El despertar de mis deseos. Relatos eroticos

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Mi nombre es Juliana, tengo 18 años, soy una muchacha con bellos atributos fìsicos, cuerpo espigado, formas excitantes, pechos redondos y desafiantes un culo bien parado, redondeado con unas adorables pecas que le dan un particular encanto, puès soy pelirroja y mi rojo cabello se desliza en suaves cascadas. En mis 18 años, aun no tuve relaciones.

Curso el ùltimo año del secundario, mis compañeras de curso se muestras complacidas al ver mi figura ondulante, los muchachos me miran con deseos sensuales que no pueden disimular. Mi mejor amiga cuyo nombre es Patricia suele decirme que ya estoy en edad de tener novio, o alguna pareja, esto despierta en mi ser un irrefrenable deseo sexual, siento que mi bajo vientre se humedece al pensar en la hermosa penetraciòn de una dura verga socavando mi vagina vaporosa.

Mi sexualidad esta a flor de piel, en algunas noches suelo escuchar los palpitantes jadeos de mamà cuando està haciendo el amor con mi padre, esto me calienta mucho y mis dedos bajan hacia mi conchita inflamada e imaginando ser yo la receptora del duro màstil que penetra mi virginal vagina. me masturbo con frenesì y mis acabadas son gloriosas!

Papà. un hombre muy joven, delgado, emana un perfume especial y a veces embriagante, a verlo cotidianamente jugar y bromear con mi madre, pienso que serìa la perfecta pareja. Mamà, mujer de extraña belleza, labios carnosos, sensual figura, caderas perfectas, ojos que emiten sensualidad y pasiòn. Al verlos reir me siento protegida por el amor de ambos

Cierto dìa, mi amiga Patricia me invitò a su coqueto departamento, los exàmenes finales nos tenìan en vilo, al llegar, con sorpresa en mis ojos, vi que solo lucìa un transparente camisolin mostrando sus hermosas y sensuales formas! Sus pienas eran muy hermosas, todo su cuerpo desnudo me producieron una turbadora sensaciòn, estampàndome un beso alegremente la seguì hacia el interior, este estaba muy bien decorado, tal como ella, con delicadeza y muy buen gusto.

Nos sentamos en un còmodo divan-

– Traerè unos refrescos y algùn bocadillo-dijo, al salir y mis ojos la miraron, era muy bella, su hermoso culo, desafiante inquietò mi bajo vientre, sentì mi bombacha humedecerse, mi dì cuenta que estaba deseando a esta diosa!

– Bueno, ahora nos refrescamos y a estudiar!

– Me parece buena idea-dije, pero mis emociones estaban muy lejos, es decir estaban en la excitante entrepierna1

Muy suelta, Patricia se acomodò bien cerca de mi cuerpo. mi corazòn palpitò de un intenso deseo, era una magnìfica hembra!

En incontenible impulso, la tomè entre mis brazos, besando su sensual boca entrè mi lengua dentro, Patricia respondiò con lujuria, confundidas en estrecho abrazo, llevè mi mano a la divina vagina, abriendo las piernas recibiò con pasiòn mis lujuriosas caricias.

Estàbamos entregadas al maravilloso fuego sexual que nos consumìa! Dulcemente y sin dejar de acariciarnos me condujo a la soberbia cama, que esperaba a dos tiernas y lindas amantes.

Quedè desnuda, me contemplò extasiada.

– Amorosa, que hermosa eres! dijo-

– Tu tambìen, me siento poseìda de deseos. por favor! Amame.

Recostadas, su lengua recorriò mi cuello, fuè dejando una libidinosa estela de saliva, mi respiraciòn se hizo ansiosa, buscò mis rosados pezones, con ternura infinita chupò cada uno de ellos, me dejè hacer, estaba en un estado de embriaguez hipnòtica, mientras libaba mis pechos, sus manos frotaban mi inflamado y duro clìtoris, lazè un gemido placentero, estaba gozando en plenitud,

– Pati, que lindo que me haces, me voy a terminaaar-

– Si mi chiquilla, siii, te amo dulce Juliana!

Mi conchita despidìo suaves y càlidos chorritos de flujo vaginal. Patricia, con sus hàbiles manos acomodò mi cuerpo me abriò las piernas, mordiò mi pubis, su lengua buscò mi concha, hundièndola profundamente, me sentì morir de placer, era un interminable goce! Su lengua entraba y salìa, bajaba a mi inflamado ano, y volvìa a entrar, mojò un largo dedo, y con suavidad lo fuè introduciendo en mi culo, lo removiò intensamente, mientras que su lengua seguìa su divino trabajo, otro orgasmo me llegò suavemente, mi panza brincò, mi dilatada concha volviò a manar, Patricia bebiò con delirio mi eyaculaciòn.

Ahora venìa la mejor y mas bella postura sexual; el maravilloso sesentaynueve!

Habilmente acomodò mi cuerpo, semiarrodillada esperè que el suyo se acomodara bajo el mio, sus manos movieron mis caderas mis caderas, hice lo mismo, entonces contemplè el hermoso ano, y la vaporosa e inundada vagina, me pareciò un sabroso fruto en plena maduraciòn.

Patricia, movia con excitante sensualidad su lengua haciendo un lujuriosos vaiven, loca de caliente, observè que al chupar su clìtoris, la vagina se contraìa en suaves espasmos.

Asì seguimos, disfrutando de nuestra sexualidad! Patricia se habìa convertido en mi dulce y bella amante!

Pero este era el comienzo de mi despertar sexual.

Continuarà.

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