos de esta nueva experiencia.
Le pedí que me dijera cuándo iba a eyacular para prepárame, ya que no podía dejar caer ni una sola gota de su semen sobre su pantalón, no podía llegar con el pantalón manchado a la notaría. Entonces ya decidida por la excitación que tenía, y en la posición que me encontraba de rodillas frente a esa verga, decidí que era el momento de empezar la adoración de ese divino miembro, y entonces me metí su linda y brillante verga en mi boca y empecé a chupar con frenesí y desde mi posición alzaba la mirada y veía la cara de placer que mi amante tenía, lo que me excitó más y empecé a hacer mi labor con más empeño. Mientras tanto él sobaba mis tetas y me pellizcaba suavemente los pezones, lo que me puso a cien y seguí con esa hermosa tranca entrando y saliendo de mi boca, cada vez más rápido y con una de mis manos sobaba sus pelotas, de pronto me dijo “yaaaa” y empezó a gemir, al tiempo que eyaculaba y le apreté fuertemente los testículos y así recibí ese néctar que tanto deseaba. Sentí como la boca se me llenaba de su lechita y cuando no pude aguantar más me lo tragué de una sola bocanada.
Efectivamente no dejé caer ni una sola gota de su semen me lo tragué todo, aunque debo decir que tiene un sabor extraño entre ácido y amargo, debo confesar que su sabor me pareció lo más delicioso que había probado, me fascinó ese liquido espeso, cremoso y calentito, que acababa de salir de las entrañas de tan buen macho, que calmó mi sed de hembra, pero me fascinó más ver la cara de éxtasis de mi agradecido amante, luego se inclinó y me dio un beso, ya se le había hecho tarde se acomodó la ropa nos despedimos y se fue, él nunca más me volvió a llamar, yo le escribí varios e-mails pero nunca respondió.